
4.3 Extraños en la sombra
Al fin se había disipado toda aquella angustia. Estaba feliz… no estaba mas que feliz… ¡Estaba completamente eufórica! Todo lo que había ocurrido desde que apareció Jake. ¡Dios mío! ¡No podría haber imaginado hace unas horas que íbamos acabar así!... de unidos. Me sonroje. Estreche un poco su mano mientras caminábamos. Me detuve y la sostuve entre mis manos, lentamente me la lleve a la cara. Deje descansar en ella mi mejilla, mientras cerraba los ojos y exhalaba el aroma de su piel.
-Te extrañe tanto –susurre.
-No tanto como yo a ti… -rió y se acerco más a mi. Deposito lentamente sus labios en mi frente.
Ese beso me recordó hace unos años, cuando aun permanecía en mi cuerpo de niña, me besaba así. Yo siempre le protestaba y le perseguía por la playa mientras el reía sin cesar. Le encantaba hacerme rabiar. Sin embargo esta vez, me pareció tan dulce y tierno. En cuanto reanudamos la marcha hacia el lugar de encuentro con Nahuel, me puse a corretear y a danzar a su alrededor. ¡Ahora si que aprecia una cría! ¡Y una loca! Debió de parecerle gracioso, por que no dejaba de sonreír mientras me seguía con la mirada. Sin mas recordé un ligero detalle que había pasado por alto.
-¡Jake! –me pare en seco.
-¿Qué ocurre Nessie?
-Es que me acabo de dar cuenta de que quizás nos… entretuvimos demasiado- me sonroje.
-¡Ah! No te preocupes por ese mentecato, si se ha marchado mejor que mejor, su mera presencia me irrita –rió.
-Jake, no deberías decir eso de Nahuel… el me ayudo mucho cuando… - no acabe la frase.
-Creo que prefiero no saber nada.
-¡Quizás sea lo mejor para ti chucho!... en fin, solo bese a Nessie una vez… ¿verdad Nessie? – la voz de Nahuel salio de unos árboles cercanos a nuestras espaldas.
-¡Nahuel! – me gire sorprendida y enfadada.
-¡Repíteme eso aquí maldito chupasangres!- gruño Jake.
-¡Me engancharía contigo encantado chucho! ¡De no ser por que Edward va a matarnos por no haberle devuelto aun a su querida hija! – exclamo y me lanzo una mirada que me helo la nuca.
-¡Papa!_ recordé. Mis ojos se abrieron e intuí lo que nos esperaba.
A regañadientes partimos de aquel bosque y nos adentramos en las chispeantes luces de Paris. Decidimos atravesar por el centro de la cuidad, así llegaríamos antes. Claro esta, ir por una ciudad así con un par de guardaespaldas a cada lado… perdía algo de encanto. Pero pude observar como sus calles estaban llenas de tiendas y boutiques de ropa lujosa. Millones de ojos de cristal nos observaban. Me recordaban a ciertos ojos verdes que tanto me intimidaban. Me agarre al brazo de Jake.
Un destello me deslumbro durante un segundo. Busque el origen de aquella bonita luz. Era el corazón rojo rubí que me había regalado Jake. Era realmente precioso. Me costaba un poco hacerme a la idea de que hubiese pertenecido su madre. Nunca me había hablado de ella. Ni sobre Billy desde su muerte. Sabia que todo aquello el estaba atormentando. Pero no debía presionarle para que confiase en mí y me contase como se sentía. Me gustaría tanto ayudarle con la carga de su corazón.
Mientras caminábamos recordé cual era el lugar de encuentro en Paris. Era una pequeña casita a las afueras, que Carlisle alquilaba durante el otoño para pasarlo con Esme. Los abuelos eran tan románticos algunas veces.
Algo nos entretuvo algo mas antes de llegar a nuestro destino. Un grito ahogado salio de un oscuro callejón cercano. Los tres nos pusimos en alerta. Jake y Nahuel se adelantaron y me cubrieron. Una sombra salio unos segundos mas tarde. Olía a sangre. Mi vista no me permitía ver con mucho detalle, pero pude ver perfectamente como colgaba de uno de sus brazos un cuerpo humano… muerto.
O_o_kristy_o_O
|