Juegos Del Destino (+18)

Autor: Bella_Paula.Swan
Género: Romance
Fecha Creación: 12/11/2012
Fecha Actualización: 26/11/2012
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 16
Visitas: 56130
Capítulos: 34

Dos personas que se amaban separadas por los perjuicios sociales y dos pequeñas que crecerían sin el cariño de uno de sus padres, pero por juegos del destino diecisiete años después Isabella Marie Swan y Vanessa Dwyer se encontrarían justamente en Jacksonville el lugar donde todo comenzó…

 

HOLA bueno este fic ojala les guste y me dejen un voto o comentario, ya lo habia subido pero por Cosas del destino me toco eliminarlo pero aqui voy otra vez ojala les guste a mi personalmente me gusto mucho...no me pertenece, pertenece a Tany Cullen yo solo le cambie unas cositas.

Pasen por mi otro fic Lazos de amor

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Capítulo 32: FUTURO

BELLA POV

-Bella, Edward ya llego por ti.-me dijo Alice entrando a mi habitación, sí, Alice desde el día que Nessie y ella hicieron las paces se había mudado a vivir con nosotros.

-¿Tienes una idea de a dónde me va a llevar?-estaba segura de que ella sabía el misterio que había tras todo esto.

-No sólo tengo una idea, lo sé. Pero no te lo puedo decir.-yo bufé y ella sonrió.

-Hermanita, lo mejor es que bajes, o de lo contrario, mi cuñadito va a hacer una zanja en medio de la sala.-Nessie se rió sentándose en mi cama y Alice se unió a sus risas.

-Nessie, recuerda que tenemos muchas cosas que arreglar todavía, la fecha de la boda se nos viene encima. Lo bueno es que los vestidos ya están casi terminados-¡oh sí! Nessie y Jacob se casaban en un mes, y obviamente, Alice se había encargado de diseñar el vestido de novia.

-¿Los vestidos?-pregunté y ambas intercambiaron miradas nerviosas.

-Sí, vestidos... eh ya sabes, vestidos para tía Renée, para Esme, las damas... vestidos.-Alice me sonrió como Alan cuando hace una travesura.

Yo no dije nada más y salí de la habitación sin despedirme de ellas, no estaba de buen humor, odio las sorpresas y qué hace Edward prepararme una. Sin mucho ánimo bajé hasta la sala, dónde efectivamente, Edward caminaba de un lado a otro pasando su mano por sus cabellos con nerviosismo. Se veía realmente sexy vestido con unos vaqueros negros, una camisa azul claro y unas zapatillas de deporte, al menos por la vestimenta que él usaba y la mía propia, la cual consistía en unos jeans, una blusa de mangas cortas blanca con un lindo estampado al frente y mis inseparables Converse, podía deducir que no era nada ostentosa su sorpresa, o al menos eso espero.

-Estoy lista, ¿podemos irnos?-al escuchar mi voz se frenó de golpe y volteó a verme.

-Claro... eh vamos.-el nerviosismo de Edward me resultaba cómico, y el enfado que tenía hasta hace unos minutos desapareció.

Con una sonrisa tomé la mano de Edward y salimos de la casa hasta su Volvo, nos montamos y lo puso en marcha. La actitud de Edward me parecía como la de un condenado camino a su trágico destino, y aunque traté, no pude reprimir un par de risas al verlo mover su mano nerviosamente sobre la palanca de cambios, ganándome un par de miradas reprobatorias de su parte. No sé cuánto tiempo transcurrió, pero cuando me di cuenta, Edward ya había estacionado el coche y me ofrecía su mano para ayudarme a bajar. Al bajar del coche solté un jadeo de sorpresa, estábamos nada más y nada menos que en el muelle Navy Pier, la atracción turística número uno de Chicago.

-Ed ¿qué hacemos aquí?-lo sé es una pregunta tonta pero no pude evitar hacerla.

-Creo que... ¿divertirnos?-más que una afirmación sonó como una pregunta.

Ambos reímos y abrazados caminamos sin rumbo, recorrimos el lugar tranquilamente, sin prisas, sólo disfrutando del lugar y del momento. A decir verdad la sorpresa no había sido tan mala como pensaba, y definitivamente este tipo de sorpresas, sí que me gustaban. Pero no todo es color de rosa y Edward y yo tuvimos una tonta discusión, ¿por qué? Muy sencillo, yo quería ir a comer algo y él estaba impaciente porque subiéramos a uno de los cruceros que estaban por salir, no entiendo cual es la prisa porque nos subamos a esa endemoniada embarcación.

-Bella amor, te prometo que el recorrido no tarda más de cuarenta y cinco minutos. Después podemos ir a comer.-me pidió por décima vez con tono afligido.

-Edward, no sé si recuerdas que estoy embarazada y... ¿qué crees? Tu hijo tiene hambre.-le respondí y suspiró.

-Puedes comer algo en el crucero.-me pregunto ¿cual es la insistencia para que subamos a ese crucero?

-Edward esa... cosa, va a estar en constante movimiento, no creo que pueda comer lago sin terminar devolviendo hasta el desayuno.-pasó su mano por su cabello despeinándole, más de lo que estaba, y suspiró rendido, abrió la boca pero antes de que dijera algo yo me adelante-. Creo que puedo esperar cuarenta y cinco minutos para comer, pero ni uno más ¿entendido?-sí terminé por acceder, sólo porque en verdad parece que es importante para él subir al crucero.

Me dio una enorme sonrisa y besó con mucho entusiasmo mis labios, antes de casi llevarme corriendo entre la gente para subirnos al dichoso navío.

Diez minutos después yo ya me había arrepentido de haber aceptado esto, pues el movimiento me causo un mareo terrible, pero Edward me dijo que fijara la vista en el horizonte y se me pasaría, cuando me lo dijo quise reírme de él, pero increíblemente funcionó y el mareo se me pasó. Ahora me encontraba apoyada en la barandilla y Edward me abrasaba por detrás mientras ambos disfrutábamos de la increíble vista del Lago Michigan que teníamos desde aquí.

-Bella, yo tengo que decirte algo muy importante.-me giré para quedar frente a él-. Yo... yo... yo...-comenzó a buscar algo en los bolsillos de sus vaqueros, pero al no encontrar lo que sea que buscaba, maldijo por lo bajo y se alejó unos pasos de mí.

Yo me quedé viéndole confundida, él no dejaba de rebuscar en sus bolsillos y de pronto comenzó a caminar hacia atrás, todo fue en cámara lenta, Edward chocó con la barandilla y perdió el equilibrio cayendo al agua.

-¡Edward!-grité desesperada-. ¡Auxilio, por favor ayúdenme!

-¿Qué ocurre señorita?-me preguntó un hombre acercándose a mí

-Ayúdeme por favor, mi novio se cayó al agua.-le dije al hombre soltándome a llorar como una magdalena.

El buen hombre se fue a buscar ayuda, detuvieron el navío y un par de hombres se lanzaron al agua para ir en ayuda de Edward, pasaron unos minutos angustiosos en los cuales yo no dejaba de llorar a mares, una mujer se acercó a mí y me trataba de tranquilizar pero no lo consiguió, fue hasta que vi como lo ayudaban a subir de nuevo a la embarcación que pude respirar con alivio. Me acerqué a él y sin importarme que estuviera todo mojado, lo abracé como si mi vida pendiera de ello.

-Me diste un susto de muerte.-le reproché entre lágrimas y sollozos a lo que él me estrechó más fuerte entre sus brazos.

-Lo siento amor, yo estaba buscando algo muy importante y no me di cuenta de...

-¿Qué puede ser tan importante? ¡Por Dios Edward te pudo haber pasado algo malo!-me alejé un poco de él para verlo a la cara.

Suspiró sonoramente y metió su mano a su bolsillo derecho, del cual sacó una cajita de terciopelo color rojo, se arrodilló frente a mí y abrió la cajita, de la cual salió una pequeña cantidad de agua, y mi corazón se debuto al ver el hermoso anillo de compromiso que ahí reposaba.

-Isabella Swan, eres la mujer con la que siempre soñé formaría una familia, la mujer que sería la madre de mis hijos, la mujer con la que pasaría el resto de mi vida. Te amo, y hoy me haría el hombre más feliz sobre la tierra, si me dices que sí aceptas casarte conmigo.-mi corazón de pronto comenzó a latir rápidamente, mi cuerpo no me respondía y no podía articular palabra alguna, respiré profundamente y tragué el nudo que se había formado en mi garganta antes de poder hablar, o hacer el intento.

-Nada me haría más feliz que ser tu esposa Edward.-susurré con voz temblorosa y temí que no me hubiese escuchado, pero al ver la hermosa sonrisa que iluminaba su rostro, supe que sí lo había hecho.

Se levantó y sacó el anillo de la cajita para después deslizarlo por mi dedo anular, sus labios se posaron sobre los míos de manera dulce, mis brazos rodearon su cuello y su agarré en mi cintura se hizo más firme. Nos olvidamos de las personas que nos rodeaban, hasta que estos estallaron en aplausos y ovaciones hacia nosotros, me separé de Edward y al verlos me sonrojé, hasta la punta de los cabellos, y escondí mi rostro en el cuello de Edward el cual sólo se rió por lo bajo.

Al final no pudimos quedarnos a comer, ya que Edward estaba todo empapado y si no se cambiaba pescaría un resfriado, así que tuve que esperar hasta que mi futuro esposo me dejó en mi casa. Fui directo a la cocina y preparé unos bocadillos, me senté en la mesa y no pasaron ni tres segundos antes de que Alice y mi hermana se aparecieran por la cocina con una sonrisa bailando en sus rostros.

-¿Y bien?-preguntaron al mismo tiempo corriendo una silla cada una para sentarse.

-Edward me llevó al muelle Navy Pier.-respondí sin darles más información y escondí mi mano bajo la mesa.

-¿Sólo eso?-yo asentí y Alice bufó-. Ya decía yo que no se iba a aminar, me parecía más conveniente la idea del parque, pero como el señor soñó que una ardilla le robaba el anillo la descarto.-dijo por lo bajo pero aún así la escuché.

-¿De qué anillo hablas?-le pregunté con el ceño fruncido.

-¿Anillo? ¡Oh si anillo!, es que Edward... ¡No dijo! Yo, yo soñé que Edward te iba a pedir matrimonio, te iba a llevar a un picnic en el parque pero de pronto aparecía una ardilla y se robaba el anillo.-al terminar de hablar le dio una mirada asesina a Nessie que estaba riendo a carcajada suelta.

-¿Acaso... es este anillo?-le pregunté con una sonrisa poniendo mi mano sobre la mesa para que ambas vieran el anillo.

-¡Oh por Dios te vas a casar!-chilló Nessie, que estaba a mi lado, y me dio un efusivo abrazo.

-Y Edward que se iba a echar para atrás por una ardilla, ¡Felicidades primita!-Alice también me abrazó.

Le pedí que me explicara eso de la ardilla mientras yo me comía mis bocadillos y ella me relató el sueño de Edward con todo lujo de detalles, al final del relato tenía lágrimas en los ojos de tanto que me había reído, no podía creer que Edward fuera supersticioso y que por eso hubiera estado a punto de no pedirme hoy que me casara con él, aunque ya fuera en sus sueños o en la realidad algo tenía que pasar, ya que si bien no había aparecido una ardilla a robarse el anillo, él había terminado en el agua mientras lo buscaba en sus bolsillos.

-Bella, cásate el mismo día que yo.-dijo Nessie de pronto.

-Claro que no, ese es tu día y el de Jake.

-También puede ser tu día y el de Edward.-me rebatió y yo negué en repetidas ocasiones con la cabeza-. Bella, ya compartimos la misma fecha de nacimiento, ¿por qué no compartir también la fecha de nuestra boda?

-Nessie, tú y Jake se casan en un mes, no es solamente decir que sí y ya, hay cosas que organizar y...

-Sólo es necesaria una llamada para que agreguen tu nombre y el de Edward en las invitaciones, prácticamente los invitados para ambas bodas son los mismo y tu vestido de novia está a punto de ser terminado, sólo necesitó que te lo pruebes y hacer los ajustes que sean necesarios para terminarlo.-Nessie asintió a las palabras de Alice y yo me quedé pasmada, ya tenían todo planeado.

-Acepta Bells, desde que Alice me dijo que Edward te pediría matrimonio organizamos todo.

-Bien, pero primero tengo que hablar con Edward.-ambas asintieron muy sonrientes, sabían que al final sería como ellas lo planearon, Nessie y yo terminaríamos casándonos el mismo día.

Y efectivamente, hablé con Edward y él no opuso resistencia a que nos casáramos en una boda doble con mi hermana y Jake. Por otro lado Charlie no se lo tomó muy bien, no le hacía gracia que sus dos hijas se casaran el mismo día, y no porque no quisiera que nos casáramos, sino porque según él nos perdería el mismo día, al escucharlo decirnos eso, ni Nessie ni yo, pudimos contener las lágrimas y nos echamos a llorar en brazos de nuestro padre.

Los días se fueron volando, entre organizar todo para la boda, la luna de miel y de más ni había sentido el paso del tiempo y ya sólo estábamos a un día de la boda.

Las chicas en conjunto con Renée y Esme nos habían organizado una despedida de solteras, así que ahora nos llevaban a mi hermana y a mí quién sabe a dónde con los ojos vendados. El coche se detuvo y Alice con ayuda de Rosalie me ayudaron a salir del dichoso coche, me tomaron cada una de un brazo y me condujeron hasta un lugar en el cual se escuchaba música, ¿a dónde nos habían traído? Por encima de la música se escuchaban gritos y... ¿silbidos? ¡Oh no! Que no sea lo que estoy pensando, ellas no pudieron hacer eso ¿o si? La venda que tenía en los ojos fue removida y ¡Dios! Si no me sujete del brazo de Rosalie voy a parar al suelo.

-Nos trajeron a un... a un club de...

-¡Strippers!-terminó Nessie por mí, pero ella a diferencia de mí estaba más que encantada con la idea.

-Pues yo no me pienso quedar, así que me voy.-di media vuelta pero Esme me detuvo, ¡Esme por Dios! La madre de mi futuro marido me detuvo para que no saliera de aquí.

-Bella cariño, no es nada malo, tampoco estamos aquí para otra cosa que no sea disfrutar del show.-me dijo y suspiré derrotada, ¿qué diría Edward si supiera que estoy aquí? ¿Qué diría Charlie si supiera que mi mamá está aquí? No, creo que la pregunta sería, ¿qué dirían todos en general al saber que todas estamos aquí?

Nos fuimos a sentar y pidieron unas bebidas, obvio que para Nessie, Angie y para mí nada de alcohol. Alice, Rosalie, Kate y hasta Renée y Esme se pusieron muy alegres después de su quinta ronda de tequilas, de pronto las luces del lugar se volvieron más tenues, lo que indicaba que el show estaba por iniciar. En el escenario apareció un grupo de tres hombres, los tres tenían antifaces pero uno estaba vestido de vaquero, otro vestido de policía y el otro vestido de bombero, la música comenzó y los hombres comenzaron a moverse en un baile demasiado sexy mientras la primera de sus prendas salía volando.

-¡Chicas ese poli está como quiere!-chilló Rosalie que estaba a punto de saltar sobre el antes mencionado.

-Pues yo me quedo con el vaquero.-dijo Alice que miraba con lujuria el desnudo abdomen del tipo.

-¡Dios! Que ese bombero venga a apagar el incendio que me está consumiendo.-agregó Kate, ok definitivamente el alcohol está haciendo estragos con mi prima, mi cuñada y mi amiga.

Me disculpe para ir al baño, pero creo que nadie me escuchó pues estaban todas muy entretenidas disfrutando del show, me lavé las manos y me quedé un momento ahí esperando a que el show terminara y ver si las podía convencer de que nos fuéramos, quince minutos después salí del baño y mientras caminaba a la mesa vi algo que me dejo fuera de lugar. Rosalie estaba comiéndose, literalmente, al policía a besos, Alice estaba apoyada en una pared mientras le exploraba con su lengua las anginas al vaquero, Kate... ella pasó a mi lado y me dijo adiós muy sonriente mientras el bombero la sacaba del lugar cargada sobre su hombro. Pero lo que para nada me esperaba era que mi madre y mi suegra estuvieran ligando con unos desnudistas, porque eso era ¿no? Busqué a Nessie y Angie pero no las vi por ningún lado.

-Hola.-susurró alguien en mi oído y yo pegué un bote del susto-. ¿Quieres compañía?

-¡Claro que no!-me giré y al ver al hombre que estaba frente a mí tragué en seco, sólo llevaba puestos unos jeans y su torso desnudo, llevaba un antifaz por lo que no podía ver bien su rostro, pero apuesto a que era atractivo.

Estaba por retomar mi camino pero me detuve en seco al ver como Alice y Rose se iban con los tipos del show, y como los tipos con los cuales estaban ligando mi suegra y mamá las sacaban en brazos del lugar y ellas iban de lo más contentas. Caminé a prisa hasta la salida, pero antes de que pudiera poner un pie fuera una mano me detuvo tomándome del brazo.

-¡Suéltame!-chillé soltándome bruscamente del agarré del tipo que hace un momento se había acercado a mí-. Qué les voy a decir a los chicos, a mi suegro, a mi padre y a Edward.-murmuré nerviosamente.

-¿Qué te parece si tú y yo nos vamos a otro lugar?-preguntó acariciando mi brazo suavemente causándome escalofríos, es que este tipo no se cansa de molestar.

Me giré dispuesta a decirte tres cosas, pero sus ojos llamaron mi atención. Esos orbes esmeralda yo los conocía y vaya que sí los conocía, pero no sólo eso llamó mi atención, no, también ese cabello rebelde de color cobrizo y esa sonrisa de lado que me hacía temblar, este hombre que estaba frente a mí no era otro más que Edward. Ahora estoy más que segura de que los strippers con los que se fueron mis amigas, no eran otros más que Jasper, Emmett y Garrett, también estoy segura que Esme y Renée se fueron con Carlisle y Charlie, así como Ángela con Alec y Nessie con Jacob. Con que quieres jugar Edward Cullen, pues juguemos, me acerqué a él con movimientos lentos y una sonrisa sexy en mis labios.

-¿Sabes? Me encantaría irme a un lugar más privado contigo.-le susurré al oído y él se estremeció-. Después de todo mi futuro esposo no tiene porque enterarse.-mordí mi labio inferior y con mis últimas palabras se tensó soltando un gruñido.

-Isabe...-no lo dejé que continuara hablando y lo besé, lo besé con pasión y él me devolvió el beso de igual manera.

-Cuando nos casemos vas a dejar tu trabajo como stripper ¿verdad?-bromeé y el sonrío mientras se quitaba el antifaz.

-¿Cómo supiste que era yo?

-Cariño, te reconocería aunque llevaras puesto el mejor de los disfraces.-le respondí y unas mujeres llamaron mi atención, mujeres que miraban a mi prometido casi marido como si fueran una jauría de hienas hambrientas-. Edward podrías ponerte algo encima, esas zorras no dejan de devorarte con la mirada.-gruñí molesta.

Fue por su camisa y se despidió de un par de personas, tomó mi mano y salimos del lugar, de camino a mi casa le pregunté cómo fue que se enteraron de que estábamos ahí y me dijo que los dueños del lugar, Emily y Sam, eran sus amigos y ellos les habían avisado de nuestra presencia, y que a Emmett se le había ocurrido la idea de que se hicieran pasar por strippers, por qué no me sorprende que haya sido una ocurrencia de Emmett. Llegamos a mi casa y me tuve que despedir de Edward, entre y subí a mi habitación todas iban a disfrutar de una noche de pasión mientras yo tenía que irme a dormir sola en mi cama, pero era arriesgado que Edward se quedara aquí y definitivamente yo no me iba a quedar en casa de sus padres, y como vendió su departamento no había de otra, pero después de mañana estaríamos juntos por siempre.

La mañana llegó y con ella un diabólico duende que me despertó y me hizo entrar a la ducha con premura, pues sólo teníamos cinco horas antes de la boda. Cuando salí de la ducha en mi habitación estaban todas, y me refiera a todas incluida Nessie, esperándome para comenzar con una interminable sesión de belleza, maquillaje, peinados y de más. Cuatro horas y media después ya todas estábamos listas, mi madre nos veía a Nessie y a mí con emoción y estaba luchando por contener las lágrimas, mi vestido era blanco tipo halter, ajustado hasta mis caderas para después abrirse con un vuelo moderado hasta caer al piso y en la parte del torso tenía un sencillo y lindo bordado en pedrería, el vestido de mi hermana era también blanco, y nada que ver con el mío pues mis gustos eran más sencillos, pero era realmente hermoso.

Charlie vino a buscarnos y una lágrima rodó por su mejilla al vernos, se acercó a nosotras y dejó un beso en nuestras frentes. Llegamos a la iglesia y mi padre suspiró pesadamente antes de bajar del auto y ayudarnos a bajar, Alice me acomodó por milésima vez el velo y a Nessie le puso un poco de brillo en los labios, antes de entrar corriendo a la iglesia.

Mi hermana se enganchó del brazo izquierdo de Charlie y yo de su brazo derecho, la marcha nupcial comenzó a sonar y mi estomago dio un vuelco, al caminar por el pasillo, que ahora me parecía realmente kilométrico, me aferré al brazo de mi padre con fuerza, pues mis nervios eran tantos que me sentía como si caminara en una superficie llena de desniveles y en cualquier momento podría caerme.

Durante el recorrido hasta el altar, fijé mi vista en Edward que lucía igual o más nervioso que yo, logré normalizar mi respiración y no ponerme a hiperventilar, sorpresivamente y contra todo pronóstico no me desmayé, y logré llegar de una pieza hasta donde Edward me esperaba.

-Sé que nunca harán sufrir a mis hijas, y lo sé porque soy policía, retirado, pero al fin policía. Y créanme que si alguna de las dos derrama una sola lágrima, por culpa de ustedes, no habrá lugar en la tierra donde se puedan esconder y no me va a remorder la consciencia para soltarles un tiro.-tanto Edward como Jacob asintieron tragando en seco.

Edward tomó mi mano y besó el dorso de esta, nos acomodamos en nuestros lugares y la ceremonia dio inicio. Estuve al borde de las lágrimas desde que el sacerdote dijo la primer palabra, y es que la emoción que sentía en conjunto con mis alborotadas hormonas no eran una buena combinación. Pero cuando Edward pronunció sus votos no pude contenerme, la forma en que con sus palabras me dijo cuánto me amaba me desarmó por completo, y en consecuencia, yo dije mis votos entre hipos y sollozos.

-¿Está feliz señora Cullen?-me dijo mientras nos mecíamos suavemente al ritmo de la música.

-Muy feliz señor Cullen.-respondí y lo besé.

-¿Sabes? Me enamoré de ti desde el primer momento que te vi cuando llegaste a casa de Renée hace años, creí que estaba perdiendo la razón por enamorarme de Vanessa Dwyer pero...

-Resulto que no era Vanessa Dwyer, sino Isabella Swan.-terminé por él y ambos sonreímos.

-Exacto, Isabella Swan, mi Bella. Y aunque las mentiras nos separaron ni la distancia o el tiempo pudieron terminar con nuestro amor.-acarició mi mejilla y apoyé mi cabeza en su pecho.

-Sí, tuvimos que sortear demasiados juegos del destino, pero vemos ahora, aquí juntos, casados y dentro de unos meses seremos padres.-alcé mi rostro para verlo y parándome de puntillas rocé sus labios con los míos.

-Este no es el final de nuestra historia amor, apenas comienza.-me dijo y nos fundimos en un beso lleno de amor.

FIN

 


Y que piensan bueno o malo

Capítulo 31: TODO TIENE SOLUCION Capítulo 33: EPÍLOGO

 
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