Hasta los vampiros cometen errores.

Autor: Huellas
Género: Romance
Fecha Creación: 24/07/2010
Fecha Actualización: 24/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 7
Comentarios: 31
Visitas: 33964
Capítulos: 16

¿Qué hubiera pasado si Reneesme no hubiera venido al mundo? Aquí les dejo un Amanecer alterno. Hasta los vampiros cometen errores.

 

 

 Todos los derechos de autor reservados a Stephanie Meyer autora de la Saga Crepúsculo, quien es la autora oficial de los personajes conocidos del siguiente FanFic.  

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 4: Y mi "felices por siempre"?

 

Bella POV

No respondí cuando Edward me habló. Caminé en silencio hasta la puerta, que estaba en el suelo, y mirándola hablé.

-Sal –le susurré. En un segundo estuvo a mi lado mirándome con fijeza.

-Déjame explicarte, Bella. Por favor –me pidió.

-Sal –repetí.

Tenía que sacarlo rápido del cuarto antes que me derrumbara, no iba a permitir que me viera mal por él. Edward salió del cuarto a paso lento, y en el mismo instante levanté la puerta poniéndola contra el umbral.

Regresé hasta la cama, y exhausta como nunca pensé que lo estuviera un vampiro, me recosté en forma fetal.

Así que eso era lo que me ocultaba Edward, una mujer. ¿En qué momento había dejado de amarme? ¿En qué momento lo había perdido?  ¿En qué maldito momento mi cuento de hadas se convirtió en una horrible pesadilla?

Escuché los sollozos de Edward en la puerta, me lo podía imaginar sentado esperando que yo le abriera. Pero no iba a hacerlo. Si Edward estaba atraído hacia Lizzie, yo no iba a detenerlo por cualquier promesa que lo atara a mí, aunque estuviéramos casados, aunque hubiera abandonado mi vida humana por él, aunque mi vida girara entorno a su vida, no iba a atarlo a mí.

-Bella, Bella, ¿podemos hablar? –me preguntaba Alice tocando la puerta. No respondí.

-Déjala sola –dijo Edward. Su voz fue un murmullo que me atravesó el alma. Estaba triste.

Y yo más al saber que su tristeza era una extensión de la mía. Pero no iba a perdonarlo, no iba a estar con un hombre, o vampiro, que me había mentido para estar con otra mujer.

No sé cuánto tiempo estuve allí, la luna se metía por la ventana iluminando la habitación con su luz. Edward seguía afuera, ya no sollozaba. Ya no lo escuchaba, pero sentía su presencia allí. Cada uno llegó a buscarme, Alice una vez más, Rosalie, Esme, Emmett, Carlisle, hasta Jasper intentó calmarme con sus ondas de paz y tranquilidad, pero no lo logró. El dolor que sentía en mi interior no lo podría calmar un poder.  Solo sería calmado si se regresaba el tiempo, y Edward no salía ese día, si yo no hubiera accedido a salir con Alice. De algún modo, me las había arreglado para culparme a mí. Yo había dejado solo a Edward.

Cuando por fin el sol empezaba a hacer su anuncio por la ventana, Edward se movió de su posición. Lo escuché pero no me levanté de la mía, ni siquiera me moví cuando entró al cuarto haciendo a un lado la puerta.

Se acercó a mí lentamente, yo oculté mi rostro entre las rodillas acostada en la cama. Hubiera deseado perder la conciencia, como quería dormir en ese momento. Escapar un rato de la realidad abrumadora.

-Bella, ¿podemos  hablar? –No respondí –Bella sé que no hay nada que pueda decir para hacerte sentir mejor, pero quiero que me entiendas –se sentó a un lado de la cama, no tan cerca pero no tan lejos -. Yo no busqué lo que está pasando, simplemente pasó… y quisiera echarlo atrás, quisiera no sentir lo que siento por… Bella sé que estás sufriendo, y que es toda mi culpa, si tan solo hubiera tenido la fuerza para alejarme de ella antes que… Bella, dime algo, por favor –se le apagó la voz.  Había una sola cosa que yo quería decir en ese momento, una sola pregunta en mi mente.

-Tú… -empecé pero me detuve por mi voz. Era una voz sin vida, me recordó el momento en que Edward me había dejado. No podía recordar con facilidad por la espesa capa que lo cubría al haberlo vivido con mis ojos pobres humanos, pero ahí estaba el recuerdo distante -¿Tú la amas? –la pregunta y su respuesta me aterraban, imaginar a Edward amando a otra persona, queriendo estar con otra persona era lo que me había atormentado desde que lo conocí, y con el tiempo había aprendido a aceptar que él me amaba a mí. En ese entonces, la pregunta y una respuesta afirmativa sonaba tan utópica. Ahora sonaba tan real.

-Bella, no tiene caso que me preguntes eso. Yo te amo –dijo tocando mi cabeza. Sacudí su mano.

-No te he preguntado si me quieres. Te he preguntado si la quieres a ella –aclaré. Escuché su inspiración.

-Sí –respondió en un susurro casi inaudible.

Traté de calmar el desasosiego que me produjo la respuesta, a pesar de conocerla de ante mano. Ni siquiera me moví, si era posible, me hice añicos. Necesitaba esa inconsciencia son rapidez, necesitaba esos momentos en que la realidad dejaba de serlo y me encontraba en una tranquila irrealidad que no me hacia ningún daño.

Edward no me volvió a tocar después de eso, todo el día estuvo allí a mi lado sin moverse. Nadie nos interrumpió.

Cuando llegaron las tres de la tarde, y lo sabía porque a esa hora Edward se iba regularmente, él se removió inquieto. Como si pudiera leer sus pensamientos, le ordené que se marchara. Él no lo hizo en ese momento, esperó una hora más. Entonces no paraba de moverse dentro del cuarto, recorría el piso de tal manera que pudo haber trazado un mapa.

-Vete, Edward –le volví a pedir. Entonces se sentó a mi lado.

-Lo siento, Bella. No me tardaré, de verdad, lo siento –dijo antes de desaparecer.

Entonces comprendí que nuestra relación no tenía futuro. Que si era capaz de dejarme en ese momento, me iba  a dejar para siempre. En cuanto estuvo fuera de mi vista, me levanté  de la cama y organicé una maleta con mi ropa.

No sentía  a nadie en la casa, escribí una nota con letra temblorosa.

Edward, veo que hasta aquí ha llegado nuestro cuento de hadas. Ahora me doy cuenta que mi felices por siempre nunca existió.

Te agradezco todos los momentos vividos, nunca los olvidaré. Así como espero que nunca olvides que te amo por encima de todo.

Adios, Edward.

Bella.

Dejé la nota sobre la cama y bajé las escaleras. En efecto, no había nadie en la casa. Seguramente habían salido de casa y nos dejaron solos para aclarar todo. Dejé otra nota en la sala, pegada al televisor con cinta adhesiva.

Familia Cullen,

Gracias por todo, de verdad. Pero mi historia con ustedes ha terminado, no puedo ver a Edward nunca más ahora que la historia que forjamos ha terminado.

Nunca olvidaré tu maternidad, Esme. Ni tu excelencia como médico y padre, Carlisle. Jasper me has sido tranquilizante, entiendes a lo que me refiero. Rosalie, aunque no empezamos bien, te he tomado muchísimo aprecio. Emmett, cada vez que vea un oso pensaré en ti, por siempre. Y Alice, mi Alice, las compras no serán lo mismo.

Con mi corazón en sus manos, les digo adiós. Espero que sean felices.

Bella.

Dejé las notas, cargué la maleta al hombro, y corrí como nunca en mi existencia lo había hecho. Corrí no solo para alejarme de la única familia vampira que conocía, corrí no solo para que no me encontraran… corrí porque corriendo liberaba todo el dolor que mi corazón estaba aguantando. Y no paré de correr.

 

 

 

 

 

------

A los que les ha gustado por favor dejen mensajes, no sé si les interesa la historia y no seguiré escribiendo si no es así :P

BellaCullenSwan gracias ! jaja no te dejaré con la intriga ;)

Capítulo 3: Lo siento. Capítulo 5: Enemiga?

 
14637143 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10856 usuarios