Bella POV
Animadoras. Pompones. Bastones. Porristas. Uniformes cortos y ajustados. Gritos, aplausos y saltos.
Cosas carentes de importancia, y todos creen que ser porrista es el mayor honor en Twilight. Vaya, si que están equivocados.
Como animadora, estudiante y capitana de este superficial equipo, os lo puedo asegurar. Ser porrista no es nada, ser una divina no es nada, ser Mallory, Swan, Stanley o Weber...no es nada. Ser una chica fría, una cualquiera...no es nada. Las divinas no somos perfectas, ni siquiera nos acercamos a la perfección que el resto de los humanos tienen. El simple hecho de considerarnos mejores que el resto, nos pone por debajo de ellos.
Pero el día que la gente lo entienda, será el día...que las divinas se separen...y dudo que eso pase.
-Lau, Jess, Ang...Alex y Vane...¿listas?- como capitana, debo verme al pendiente de mis compañeras. Todas asintieron.
Hoy son las audiciones para el equipo, nos faltan dos integrantes. Betty y Gaby se han graduado ya, de modo que quedamos seis de las ocho porristas. Este día será...largo y aburrido.
Las luces del gimnasio comenzaron a parpadear, y una a una, mis compañeras fueron entrando a la vista del publico estudiantil, dejando a su "jefa" para el final. No saben cuanto deseé torcerme un tobillo en ese instante.
Con pasos rápidos y llenos de gracia, seguidos por algunas volteretas, me coloqué sobre la pirámide que se formaba en el centro de la pista. Bajamos una por una, moviéndonos con los pompones y bastones por la cancha, los chiflidos y gritos no se hicieron esperar. Las sonrisas en nuestros rostros eran completamente falsas...todo era falso.
La canción tenia buen ritmo, por lo que era fácil colocar los pasos en el lugar indicado de la pista, aunque solo habíamos ensayado una vez. Por eso de las vacaciones.
Aun así, todo fue un éxito.
Y en primera fila pude distinguir a la persona que esperaba encontrar, un demonio enviado desde mi infierno personal. Edward Cullen estaba observándonos, mejor dicho a mí, con una expresión sorprendida y los ojos verdes abiertos como platos. Junto a él estaba su familia. Emmett Cullen y Jasper Hale, uno a cada lada, mirándonos de forma superficial. Y las niñas, Alice Cullen y Rosalie Hale, tomadas de las manos de los chicos, así que supuse...serían pareja entre ellos. No hay problema, después de todo...son solo primos. Pero ellas, me miraban con sus ojos brillando ante la excitación, futuras porristas. De eso no existía duda alguna, esas dos chicas serían los nuevos miembros del equipo.
Edward POV
Era impresionante. Estaba embobado mirando a Isabella Swan moverse por la cancha, y aunque lo intentaba, me resultaba imposible separar mis ojos de ella. Como su cabello, ahora recogido en media coleta, se ondeaba y elevaba mientras giraba sobre sus compañeras y luego caía en sus brazos. El modo en que su pecho se movía con una pequeña irregularidad causado por la agitación, el modo en que su cuerpo efectuaba con precisión cada paso y como su voz manipulaba al resto...como si fueran simples muñecas a su disposición.
-¿Te encuentras bien, Edward?-preguntó Alice, mientras Jasper movía una mano ante mis ojos.
-Si, solo estaba...-
-Babeando por una porrista.-río fuertemente mi hermano mayor, que aunque es una persona muy divertida (solo en ocasiones), la mayoría de las veces, sabe que es menos apropiado decir y lo dice. Como ahora.
Desvié la vista avergonzado y lo sentí golpear mi hombro, mientras daba su típico discurso de hacerse hombre, entrar a la madurez y salir con ella...bla, bla, bla.
-Bien, esta es la coreografía que imitarán. Aunque dudo que alguna lo logre.-la voz de Lauren M., la abeja reina, resonó en el gimnasio. Bella Swan se levantó de su asiento y al compás de una nueva pista, efectuó con gracia cada paso...¿acaso podía ser más perfecta? Lo tenia todo: dinero, belleza, figura, popularidad...¿qué le faltaba? Algo en sus ojos delata un enorme vacío en su corazón...pero, ¿qué podría causarle pesar, si lo tenia todo?
Y de ese modo, una a una las chicas pasaron. Sus movimientos torpes no eran capaces de acercarse a los de la capitana. Las porristas miraban a las aspirantes con pena y malestar, Bella mostraba un poco más de respeto, pero la sonrisa en sus labios demostraban burla. Cada cosa que hacía, por más mínimo que fuera el movimiento, lograba intrigarme.
Y así, perdido en mis desvaríos, no noté nada. Lo siguiente que escuché fue: Cullen, Hale, bienvenidas al equipo.
Todos comenzaron a salir, mi hermana y mi prima llevaban en sus manos los pompones, bastones y uniformes, y en sus rostros esas sonrisas triunfales. Después de todo, siempre les ha gustado llamar la atención. Creo que es uno de los grandes defectos de la familia. Y creo que nosotros entraremos al equipo de fútbol.
Fue capitán en secundaria, quizás lo logre este año, y me gane un lugar en Twilight. No, lo dudo mucho.
Bella POV
-¡Oh, vamos, Bella!-la voz de Jess resonaba en el ahora desocupado gimnasio. Solo las divinas seguíamos ahí, vistiendo nuestros uniformes de animadoras.
-Esta bien. Vamos.-después de escucharlas tres minutos, en los cuales estuve a punto de asesinar a Jessica, nos dirigimos a mi cuarto.
Y ya una vez en él, la conversación empezó del siguiente modo:
-¿Y que harás con biología, Bella?-Ángela siempre se estaba preocupando por mi, por eso confiaba tanto en ella.
-No lo se, conseguir un tutor o...-intenté dar una simple respuesta, estaba cansada de ser la burla en esa clase. Mi maestro era el problema, no yo.
-Acuéstate con él.-cuando Lauren lo dijo, me atraganté con el refresco que bebía y con los ojos abiertos como platos me giré a ella. Me miraba con normalidad, seria; como si hubiera dicho que uno más uno son dos, en lugar de sugerir que tenga sexo con un maestro.
-¿Qué?-mi tono era de sorpresa, muy acorde con la expresión de mi rostro y el sonrojo en mis mejillas. -¿Es enserio?- pregunté al ver que no se reía por mi cara. –Lau...-chillé completamente roja.
-No te pongas dramática.-dijo seriamente. –Todas lo hemos hecho.- y bebió de su vaso. –Por ejemplo, Jess. ¿Cómo crees que aprueba química?-me giré con la boca abierta para ver a Jessica, quien miraba a Lauren con una mirada asesina y los labios torcidos en una sonrisa poco confiable.
-Y Lau, se acuesta con el entrenador desde primer semestre.-Lauren le dedicó una mirada terrorífica, y yo seguía congelada escuchándolas. –Y con el director...- estaba por desmayarme, por eso todo era fácil para nosotras.
-Chicas, no creo que Bella deba hacerlo.- la suave voz de Ángela cortó toda discusión entre la abeja y su seguidora. Ambas me miraron y después a Ang.
-No eres la indicada para hablar, Weber. Puedes explicarle a Bella lo de tus notas de Trigonometría...-el tono de Lauren era desafiante. Ang bajó la vista avergonzada.
-Todas han...por eso...yo...-no podía ni hablar de lo impresionada que estaba. Sobretodo por Ang. –Pensé que solo eran apuestas por chicos...pero maestros...-negué con la cabeza repetidas veces.
-No seas tonta.-dijo Lauren tomando mi rostro entre sus manos, para clavar sus ojos azules en los míos. –Después de todo, tu tampoco eres virgen.-se rió al notar la expresión desconcertada en mi rostro. ¿Cómo podía decir que yo...?- ¿O lo eres?-
-No, no lo soy.-bajé la cabeza, intentando olvidar ese error.
-Lau, Ang, vámonos ya.-dijo Jess. –Debemos salir a...- Ambas se pusieron de pie y la siguieron. Dejándome sola.
Sentí mis ojos humedecerse y antes de darme cuenta, gruesas gotas saladas rodaban por mis mejillas. Estaba sentada en el piso, con la espalda apoyada en el sillón; junté las rodillas cerca de mi pecho, puse un cojín sobre ellas y enterré el rostro en él; ahogando un grito de frustración.
Edward POV
Habitación 18, cuarto B. Lo que significaba que alguien ya ocupaba el dormitorio y debía compartirlo. Solo que no me habían dicho quien era mi compañero. Estaba por girar la puerta, cuando escuché cuatro voces en el interior. Entre todas ellas, sin duda alguna, identifiqué la de Isabella Swan. Lo que debía suponer, que alguna de las divinas, era mi compañera.
Sin poderlo evitar, escuché su conversación y me quedé con la boca abierta. Las oí levantarse y me aparté, saliendo tres de ellas sin percatarse de mi presencia.
Abrí la puerta y una sonrisa apareció en mis labios al ver la escena tan divertida. Isabella Swan se encontraba haciendo un berrinche. Al menos ahora sabia quien era mi compañera...
-No crees...-dije mientras me arrodillaba frente a ella. -...que estás un poco grande para estas cosas.- apenas reparó en mi presencia, se levantó de un salto, un tanto asustada. Hice lo mismo, pero ella tropezó con uno de los libros que acababa de poner en el piso, y caímos ambos al suelo.
Sus ojos chocolate estaban clavados en los míos, y su aliento chocaba en mi rostro. Las cosas siempre pasan por una razón, aunque no entendía nada.
Me encontraba en el suelo, con el cuerpo de la chica más extraña que había conocido, bajo el mío. Respiraba entrecortadamente, provocado por el susto. Sus manos mantenían aferrada mi camisa, de donde se sostuvo para parar la caída, llevándome con ella.
-Puedes...-dijo después de unos minutos.
-Lo siento.-dije levantándome y tendiéndole una mano, que aceptó, para apoyarse. –Creo que...para ser porrista...-dije intentando quitarle la tensión al ambiente- ...eres un poco torpe fuera del gimnasio.- sus ojos volvieron a buscar los míos y apartó mi mano con brusquedad, al mismo tiempo que sus mejillas se coloreaban de un tono rojizo.
-Eres un tonto.-dijo sonrojada. -¿Qué haces aquí?- preguntó mientras recogía los platos y vasos antes usados del suelo.
-Vivo aquí.-sus ojos se abrieron como platos. –Mira.- le tendí el papel donde indicaba el dormitorio y cuarto.
-No es cierto..-dijo sin apartar sus ojos del papel. –Tu, ¿eres mi compañero?-sonaba incrédula, y yo estaba, algo similar. Ahora, Isabella Swan era mi compañera. Emmett no iba a dejar de molestarme en mucho tiempo...
-Yo tampoco estoy conforme...-dije molesto y me miró de forma asesina. –No es que no me agrades, pero yo no te agrado y creo...-me mandó callar con la mano.
-Si me agradas.-dijo en un susurro. –Pero eso no significa, que no crea, que eres un payaso.- una sonrisa burlona se formó en sus labios. Esa chica era...
-Tu eres...-
-Primera regla: no entres a mi cuarto jamás en tu vida. Segunda: el baño es compartido, nunca dejes puesto el seguro de mi lado cuando salgas, ni lo dejes sin seguro si estas dentro. Y tercera: no me molestes.-
-Espera...yo también tengo mis reglas...-me miró desafiante y me olvidé de lo que iba a decir. –Yo cumplo las tuyas, pero van las mismas para ti también.-dije resuelto.
-Bien.-y luego desapareció por la puerta de su cuarto.
Chicas mil gracias por sus comentarios... este cap se lo dedico a mi amiga valval...=)
|