ADIESTRADOR DE PLACERES (+18) (FINALIZADO)

Autor: señorita_morena
Género: + 18
Fecha Creación: 07/10/2013
Fecha Actualización: 28/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 5
Comentarios: 41
Visitas: 41697
Capítulos: 32

¿Hasta donde estarías dispuesto a llegar? ¿Hasta donde

llegarías para poder cumplir los deseos del hombre de

tus sueños?

Jane es una estudiante sin recursos que comienza un trabajo

por una amiga, sin saber exactamente de que se trata.

Carlisle es un hombre de negocios con no demasiado

tiempo libre dispuesto a lo que sea por cumplir sus fantasías.

 ------------

 

ESTE FIK CONTIENE FUERTES ESCENAS DE SEXO SADOMASOQUISTA Y LENGUAJE OBSCENO, QUEDAN AVISADOS

 

NO COPIAR NI COLGAR SIN MI PERMISO

 

LES DEJO LA PÁGINA DE MI BLOG DONDE PUEDEN ENCONTRAR MIS DEMÁS FICKS

ADEMÁS DE LA SAGA CASANNOVA

http://fanficcasannova.blogspot.com.es/

 

UN SALUDO, ESPERO QUE LOS DISFRUTEN

 

SRTA. MORENA

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 4: LA CASA DEL SEÑOR

 

Me duele la jodida cabeza cuando pienso en mi nuevo trabajo, pero me quedo en la cama quieta luchando por intentar entender como demonios una persona que supuestamente te quiere es capaz de compartirte con otra, quizás por eso la mujer de ese tal Sr. Cullen, lo dejó.

Si, seguramente estaba hasta las narices de tener que soportar a un impresentable que lo único que piensa es meterla y es capaz de follar con su mejor amigo y con su mujer en una misma cama...o quizás e bisexual, cosa que no está mal pero... ¿con su mejor amigo?.

 

Respiro hondo y me levanto de la cama, todo se vuelve negro a los lados y es porque me he mareado. Anoche hice la maleta y hoy sería el primer día en mi nuevo trabajo.

Meto lo último que hay en casa, un par de cajas de ibuprofeno en mi bolso de mano y arrastro mi maleta hasta la puerta, miro la pequeña habitación que alquilé pensando que las cosas me iban a salir mejor... pero no me fueron mejor.

 

Suspiro y estoy en marcha bajando las escaleras, el barrio donde vivo digamos que no es el barrio en el que le gustaría vivir a mucha gente, ni siquiera a mi. Pero tampoco es que tuviese muchas opciones.

 

Un buen día, cogí de la cartera de mi madre unos mil dólares y me embarqué yo sola en la aventura de vivir por mi cuenta, tras meses de buscar trabajo lo único que encontré fue dependiente en una tienda de repostería, lo cual acepté pero no me renovaron el contrato ya que la repostera jefe quería más que palabras conmigo y yo me negué, todas pasaban la prueba de los baños, menos yo.

 

Hago un gesto a un taxi que se para, huele mal pero igualmente me subo y dejo la maleta a mi lado.

 

-¿A donde señorita?-.

 

El señor que conduce es un hombre mayor con bigote blanco y canas en el pelo del pecho.

 

-A la avenida Hallans-.

 

-Claro-.

 

Preparo el dinero calculando más o menos lo que me va a costar, tengo el dinero justo para este viaje y para comer hoy y mañana... no sabía que iba a hacer mañana y odiaba esta situación, esperaba que el señor me cogiese para trabajar en su casa.

Echar un par de polvos no sería un problema para mi, y limpiar y lavar tampoco.

No es que fuese una puta, de echo... aún era virgen, algo que debía decirle a este hombre si quería meterse en mis bragas. ¿El porque de mi virginidad a mis veintitrés años?, mi madre, era de esa mujeres que se pasaba por la piedra a todo el mundo y yo sinceramente, comencé a acogerle ascos a los hombres que entraban a follar con ella a mi casa, altos, con el pelo largo, camisetas de tirantes, pantalones rotos y tatuajes del tipo “solo dios puede juzgarme”.

En cuanto a mi padre... le conocí una vez y una vez me sirvió para entender que no encajaría con él. Era un hombre con recursos pero dijo que no podía mantenerme porque tenía una familia y que yo no formaba parte de su futuro ahora, en resumidas cuentas, había dejado preñada a otra mujer mucho mejor que mi madre y no quería que yo fuese un estorbo cosas que entendía perfectamente.

 

-Hemos llegado señorita-.

 

Asiento y pago al taxista la suma de dinero que marcaba en el taxímetro. Saco mis maletas y miro la casa, esta en medio de una avenida, el tejado era azul oscuro, las ventanas eran grandes, de cristal y había una pequeña verja negra para poder subir las escaleras, la puerta era negra, la cual toco y respiro hondo al ver que nadie abre.

 

Pasan los minutos y una mujer vestida de negro me abre, es alta y con el pelo corto, su figura es bonita, como la de una bailarina, esbelta, tiene los ojos claros y una sonrisa radiantes.

 

-Hola soy Alice Hale-.

 

-Hola, soy Jane Black, vengo por el trabajo de... sirvienta-.

 

-Entiendo-.

 

La mujer sale y me mira con autosuficiencia, saca de su pequeño bolso un paquete de tabaco, Malboro gold, y pone uno en su boca, me ofrece uno y lo tomo, enciende primero el mío y luego el suyo con un mechero de color negro donde pone “Fuck”.

 

-Yo soy una de las empleadas de la casa...-.

 

Ah... que somos varias...”-

 

-Pero solo tu te dedicarás a servir al señor... yo simplemente vengo una vez a la semana a limpiar los cristales y las cosas grandes... que tu no tendrás tiempo de limpiar porque estarás muy ocupada... ya sabes-.

 

Asiento y me sonrojo por como me habla y se que ahora mismo la palabra PUTA se me queda corta.

 

-Que te vaya bien muñequita- dice con una sonrisa- una pena que no le vayan las morenas- dice más para si misma que para mi y se marcha balanceando esas proporcionadas caderas fumando su cigarrillo-.

 

Cuando giro y miro a la puerta abierta entro con las maletas y doy una calada al cigarro. 

Capítulo 3: SIN OPCIONES Capítulo 5: NO COMO PENSABA

 
14637144 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10856 usuarios