El Despertar De Isabella (18+)

Autor: Bella_Yexsi
Género: + 18
Fecha Creación: 06/06/2013
Fecha Actualización: 27/07/2013
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 8
Visitas: 7756
Capítulos: 6

 Unos padres a los cuales el tema del sexo es un completo tabú y un novio con excesivas prevenciones para no dejarla embarazada, llevara a Isabella una chica de solo 18 años con grandes deseos sexuales y ganas de experimentar a tener una aventura con el guapo y sexy Edward Cullen.

 

Por aca vengo con un nueva historia chicas...

Espero sea de su agrado

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Capítulo 4: "Lo que es igual no es trampa"

*Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen son propiedad de Stephenie Meyer. Yo solo los utilizo para crear mis propias historias.

*Advertencia: Contiene escenas de sexo y vocabulario explícitos.

 

 


Muchísimas gracias a mi beta Sool Onuma, Betas FFAD.

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Estúpida, seguro se perdió buscando el baño.

—Si buscabas el baño está abajo. —Mi voz apenas era audible, mi garganta estaba seca y él ya estaba detrás de mí.

—No buscaba el baño.

Sus manos subieron por mis brazos despertando todos mis sentidos.

—La buscaba a usted, señorita Isabella…

No sabía qué decir, las palabras no salían de mi boca y mi cuerpo reaccionaba a ese simple toque que él me estaba dando.

—Señor Cullen… —dije apenas en un susurro.

—Shh… Si no quiere que haga nada, solo dígalo Isabella. —Sus dedos bajaron lentamente hacia mi escote y mi respiración se aceleró—. Pero sé que sería mentira si me dice que no le gusta lo que hago, que no le agrada la sensación que siente cuando la toco. Y señorita Isabella… es malo decir mentiras. —Mordí mi labio inferior fuertemente tratando de callar las palabras que gritaba por dentro.

¡Joder! ¡Sí, quiero que me toque, lo quiero! Juro que escuché un gruñido de su parte.

Sus ojos estaban oscuros, llenos de un deseo ferviente que quería salir a flote. El fuego me quemaba, él había detenido sus manos en el borde de mi vestido... Comenzó a jugar con éste con sus dedos largos, adentró la punta de ellos, levantando la orilla de la tela moviéndola de un lado a otro, quemándome.

Quería que él apagara el fuego… este simple contacto me enloquecía.

Nuestras miradas estaban entrelazadas, cuando sentí que su mano izquierda era depositada en uno de mis pechos.

—Si no quieres que lo haga, detenme. —Su voz sonó más ronca que antes… Yo no iba a detenerlo, no quería…

Bajó mi vestido para dejar mis pechos libres, no tenía sujetador ya que con lo que me había puesto no lo necesitaba.

Tomó posesivamente uno de ellos haciéndome gemir, sentí mi centro húmedo y hambriento. Miles de sensaciones me recorrían mientras me manoseaba con devoción, agarraba mi pezón y lo apretaba… cerré mis ojos dejándome llevar. Mi pulso estaba descontrolado.

Ahora eran sus dos manos las que me estaban llevando al límite, aumentando cada vez más mi deseo y la humedad que estaba entre mis piernas. No podía con todo esto, creí que me iba a correr por el increíble efecto que me estaba causando.

—Abre los ojos, Isabella. —Sonó más como una orden que una sugerencia, así que obedecí, pero con lo que vi me quedé estupefacta. Mis mejillas estaban rosadas, mi labio inferior estaba marcado por mis dientes que casi me lo estaba rompiendo… ¿Cómo no me di cuenta?

Una música comenzó a sonar y sentí vibrar algo, vi la pantalla de mi celular iluminada que se hallaba en la cómoda, al frente del espejo y de mí. Edward soltó un poco su agarre para que me acercara a tomarlo, pero no me liberó completamente de su contacto.

Siguió con lo mismo de antes, tocando, apretando, masajeando mis senos a su antojo y yo gemía… Hasta que vi la pantalla de mi celular…

"Mi chico" ¡Mierda! Era Jacob…

Sabía que Edward podía ver desde atrás la pantalla, pero no se inmutó, al contrario, siguió con sus agradables movimientos.

—Contesta —ordenó… ¿Pero qué demonios? ¿Quería que contestara en esta situación? Ni siquiera me podría concentrar—. Conteste señorita Isabella. —Insistió.

Respiré profundamente, tratando de calmarme lo cual no me sería muy fácil con Edward jodido Cullen excitándome.

—¿Sí? —Mi voz sonó temblorosa y vi una sonrisa socarrona dibujarse en el rostro del hombre detrás de mí. Idiota… Estaba disfrutando esto.

—Isabella, pequeña discúlpame por no haber llamado antes. Estoy llegando a tu casa.

—Eh… no… no te pre-ocupes, Jake... —tartamudeé porque el estúpido de Edward me había apretado nuevamente los pezones.

—¿Estás bien, pequeña?

Muy buena pregunta, querido… Estoy excelentemente bien, con un hombre en mi cuarto, el cual acabo de conocer que me está dando muchísimo placer con solo tocarme, se siente tan bien que casi me hace correr.

—Eh… sí, amor… estoy bien. —Cerré mis ojos para tratar de concentrarme y parece haber funcionado porque Edward había dejado de acariciarme—. Nos vemos en un rato.

—Está bien, preciosa.

Abrí mis ojos nuevamente para darme cuenta de que él no estaba allí, solo estaba yo en la habitación sentada en la silla con mis senos al aire.

¿Quién se cree? Estúpido, idiota… Viene, me toca y se va sin avisar…

¿Qué esperabas? Tu novio te llamó…

Estúpida voz…

Me levanté arreglando mi vestido, entré al baño para limpiarme ya que el muy jodido me había dejado completamente mojada. ¿Acaso tengo un letrero en la cabeza de "NO FOLLARME" que todos pueden ver menos yo?

Sí, seguro era eso.

Salí de mi habitación y me dirigí a la fiesta.

—Bells, ¿dónde te habías metido? —Me preguntó Rose preocupada.

—Estaba en el baño. —No sabía si decirle lo que en realidad había pasado, quería olvidarlo.

Como si pudieras…

—¡Cállate! —Ella me miró extraño. Mierda, lo dije en voz alta—. Mmm… nada. Disculpa, estoy un poco ida.

Bailé con ella y unos amigos hasta que Jake llegó. Disfruté y la pasé excelente con todos los invitados, pero… estuve buscándolo siempre, sin embargo, en la hora del pastel lo volví a ver entre las personas. La rubia con quien había venido, lo tenía agarrado del brazo recostando su cabeza en el pecho de él, su prometida. Era la misma chica que llevó a Nessie ese día para que la cuidara.

Pude ver a la pequeña que miraba expectante, le hice señas para que se acercara y así poder estar a mi lado y soplar las velas del pastel que era grande, de cinco pisos de color blanco y rojo decorado con algunas fresas. Estaba puesto en una gran mesa y todos los invitados estaban alrededor esperando para comenzar a cantar.

Sentí unas pequeñas manitas en mi cadera.

—Bells. —La pequeña Nessie estaba a mi lado. Levanté mi vista buscándolo a él y nuestras miradas se encontraron. Edward me dio una sonrisa torcida moja bragas y no pude evitar recordar lo sucedido en mi habitación hace una hora.

—¿Estás bien, amor? —Jake me miraba curioso—. Estás sonrojada, me encanta cuando te pones así. —Me dio un casto beso en los labios, que me absorbió por completo dejando en el olvido el recuerdo de Cullen, o al menos por ahora.

Cantamos juntos el cumpleaños. Quizás algunas personas dejaban que los demás se lo cantaran, pero a mí me gustaba unirme. Comí junto a Nessie y Jacob, quienes se llevaron muy bien y simpatizaron.

La canción Just Can't Get Enough- The Black Eyed Peas comenzó a sonar, vi a Rose corriendo entre las personas hacia mí. Sabía que lo haría, era nuestra favorita. Me tomó del brazo para llevarme al centro de la pista y comenzamos a bailar solas. Nuestras caderas se movían sensualmente…
 

Chico, lo pienso noche y día
soy una adicta, quiero saltar en tu amor
no me gustaría tenerlo de otra forma.
Soy un adicto y no puedo obtener lo suficiente.
Mientras tanto, espero que para la próxima vez
vengas antes de que brinde por los mejores tiempos.
Nuestras risas van en un vaivén de palabras.
Ella consiguió pescarme con su amor y lo confieso.
Algo en su sonrisa y su combo
me hace volar alto y no estoy bajando.
Mi corazón late más fuerte que el ritmo electro
Ella me hace sentir como Mr. Roboto.

 

Este sin dudas era mi mejor cumpleaños…

La noche pasó y la fiesta estaba terminando. El Sr. Cullen se acercó junto con Nessie en sus brazos y la rubia a su lado.

—Buenas noches, señorita Isabella. Muchas gracias por su invitación. —Este hombre estaba… loco. Me trataba como si nada hubiese sucedido.

Jake que estaba a mi lado, me acercó a él agarrándome de manera posesiva, recosté mi cabeza en su pecho.

—Gracias a usted por haber aceptado —respondí sinceramente.

—Disculpen mi descuido, les presento a mi prometida, Tanya Denali.

—Mucho gusto, señorita Tanya. —Hice un asentimiento de cabeza.

—El gusto es mío, Isabella. —La chica era simpática, además de hermosa.

No entendía por qué entonces ese hombre había hecho lo que hizo conmigo, si su novia se veía más que capaz en satisfacer todas sus necesidades.

—Les presento a mi novio, Jacob Black.

Mi chico los saludó amablemente.

—Bueno, espero que hayas disfrutado lo de esta noche. —¿Cómo? ¿Se refería…?—. A esta fiesta que tus padres prepararon.

—De hecho sí, lo disfruté mucho. Gracias. —Seguí su juego.

—Espero que te guste el regalo, yo mismo lo escogí. —Por un momento creí que hablaba del collar, pero cuando vi esa jodida sonrisa en sus labios supe que no era eso a lo que apuntaba.

.

Edward se despidió junto con Tanya y Nessie. El muy jodido ni disimulaba, o al menos es lo que me pareció, cuando con mucha formalidad me dijo frente a nuestras respectivas parejas:

—Llámame Edward, Isabella…

Las cosas que me decía eran en doble sentido, ¿o no?

Ya te estás volviendo loca…

Insensata voz que había aparecido por arte de magia al igual que Edward Cullen.

—Ahora, Bells ¿me dirás que tienes? Andas demasiado pensativa, además de que te perdiste ahora. —Rose me miraba curiosa esperando mi respuesta.

La fiesta había terminado y ella decidió quedarse conmigo…

—No me pasa nada. —La ignoré encerrándome en el baño para tomar un baño.

—Sí… Bells, como si yo no te conociera bien —gritó detrás de la puerta—. Nada más espera a que salgas.

Puse los ojos en blancos olvidando que luego me esperaba una lluvia de preguntas. Sabía que se preocupaba por mí, ella era como la hermana que nunca tuve, pero no estaba segura de contarle esto. Todavía a mí me parecía tan irreal.

Cerré mis ojos mientras el agua caía sobre mí… Esa sonrisa… Esos ojos… Sus manos recorriendo mi cuerpo…

Instantáneamente acaricié mis pechos imaginándome que era él, recordando lo sucedido horas atrás…

Mi centro se contrajo, mi respiración se aceleró mientras sucumbía en mi fantasía.

—Edward… —Jadeé sin poderme contener…

Entonces volví.

—¿Qué demonios te sucede? —Me pregunté a mí misma.

—¿Estás hablando conmigo, Bells? —gritó Rose que todavía se encontraba en el cuarto esperándome.

—No, Rose...

Pasé el jabón rápidamente por mi cuerpo sin pensar mucho o volvería a lo mismo de antes.

.

.

¿Cómo empiezo? Bueno amiga, resulta ser que el padre de Nessie me siguió hasta mi cuarto, me tocó y se sintió de lo mejor.

—¡Habla, ya! —exigió sacándome de mis pensamientos—. ¡No…! ¿No me digas que por fin el chucho ese te folló? ¿Pero cuándo? ¿Cómo?

—Quieres que te cuente y no paras de preguntar, déjame hablar. —Me acomodé en la cama cruzando mis piernas para quedar frente a ella.

—Es que estás tan pensativa. Anda... Suéltalo.

Comencé a contarle a Rose todo lo que había pasado desde el primer momento que vi a Edward. Cómo me comía con la mirada, que me siguió a mi cuarto, que casi me hizo correrme con solo tocar mis pechos, cuando me obligó a responder la llamada de Jake y de cómo disfruté todas sus caricias.

Rose estaba sin habla…

—Mierda Bells… ¿Me estás diciendo que el sexy Edward Cullen te ha tocado? —Asentí.

—¿Y se fue sin decirte nada? —Repetí el mismo movimiento.

—Dios… no sabes la suerte que tienes. —Rodeé lo ojos. No pensaba que reaccionaría así—. No me mires de esa manera. Ese hombre es… dios, un dios griego. Es más sexy que Matt Bomer.

—Estás exagerando.

—Nada de eso, es verdad amiga. —Hizo un gesto negativo con la cabeza y luego asintió como loca. Parecía los muñequitos que ponían en los autos—. Cuando llegó a la fiesta todas las chicas comenzaron a murmurar… TODAS. Isabella, ellas han tenido fantasías con él desde que vino a Seattle y tú eres una jodida suertuda que ha podido sentir esas fuertes manos.

—No sabía eso, pero en fin Rose. Lo peor, es que cuando se fue, todo lo que me decía me parecía en doble sentido. —Ella quedó con la boca abierta—. Su novia es demasiado hermosa, no entiendo porqué lo hizo.

Ella iba hablar pero yo proseguí—: Además de que no puedo sacármelo de la mente… Sus manos. ¡Dios! Creo que hay algo malo en mí.

—Primero: odio decir esto, pero yo te lo dije… El amor no sería suficiente… Tú tienes necesidades Bells y si el ch… —Le di una mala mirada, odiaba que le dijera chucho a Jake—. Ok. Si Jacob no las satisface, pues es obvio que te sientas así. Segundo: tú también eres hermosa Bells, hasta mucho más que esa rubia "plástica", muchos chicos desearían estar en el lugar de Jacob y él no valora lo que tiene… Tercero: no te sientas mal amiga, el chucho ese visita prostitutas, Bells… ¡Prostitutas! Tú también deberías buscar una manera de desahogarte. Lo que es igual no es trampa, amiga.

Rose y yo nos acostamos en mi cama era una King Sise así que las dos podíamos dormir tranquilamente, pero Morfeo no se apiadaba de mí. Las palabras de ella seguían dando vueltas en mi mente.

¿Podía hacer lo mismo que Jake? ¿Estar con otras personas mientras tengo una relación seria con otro?

"Lo que es igual no es trampa…"

Después de una hora despierta, caí rendida, dejándome llevar… Lo curioso era que aparecieron unos ojos muy atrayentes y enigmáticos, parecidos a los de él

.

.

.

El fin de semana había pasado y ya mañana era lunes… O sea, que seguro traerían a Nessie para que yo la cuidase.

El sábado lo pasé junto a Rose, nos levantamos tarde, fuimos de compras al centro comercial donde encontré un bello short corto de jeans con unos tirantes, y en la noche me visitó mi novio con la misma rutina. Me estaba cansando un poco eso del toca y suelta.

El domingo a misa con mis padres, no me agradaba pero era algo de lo que no me podía salvar, si chistaba Renée saldría con lo mismo que la primera vez…

—Mi casa, mis reglas, Isabella… No puedes dejar de ir a la iglesia.

No me mal interpreten, creo en Dios, todos creemos en algo que es superior a nosotros… Pero no me gusta hacer las cosas por obligación. Estaba pensando seriamente en mudarme, tal vez comprar un apartamento.

También salí con Jake al parque, conversamos, reímos y "jugamos" un rato. Me encantaba cuando besaba mi cuello mientras me embestía con sus dedos gruesos una y otra vez.

Ahora me encontraba en casa leyendo un poco de un libro que Rose me comentó y me envió por correo en formato PDF. Según ella lo tenía así porque si sus padres llegaban a verlo la enviaban a un loquero por enferma sexual.

"Pídeme lo que quieras"

Dios… Ese Eric me tenía los nervios de punta y Judith me hacía reír muchísimo.

Habían descubierto a la jefa de ésta con un chico follando en la oficina, mientras Eric y Judith estaban metidos en el archivo.

"—Daría todo lo que tengo porque fueras tú quien esté sobre la mesa. Pasearía mi boca por tus muslos, para después meter mi lengua en tu interior y hacerte mía."

Joder… Yo quería un hombre así, un hombre que esté dispuesto a satisfacerme sexualmente, que me toque, me embista con un fuerte falo…

¡Qué calor!

Mi celular comenzó a vibrar, observé la pantalla dudosa: "Número desconocido"…

—¿Hola? —Mi voz sonó más seca de lo normal, leer esto me tenía mal. Aclaré mi garganta—. Diga.

—Buenas noches, señorita Isabella. —Esa voz…

—Ehh… Buenas noches, Sr. Cullen.

—Isabella, te dije que me llamaras Edward. Todavía no tengo canas ni estoy casado para que me digas señor.

—Está bien, Edward. ¿Sucedió algo con Vanessa?

—No, Vanessa está bien. Te llamaba para avisarte que desde mañana vendrás a cuidarla aquí en la casa. Un chófer pasará a buscarte a eso de las 9 am.

—Creí que a usted le gustaba que nadie visitara su casa. —Me extrañaba este cambio tan repentino, será por lo de… no… no creo…

—Tutéame Isabella y pues, he cambiado de opinión. Te espero mañana a las 9 am —dijo con voz firme sin dejarme opción—. ¿Isabella?

—Dígame…

—No llegues tarde. —Y así sin más corto la llamada. Bien jodido que eres Edward Cullen… Como le gusta mandar.

Si antes no podía dormir bien por los pensamientos que se adueñaban de mi mente trayendo a Edward a mi recuerdo, ahora mucho menos. Estaba nerviosa… Casi cuatro meses cuidando a Nessie en mi casa, sin verlo a él, sin conocerlo y ahora me pide que vaya a su casa.

Bueno, aunque no estaría sola, podía buscar cualquier excusa con Nessie para evadirlo y si tengo suerte estará todo el día trabajando, podré venir a casa sin novedad. Solo espero que esa misma suerte la pueda tener toda la semana.

Las palabras de Rose golpearon en mi mente "Lo que es igual no es trampa"… No podía hacer algo así, por más que lo deseara.

 


 

Preciosas ¿Qué les pareció este nuevo capítulo? Ahora nuestra Isabella estará cuidando a Nessie en la casa del Sr. Cullen ¿Qué pasara ahora? ¿Por fin tendrán su primer encuentro? Este no estuvo nada mal, nos ha dejado bien en claro que es bueno con las manos.

Yo amo a mi Rosalie jajaja… Es una corrompedora pero bueno chicas, espero que les allá gustado.

Quisiera saber su opinion sobre la historia asi que las invito a comentar.

Las invito a unirse a nuestro grupo en Facebook, el link lo encontraran en mi perfil.

Besos y nos leemos la próxima…

Las quiere, Yexsi.

 

Capítulo 3: Tentación Capítulo 5: La Propuesta (POV Edward)

 


 


 
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