Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149999
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

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Capítulo 4: Reencuentro

Emmett y Tanya.

 

Emmett Pov.

 

Me partió el alma ver a mi pequeña Bella tan asustada, me costaba creer que después de tantos años ese maldito siga teniendo ese poder sobre ella.

-                     Me hace tan mal verla asi. –dijo Tanya. Estábamos en el coche, ella se quedaría en mi casa porque mañana saldríamos muy temprano para Madrid.

-                     Te entiendo, no puedo creer que el maldito aun la haga sentir miedo.

-                     A que te refieres con aun? –me pregunto muy intrigada.

-                     Cuando mis padres decidieron mudarse el no quiso despedirse de Bella, se fue a la casa de unos pariente que vivían no se donde, eso la destrozo, un mes después ella regreso a Forks a decirle que estaba embarazada, y el estaba con otra, como ya sabes, pero esa otra no era menos que la mas zorra de todo el instituto, cuando Bella regreso, luego de ser humillada y ofendida en público, con el corazón mas roto de lo que ya lo tenia, no había noche en la que no despertara gritando su nombre y llorando a mares. Bella nunca les dijo a mis padres quien es el padre de Lydia, pero, como imaginaras, ellos tienen sus sospechas, y son bastante acertadas.

-                     Cuando dejo de tener esas pesadillas? –me pregunto Tanya, parecía horrorizada.

-                     No lo se exactamente, cuando nació Lydia se hizo medicar para no despertar en ese estado, no quería asustar a la niña, ignoro cuando o si las ha dejado de tomar. –me enfadaba hasta no poder mas todo lo que ese bastardo le había hecho sufrir a mi pobre hermanita, por la culpa de él ella nunca volvió a confiar en los hombres, nunca salió con nadie después de él, y en realidad antes tampoco.

Para ese momento ya estábamos en mi casa. Entramos le mostré a Tanya su habitación, me despedí de ella amablemente y me fui a la mia. La charla en el auto me había dejado molesto y sin ganas de hablar con nadie, tenia que recuperarme, no quería que mis padres me vean mal.

A la mañana siguiente me desperté a las 8 con la alarma de mi teléfono, cuando sali de la habitación sentí olor a comida casera, cosa muy extraña en mi casa. Llegue a la cocina y vi a Tanya haciendo el desayuno.

-                     Buenos días. –dije algo extrañado.

-                     Hola –me saludo ella alegre-. Oye, no se cocina en esta casa? Casi me ha sido imposible hacer un desayuno con las pocas cosas que tienes.

-                     Bueno en realidad, aparte de Bella que a cocinado alguna que otra vez que se ha quedado, se podría decir que estas estrenando la cocina. –dije riéndome de su cara incrédula.

-                     No lo puedo creer, siempre crei que los hombres al vivir solos aprendían a cocinar.

-                     Digamos que en mi caso preferí conseguir los números de teléfono de los restaurants que hacen entregas a domicilio. –Tanya se partía de la risa.

Desayunamos tranquilos, entre risas y luego partimos rumbo al aeropuerto. El viaje fue muy tranquilo, ya a estas alturas le estaba viendo algo positivo a las próximas dos semanas, necesitaba unas vacaciones y no estaba mal que fueran junto a una amiga con la que me sentía realmente a gusto.

Llegamos rápidamente a la casa de mis padres, quienes nos esperaban para ir a almorzar todos juntos.

-                     Emmett! Tanya! Por fin llegan –nos saludo mi madre muy feliz-. No saben el gusto que es para nosotros tenerlos aquí –no era mentira, mis padres disfrutaban mucho de la compañía-. Tanya querida, cuanto tiempo sin verte, podría asegurar que cada dia estas mas hermosa. –mi madre sentía un gran aprecio por Tanya, fue la primer amiga que tuvimos cuando llegamos aquí, en ese tiempo ella también vivía en Madrid, y fue una gran contribuyente en sacar a Bella de su poso depresivo.

-                     Renee yo también te he echado de menos, y muchas gracias por el cumplido, tu siempre tan amable. –dijo sonrojándose.

-                     No es solo amabilidad niña, lo que ha dicho mi esposa no es mas que la verdad. –dijo mi padre mientras nos daba un beso en la mejilla a cada uno.

-                     Bueno no la atosiguen que quera volverse a parís de inmediato. –dije bromando.

-                     No seas malo Em, he dicho que los acompañare y no me echare para atrás ahora. –dijo muy segura, yo bien sabia porque lo decía.

Entramos nuestras cosas a la casa, nos aseamos y nos fuimos a comer a un lindo restaurant al lado de un rio, por la tarde a recoger el regalo para los novios, que era un hermoso cuadro echo a pedido por un prestigioso artista alemán.

Luego nos volvimos a la casa porque mi madre quería asegurarse de que estuviera todo listo para el viaje. Tanya se fue con Renee a ver unos vestidos, yo me quede solo con mi padre en la sala.

-                     Como esta tu hermana con todo esto? –pregunto Charlie, se le notaba la preocupación.

-                     Bastante bien, algo asustada, pero parece tenerlo bastante controlado. –mentí un poco, no quería preocuparlo.

-                     Esta teniendo pesadillas otra vez?

-                     No lo creo, conociéndola antes de tenerlas volvería a medicarse, para no asustar a Lydia. –por alguna razón cada vez estaba mas seguro de que debía estar medicándose de nuevo.

-                     Esto no me gusta. Te confesare que en un principio yo me negué rotundamente a asistir a esta boda y mucho menos a hablarle de ella a Bella, pero tu madre insistió e insistió hasta que no me quedo de otra que ceder. –dijo muy afligido.

-                     Ya no somos unos críos papa, no es justo que por nuestra culpa ustedes pierdan esa bonita amistad que tenían con Carlisle y Esme. –dije algo serio.

-                     Sean unos críos o no, siempre serán nuestros hijos, y nosotros nunca haremos nada que pueda lastimar a nuestros hijos. –me dijo muy seguro y orgulloso. En ese momento la conversación se dio por finalizada porque llegaron las chicas. Hablamos entre todos un rato mas y luego nos acostamos a dormir.

A la mañana siguiente me desperté muy temprano, baje a desayunar, ya todos estaban ahí, luego me bañe, cambie y todos partimos al aeropuerto.

Embarcamos bastante rápido, si se tenia en cuenta que no viajábamos en el avión privado. Una vez estuvimos acomodados en nuestros asientos no demore mucho en quedar dormido. Me despertó la azafata para decirme que estábamos por aterrizar en el aeropuerto de Washington, que debía abrochar mi cinturón de seguridad. Aun nos faltaba otro vuelo hasta Port Angeles y de ahí una hora en auto.

-                     No puedo creer que hayas dormido todo el viaje, parecías un oso en plena internación. –me regaño Tanya.

-                     Que iba a hacer si no? Esto de andar en avión es muy aburrido. –ella no contesto nada y siguió leyendo un libro.

Quince minutos después estábamos esperando nuestro próximo vuelo, que parecía que demoraría un poco. Mi madre se puso a recorren las tiendas para niños del Free Shop buscando recuerdos para Lydia, si ya empezaba a comprar cosas desde ahora tendríamos que contratar un avión entero para llevarnos todo a nuestro regreso, por la cara de mi padre note que el pensaba lo mismo. Luego de una hora y media embarcamos el siguiente avión, aunque avioneta seria un nombre mas adecuado, en no mas de media hora estaríamos aterrizando. Comencé a ponerme muy ansioso, eran tantos años sin volver a este lugar.

Aterrizamos y en el mismo aeropuerto alquilamos dos coches, en uno nos fuimos Tanya y yo y en el otro mis padres.

-                     Como te sientes Em? –me pregunto Tanya algo preocupada.

-                     Bien, es solo que son tantos recuerdos que me parecían mas que olvidados. –mi voz demostraba toda la melancolía que sentía en este momento. En este lugar fui inmensamente feliz, yo tenia planeado regresar una año después de que nos fuimos, solo acompañaría a Bella en su adaptación y luego regresaría a ser feliz con mi amada Rosalie, pero ella demostró no ser los que yo creía, y por mas que la amara nadie se mete con mi hermanita, y mucho menos hacerla llorar.

-                     Los recuerdos no se olvidan Em, a lo sumo se entierran. –me dijo Tanya, se notaba lo triste que la hacía verme asi.

El resto del camino fue en silencio, cuando entramos al pueblo note como nos veían los habitantes, no era un lugar muy turístico, y mucho menos un lugar en el que se vieran autos como los que llevábamos ahora (dos BMW un m6 y un z8). Fuimos a nuestra casa, ya que aun teníamos nuestra antigua casa en ese pueblito, a mis padres les traía muy lindos recuerdos por lo que nunca la quisieron vender, que irónico.

-                     Oye que linda casa, es tan tierna –dijo Tanya, la mire alzando una ceja-. Es cierto, que no lo quieras reconocer es por otro tema. –dijo bajando del coche.

Llevamos todas las maletas adentro, yo me negué a usar mi vieja habitación, en cambio opte por una de las de huéspedes, cosa que a mis padres no les hizo mucha gracia. Nos fuimos a asear. Cerca de una hora después de nuestra llegada escuche que tocaban el timbre, me acerque a la escalera pero no baje, sabia que la empleada abriría.

-                     Hola estamos buscando a los Swan. –dijo una voz que conocí de inmediato, Carlisle.

-                     Los señores se están aseando, acaban de llegar. Si gustan pueden pasar a la sala a esperarlos. –dijo la empleada cuyo nombre no recordaba.

-                     Querido es fue un viaje muy largo, dejemos que se acomoden y luego los veremos. –dijo Esme.

-                     Tienes razón querida –volvió a hablar Carlisle-. Les haría el favor de decirles que los esperamos a cenar esta noche, para darles la bienvenida.

-                     Claro Señor, en cuanto los vea se los diré  de inmediato –le aseguro la empleada- disculpe, quien debo decir que los invito?

-                     Que torpeza de mi parte –dijo Carlisle reprendiéndose a si mismo-. Dígale que Esme y Carlisle.

Después de eso se fueron. Mis padres al enterarse que habían estado se entristecieron porque no pudieron saludarlos, enseguida aceptaron gustosos la invitación, por lo que en este momento estaba arreglándome para ir a cenar a la casa Cullen.

Nos fuimos en dos autos, me sorprendió y entristeció notar que aun podría hacer ese camino con los ojos cerrados, otra cosa que me sorprendió fue, al llegar a la casa, notar que seguía exactamente igual, como si no hubiera pasado ni un solo dia.

Bajamos del auto, Tanya me agarro del brazo transmitiéndome que estaba conmigo y que contaba con todo su apoyo, caminamos hacia la puerta, note como todos respiramos hondo y Charlie toco el timbre. Casi al instante nos abrió la puerta una empleada, nos hizo pasar al recibidor y pidió nuestros abrigos. La casa estaba igual, a no ser por algunos pequeños cambios muy sutiles en el mobiliario, seguía teniendo ese toque en la decoración que solo Esme podía conseguir, solo se escuchaba una tenue música proveniente del salón. Luego de dejar nuestros abrigos Tanya volvió a agarrarse de mi brazo, la sentí algo nerviosa por lo que pase mi brazo por encima de sus hombros en gesto protector, ella me miro con un sonrisa y comenzamos a caminar los cuatro siguiendo a la empleada.

Llegamos al salón y nos encontramos a todos los Cullen y los gemelos Hele mirando fijamente al lugar por donde entraríamos, por un momento siguieron viendo la entrada, claramente esperaban ver aparecer a Bella.

-                     Ella no ha venido. –les dije para que no se molestaran en esperarla. Todos me quedaron viendo, el ambiente estaba como para cortarlo con cuchillo. Hasta que Carlisle se adelanto un paso tratando de romper el hielo.

-                     Renee, Charlie! Que gusto es tenerlos otra vez por aquí, han pasado años –dijo dándole un abrazo a cada uno-. A ti también se te ha extrañado mucho Emmett. –dijo mientras me abrazaba. Detrás de el se acerco Esme.

-                     Tu debes de ser la novia de Emmett –dijo Esme dirigiéndose a Tanya-. Por fin el grandulón a plantado cabeza. –Tanya y yo nos miramos cómplices, nos pareció divertido el comentario.

-                     Es Tanya, una amiga de la familia –intervino Renee-. Aunque aun no pierdo las esperanzas que tenerla un dia como nuera. –dijo, a lo que Tanya le sonrió muy dulcemente.

Luego de eso todos se acercaron a saludarnos, no fue algo de los mas amable pero pudo haber sido peor, la mas tensa fue Rosalie que no me dijo ni hola y miro a Tanya con desdén pasando por al lado de ella como si fuera un florero.

Nos dispersamos en dos grupos, por un lado Renne, Charlie, Esme y Carlisle y por otro el resto

-                     Que ha pasado con Bella? Llegara mas cerca de la boda? –pregunto Alice. Note como Edward prestaba atención a la conversación. Me demore en responder por lo que Tanya lo hizo por mi.

-                     No, ella no vendrá, no a querido salir de parís. –le informo con tono amable. Note como se entristeció Alice al oir eso, me dio lastima por ella.

-                     Y tu como lo sabes? –pregunto Rosalie destilando veneno.

-                     Como su mejor amiga sabe ese tipo de cosas. –respondí defendiendo a Tanya. Ese comentario entristeció aun mas a Alice.

-                     Tranquila Al, debes de entender que ella ahora tiene otras responsabilidades. –dijo Edward impregnando con veneno cada una de sus palabras.

-                     Que sabes tu de las responsabilidades de mi hermana? –le pregunte irritado, si no fuera por el agarre que Tanya tenia sobre mi brazo lo mataba ahí mismo.

-                     Los vimos hace unos meses en una revista, ella iba con un bebe, y tu estabas con ella. –me respondió Jasper, quien estaba abrazando a una muy triste Alice.

-                     Yo tenia esperanzas de conocer al hijo de Bella. –dijo Alice muy triste.

-                     Es hija, y es muy parecida a la que viste en la revista, lo único que en persona habla mucho, te maquilla de princesa y te tiene corriendo para todos lados. –le explique.

-                     En la revista no se le ve la cara, la han difuminado. –me explico.

-                     Ah, has visto las fotos del dia que fuimos al parque, me salio una torta de dinero hacer que no publiquen su cara. –dije recordando.

-                     Y porque hiciste eso? –pregunto extrañada.

-                     Porque si no Bella era capaz de matarme, según ella fue mi culpa por llevarla a un lugar el dia de su inauguración.

-                     Debe ser tan linda, una Bella miniatura. –dejo con ojos brillantes.

-                     En realidad se parece mas al padre. –era cierto, teniéndolo en frente era innegable.

-                     Quien es el padre? Es una figura publica? –pregunto expectante.

-                     Eso deberías preguntárselo a Bella, si sabe que estoy hablando de la niña no le haría mucha gracia. –todos se quedaron viéndome muy sorprendidos. En ese instante sonó mi teléfono, vi el identificador, era Bella, le mostré a Tanya y los dos intercambiamos una mirada de preocupación.

-                     Si me disculpan –dije alejándome de todos-. Hola Bellita, como estas? Que raro que llames a esta hora?

-                     Hola Em, bien y tu? Es solo que no me llamaste cuando llegaste y eso me tenia algo preocupada. –por su voz era evidente que algo estaba pasando, hasta podría jurar que estaba llorando en este momento.

-                     Bella que sucede? No te hagas la tonta conmigo. Le paso algo a la niña? –estaba muy preocupado.

-                     Tranquilo Em, Lydia amaneció enferma el dia que tu te fuiste de parís, el medico dijo que es solo una gripe, por las noches la fiebre le sube mucho por lo que no he dormido. –se notaba la fatiga en su voz, hasta le costaba hablar.

-                     Quiero hablar con ella? –solo escucharla me convencería de no salir ahora mismo para parís.

-                     Ella esta durmiendo, es muy tarde.

-                     En ese caso me voy ya mismo para parís. –dije mientras caminaba a la puerta.

-                     No hagas tonterías Em, la atendió el mejor pediatra de todo parís, el mismo la esta viniendo a ver todos los días. Si se llega a complicar prometo llamarte de inmediato. –prometió.

-                     No me interesa si es el mejor pediatra del mundo, nunca debí dejarlas solas, es la primer vez que lo hago en casi siete años. –sentía que las había traicionado.

-                     Tranquilo Em, estaremos bien. –me aseguro mi hermanita.

-                     Bien? Por favor Bella, a mi no me engañas, se que una de las razones por las que no duermes es por tus estúpidas pesadillas y por tus miedos a que alguien te saque a la niña, sabes que yo nunca permitiré que eso suceda, primero lo mato con mis propias manos antes que se acerque a mis princesas. –eso era una promesa.

-                     Respecto a eso, he estado pensando en mudarme, seguir todos los negocios a distancia, ir a algún lugar mas tranquilo para Lydia y para mi.

-                     Óyeme bien Isabela Swan, tu no te mudas a ninguna parte! Sabes que es imposible que se acerquen a ti, además ustedes no se irán sin mi y yo no puedo abandonar parís en este momento. –escuche su suspiro de frustración.

-                     Como les esta yendo en Forks? –pregunto cambiando de tema.

-                     No se que responderte, en este instante estamos en una cena en casa Cullen –la oi contener la respiración-. Tranquila! Si sigues asi terminaras en un psiquiátrico.

-                     Como va eso de la cena? Como lo lleva Tanya?

-                     Todo va bastante bien, se sorprendieron mucho al ver que no venias, hasta el fue capaz de hacerse el sorprendido. –no entendía el descaro de ese idiota.

-                     Tal vez me estaba esperando para humillarme un poco mas.

-                     Llega a intentar hablarte de esa forma en mi presencia y le rompo la cara, no me importa que estemos en su casa, aun no entiendo como no vine a golpearlo la ultima vez. –en realidad Bella no me había dejado.

-                     Y el resto? –era obvio que trataba de ignorar el tema Edward.

-                     Alice se puso muy triste al saber que no vendrás a su boda, me dio mucha lastima.

-                     Me siento tan mala persona, con lo amigas que éramos, abandonarla en un dia tan importante. –dijo sollozando.

-                     No llores Bells, es lógico que tu preocupación numero uno sea tu hija.

-                     Les has hablado de ella? –pregunto otra vez asustada.

-                     Si, no me quedo de otra, las vieron conmigo hace unas semanas en una revista.

-                     En una revista? –pregunto extrañada.

-                     Si, ha sido mi culpa, fue una de las fotos que nos sacaron el dia que fuimos al parque.

-                     Pero dijiste que te encargarías de que no se publiquen. –me reprocho.

-                     Y lo intente pero no hubo forma, solo conseguí que difuminaran su cara. Nunca imagine que ellos verían esa revista. –la escuche respirar hondo.

-                     Como esta Tanya?

-                     Ella esta bien, la que le hizo el mayor desplante fue Rosalie, ya ves que con los años a empeorado.

-                     Lo siento mucho Em.

-                     Tranquila, no tienes porque afligirte, ella hizo su elección y yo la mia, no iba a soportar que se metiera con mi hermanita, por mucho que la amara. –por mucho que la amo, dijo me vocecita interna.

-                     Gracias por todo Em, y no te preocupes por nosotras estamos bien. Te quiero mucho hermanito. –dijo con voz dulce.

-                     Yo también te quiero peque. Mándale saludos a mi princesa, y recuerda llamarme ante el mínimo cambio.

Colgué la llamada y volví donde los demás, note que Edward no estaba pero a estas alturas eso ya me parecía algo bueno.

Estuvimos hablando un rato mas, Edward se nos unió, con cara muy pensativa, cuando pasamos a la mesa. Comimos en un silencio muy incomodo. Luego nos quedamos hablando nuevamente. Pude informar a mis padres y Tanya de lo que le sucedía a Lydia, todos quedaron muy preocupados y al igual que yo querían irse a verla, trate de tranquilizarlos diciéndoles que Bella nos tendría informados. Luego de otra hora, en la que se notaba la preocupación en la cara de los cuatro, nos fuimos al fin.

 

Hola chicas, espero les este gustando. estaria bueno que dejen algun comentario o voto.

Besos, Fio

Capítulo 3: Miedos Capítulo 5: Reencuentro II

 
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