Ajenos al destino (+18) ©

Autor: vickoteamEC
Género: General
Fecha Creación: 12/09/2011
Fecha Actualización: 14/02/2012
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 164
Visitas: 72699
Capítulos: 20

 

¡FINALIZADO!

Isabella Swan, una exitosa empresaria decide dar un giro a su vida mudándose al pequeño pueblo en el que vivió cuando era niña.

Tras un gran agotamiento físico y mental; decide dejar a cargo de sus negocios a Ángela, su mejor amiga y socia. Y retirarse del ajetreo, las prisas y la adicción al trabajo que le ocasiona su vida en la gran manzana. Deja atrás computadoras, teléfonos celulares de última tecnología y coches modernos; para ahora enfrentarse a biberones y pañales. Entrega solicitud en una importante agencia de niñeras en Port Angeles, en la que es aceptada de inmediato.

Tras el inesperado cambio, toma la decisión de vivir de nuevo con su padre en el pequeño pueblo de Forks y retomar su antigua vida entre las montañas y los bosques.

El destino le tiene preparadas muchas sorpresas, entre ellas una pequeña que deberá cuidar como parte de su trabajo y que la hará retomar el curso de lo que, según ella, estaba en el pasado y jamás volvería a ocurrir.

 

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Los personajes (y todos sus derechos) son propiedad de Stephenie Meyer. Sólo la trama es de mi creación.

 

PROTEGIDO POR REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR  SAFE CREATIVE

 

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Capítulo 4: MUERO POR LUCHAR POR MOMENTOS DE AMOR CONTIGO.

 

Bueno, primero y antes que nada quiero decirles que como me dijeron mi mami y mi hermanita Ingrid subí este cap... no muy convencida del contenido.... pero aquí está. Les aclaro que es un capitulo de "transición", está muy cortito, se explican situaciones y tal vez resulte un poco enredoso pero es necesario para acutualizaciones futuras.

En ésta ocasión tenemos más canciones!!! Si escuchan y leen al mismo tiempo la letra comprenderán un poco más el cap. Y las que inspiraron ésto son:

-Sin miedo a nada- Alex Ubago.

-Pero no- Sin Bandera.

-Cada vez que respiro- Volovan.

-Ay amor- Ana Gabriel.

-Me muero- La quinta estación.

Gracias a mi tiita, la arteria malvada de la familia jajajaj.... thanks por el apoyo y las ideas. 

Tmb a los hermosos comentarios de mi familia que tanto amooo!!! Mami, hermanas, primas y demás aquelarre trasnochero .... gracias!!! las adorooooo!!!

Ya me dejo de bla, bla, bla.... y les dejo el cap. Una última cosa... comenten por fas!!!!!!!! Así sabré qué hacer para el siguiente cap y no andaré tan perdida como ahora.... besos de bombón.

 

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Regresaron de la cabaña con un entusiasmo contagioso, irradiando felicidad por los poros, sonriendo y bromeando como los enamorados que se sentían. Entraron muy animados a la casa cuando un silencio los interrumpió volvieron la mirada hacia el frente y abrieron los ojos como platos. Alice mecía a Allie de arriba hacia abajo y la niña tenía la boquita muy abierta tomando aire para pegar un grito. Se miraron con pánico, luego Bella corrió hacia Alice para tomar a la bebé en sus brazos.

-Ya, ya pequeña. Tranquila- le dijo meciéndola suavemente. Allie la escuchó y suspiró varias veces antes de calmar su llanto histérico.

-No sé qué le pasó- dijo Alice atónita –No se calmaba con nada.

-¿Intentaste darle su biberón?- preguntó Bella.

-No- dijo Alice apenada –Se me olvidó por completo. Iré a preparárselo- y sin decir más salió disparada hacia la cocina.

Edward observó cómo Bella veía a su hija casi embelesada. Sonrió ante la hermosa perspectiva de tener de nuevo una familia, una en la que en verdad él y Allie fueran felices. Luego recordó sus inseguridades, sus miedos y sus fracasos. ¿Sería capaz de amar a Bella sin ningún miedo?, ¿había olvidado el pasado?, ¿podría ofrecerle a Allie un buen futuro al lado de Bella? Era más que obvio la “química” que había entre Bella y su hija pero, ¿era lo bastante fuerte para también verse involucrado? Edward no tenía la seguridad de querer una relación seria con Bella, aún se sentía traicionado por la madre de Allie y aunque no dudara de su amor por Bella no podía dejarse llevar. Esta vez estaba su hija de por medio, no podía equivocarse dos veces. Nada le garantizaba que el día de mañana Bella no saldría corriendo tras el éxito de su compañía en Nueva York.

Tomó una decisión. Dejaría las cosas tal y como estaban. No se involucraría con Bella tan abiertamente como a él le gustaría, se mantendría al margen y se guardaría sus sentimientos. Que el tiempo le diera la razón o que le diera una bofetada, lo que fuera sería bienvenido. A pesar del amor.

Los Cullen notaban la felicidad de estar el uno al lado del otro, notaban cómo se miran, cómo se trataban… cómo se  amaban, pero nadie se explicaba por qué no aceptaban lo que sientían y lo disfrutaban plenamente. No los juzgaban ni los presionaban, pero añoraban que pronto estuvieran juntos “oficialmente”.

Bella, una excelente empresaria segura de sus negocios, es ahora una mujer indecisa e insegura de su vida personal. Amando con locura al hombre de su vida, al que nunca olvidó, al que adora y al que vive en sus pensamientos. Aún no sabía bien que haría con su empresa, con su vida… con su amor. Sabía que al cumplirse un año tendría que regresar a Nueva York y que si surgía algún contratiempo tendría que ser antes. La vida no le sonreía demasiado, tenía un precioso presente y un futuro gris. ¿Qué haría?... por lo pronto disfrutar de los beneficios que le daba su “relación con Edward” y de cuidar a Allie. Además de estar cerca de su padre y de su reencuentro con los Cullen.

En las próximas semanas a su primer encuentro de amor se pusieron al corriente de sus vidas. Bella supo quién era la madre de Allie. Aunque Edward no la mencionara mucho pasaba tardes de pláticas con Alice y ahí obtuvo su mayor fuente de información. Supo que su nombre era Victoria, que se conocieron en la universidad, que nunca simpatizó con los Cullen, que ella y Edward se casaron precipitadamente, que era una mujer muy rara y misteriosa, que Allie nació siete meses después de su matrimonio, que Edward la quiso pero no la amó, supo cómo los abandonó y el sufrimiento de Edward. Ahora más que nunca Bella dudaba de su futuro al lado de él.

*

*

Alice tenía días haciendo trabajos finales, se desvelaba y madrugaba. Ella era una preocupación general, temían que en cualquier momento sufriera un colapso; lo bueno es que su amiga Bella siempre estaba a su lado. Otra buena noticia era que sus evaluaciones serían en Port Angeles y Jasper pasaría a buscarla al día siguiente para llevarla. La pobre tenía una carga de trabajo inmensa. Ya era hora de que Alice despertara para ir a sus evaluaciones. Jasper llegó puntual a buscarla.

-Buenos días, Bella- saludó.

-Hola, Jasper. Ahorita subo a despertarla, sólo acuesto a Allie y voy corriendo por Alice-

-Está bien- dijo él sonriéndole –Suerte. Ojalá que no sea una tarea difícil- dijo riendo.

-Sí, anoche bajé por agua a las 3 de la mañana y ella seguía metida en el estudio. Ya vuelvo.

Bella fue escaleras arriba, dejó a Allie en su cuna y fue por Alice. Entró al cuarto después de tocar, corrió las cortinas y se acercó a la cama. “Pobre Alice” pensó “Apenas y ha dormido”. La movió despacio por el hombro.

-Alice- la llamó –Alice…

-Mmm…- se quejó acurrucándose.

-Alice, ya despierta… Jasper está aquí.

-No. Cinco centímetros más- Bella frunció el ceño.

-¿Qué?

-Dame cinco centímetros más. ¿Qué hora es?

-Las 9:00.

-Faltan dos metros. Dame cinco centímetros más- dicho eso se volteó dejando a Bella perpleja y con los ojos muy abiertos.

-Se volvió loca- le informó a Jasper cuando llegó escaleras abajo.

-¿Por qué?

-Me dijo que faltaban dos metros para la presentación y que le diera cinco centímetros más- Jasper se carcajeó.

-Iré con María para ayudarle con su desayuno- le contestó él.

-Y yo iré a despertarla- dijo Bella. Justo cuando iban a separarse para hacer sus tareas Edward salió apresurado de la cocina.

-Me voy, es tarde- dijo pasando rápidamente entre los dos. Se volvió hacia Bella la jaló por la cintura y le dio un beso rápido en los labios –Te veo en la noche. Adiós Jasper- dijo y salió por la puerta casi corriendo.

Jasper hizo como que no vio nada y siguió caminando. Bella se puso roja como tomate y subió las escaleras para levantar a Alice.

*

*

Bella salía mucho a pasear con Allie y muy seguido quedaba de verse con Alice en el centro comercial. La mayoría de las veces coincidía con Jacob, pasaba alrededor de dos horas charlando con él. Hasta que llegó el momento en el que sus encuentros se hicieron más frecuentes y terminaron siendo buenos amigos.

-Es que… no sé- dijo ella –Edward es muy lindo conmigo. Incluso el otro día me besó frente a su cuñado, pero…no sé.

-¿Qué es lo que no sabes?

-No estoy segura de que él quiera estar conmigo, ya lo dejé una vez, lo dejó Victoria y…

-¿Lo volverías a dejar?- preguntó Jacob buscando su mirada.

-¡Es que no sé! ¿Y si no me quiere a su lado? ¿Si no me perdonó?

-¿Lo quieres?

-Sí.

-¿Entonces? Bella, deja las inseguridades. Ya estás lo suficientemente grandecita cómo para enfrentar tus problemas sin rodeos.

-Jacob…

-Sé que puedes hacerlo- dijo poniendo su mano sobre la de ella.

-Tienes razón- admitió con una sonrisa –Voy a intentarlo.

-¡Eso!- animó su amigo.

-Gracias- le sonrió y también tomó su mano. Alice los encontró muy sonrientes y tomados de las manos. En cuanto vio a Jacob puso mala cara.

-Hola- dijo ácidamente.

-¡Oh!, Alice, él es Jacob.

-Hola-contestó él con una enorme sonrisa. Alice lo observó de pies a cabeza despectivamente.

-Hola- contestó con poco entusiasmo. Jacob le sonrió.

-Bueno, yo me voy- dijo él poniéndose de pie –Hasta luego- dijo besando a Bella en la mejilla –Nos vemos, un placer, Alice- se despidió de Allie y se fue.

-¿Quién era ese?- dijo Alice viendo cómo Bella lo seguía con la mirada y una sonrisa en los labios.

-Un amigo- dijo ella sonriendo –Alice, ¿qué manera de comportarse es esa?

-No me gusta.

-No seas prejuiciosa. Es una buena persona- dijo reprendiéndola mientras levantaba a Allie de su cochecito.

-No lo dudo. Pero no me cae bien- dijo cruzándose de brazos. Bella rió y le restó importancia.

Caminaron por todo el centro comercial y entraron casi todas las tiendas, como siempre, Alice compró cosas que tal vez utilizaría y otras tantas que tal vez no pero aún así las compraba “por si acaso”. Bella cargó a Allie y Alice pudo llenar de bolsas el cochecito de la niña. Caminaban rumbo al estacionamiento cuando Bella se detuvo en seco y miró hacia todas partes. En un movimiento instintivo aferró a Allie más fuerte.

-¿Qué pasa Bella?- preguntó Alice mirando hacia donde lo hacía Bella.

-No sé… ya vámonos.

No quiso inquietar a Alice, pero en ese momento se sintió observada. También, por una extraña razón, sintió que debía proteger a Allie. La pequeña que se había convertido en su adoración y a la que quería muchísimo. Le aterraba la idea de que se cumpliera el año y tuviera que regresar a Nueva York; no quería separarse de la pequeña.

A pesar de todo, esa misma noche se propuso hablar con Edward para intentar lo que todos esperaban. Después de cenar, ya que la familia se había dispersado por la casa y que Allie estuvo dormida; fue a buscarlo. Estaba por entrar al estudio en el que Edward trabajaba, cuando escuchó que conversaba con alguien y se detuvo antes de tocar.

-Hijo…

-Mamá, ya no me atormentes más.

-No te atormento. Sólo te digo que… pueden intentarlo.

-No sé. No estoy muy seguro. Ya me dejó una vez, ¿quién me asegura que no lo volverá a hacer? Además no puedo tomar decisiones sólo porque me convengan a mí, tengo que pensar en mi hija. Ella quedaría en medio de todo esto y si no funciona también sufrirá.

-No tiene por qué ser así. Haber, dime, ¿la quieres?

Bella esperó la respuesta de Edward pero él nunca contestó. Interpretó su silencio cómo una negativa. Hizo una mueca de sufrimiento y salió despavorida hacia su habitación. Subió lo más rápido que pudo las escaleras y fue directo a su habitación. A medio pasillo tropezó con Alice.

-Bella, perdón no te vi… ¡Bella!, ¿qué te pasa por qué estás llorando?

-No es nada Alice- dijo zafándose de sus brazos.

-Pero… ¡Bella!- la dejó parada a medio pasillo y continuó su camino.

Lo que Bella no sabía era que Edward no contestó porque se sonrojó levemente, agacho la mirada y asintió con timidez a la pregunta de su madre. Ni tampoco supo lo que dijeron después de que ella se marchó.

-¿Entonces?- reprendió Esme.

-No sé mamá… dame tiempo.

-¿¡Darte tiempo!? Edward, yo no tengo que darte nada. ¡Eres tú el que se tiene que aceptar sus sentimientos! Hijo, a veces también tienes que tomar decisiones con el corazón.

-Gracias, Esme.

-De nada. Hasta mañana, hijo- Esme le dio un abrazo a Edward y se fue a dormir.

Más tarde Bella lloraba en silencio en su habitación, hizo creer a Alice que se había quedado dormida y dejó de tocar a su puerta. Edward más confundido que nunca comenzó a tocar el piano, Bella percibió la suave caricia de música que llegaba a sus oídos desde el piso de abajo, las melodías sentimentales la relajaron poco a poco y se durmió.

Entre más tiempo pasaba, Bella se sentía más confundida. Había momentos en los que quería gritarle sus sentimientos a Edward pero luego se arrepentía y había momentos en los que él parecía que le diría algo importante y al final era algo sobre Allie o sin relativa importancia. Los dos se habían entregado con amor aquella noche de hacía casi un mes, los dos estaban profundamente enamorados y los dos creían que el otro pensaba que esa noche había sido un arrebato y que el otro no quería estar a su lado. Inseguridades mal fundadas rondaban por sus cabezas y nadie se atrevía a entrometerse, nadie cedería por ellos.

Sólo Edward y Bella sabían lo que harían con su relación y con el futuro que amenazaba con separarlos.    

 

***********

¿Y? ¿Qué les ha parecido?

XD

 

 

 

 

Capítulo 3: ANTOLOGÍA DE TU LEJANO AMOR EN UN POEMA. Capítulo 5: DESEO EL CIELO, EL SOL Y TU AMOR A TRAVÉS DEL TIEMPO

 
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