Mi loca y cambiante vida

Autor: SUCULLEN
Género: + 18
Fecha Creación: 07/02/2012
Fecha Actualización: 19/08/2012
Finalizado: SI
Votos: 7
Comentarios: 47
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Capítulos: 36

Bella es una chica para nada convencional, vivió su vida en Inglaterra y ahora ocupa un cambio, regresa  a Los Ángeles, tratando de dejar su pasado atrás, pero ahí se dará cuenta de que la vida tiene muchos cambios para ella y entre esos es la nueva odisea del amor en su vida, al conocer a un joven, Edward Cullen.

Pero no será fácil, el amor nunca lo es.

Este es mi primer fic espero que les guste, no trae escenas triple x pero si lenguaje un poco pasado, digamos que son lemmones light. ;]   la verdad quise dar un cambio a como es nuestra Bella de  la saga y la quise hacer mas liberal, espero que les guste y nos leemos.

Los personajes son de la mas genial escritora para mí, STEPHENIE MEYER  pero la historia salió de mi cabeza, espero les guste(siempre la historia es relatada por Bella)

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Capítulo 30: un falso positivo

Las vacaciones fueron un éxito, la verdad nos divertimos mucho, pero también queríamos pasar tiempo con nuestras familias, así que después de dos semanas en la playa decidimos irnos a la casa, de sorpresa claro, según Alice lo hacía más divertido.

 

Llegamos en nuestros autos a eso del medio día y como yo le había advertido a Alice, nuestros padres no estaban,  Alice, Jasper, Rosalie y Emmet se fueron con las familias de ellos a pasar el día; mientras que Edward y yo nos quedamos en las casas, el entraría a la suya acomodar algo de ropa y yo haría lo mismo en la mía, ese era el plan que pensaba Edward, pero era más mi excusa para que me dejara unos momentos a solas, debía resolver algo que me estaba intrigando por decirlo así. Hace unos días por estar entre fiesta, playa, arena y el amor de mi vida, mi novio; se me pasó por alto que mi regla no había bajado, tenía unos días de retraso y la verdad llevaba años sin que eso me ocurriera; estaba muy nerviosa pero allá no podía hacer nada sin que él o las chicas se dieran cuenta y no quería alertar por tal vez una falsa alarma, o más bien eso rogaba que fuera; la verdad no sabía que pensar de eso y mejor me decidí a dar el primer paso ir por la prueba.

 

Hace   unos meses Victoria pensó que tal vez estaba embarazada otra vez y fuimos a comprarle una prueba de embarazo, pero cuando se lo iba a hacer, le vino su periodo y según recuerdo la guardo en su baño, así que me metí en este y abrí el cajón, y sí ahí estaba.

 

Me senté en el piso y tome la prueba en mis manos, ese pequeño instrumento, me daría una respuesta de la cual estaba aterrada,  la miré por unos momentos que me parecieron toda una vida, la abrí y leí las instrucciones, dos rayitas sí embarazada, una rayita no embarazada, ya ni sabía cual quería que fuese el resultado.

 

-        Lo tengo aquí, si no Owen lo coge y….- oí la voz cerca y levante la vista, y si que estaba cerca, eran Victoria y Esme, debí estar muy concentrada para no haberlas escuchado, me miraron curiosas y luego su vista se enfocó en mis manos, ya de nada valía ocultarla. Las miré sin saber que decir ni que hacer la verdad mi cerebro estaba demasiado aturdido con la respuesta que me daría esta prueba.- ya te la hiciste- preguntó, Vic, yo solo negué con la cabeza.

-        Te esperamos afuera cariño- dijo mi madrina, ambas salieron del cuarto sin decir más, la verdad lo agradecía.

 

Con el miedo a flor de piel, me hice la prueba, debía esperar unos minutos así que me fije en el reloj y luego salí del baño, dejando la prueba en el baño, la verdad tenía que tomar valor para verla. En la cama estaba mi madrina y en el sofá a un lado de la cama estaba Victoria, las dos me miraron cuando salí, me miraban con ternura como la de una madre a su hija, esa idea me aterro, y si resultaba ser una de ellas. Me senté junto a Victoria y cerré mis ojos, necesitaba calmarme.

-        Cariño- me llamó mi madrina, alcé la vista y esta se sentó junto a mí- sabes que pase lo que pase siempre estaremos contigo, jamás te dejaremos sola.

-        Bella, tu sabes que eres como una hija para mí- empezó Victoria- y que puedes contar conmigo y con Esme para lo que sea- dijo mirando a mi madrina, la cual asintió.

-        Gracias- fue lo único que pude decir, no se como había llegado a esto, bueno sí, ni que fuera idiota, la verdad durante mi etapa de secundaría, de chica “rebelde” siempre me cuidaba, ni loca me acostaba con alguien sin un condón de por medio, como decía Carrie, “ si no hay condón, no hay revolcón”  y aparte tomaba mis pastillas, pero con Edward era todo un mundo diferente, me hacía olvidar todo, claro nos protegíamos pero creo que un día no lo hicimos, fue el día que se dio una fiesta en un club, todos los de la universidad asistieron y Edward y yo, nos fuimos antes, como a las tres de la madrugada, nos acostamos en la playa, pero al rato a él se le ocurrió que quería meterse en el agua y nos metió a los dos, entre caricia, beso y más terminamos haciendo una versión de sexo en medio del mar, fue genial no lo niego, la verdad lo más excitante que he hecho, el choque de las olas a mi cuerpo, esto junto a las caricias que él y lo que  su cuerpo me proporcionaban, lo hiso tremendamente erótico, pero claro quien se ponía un condón en eso, fui una estúpida, debí pensar, pero con Edward no pienso solo siento y aquí veo la consecuencia.

-        No me quiero meter Bella- Victoria me saco de mi auto flajelamiento- pero se puede saber quien es- sabía a que se refería, quien me embarazó, bueno eso aun no lo sabía- claro si quieres, no tienes que decirnos, si no quieres- que mas da se enteraran de todos modos.

-        Cariño, tranquila, solo si quieres – mi siempre maternal madrina.

-        No tranquilas, tampoco es un secreto nacional- reí sin ganas, que estrés- es… es Edward- dije casi en un suspiro. Las miré y las dos estaban sorprendidas, pero victoria se adelantó a responder.

-        Yo lo sabía- dijo casi en un grito de triunfo y luego miro a Esme y luego a mí y se calmo- perdón- dijo- desde cuando.

-        Mmm- la verdad esta relación era complicada empezó y no empezó el primer día- bueno novios, novios desde que empezaron las vacaciones, unos días después de eso.

-        Mi niña- por fin Esme hablaba, no sabía como se lo tomaría, pues no soy quizás el mejor partido para él.

-        Mira madrina, antes de que digas algo, quiero que  sepas que lo amo con toda mi alma, lo amo desde hace mucho y sé que tal vez no sea la mejor para él, me he equivocado pero claro él tampoco es un santo- victoria ahogo una risa- pero sé que nos amamos y que siempre haré lo que sea posible y hasta lo imposible para que él sea feliz tanto más como él me hace feliz a mí.- mi madrina me miró y luego una sonrisa se dibujo en su rostro, volví a respirar.

-        Cariño- me tomo de las manos- yo a ti te quiero como si fueses mi hija, y a él lo quiero como el hijo que nunca tuve, y nada en este mundo me hace más feliz que los dos estén juntos y se amen, eres perfecta para él y él para ti, me alegra mucho que mis hijos del alma estén juntos- me abrazó y yo le correspondí el abrazo.

-        Gracias madrina- la verdad me aterraba lo que pensarían pero al menos ya una menos, faltan los papás.

-        Cuanto queda- me pregunto Vic después de unos minutos.

-        Un poco más- dije mirando el reloj, me estaba desesperando.

-        Tranquila, todo va a salir bien- me dijo mi madrina, si claro como ella no esperaba una respuesta de un posible embarazo,  debía calmarme.

-        Eso espero, no sé-  suspire- no sé que haré si sale positivo.

-        Que te preocupa exactamente- dijo Victoria.

-        Todo- me miro con poca paciencia- bueno ya, no sé lo que piense Edward, por algo espere hasta llegar aquí, no quería que se enterase, al menos si fuese falsa alarma- mire para la puerta de baño- y si no quiere.

-        Mi niña, tu lo conoces, ustedes ya están grandes y saben las consecuencias de sus actos, pero como sea un bebé es una bendición y sé que si lo estas, él estará feliz, siempre le han gustado los niños.

-        Pero ser padre- esa palabra me aterro y alegro, extraño.

-        Claro que le gustara y más cuando la mamá seas tú- eso me aterro peor- pero ahora no sabemos si es o no, entonces solo relájate y ve por la prueba- vi el reloj y ya era tiempo, como supo.

-        De acuerdo- me levante, cuando llegué a la puerta, tome aire y me metí, tome la prueba sin verla y salí a la puerta, las dos me miraban y entonces, mire la prueba,  me quede en blanco.

-        Qué? -Pregunto Victoria- si o no.

-        No- dije en un suspiro y sentí un peso menos, pero también un sentimiento extraño, de anhelo.- es lo que quería.

-        Vez te dijimos que no adelantaras conclusiones, seguro se retraso y ya- dijo mi madrina levantándose y posándose junto a mí.

-        Si solo eso, ahora vamos a bajo y comes algo este susto no se baja solo- dijo Victoria llevándome a la puerta, definitivamente, fue un enorme susto.

 

Después de comer, me dedique a ver televisión en la sala, las demás estaban en la cocina, cuando mi celular sonó.

 

-        Hola gatito- le salude.

-        Hola gatita, como estas- me dijo el muy lindo

-        Bien, mejor no podría- dije con todo mi entusiasmo.

-        Se te oye bien y ese cambio, adivino Edward esta incluido en ese humor- como me conocía.

-        Pues estas en lo cierto- le respondí.

-        A  ver cuéntame, que paso en ese cuento- le empecé a explicar todo, la verdad él me comprendía muy bien.- me alegra gatita, espero que sean muy felices, luego me invitas a la boda- reí.

-        No te apresures genio- la verdad era un hermosa idea, pero paso a paso.

-        Bueno lo que tu digas- suspiro y me empezó a contar todo lo que le había pasado en estos días, desde que le dieron un contrato en Inglaterra por cinco años en un club, después tenía presentaciones en fiestas privadas y más, la verdad le estaba yendo muy bien- sabes te extraño.

-        Yo también te extraño, sabes que te quiero mucho- en eso oí un carraspeo a mi espalda, voltee a ver y Edward estaba con el seño fruncido, me escucho y se nota que no le gusto.

-        Yo también te quiero mucho.

-        Bueno te dejo gatito, que tengo algo que hacer- evitar que a mi novio le explote la cabeza.

-        De acuerdo, hasta luego gatita, te quiero- se despidió.

-        Yo también- no había que echarle más leña al fuego, cerré el teléfono y me senté en el respaldar del sofá grande, justo frente a él.- hola amor- dije a ver si lo suavizaba pero nada.

-        Era Luca, no es cierto- roja, así estaba su cara.

-        Pues sí, me contaba como le estaba yendo en Inglaterra, le va bien- le sonreí y le rodee el cuello con mis manos y mis piernas se enrollaron alrededor de su lindo trasero, así lo empuje para acercarlo a mí y no dejarlo escapar. – sabes me encanta verte celoso- le dije cerca de su oído, se estremeció, me encantaba como lo hacía sentir, mis caricias.

-        Sabes a mi esto no me gusta, sentirme así no es lindo- dijo aun enojado, suspire y me acerque a su otra oreja y le di un beso bajo esta.

-        Sabes que yo solo te amo a ti- seguí dándole besos en su cuello, bajando, este por fin me tomo de la cintura- solo tu me atraes- le di un pequeño mordisco en el hombro, de su boca salió un jadeo que me encanto- solo me interesa estar contigo- dije mirándolo a los ojos, estos estaban ya calmados.

-        Pero que me garantiza que ellos a ti no te quieren- dijo haciendo un puchero, parecía un niño.

-        Eso no importa- otra vez me fui a su cuello y le empecé a dar pequeños besos, otra vez se estremeció- sabes que solo deseo ser tuya- lo mordí un poco mas duro, la verdad con tanto que le hacía para relajarlo, ya me estaba calentando yo sola, a sí que deje de hacerlo y oí un bufido, reí- te amo, solo a ti- acaricio mi cintura y una mano suya se fue a mi cuello, me acerco a él.

-        Yo también te amo, solo a ti- sonreí y este atrapo mis labios con los suyos, después del susto, necesitaba sentirlo, ver que no me dejaría jamás y sin darse cuenta me estaba dando lo que necesitaba, el beso se torno más apasionado y la verdad me estaba dejando llevar, las manos de Edward bajaron a mis muslos, dándome impotentes caricias, que me hicieron gemir, mis manos acercaron mas su cara si eso era posible, enredándose en sus cabellos, pero en eso escuche un carraspeo de garganta, los dos nos volvimos lentamente y no podía ser, estaba mi papá, Victoria, y mis padrinos; la cara de mi madrina y Victoria era de la metieron y la de mis papás( Carlisle y Phil), era de que diablos; como por reflejo me baje del borde del sillón, Edward se separo de mí.

-        Hola- dije con una pena terrible, nos cacharon en un momento muy …….

-        Hola- dijeron Phil y Carlisle, no sabía que decirles, ósea si era obvio que lo de Edward y yo no era secreto pero que nos vieran así, no era la manera. Entonces lo mejor que se me vino a la mente lo hice.

-        Bueno, nos vamos, Edward y yo tenemos que ir a comprar unas cosas- dije jalando a Edward de la mano, lo arrastre hasta la puerta, tomé mis llaves- nos vemos más tarde- dije cerrando la puerta y caminando al carro, una vez metidos respire. Edward me miraba divertido- qué- dije arrancando el carro- prefiero ser una cobarde y vivir que ser valiente y morir- este se echo a reír.

-        No sabes cuanto te amo- me dijo.

-        Mas te vale- me sonrió y lo imité- yo también te amo.

-        Y adonde- pregunto.

-        Todo lugar menos mi casa o la tuya- reímos, la verdad las caras de mis papás no tenían precio.

 

chicas espero que les aya gustado y entretenido..... ya casi se acaba la historia y me falta terminar de escribir el epitólogo... tengo q apurarme jajajaja

bueno gracias por sus comentarios, votos y visitas....

SALUDOS DESDE COSTA RICA

SUCULLEN

PURA VIDA

Capítulo 29: Pues sí, lo somos Capítulo 31: Día oscuro

 
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