POV Alma
Llegué al bosque donde Jacob me había dicho, no quería que me acompañara, prefería ir sola.
Me senté en una roca a esperar a Sue y pronto apareció alguien, pero no era Sue.
¿Quién era?
- Hola. –me dijo acercándose. – Cuánto tiempo sin verte, has crecido un montón.
- ¿Perdón? ¿Te conozco? –dije dudosa levantándome.
- Soy Nahuel. Reneesme, ¿no te acuerdas de mí?
- ¿Reneesme? Te estás equivocando de persona.
- Imposible.
- Sí, me llamo Alma.
- Cullen. –dijo el tal Nahuel.
- Cierto, ¿Cómo sabes tú eso?
- Eres Reneesme Carlie Cullen.
- No, Alma Carlie Cullen Swan. ¿Cómo sabes todo eso?
- Soy pariente de Edward.
- Mi padre. –me quedé dudosa. – Pero me estabas confundiendo con otra persona.
- Pues será cierto lo que decían… -susurró –lo siento, no quería molestarte Alma.
- Tranquilo. Si eres pariente de mi padre, pásate por la casa. Seguro que se alegra de verte.
- No lo creo. Bueno adiós.
Desapareció en un abrir y cerrar de ojos, serían un vampiro, o mejor dicho… un hibrido. Alguien como yo.
Pronto apareció Sue. Pero en mi cabeza resonaba el nombre Reneesme. ¿Quién sería?
- Buenas, Sue.
- Hola, Alma. ¿Preparada?
- Sí.
Empezó a sacar un par de cosas como velas, habían tres de cada color, una de color vainilla otra roja y la última negra.
- Me tienes que ayudar a decir unas cosas para que los Vulturis te dejen en paz.
- Vale.
Dios del más allá… Te regamos que protejas a Alma Carlie Cullen Swan –dijo Sue y yo repetí.
Aleja todo el mal que tenga y todo para ellos…
Y decíamos cosas similares, asta que las velas se apagaron y yo di un salto del susto.
- Tranquila. Dame las manos. –junté nuestras manos y ella cerró los ojos.
- ¿Ahora que?
Ella seguía en los ojos cerrados y cuando los abrió me miró confundida pero me puso un tipo de collar y me dijo:
- Contiene el hechizo y verbena, es una planta para que nadie te controle los pensamientos ni para que te conviertan en vampiro al 100%.
- Ahora se ha terminado.
- Claro. –me sonrió.
- Sue, ¿te puedo preguntar una cosa?
- Dime.
- Tú sabes lo de mi familia, ¿sabes quien es una tal Reneesme?
Ella se quedó callada, no me dijo nada. ¿Por qué?
- Yo no lo se. –noté que estaba mintiéndome.
- Bueno. Gracias por todo.
- No te quites el collar para nada.
- De acuerdo.
Me fui de allí caminando, no llamé a Jacob. Necesitaba ir sola, pensar.
¿Quién sería esa tal Reneesme?
|