Narra Alma

Por la mañana me levanté contenta, la verdad.

Miré el reloj y eran las 12 del medio día, no podía ser que había dormido tanto.

Bajé bajo.

-         Buenos días cariño.- me dijo mi padre.

-         Buenas. Por que no me habéis despertado…

-         Es sábado… estabas tan feliz durmiendo…

-         Bueno… ¿Y mamá?

-         De caza con tus tías.

-         Ah. Vale.

-         Desayuna.

-         Si.

Desayuné y luego fui arriba para darme una ducha.

-         Voy a ducharme.

-         Vale cariño.

Me metí en la ducha para relajarme un poco salí al cabo de una hora.

Me sequé el pelo luego de ponerme espuma para fijar bien mis rizos.

Luego antes de vestirme para esa tarde me puse un pantalón de chándal y una camiseta básica. Bajé a comer. Mi madre me había dejado la comida en la nevera, era una gran cocinera, se nota que había salido a mi abuelo Max.

Por la tarde ya me fui preparando, normal para ir a la fiesta que duraría poco. A cenar a casa.

Me preparé ya por que faltaba poco para ir a la Push a prepararlo todo.

Me puse simple como un día como otro. Pantalones pitillo con unas convers bajas y camiseta a conjunto de las converse color crema, y por ultimo me puse unos tirantes que se llevaban mucho ahora.

Me puse poco maquillaje y cogí las cosas y fui hacía la Push.

Narra Jacob

Me desperté por la mañana temprano, lo primero que hice fue llamar a Alice.

-         Dime Jacob.

-         Alice como quedamos entonces…

-         Mira ahora paso y te doy las llaves del chalet ¿vale? Yo e puesto el vestido que se tiene que poner, lo e preparado todo. Y antes de que vayáis tu me haces una perdida y ago la cena. ¿De acuerdo?

-         Eres genial Alice.

-         Gracias. Oye usa precauciones. Que aun no quiero tener sobrinos lobitos.

-         Tranquila, no dejaría que a Alma le pasase nada ahora. Es muy joven.

-         Si. Bueno ya hablamos.

-         Adiós.

Llegó la hora de comer, comí y luego vino Alice y me dio las llaves del chalet que tenían para ocasiones.

-         Jacob también le e dejado un pijama suyo, díselo ¿vale?

-         Oye pero sus padres…

-         Saben lo de la cena, pero que vais hacer no, solo lo se yo.

-         Pero Edward…

-         Tranquilo, no te matará. Mientras no le hagas daño a Alma.

-         Nunca le aria daño

-         Lo se.

-         Bueno voy a prepararme que no tardará en venir Alma.

-         Exacto dentro de diez minutos estará.

-         Adiós.

Al cabo de los 10 minutos vino.

Narra Alma

Llegué a la Push.

Empecé a preparar todo con la ayuda de Jake, pusimos un tablero fuera en la playa, con el aperitivo. Pasaron dos horas y empezaron a venir la gente.

Primero vi a Andrew y a María ¿cogidos de la mano? Dios… me había perdido un montón de cosas, ya decía yo que estaban muy juntos últimamente.

Los saludé y vinieron, luego aparecieron los hombres lobo, Embry con Esther que estaba mejor, Seth, asta Leah vino, había cambiado de carácter.

Luego vino Paula e Iris, Paula estaba un poco roja al ver a los chicos.

Hablamos un poco y comimos también. Me acerqué a María y a Andrew.

-         Me tenéis que decir algo, ¿no?

-         Esto… íbamos a decírtelo.- dijeron los dos, yo solté unas risas.

-         Enhorabuena. – les dije.

-         Gracias.- dijo María sonrojándose.

-         Como lo estáis pasando…- les pregunté.

-         Muy bien. – enseguida se quedaron boquiabiertos y me giré.

No me lo podía creer lo que estaba mirando.

¿Cristina y Jacob? Besándose, imposible… Me fui corriendo de allí. No me podía creer lo que había visto.

Fui llorando asta el bosque.

Narra Jacob

Me lo estaba pasando genial asta que vi aparecer a esa tal Cristina del otro día, noté mal rollo en ella.

Se me acercó hasta mí.

-         Hola, ¿Jake? Verdad

-         Si, que haces aquí.

-         Paseando, sabes que eres muy guapo. Mereces algo mejor que Alma, no crees…

Mis amigos se quedaron boquiabiertos al igual que yo.

-         Tu no te metas…- dijo Embry.

-         Tranquilito. Digo la verdad.

-         Vete de aquí.

-         No sin una cosa.

-         ¿Qué quieres?

-         Esto.- se acercó a mi y fue muy rápida, junto sus labios contra los míos.

Me separé de ella rápidamente, pero Alma lo vio todo, lo vieron todos.

Salió corriendo llorando, todo por culpa de esa.

Rápidamente se acercaron unas y María.

-         Vete ahora mismo de aquí. Ya no eres amiga nuestra.- dijo una de pelo rubio color miel.

-         Quería solo eso, ver como reaccionaba.

-         Por que no dejas de joder

-         Me las piro.

Se fue y yo me fui corriendo detrás de Alma, se había ido al bosque.

-         Alma…- la vi sentada al lado de una roca llorando.

-         Vete… por favor…

-         No me voy a ir. Lo que as visto… yo lo siento mucho.

-         Por que no me lo habías dicho…- dijo entre lágrima y lágrima.

-         Oye, que yo no sabía ni quien era… por favor no creerás que yo y ella…

-         Vete…

Me agaché hacía ella.

-         Alma escúchame por favor.

-         Que quieres Jacob…

-         Quiero que me escuches y me mires…

Le cogí su cara.

-         No le e besado yo. Ha venido así pero ya se ha ido, quiere fastidiarte, ¿no lo ha hecho siempre?

-         Si…

-         Pues eso, pero yo no tengo nada con esa… te lo juro amor…

-         De verdad…

-         Si. Yo no quiero estar con nadie que no seas tú.

-         Jacob…

-         Mira si te sientes mejor… te digo que antes de estar con ninguna chica que no seas tu me ago maricón.- soltó una risa con una lágrima demarrándose por la mejilla.

-         No te hagas maricón, por favor…

-         Te quiero, olvida lo que has visto, igual que yo…- asintió y luego le di un beso.

La ayudé a levantarse y le di un abrazo.

-         Sabes que…- le dije.

-         Dime.

-         Hoy hacemos casi dos meses…

-         Lo sé.

-         Te quiero.

Volvimos y estaban todos allí hablando.

-         Alma, lo siento por lo que has visto, esta hija de su madre no te molestará mas, ni a ti ni a tu novio. Nos encargaremos ya de ella. – dijo Iris.

-         Iris… gracias.

-         Alma…- le dio un abrazo María a Alma.

Pasamos el rato, juntos asta las nueve de la noche, nos ayudaron a recoger y luego se fueron cada uno a su casa. Eso si Seth ligó con una amiga de Alma, creo que se llama Paula. Muy contento iba él con ella.

Luego cuando nos quedamos solos cogí las llaves del chalet. Y le hice la perdida a Alice.

-         Vamos a dar un  paseo.

-         Tengo que ir a casa.

-         No.- le dije.

-         ¿No? Por…

-         Por que te vienes conmigo a un sitio.

-         ¿Dónde?

-         Pues es una sorpresa… te adelanto una cosa…

-         Si por favor.

-         ¿Cena?

-         Jake no tenías por que… además no puedo tengo que ir a casa…

-         E hablado con tus padres, saben lo que vamos hacer, tranquila.

-         Vale, así si.

Cogí el coche y fuimos hasta un chalet precioso.

-         ¿Un chalet? Si este chalet me suena a mí…

-         Si, me lo ha dejado tu tía Alice.

-         Ah.

Entramos a la casa y estaba la casa lista para todo.

Estaba nervioso y ansioso.

-         Bueno antes que nada… ten- le di una hoja que me había dado su tía.

-         ¿Qué es?

-         Tu tía.

-         Ah.

-         Voy a cambiarme…

Narra Alma

Fui asta la habitación según lo que decía el papel.

Ponte el vestido morado y los zapatos, esta todo encima de la cama. Esta noche promete. A por cierto tu pijama esta debajo de la almohada. Que os lo paséis muy bien.

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¿Pijama? Iba a dormir… ¿con Jake? Algo tramaba, y estaba pensando en una cosa, no se si sería cierto o no, pero me gustaba la idea.

Me puse el vestido que había en la cama.

Era precioso. Me lo puse y fui hasta el comedor donde me esperaba Jacob.

Iba guapísimo con su traje.

-         Estas guapísima.

-         Mi tía…

-         Vamos a cenar…

-         Si.

Cenamos tranquilamente, había para comer un plato de canelones. Estaban riquísimos. También ensalada, y por ultimo fruta. Cenamos súper bien.

Luego dejé los platos en el lavavajillas.

-         ¿Qué vamos a dormir aquí?

-         Esto... si quieres sí.

-         Claro, por que no.- le dije picadamente atrayéndolo hacía mí y dándole un beso.

Me cogió de la cintura. Me separé de él. Se quedó algo pillado.

-         Se por donde vas.- dije sentándome en el sofá, iba picándolo un poco.

-         ¿Si? Si no quieres no…

-         Es que primero quiero ver una película, claro esta, si tú quieres.

-         Si. ¿Cuala?

-         El Kamasutra.

Se quedó con los ojos abiertos de par en par. Empecé a reírme.

-         ¿Qué estas diciendo Alma?- por fin articuló las palabras. – no paré de reírme.

-         Que no tonto, como quieres que ponga eso.

-         Me lo había creído eh.

-         Ven. Que hay una película que si que me gusta, si no quieres verla dime.

-         ¿Cuál?

-         Ojala fuera cierto.

-         Ah, venga ponla.

-         Vale.

Me levanté del sofá y él se acomodó.

La vimos, estuvimos abrazados y dándonos besos casi toda la película.

Cuando terminó la película apagué el DVD.

Estaba algo nerviosa, y Jacob parecía que también.

-         Bueno…- dijimos a la vez.

-         Oye… si no quieres no eh…- me dijo.

Me acerqué a él cogiéndole del pelo cariñosamente para atraerlo hacía mí, le di un beso que fue correspondido, cada vez fue más rápidos los besos. Me alzó del suelo y me enrosqué a su cintura, mis pies. Y fue andando asta la habitación, se acercaba el momento, pero me dejé llevar.

Una vez en la habitación me desabroché el vestido y Jacob me ayudó a quitármelo, yo le desabroché la misa, fuimos quitándonos la ropa, hasta quedarnos con la ropa interior.

Una vez así entre beso y beso nos caímos en la cama. Me puse encima de él, besándole su pecho, sus tabletas de chocolate.

-         Estás más bueno que el chocolate.- le dije susurrándole al oído y luego le di un mordisco cariñoso en la oreja.- te quiero.

-         Y yo te amo.

Nos besamos otra vez, sus manos estaban en mi cintura y fueron bajando poco a poco asta mis nalgas. Mi corazón empezó a latir más fuerte.

Estaba siendo mi primera vez, estaba algo nerviosa. Pasamos como unos cuantos minutos así.

Asta que sus manos se dirigieron asta mi sujetador, y me lo quitó. De pronto Jacob se levantó.

Entonces nos acostamos en la cama, uno al lado del otro.

Nos miramos y se acerco y yo hice lo mismo, entre beso y beso.

Las luces estaban apagadas, solo había una lamparita pero tenía la luz casi apagada.

Me aferré a Jake y nuestras respiraciones iban muy alteradas. Te amo.- le susurré, con la respiración aun corta.

-         Y yo.

Nos abrazamos y nos dimos un beso.

Y nos dormimos los dos abrazados desnudos. Fue la mejor noche de mi vida.