Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 150010
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

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Capítulo 28: Papa, me mudo!

Me desperté con la alarme del teléfono de Edward, al igual que el dia anterior insistió en que me quedara acostada pero yo me empeñe en que desayunáramos juntos, yo hice el desayuno mientras el se duchaba y nuevamente pasamos un lindo y divertido momento a solas, pero esta vez sin interrupciones. Una vez se fue Edward me dispuse a llamar a mi padre, debía aprovechar que estaba sola porque seguramente se molestarían, bueno mas bien Renee. Marque el numero de la casa.

-                     Residencia Swan, en que puedo ayudarlo? –atendió la empleada.

-                     Hola Adriana, habla Bella.

-                     Señorita! Que gusto, tanto tiempo sin saludarla. –Adriana trabaja con la familia hace mas de cinco años y nos tiene mucho cariño a todos.

-                     A mi también me da mucho gusto. –y asi era, esa mujer se gano mi cariña desde el principio.

-                     Que lindo de su parte. Busca a sus padres? –pregunto algo avergonzada, era incluso mas tímida que yo.

-                     En realidad solo a Charlie, y por favor sea discreta para que Renee no note que se trata de mi. –le pedi.

-                     Claro. –escuche sus pasos mientras caminaba y luego nada, supuse que habría tapado el tubo.

-                     Hola. –contesto la inconfundible voz de mi padre.

-                     Papa es Bella, pero necesito que hablemos a solas. –hable rápido para que no llamara a Renee.

-                     Si el habla –dijo con tono serio-. Ya regreso querida, es una llamada de negocios –le mintió a Renee-. Sucede algo hija? –pregunto una vez se encontró solo.

-                     Primero creo que deberías saber que Emmett, Lydia y yo nos encontramos en los ángeles y que es probable que pasemos el verano aquí.

-                     En los ángeles? Fueron a ver a Edward? –hace un mes les había confesado que Edward era el padre de mi hija y que el ya lo sabia.

-                     Si, Lydia lo extrañaba mucho  el no podía viajar por el trabajo. –le explique.

-                     Solo Lydia lo extrañaba? –lo imagine alzando las cejas, me conocía muy bien.

-                     No, no solo Lydia. –dije muy avergonzada.

-                     Pero no me llamabas solo para decirme donde están vacacionando. –afirmo mi padre.

-                     Bueno, precisamente de eso se trata, Edward y yo estamos retomando nuestra relación, queremos formar una familia por lo que he pensado en quedarme a vivir aquí. –solté todo en un segundo.

-                     Tan lejos? –pregunto triste- Porque no se muda el con ustedes?

-                     Edward no puede dejar la clínica ahora.

-                     Y tu trabajo que? –pregunto algo molesto.

-                     No es lo mismo, esa clínica es su sueña, no es justo que la abandone. Se que les estoy fallando pero Lydia necesita a su padre y Edward y yo necesitamos a nuestra familia, no es mi intención abandonarlos pero es hora de que empecemos a pensar un poco en nosotros. –le explique.

-                     Lo entiendo pero que pasara con la empresa? No puedes mudarla a EEUU.

-                     Lo se, pensé mucho en eso pero creo que entre Tanya y Emmett se podrán encargar perfectamente, es ella quien se esta encargando de todo mientras no estamos. –eso me recordó que desde nuestra llegada no fui capaz ni de llamar para ver como estaban las cosas.

-                     Se que esa chica es muy capaz Bells, pero no es lo mismo, se supone que la nuestra es una empresa familiar. –otra vez estaba triste.

-                     Papa quise hablar primero contigo porque creí que me entenderías, pero veo que no es asi. –me decepciono mucho.

-                     Discúlpame hija, como tu padre debo de apoyarte, es solo que las extrañare mucho, a ti y a mi nietecita, además de que me preocupa pensar en la posibilidad de que te vuelva a lastimar y mas ahora que estas con Lydia. –nunca debi de contarle esa parte de la historia.

-                     El nos ama papa, a las dos, basta con verlo para saberlo. Recuerda que Em también esta aquí, el me protegerá. –me sentí Lois Lane (la chica de Superman)

-                     Es cierto, tendré que hablar con tu hermano –dijo de pensativamente-. Y que vas a hacer en esa ciudad sin trabajo? Tu no sirves para dedicarte solo a la casa.

-                     Pienso poner mi propio negocio, tengo ahorros. –le explique.

-                     Negocio de que? –parecía realmente intrigado.

-                     Una perfumería al estilo parís. –confesé.

-                     Eso es grandioso hija, aunque nada de negocios, guarda tu plata, usa la de la empresa.

-                     No papa, quiero usar mi plata, quiero que sea mio desde los cimientos y luego no sentir que le debo nada a nadie. –conociendo a Renee en su primer enojo me lo sacaría en cara.

-                     Pero hija no seas testaruda, acepta la ayuda que te ofrezco, te juro que no le dire nada a tu madre. –había sacado exactamente la misma conclusión que yo.

-                     No papa, no le mentiras a mama por mi culpa. Esto es algo que necesito hacer por mi misma. Si quieres, para que te sientas tranquilo, te prometo pedirte dinero si me llega a hacer falta. –sabia que no seria necesario.

-                     Gracias Bells. –dijo mas tranquilo.

-                     Hay algo mas que debo pedirte papa.

-                     Lo que quieras. –me prometió.

-                     Quiero que tu se lo cuentes a mama, pero que procures que no tome el primer avión para aquí. –lo único que me faltaba mi madre revolviéndolo todo.

-                     Prometo hacer lo posible, aunque será algo complicado. –ya se estaba excusando.

-                     Lo se, pero en este momento Lydia acaba de conocer a sus abuelos paternos y si ustedes vienen ahora ellas perderán la oportunidad con su nieta, y eso no es justo. –mi hija se sentiría mas cómoda con mis padres y dejaría de lado a Carlisle y Esme.

-                     En ese caso veré que puedo hacer. –sonó un poco mas decidido.

-                     Gracias papa.

-                     De nada hija. –me respondió tiernamente.

-                     Debo colgar, necesito hablar con Emmett, cualquier cosa llámame a este numero.

-                     Claro hija, nos vemos y cuídate mucho. –y con esas palabras colgó.

Mire la hora, aun era temprano, mi hermano debía de estar durmiendo aun. Decidí darme una ducha, hacer el desayuno a mi hija y luego llamarlo. Desperté a mi hija, pregunto por su padre, le explique que estaba trabajando y que llegaría a las cuatro, luego desayuno mirando dibujos animados, la ayude a bañarse y vestirse y luego fuimos a la sala. Ya era una hora adecuada para llamar a mi hermano.

-                     Hola Bells. –contesto luego del cuarto tono.

-                     Hola Em, espero no despertarte. Como estas? –hable un poco rápido.

-                     Bien. Aun sigo en la cama pero desperté hace media hora. –me explico.

-                     Oye te llamaba para saber si quieres almorzar con Lydia y conmigo. –era mejor hablar las cosas de frente.

-                     Claro, vienen para aca  quieres que nos encontremos en algún sitio?

-                     Que te parece si mejor tu vienes a casa de Edward. –le ofrecí.

-                     Bueno, dime como llego y estaré ahí doce treinta. –le explique como llegar, era muy sencillo, luego termine la llamada e investigue que había de para cocinar en la linda cocina del departamento. Termine preparando una salsa para acompañar pasta, tendría que ir al súper.

-                     El tio viene a comer? –pregunto mi hija que había escuchado mi conversación telefónica.

-                     Si amor, tengo que hablar con el del nuevo negocio y de los planes de mudarnos con tu papa. –le explique.

-                     El se quedara con nosotras? –se refería a Em.

-                     No lo creo, aunque solo el tiene la ultima palabra.

Nos quedamos jugando con una de las muñecas que se encontraba en el cuarto de Lydia hasta que Emmett llego, toco timbre en la calle, le abrí a través del portero electrónico y unos minutos después estaba tocando en la puerta.

-                     Hola Bells. –saludo mientras entraba.

-                     Tio! –grito Lydia corriendo a sus brazos.

-                     Enana! Como te has portado? Has peleado mucho a tu padre? –lo ultimo lo pregunto esperanzado.

-                     Me porte muy bien y yo no peleo con mi papa. –dijo y le saco la lengua, no pude evitar reírme.

-                     Ven pasa a la cocina, pondré el agua para la pasta. –me siguió por la casa hasta que llegamos a la cocina.

-                     Oye es un lindo lugar. –dijo una ves estuvo sentado en el desayunador.

-                     Si.

-                     Como están las cosas con Edward? –pregunto algo mas serio.

-                     Princesa, porque no vas a mirar dibujos animado?

-                     Claro mami. –me dio un beso y se fue a la sala.

-                     Sucede algo malo? –pregunto preocupado mi hermano.

-                     No, es solo que hay cosas que no me gusta hablarlas delante de la niña. Veras con Edward hemos decidido darnos una segunda oportunidad, formar nuestra propia familia, por lo que me quedare aquí en los ángeles. –le explique.

-                     No te voy a mentir Bells, me esperaba algo asi, me parece lo mas lógico, ustedes se aman es normal que quieran estar juntos, aunque las extrañare mucho. Lo ultimo lo dijo un poco triste.

-                     No estas molesto conmigo? –pregunte sorprendida.

-                     Claro que no. Te has dedicado toda tu vida a complacer a nuestros padres, es hora de que seas feliz, y yo se que esa felicidad es junto a Edward y Lydia. –se paro camino hasta estar a mi lado y me dio un fuerte abrazo.

-                     Gracias Em, sabia que tu me apoyarías, como siempre. Sabes que nosotras también te extrañaremos. –le devolví el abrazo.

-                     Ya hablaste con papa y mama?

-                     Esta mañana hable con Charlie, le pedí por favor que el se lo explicara a Renee y que haga lo posible para que no se tome el primer vuelo a los ángeles. –ahora que lo pensaba me sorprendía aun no haber recibido ninguna llamada de su parte.

-                     No creo que eso sea tan sencillo, conociéndola debe estar de lo mas molesta. Que harás con la empresa?

-                     Renunciar, no puedo mudarla aquí y no puedo trabajar siempre a distancia. –se quedo con la boca abierta.

-                     Comenzaras de cero? –pregunto sorprendido.

-                     Si, pondré mi propio negocio, pienso comenzar a trabajar en eso cuanto antes. –le explique.

-                     Estas segura? –otro que desconfiaba, pensé.

-                     Si Em, ya esta decidido, abriré mi propia perfumería. –lo pensó por un momento.

-                     No me parece mala idea, además tu eres buena en eso, te ira muy bien, sin contar que yo te ayudare en todo. –por eso quería tanto a mi  hermano, el siempre me ofrecía su apoyo incondicional.

-                     Gracias Em. –lo volví a abrazar.

Para ese momento ya estaba casi lista la comida, entre los dos pusimos la mesa y llamamos a Lydia, el almuerzo transcurrió entre bromas y risas, luego lave todo mientras mi hija le mostraba todos sus nuevos juguetes a su tio, poco mas tarde fuimos los tres juntos a hacer mandados.

En el super compramos todo lo que, a mi criterio, faltaba en la despensa de Edward, de ahí nos fuimos a una plaza a tomar un helado y luego de regreso a casa de Ed, donde Emmett nos dejo y siguió su viaje ya que tenia que hacer no se que cosa.

Entre Lydia y yo nos pusimos a acomodar las compras y luego a jugar a su cuarto. Estábamos muy entretenidas jugando con las tacitas de te cuando de repente apareció Edward por la puerta del cuarto.

-                     Casi me matas del susto. –mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho. Lydia en cambio en cuanto vio a su padre corrió a sus brazos.

-                     Hola princesa, como te portaste?

-                     Muy bien papi, te extrañe mucho. –la felicidad de Edward fue palpable al escuchar eso.

-                     Yo también te extrañe hermosa. –y le lleno de besos toda su carita.

-                     Como fue tu dia? –le pregunte yo acercándome luego de su momento padre e hija.

-                     Este recibimiento es mejor –seguramente recordó que lo primero que hice fue recriminarle por asestarme-, pero con un beso seria perfecto. –dijo con sonrisa picara. Me rei de su comentario me acerque aun mas y le di un tierno beso en los labios.

-                     Tienes hambre? –le dije mientras lo tomaba de su mano libre, con la otra cargaba a nuestra hija.

-                     Algo. –nos encaminamos los tres a la cocina, le prepare un par de sándwiches y se los entregue con un vaso de jugo de naranja.

-                     Como estuvo tu dia? –le volví a preguntar.

-                     Bien, algo agotador pero gratificante –respondió muy sonriente-. Que hicieron mis amores?

-                     Almorzamos con Emmett, luego hicimos unos mandados, pasamos a tomar un helado y jugamos mientras esperábamos tu llegada. –esperaría ha estar solos para contarle de la llamada a mis padres.

Nos fuimos los tres a jugar, Lydia maquillo a su padre, casa que fue muy graciosa ya que Alice le había regalado maquillaje real y algunos eran permanentes, vimos una película y Lydia quedo dormida en mitad de esta, Edward la llevo a su cama y luego nosotros fuimos a nuestra habitación, fue al baño a enjuagarse la cara, lo seguí porque no podía perderme su cara cuando se diera cuanta que no se iria con agua. Se mojo la cara una vez, dos y tres.

-                     Que es esto Bella? –su cara era un poema, yo por mi parte apretaba los labios para no reírme en su cara.

-                     Es maquillaje real amor –me miro como sin entender-. No se va con agua. –le explique.

-                     Alice. –el nombre de su hermana pareció un insulto, yo no me pude aguantar mas la risa.

-                     Ven, te ayudare a sacarte eso. –le tendí la mano, la tomo sin dudar, fuimos juntos hasta la cama, el se sentó y yo fui a buscar toallitas de algodón y crema desmaquillarte.

-                     Esto se siente rico. –dijo ya que cada vez que pasaba el algodón por su cara lo hacia como si fuera una caricia.

-                     No quiero arruinar el momento amor, pero hay algo de lo que quería hablarte.

-                     Dime. –dijo un poco preocupado.

-                     Hoy hable con Charlie, le deje que me quedare a vivir aquí, contigo, que retomaríamos nuestra relación y formaríamos una familia. –me miro a los ojos, en los suyos solo se veía amor.

-                     Que te dijo?

-                     Al principio no se lo tomo muy bien, empezó a decir que nos extrañaría y que pasaría con mi trabajo, luego entendió que tu eres lo mejor para Lydia y para mi por lo que se tranquilizo e incluso me ofreció ayuda económica para la tienda, aunque yo me negué rotundamente. –le explique.

-                     Que dijo Renee?

-                     Papa se encargo de hablar con ella, asi que no lo se aunque me sorprende que aun no llamara, tal vez esta esperando el momento adecuado para decírselo. –trate de convencerme.

-                     Lo que sea lo enfrentaremos juntos amor, nadie podrá separarnos. –dijo muy seguro depositando un tierno beso en mis labios.

-                     Lo se amor, desde ahora solo debemos preocuparnos por ser felices. –comenzamos a besarnos y asi seguimos con una hermosa noche de pasión.

Capítulo 27: Paseo en familia Capítulo 29: Festejando el cumpleaños de Lydia I

 
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