Crepúsculo del Amanecer

Autor: mili
Género: Romance
Fecha Creación: 09/02/2011
Fecha Actualización: 18/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 10
Comentarios: 40
Visitas: 127619
Capítulos: 45

FIC TERMINADO

¿Puede uno darse cuenta de que nuestras decisiones tienen un por qué y una consecuencia? Siempre nos dejamos llevar por los impulsos, pero hay veces que eso lastima a quien más amamos, cuando eso pasa... que hacemos?

recomendado por LunaNuevaMeyer : 4puntos :D

Si se quieren pasar, les dejo el link de mi otro fic :D

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1766&id_capitulo=18

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Capítulo 29: Sorpresa!

                                                                              Who says (Selena Gomez)

Quería agradecerles, antes que nada por sus visitas, todavia no me creo que me pusieron como fic de la segunda ronda de abril! es mucho para mi :) gracias en serio, y espero que me sigan leyendo y dejen sus votos, por fa. espero que les guste este capitulo. 


-¿A dónde me llevas?-inquirí un tanto confusa, sus manos perladas y sedosas me impedían ver.

Soltó una risita, apoyando su barbilla en mi hombro derecho, me hormigueó la piel. Por instinto, apreté a Nessie contra mi pecho, cuando Edward frenó ágilmente.

-Tengo una idea-vació.

Si mi corazón estuviese funcionando, hubiese dado un brinco cuando sus brazos se tensaron para levantarme del suelo. Nuestra hija resplandeció sus hoyuelos en una amplia sonrisa.

-Listo, ¿No  te asustaste verdad?

<<Mágico>> pensé, <<Fresco>> tal vez sería mas adecuado…

Bajamos las escaleras, por no decir que “volamos”.

-No-esbocé una sonrisa-pero… amor, ya, déjame ver si?

Renesmee volvió a reír, me sentí celosa.

-Pero que ansiosa que está mi dulce Bella, desde que se ha transformado…-bromeó. Ignoré su comentario, y cualquier enojo no tuvo sentido cuando me besó en la nuca.

-¿Q-qué-es-esto?

-SORPRESA!!!!!!!!!!!!!!!!!

Alice…

Tuve que pestañear una y otra vez para dar crédito a mis ojos. Todo se veía tan bonito.

Había flores por doquier, un camino de piedritas con unas masetas pequeñas que encerraban a unas hermosas margaritas.

-aaah!-suspiré-mira Nessie…

La dejé en la gramilla verde esperanza, comenzó a gatar, reí cuando la cara de Alice decía todo, estaba furiosa de que su sobrina preferida esté arrugando uno de los miles de vestidos que le regaló.

-Igual a la madre-gruñó.

-Todavía no me contestaste, cielo.

Edward me condujo al grupito de gente que estaba a un costado del patio trasero de nuestra casa.

-Era una sorpresa-murmuró-quise hacer algo mas simple, pero ya conoces a Alice.

-Como si fuese mi cuñada…

Bajé la vista, nuestra bebé se prendió de mi pierna intentando levantarse por sus propios pies.

Me asaltó un susto, apenas llevaba tres meses de vida, pero parecía de seis. A este paso… su infancia sería de tan solo unos pocos años, y adolescencia menos aún.

Movió sus sonrosados labios, mirándonos perspicaz.

-Feliz cumpleaños, mi pequeña Bellita-Edward la alzó haciendo relampaguear su sonrisa torcida.

-Es mia-le acusé-dámela.

-Es mejor no hacer enojar a un neófito-Emmett se unió a nosotros, como salido de las sombras. No le había escuchado.-Ya dejen de pelear, y denme a mi sobrina favorita, que solo quiere al tío Emmett.

Edward se la dio, y ella feliz comenzó a darle débiles golpecitos en el pecho de su tío.

-Nessie, feliz cumpleaños-canturreé. Ella volteó sus ojos para contemplarlos. Café dorados, porque hacía un clima cálido y dulce como su inocencia.

-También hay regalo para la mamá-dijo Alice, tomando mi mano.-ven, te tengo que dar tu presente.

Fruncí el ceño, no tenía buenos recuerdos acerca de los regalos de mi mejor amiga.

Edward se tensó un poco, cruzándose de brazos, intentó despejar su mente, pero yo recordé ese día de mi cumpleaños 18, que se realizó una fiesta en la casa Cullen donde no todo salió como se esperaba. Y mejor era  tragarme ese recuerdo, pero no pude evitarlo. Así, Alice, tuvo como “visión” mis pensamientos, y a su vez, Edward le leyó la mente a su hermana con cara de duende.

-En realidad, mi aniversario es de aca a tres días-intenté pensar en mis días con mi hija, que llenaba mi memoria, con adorables momentos que no se irían jamás de mi ser.

-Bella-chistó-nunca se debe rechazar un regalo-me regañó-creí que Edward te había enseñado ya eso. Pero yo no me rindo, seguiré intentándolo.

-Me encanta-tomé la mano de mi esposo fuertemente.-Renesmee no saldrá de aquí nunca mas, me parece que la habitación estará deshabitada desde el momento en que vea TODO ESTO que hiciste.

-Hermanito, no te lleves todo el crédito-fue Jasper, que abrazaba a Alice-Mira que este regalo es también de sus tíos.

Emmett y él chasquearon sus palmas, y Edward se hizo el ofendido.

-Creo que ya lo vio-sonreí.

Nessie tiraba sus bracitos de los fuertes de su tío Emmett, queriéndole decir que la suelte. Cuando así lo hizo, hizo que todos exclamemos en sorpresa.

-NESSIE!-grité llorando lágrimas que no saldrían de mis cuencas. Edward se acurrucó junto a mi. Nuestra bebé daba sus primeros pasos.

-Lo tomé todo! Justo!-dijo Rose con la cámara en mano, Nessie iba a donde estaban sus abuelos.

No dejaba de sorprenderme, mi hija era excelente, y crecía y crecía… dios! Me la pasaba guardando esos momentos plasmados en fotografías, Edward me había regalado una cámara último modelo, pero lo que yo en verdad quería era armar un álbum, para cuando ella sea mas grande (que podía ser cualquier día, en un futuro pronto) para que lo vea.

Esme la cargó y ella comió un bocado de torta. Edward siempre decía que se parecía a mi en eso, y que ella fue la culpable de mis antojos, que después de que haya salido de mi vientre Nessie seguía una dieta especial, la nuestra, pero que había heredado mis hábitos alimenticios, como el amor por el chocolate o el helado y las cerezas.

Se enchastró todo, pero era feliz, Jasper tuvo que tranquilizar a Alice ,que casi arma un escándalo cuando mi bebé se limpió sus manitas con su vestido.

-Es oficial-susurré-de aca no sale mas nuestra bebé.

Renesmee no se movía de su nuevo parque de diversiones privado.

Edward, Jasper y Emmett, se pasaron todo un día, haciendo lo que cualquier humano tardaría hacer en un mes o más, en el jardín trasero. Yo no sabía nada porque estábamos de huéspedes en su, nuestra, casa de “por si acaso”, me dijo que había algunas cosas que quería remodelar, que en cierto modo eran verdad. Como que ahora el se inscribió en la universidad de Medicina, y necesitaba un consultorio, y quería una biblioteca mas grande, porque, por una sugerencia mía, él deseó hacerla realidad.

 “Tal vez, Nessie ame leer libros como nosotros” le había dicho, para que? Para que papá Noel Cullen, quiera mandar a hacer un súper estante exclusivo para nuestra pequeña.

Ahora, con esa cantidad de juegos, tendríamos la casa para nosotros.

-Las noches son nuestras-su estado de ánimo se aclopó al mío.

-Este… Edward… es pleno día, y todavía, nosotros, tus invitados, seguimos aquí-bromeó Jasper, captando nuestra calidez especial.

Hizo caso omiso, besándome delante de todos.

-Esos-indicó Alice a nuestra bebé-son tus padres, ese par de adolescentes hormonales.

Me colgué de mi esposo, a propósito y él tomó mi cintura como se hacen en las novelas.

Todos rieron ante la escena. Y nessie aplaudió.

-Oh-le dije-parece que notaste que seguimos aca bebé hermosa.

Ella seguía absorta en su columpio multicolor, junto al tobogán, y otros tantos juegos, como la casita del árbol que se apoyaba en la copa de un árbol enorme y viejo.

-Te vas a divertir mucho aquí-dijo Edward.

-Bella!-atrajo mi atención-todavía no te di mi regalo.

Me tendió una caja blanca, con un lazo rojo.

Temí abrirla, de Alice se puede esperar cualquier cosa.

-NO!!!!-chilló Alice-No Nessie, es mejor que no…

-Déjala…-me enojé-ella es mi bebé, puede hacer lo que quiera con mis cosas.

-Bella… mejor piénsalo-me aconsejó Edward.

Era demasiado tarde,. Todos reían cuando nuestra bebita jugaba con un puñado de encaje negro y rosa que sacó de la caja.

-Te lo dije…

Me puse roja, como lo hacía antes, Edward acarició mis mejillas y Renesmee trataba de descifrar qué era lo que sostenían sus manitas, porque no se parecía nada a sus vestidos inocentes.

Capítulo 28: Perspectiva Capítulo 30: Profesía

 
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