Despierto en mitad de la noche, el cuerpo de Carlisle está sobre el mío, lo abrazo vuerte y él hace lo mismo dormido, acarico su espalda ritmicamente, y respiro hondo, hicimos el amor hasta que quedamos agotados.
Tengo hambre, pero no pienso moverme, ya mi estómago lo hace por mi y ruje pidiendo comida, Carlisle se despierta con los ojos un poco hinchados y es que él tiene cansancio acumulado.
-Tienes hambre-.
-Un poco- susurro para mi verguenza-.
-pediré algo-.
Toma el teléfono de la recepción y se pone un boxer limpio.
-si... mande a la 248... pasta de todo tipo, jamón serrano, patatas fritas... y una selección de sus mejores postres, ah tambien una botella de espumoso... si, con tarjeta … gracias-.
Cuelga y me mira fijamente.
-¿Está bien?-.
-Si-.
-¿Te duele?-.
-No-.
-No quería llegar a la sangre Jane-.
-Si querías-.
Se mantiene callado evaluando lo que le he dicho y respira hondo.
-Está bien, si quería, eres mía, me gusta marcarte-.
-Me gusta que me marques pero no me gustan las cicatrices-.
-No te qudarán cicatrices, no lo permitiría- me besa en el cuello y de nuevo estamos enredados el uno en el otro-.
Cierro los ojos y me dejo levar, me chupa los pezones endurecidos y acaricia mis piernas, gimo bajito y acaricio su cabello.
-Carlisle....-.
-Si...- dice con voz ronca sobre la piel de mis pechos-.
-Me gustaría saber más cosas de ti, eres muy reservado-.
Se detiene y me mira fijamente.
-Que quieres saber de mi-.
-¿Tus padres?-.
-Mis padres viven en el norte de la ciudad, en una casa acomodada, son un niño rico que estudió en los mejores colegios y... se me da bien esto de las finanzas heredé la empresa de papá y ahora la llevo yo como hijo único-.
-¿Con cuantos años empezaste a ser...?-.
-pervertido- dice y sonríe ampliamente, una sonrisa contagiosa-.
-Empecé a los trece-.
-Mierda...-.
-Fui bastante promiscuo lo se... pero fue mi decisión, empecé con una chica de dieciocho y... luego conocía la mujer que viste el primer día en casa, y me gustó, me gustaba eso del control... lo tenía todo y me gusta el control-.
Asiento despacio y acaricio su rostro, él besa mi mano y pone su rostro sobre mis piernas, acaricio su cabello y besa mis muslos.
-Eres tan inocente Jane, eres todo lo que yo no fui y debí ser... eres pefecta-.
-No lo soy- susurro-.
-Lo eres, eres perfecta para mi, te quiero-.
-Te quiero- repito como una tonta y toco su espalda despacio- te daré el tiempo que quieras, el que tu necesites para que confíes en mi-.
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