Juegos Del Destino (+18)

Autor: Bella_Paula.Swan
Género: Romance
Fecha Creación: 12/11/2012
Fecha Actualización: 26/11/2012
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 16
Visitas: 56146
Capítulos: 34

Dos personas que se amaban separadas por los perjuicios sociales y dos pequeñas que crecerían sin el cariño de uno de sus padres, pero por juegos del destino diecisiete años después Isabella Marie Swan y Vanessa Dwyer se encontrarían justamente en Jacksonville el lugar donde todo comenzó…

 

HOLA bueno este fic ojala les guste y me dejen un voto o comentario, ya lo habia subido pero por Cosas del destino me toco eliminarlo pero aqui voy otra vez ojala les guste a mi personalmente me gusto mucho...no me pertenece, pertenece a Tany Cullen yo solo le cambie unas cositas.

Pasen por mi otro fic Lazos de amor

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 28: OPERACIÓN CELOS II

BELLA POV

Dos semanas habían pasado desde que Edward y yo nos hicimos novios, nuestra relación iba viento en popa y yo no podía ser más feliz con eso. Habíamos organizado varias salidas donde "casualmente" nos encontrábamos todos, las relaciones ficticias de mis amigos eran a mi parecer un asco, al principio me parecía divertido verlos darse celos, no lo niego, pero esto a cada día que pasaba se les iba más de las manos y estoy segura que no terminaría nada bien.

-Llegamos.-anunció Ángela sacándome de mis pensamientos.

Ambas bajamos del coche y caminamos hasta entrar al hospital, mi amiga tenía la sospecha de que estaba embarazada y me pidió que la acompañara a la consulta, ya que no quería ir sola y tampoco quería que Alec lo supiera hasta que confirmara sus sospechas. Angie estaba de los nervios, se había hecho dos pruebas de embarazo casera con un resultado negativo y uno positivo, por lo cual optó por hacerse un chequeo para salir de dudas.

-¿Bella? ¿Qué haces aquí? ¿Te sientes mal?-me preguntó Edward que sabe Dios de sonde salió con cara de preocupación.

-Tranquilo amor estoy bien, sólo vine a acompañar a Angie.-soltó un suspiro de alivio y yo rodeé los ojos.

Se acercó a mí y me besó, como siempre me pasaba cuando me besaba, me olvidé del lugar en que estábamos y me entregué por completo a ese beso, hasta que Angie carraspeó tras nosotros.

-Lamento interrumpir tórtolos, pero Bells, apenas tenemos el tiempo justo para llegar a donde la consulta de la doctora Collins.

-Cierto, amor nos puedes decir ¿cómo llegar al consultorio de la doctora?-le pregunté y él asintió.

Edward nos acompañó hasta la consulta de la doctora Collins, nos despedimos con un beso y me dijo que nos veríamos en la parrillada que mis padres estaban organizando y a la cual estaban todos invitados, incluyendo a mis suegros.

Unos minutos después entramos al consultorio de la doctora y después de hacerle varias preguntas a mi amiga una enfermera entró para tomarle una muestra de sangre. Los resultados de los análisis no tardaron más de veinte minutos, pues la doctora los había pedido con urgencia, mi amiga se movía nerviosamente y mordía sus uñas mientras la doctora revisaba los resultados.

-Felicidades señora Vulturi, está embarazada.

-¡Oh por Dios! Escuchaste Bells voy a ser mamá.-chilló y se lanzó sobre mí abrazándome hasta casi asfixiarme.

-Te felicito amiga, pero... esto ¿me podrías soltar?... No respiro.-ella me soltó sin dejar de sonreír.

Le realizaron una ecografía para ver que todo estuviera bien con el bebé y en cuanto Angie vio la imagen de su pequeñito comenzó a llorar, y siendo sincera, a mí se me llenaron los ojos de lágrimas al ver esa pequeña cosita en la pantalla, fue algo emocionante. Tenía cinco semanas de embarazo y todo estaba perfectamente, después de que la doctora le recetara unas vitaminas, le anotara una nueva cita y le imprimieran la ecografía salimos del hospital.

Fuimos directo a mi casa, al entrar nos encontramos con Esme, Rosalie, Alice, Kate, Irina, María y Renée en la sala donde las únicas que hablan eran mi madre y mi suegra.

-¿Ya llego Alec?-preguntó Angie que estaba prácticamente botando por la emoción.

-Aquí estoy amor.-mi amiga se acercó a él y lo arrastró hasta alejarse un poco.

Me fui a sentar en el brazo del sillón donde estaban sentadas mi mamá y Esme, a esperar para ver la reacción de Alec.

-¿Qué le pasa a Ángela cariño?-me preguntó Renée y me encogí de hombros.

-Ya lo sabrás mamá, sólo espera un par de minutos.

Angie le entregó a su marido la ecografía y él la miraba con el ceño fruncido mientras la giraba en todas direcciones tratando de encontrar forma a la imagen, mi amiga perdió la paciencia y le soltó la noticia de golpe a lo que Alec se puso pálido, solté unas risitas al verlo parecía un fantasma.

-¡VOY A SER PAPÁ!-gritó a todo pulmón saliendo de su letargo y cargó a Angie dando vueltas con ella.

-Ahí lo tienes mamá, lo que le pasa a Angie es que está embarazada.

Todas las mujeres que estaban en la sala felicitaron a los futuros papás, Alec salió corriendo al jardín para darles la noticia a los hombres que estaban allá. Después de eso nos fuimos todas a la cocina para preparar todo, saqué lo necesario para hacer una ensalada y Kate se ofreció a ayudarme. Comenzamos a cortar vegetales mientras charlábamos como si fuéramos amigas de toda la vida, y tanto mis amigas como Alice y Rosalie nos veían como si fuéramos bichos raros, a lo que nosotras sólo nos reímos.

Unos minutos después en la cocina sólo quedamos Kate y yo terminando la ensalada, pero de pronto dos hombres entraron a la cocina y se acercaron a nosotras como si fueran dos ladrones temiendo ser descubiertos.

-Esto ya me está cansando, quiero abrazarte y besarte sin preocuparme por quien nos ve.-dijo Edward rodeando mi cintura con sus brazos.

-Yo pienso igual que Edward, acabemos con esto de una buena vez.-Kate y yo intercambiamos miradas y tras sonreír asentimos.

Ellos tenían razón, no debíamos escondernos sólo porque nuestros amigos fueran unos idiotas que por orgullo se negaban a ser felices. Salimos al jardín, Edward tenía un brazo en torno a mi cintura y en su otra mano llevaba el recipiente con la ensalada, Garrett abrazaba a Kate por los hombros mientras ella llevaba otro recipiente de ensalada en sus manos. Al vernos todos se quedaron atónitos y sus ojos se abrieron desmesuradamente, con excepción de mis suegros, Angie y Alec, que ya sabían todo.

-¿Ustedes... es... están ju... juntos?-preguntó entre tartamudeos un más que sorprendido Jasper.

-Sí, hablamos y solucionamos todo. Bella y yo somos novios desde hace dos semanas, al igual que Kate y Garrett.

-No saben cuánto me alegra escuchar eso.-Renée nos abrazó a ambos felicitándonos-. Cuando Bella estuvo aquí haciéndose pasar por Nessie, vi la forma en que ustedes estaban conectados, ese amor que se profesaban con tan una mirada no se podía acabar así como así.

-Eso quiere decir que cuando estuviste aquí ustedes dos...-Charlie dejó la frase inconclusa esperando a que alguno de nosotros dos la completáramos.

-Éramos novios papá.

-Bueno, eso explica el porqué estaba tan triste cuando volvió a Forks.-murmuró pero aún así lo escuche.

Irina, María, Jasper y Emmett nos veían de una forma que hasta miedo daba a Garrett y a mí, Edward al notar que estaba toda tensa e incómoda me abrazó por la espalda, besó mi mejilla y apoyó su barbilla en mi hombro. Unos minutos después llegaron Nessie, Jacob y Alan, mi hermana tenía una mueca de molestia y sus brazos estaban cruzados a la altura de su pecho, Jacob traía cara de dolor, su pómulo estaba hinchado y una marca color purpura se comenzaba a formar, por otra parte Alan tenía una sonrisa malévola en su rostro y veía a Jacob con burla.

-¡Dios mío! ¿Qué te pasó Jake?-le preguntó Renée cuando lo vio.

-Eh, pues estábamos en el parque jugando fútbol y tuve un pequeño accidente con la pelota.-explicó y Nessie bufó.

-No es verdad, no fue un accidente. Alan le golpeó a propósito.-replicó mi hermana y estoy segura que vi a Charlie reírse.

-Sí fue un accidente, yo no quise golpearle.-Alan puso su mejor cara de "yo no fui" y si no lo conociera como lo conozco, le habría creído.

-Bueno ya dejamos ese tema y mejor vamos a comer.-y lo dicho, Charlie siempre defendiendo a Alan.

El pequeño demonio sonrió con suficiencia, una sonrisa que se esfumó cuando se percató de la presencia de Edward, el cual aún me estaba abrazando.

-¿Por qué él te está abrazando Bells?-me preguntó serio.-Garrett es tu novio, no él.- muchas veces me he preguntado como Alan siendo un niño de cuatro años, puede ser tan perspicaz y maduro, pero conservando esa esencia infantil.

-Garrett no es mi novio, enano mi novio es Edward.-para mi sorpresa Alan se encogió de hombros y se fue a sentar para comer-. Voy por hielo para que te pongas en ese golpe Jake.

-¿Puedes traer la limonada que está en el refrigerador?-asentí como respuesta a la pregunta de Renée y me adentré a la casa.

Fui hasta la cocina, saqué la limonada y en un pañuelo puse un par de hielos, estaba tan distraída que pegué un grito cuando alguien se paró tras de mí y unos muy conocidos brazos se ciñeron en mi cintura.

-Me asustaste Edward.-le reproché y soltó unas risitas.

-No fue mi intención asustarte, pero dime ¿qué puedo hacer para redimirme?-me giré para quedar frente a él y estrellé mis labios sobre los suyos.

Nuestros labios se movían suave, lento, pero a pesar de eso era un besó lleno de pasión, una pasión que sino controlábamos en este mismo momento, nos llevaría a hacer una locura en la cocina de mi madre, pero cuando sus labios dejaron los míos para bajar a mi cuello estuve a punto de mandar todo al diablo.

-Edward... amor, sino pa... paras ahora...-un sonoro gemido salió de mis labios desde lo más profundo de mi pecho al sentir como se despertaba cierta parte de su anatomía.

-¡Bella!-al escuchar ese grito Edward y yo nos separamos, y tan sólo unos segundos después entró Alan a la cocina-. ¿Por qué tardan tanto?

-Justo estábamos por volver al jardín. Anda ayúdame con el hielo para Jake.-le entregué el pañuelo con los hielos y yo tomé la jarra de limonada comenzando a caminar fuera de la cocina.

-¿Por qué Edward se quedo en la cocina?-porque tenía que esperar a que su problemita se esfumara, pero obvio no le iba a decir eso a mi hermano.

-Eh, él... iba a... a llamar a su trabajo ¿sabías que Edward es doctor?-Alan negó en respuesta-. Pues es doctor y tenía que llamar al hospital para ver que los enfermos estén bien.

-Entonces él también cura niños como Emmett.

-No, Edward no es pediatra, pero si cura a personas.

Alan le entregó el hielo a Jake, unos minutos después mi novio volvió y nos sentamos todos a comer. La comida pasó tranquila, dentro de lo que cabe claro, ya que los celos entre las parejitas ficticias estaban a flor de piel, mi padre y Carlisle congeniaron de maravilla pues a mi suegro también le gustaba la pesca, hasta quedaron para ir un día a pescar.

-Los siento fue un accidente.-dijo Alan cuando volcó su bebida sobre el pantalón de Edward, si claro un accidente.

-Descuida Alan, no hay de qué preocuparse es sólo refresco.-respondió secándose con su servilleta.

-Debes tener más cuidado cariño.-le reprendió mi mamá.

Después del "accidente" todos se comenzaron a ir, los primeros fueron Rosalie y Laurent después de que Emmett e Irina prácticamente se devoraran el uno al otro, a ellos les siguieron Alice y Riley que no soportaron ver como Jasper y María compartían dulces caricias y algún beso.

Los últimos en irse fueron Edward y sus padres, les acompañamos mis padres y yo hasta su coche, y regresamos a la casa donde me esperaban unos para nada contentos Emm, Jazz, Irina y María.

-¿Podemos hablar Bella?-asentí y fuimos hasta el estudio, a esa reunión también fueron requeridos Garrett, Nessie, Jacob, Alec y Ángela.

-¿Qué pasa con ustedes dos? Tenemos un plan que debemos seguir al pie de la letra-gruñó Irina caminando de un lado a otro.

-Nos pasa que estamos enamorados, y no vamos a desperdiciar la oportunidad de ser felices por un tonto plan.-le respondió Garrett que estaba a punto de perder la paciencia.

-¿Enamorados? ¡Por Dios!-se mofó Emmett y esa fue la gota que derramó el vaso.

-Sí enamorados, y me importa un reverendo cacahuate si a ustedes les parece o no, amo a Edward y no lo voy a perder sólo porque a ustedes los ciega el orgullo, y no son capaces de ver que su felicidad está frente a ustedes.-les dije parándome del sofá.

-No hay felicidad frente a nosotros, lo único que hay es la realidad Bella, una realidad que nos dice que ellos se olvidaron de nosotros.-replicó Jasper que hacia lo posible por no estallar y conservar la calma.

-¿Saben? Por mí hagan lo que les plazca, sólo espero que cuando abran los ojos y se den cuenta del error que cometieron, no sea demasiado tarde.-estaba furiosa con ellos.

Salí del estudio dando un sonoro portazo y subí a mi habitación, mis ojos estaban llenos de lágrimas y la rabia bullía dentro de mí como lava, no entiendo como pueden ser tan ciegos y no darse cuenta del daño que esto les está ocasionando a todos. De pronto todo dentro de la habitación comenzó a dar vueltas y tuve que sostenerme de la pared para no caerme, caminé como pude hasta la cama y me senté, cerré los ojos y respiré profundamente un par de veces para que el mareo pasara, volví a abrir los ojos y gracias a Dios al menos ya no me daba vueltas la habitación.

-Me va a dar un infarto por culpa del enojo.-murmuré e intente levantarme, pero el mareo volvió y me tuve que recostar en la cama a esperar que el malestar se me pasara...

Capítulo 27: OPERACIÓN CELOS I Capítulo 29: BUENAS NUEVAS

 
14637163 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10856 usuarios