Mi loca y cambiante vida

Autor: SUCULLEN
Género: + 18
Fecha Creación: 07/02/2012
Fecha Actualización: 19/08/2012
Finalizado: SI
Votos: 7
Comentarios: 47
Visitas: 59297
Capítulos: 36

Bella es una chica para nada convencional, vivió su vida en Inglaterra y ahora ocupa un cambio, regresa  a Los Ángeles, tratando de dejar su pasado atrás, pero ahí se dará cuenta de que la vida tiene muchos cambios para ella y entre esos es la nueva odisea del amor en su vida, al conocer a un joven, Edward Cullen.

Pero no será fácil, el amor nunca lo es.

Este es mi primer fic espero que les guste, no trae escenas triple x pero si lenguaje un poco pasado, digamos que son lemmones light. ;]   la verdad quise dar un cambio a como es nuestra Bella de  la saga y la quise hacer mas liberal, espero que les guste y nos leemos.

Los personajes son de la mas genial escritora para mí, STEPHENIE MEYER  pero la historia salió de mi cabeza, espero les guste(siempre la historia es relatada por Bella)

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Capítulo 28: Adios pueblo


 

No se en que momento quede dormida, pero sentí el calor proporcionado por  los pequeños rayos del sol, cuando te toca la piel, eso me hiso voltearme al otro lado de la cama, como si fuera una película, me vinieron los recuerdos de la noche anterior, sonreí, anoche mi vida había vuelto a cambiar, pero para bien, para ser algo hermoso, por instinto moví mis manos en la cama en busca del causante de mi felicidad, pero no lo sentí, abrí los ojos de sopetón  y efectivamente no estaba, me asusté por un instante, acostumbrada a que las cosas se me salieran de las manos, pero voltee hacia la mesa de noche y un papel llamo mi atención, lo tome, tapando mi cuerpo con la sabana y empecé a leerlo.

 

Cariño, no te desperté porque te veías muy en paz y no quería perturbar tus sueños, estoy en el taller del mecánico, te veo ahí.

Te amo

Edward Cullen

 

Sonreí como una idiota enamorada, pero que más podía hacer era una idiota enamorada del hombre más bello del mundo, como niña chiquita di pequeños brincos en mi cama, lo sé infantil, pero estaba muy feliz.

De un salto me levanté de la cama y corrí hacia el baño, me di una ducha rápida; necesitaba estar con él ya, me coloque lo primero que encontré, un vestido morado, me llegaba por arriba de las rodillas y  unas zapatillas sencillas, tome mi cartera, mi celular y salí de la habitación.

 

Era una linda mañana, el día estaba perfecto, tal vez será porque yo amanecí muy feliz; camine hasta donde recordaba que había visto el taller y sí mi sentido de la ubicación no estaba tan mal, y junto al coche estaba mi dios griego, lo miré sin que se diera cuenta, pues estaba de espaldas, tenía un pantalón café con una camisa beige, la verdad se veía guapísimo, como siempre. Me quede como boba mirándolo hasta que él se volteó y me miro, me dio una ancha sonrisa que me hiso que el día se me iluminara aun más, camino hasta donde mí y me rodeo con sus brazos, dándome una pequeña vuelta, me bajo, sin dejar de soltar su agarre de mi cintura.

 

-        Buenos días hermosa- sonreí, al igual que él.

-        Buenos días guapo- me acerque a él y lo bese, la verdad necesitaba sus besos como el aire que respiro y por fin los podía tener.

-        Me encantan tus besos- dijo dándome un casto beso-Disculpa haberte dejado sola en el cuarto.

-        No te disculpes, entre más rápido este el auto, más rápido llegaremos a nuestras merecidas vacaciones- acaricie su cara.

-        No me molestaría para nada que mis vacaciones, fueras tu, yo  y ese cuarto- rio y yo lo acompañe.

-        Eres un goloso sabías- me dio un beso en la frente.

-        Tu eres mi perdición- me dijo al oído- pero me encanta- reí, en eso lo llamó el mecánico, por lo que me pareció ya estaba listo.

-        Ya vuelvo amor- dijo soltándome y sentí un vacío donde antes posaban sus brazos, definitivamente no podía estar sin él. Pero una voz conocida me distrajo.

-        Hola Bella- me volví y era Alec, le sonreí.

-        Hola Alec- me sonrió.

-        Veo que ya quedo el coche- dijo mirando para atrás de mi hombro, pero su sonrisa se borró al ver a Edward, él cual aun no lo había visto.

-        Sí, por fin ya podremos ir a nuestras vacaciones- el paseo a la playa era organizado por la universidad, muchos iban a este viaje, pues la misma tenía cabinas, cercanas a las playas para sus estudiantes.

-        Me alegra por ti- se notó su doble sentido.- dime ayer..- tarto de decir.

-        Ayer?- pregunté.

-        Sí, tu sabes él te hizo algo- se refería a Edward en eso me vino a la mente, la pequeña discusión al salir del bar.

-        No, tranquilo él jamás me haría daño- dije para tranquilizarlo, de verdad le preocupaba, seguro quedamos como la sumisa chica y el golpeador en ese bar,- solo estaba celoso- lo dije con una sonrisa en mi rostro- de hecho te debo mucho- lo miré, este estaba confundido.

-        Como que me debes mucho- me preguntó.

-        Digamos que ayudaste un poco a que la felicidad llegará a mí- dije sonriéndole, él aun estaba confundido pero sonrió, de seguro se dio por vencido de comprenderme.

-        Bueno aunque no entiendo muy bien a que te refieres, me alegra haberte ayudado- este chico era un dulce.

-        Bella!- oí a Edward llamarme, me voltee y él nos miraba con el seño fruncido, sonreí porque sabía que estaba celoso. Le hice una seña para que me esperara, este se subió al carro y lo saco del taller.

-        Bueno, me imagino que esta es la despedida- me dijo Alec.

-        Sí- me dirigí a él- fue un placer haberte conocido- me acerqué a él y le di un beso en la mejilla- gracias- él me sonrió y yo hice lo mismo.

-        Adiós Bella- dijo.

-        Adiós- me di media vuelta y me dirigí hasta donde estaba Edward, con una cara de pocos amigos. Lo amaba. Abrí la puerta y me subí al coche, me abroché el cinturón y él arrancó el coche. La verdad se veía molesto, pero quería que él hablara primero, así que me hice la desentendida y puse música, una de mis favoritas Kiss the rain de Yiruma. Un poco corta venas pero muy linda.

Transcurrió el camino en silencio, cómodo para mí porque la verdad me era divertido verlo celoso, pues muchas veces fui yo en su lugar, pero él no parecía disfrutarlo en absoluto, una sonrisa se dibujo  en  mi boca, él me miro por un momento pero luego volvió a su mascara de serio, eso me hiso aun más gracia; me quite el cinturón para alcanzar mi cámara, que estaba  en el asiento  de atrás, quería tomarle una foto con su cara de “ogro”,  de pronto sentí que parqueaba el auto a un lado del camino, lo miré pero él de pronto me tomó de la cintura y me hiso sentarme en sus piernas, lo mire sin entender que le pasaba, pero este solo me acercó a  él y me beso, el beso fue delicioso, como todos los que él me daba, pero con un toque de desesperación, como de necesidad de probar algo. Cuando termino de besarme, lo miré para que me explicara.

 

-        Bella- dijo en un suspiro, acaricie su rostro para ver si se tranquilizaba- ahora que te tengo a mi lado- sonreí, pero él no- temo perderte- lo miré sin entender, él jamás me perdería- me aterra que te vayas de mi lado.

-        Cariño- le dije tomando con mis manos su rostro, para que me viera a los ojos- tu jamás me perderás, yo te necesito demasiado como para si quiera pensar en una vida sin ti- me dio una media sonrisa- si lo dices por Alec- arrugo su frente- solo le agradecí, por todo lo que hiso por mí, por nosotros- me miro confundido- sabes que si no hubieras estallado en tu ataque de celos- sonrió- por verme con él, ahora esta sería otra historia y por eso se lo agradecí, por haberme ayudado a estar con el hombre de mi vida- nos miramos por unos instantes, parecía haberme entendido.

-        Te amo y no sabes cuanto- me dijo acariciando mi rostro.

-        Yo también te amo- le di un pequeño beso –celoso- nos sonreímos.

 

Después de eso seguimos muestro camino, por suerte no nos faltaba mucho camino, llegamos temprano, puedo deducir, pues no había nadie en la playa, escasos unos niños, con sus padres a lo lejos, de seguro hubo fiesta y se venían acostando.

-        Bueno llegamos- dijo apagando el auto, una ves dentro del porche de las cabinas, la verdad eran casi casas, tenían una pequeña piscina en el lado de atrás, un pequeño patio, con unas sillas en él, era color naranja claro, con blanco y bastante grande.

-        Deben de estar aun dormidos- dije mirándolo y en eso se me vino una muy tentadora idea- Edward?- lo llamé, este me volteó a ver, le sonreí pícaramente y metí mis manos por debajo de mi vestido sin dejar de mirarlo, sus ojos se agrandaron y miraron a la dirección de mi manos, que estaban sacando mi braga, la deje a un lado del asiento y me puse de rodillas en el mismo, me acerque a él, que no me dejaba de mirar, hice que su asiento se hiciera para atrás- nunca lo has hecho en un auto- le pregunte de forma seductora, mientras me subía a horcadas en él, trago en seco, parecía aquel chico inocente que una vez perdió su virginidad conmigo, me encantaba, que fuera ambos, el chico inocente y el para nada inocente, me tomo de la cintura, mientras negaba con su cabeza- pues es otra cosa en la que voy a hacer la primera- le dije al oído, mordiendo su cuello al pasar, me mordí el labio al ver su sonrisa y como iba entendiendo mi idea, empecé a besarlo, mientras le desabrochaba el pantalón.

                                    hola espero q les guste y entretenga. gracias por los votos comentarios y visitas; ahi esta la pareja feliz al menos por una vez desde hace rato solo peleas jajaja pero ya toco un poco de love...........

     SALUDOS DESDE COSTA RICA

                                 SUCULLEN

                                 PURA VIDA

 

 

 

 

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Capítulo 27: Fuimos idiotas Capítulo 29: Pues sí, lo somos

 
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