(Ola Niiñas Miiles De saLudos, BesoOs y AbrasoOs, para Todas, Graciias PoOr el ApoOyo, Dsculpen x no poder subiir, pero Estaba de viaje, pero les prometo subir antes Del miercoles, Porke Saldre de nuevo y volvere en unos cuanTos diias, MandoO SaLudos Especiales a ToOdas Las niiñas CoOn las Ke he Podiido Platiikar por Messenger, Son Todas un encantoO y me alegra mucho Poder conocerlas (Gore, roo, susana, yazlin, anaSil, dani, si se me olvida algien sorry!) Espero Seguiir Reciibiendo sus Comentarios y Votos, son muy importantes para mii, Me iinspiran para Seguiir Adelante, xoxo : LiiBiiThaA!!)
Billy – grite y corrí hacia donde el estaba.
Bella, que bueno que has llegado – dijo un poco mas tranquilo.
Llegue hasta donde el se encontraba y lo abrace, Billy estaba igual que siempre, como lo recordaba desde niña, su cabello largo y un poco canoso, y su peculiar olor a madera y cuero.
Me separe un poco de el – Billy, como esta Charlie?, dime la verdad por favor? – pedí desesperada.
Billy me miro preocupado – bella, esta muy delicado – sentí un dolor en el pecho – pero debemos de tener fe, el se va a mejorar – tomo mi rostro entre sus arrugadas manos.
Lo estoy intentando – susurre – pero necesito verlo – pedí suplicante.
Si entiendo, pero deja primero tu equipaje – giro la vista y la enfoco en Edward.
Mire hacia la misma dirección y ahí estaba mi ángel parado junto al auto esperándome y mirándome con mucha dulzura, camine hasta donde el estaba y tome su mano.
Billy, el es Edward Cullen – Edward tendió su mano y Billy la tomo.
Mucho gusto señor, lamento no sean las mejores circunstancias – dijo Edward un poco apenado.
No te preocupes muchacho – contesto – esperemos todo salga bien – intento sonreír, pero la felicidad no le llego a los ojos. – Entremos – nos indico.
Edward bajo las maletas de la cajuela y Luego entramos a la casa.
Desde que Billy abrió la puerta sentí ese olor familiar, y mucho recuerdos vinieron a mi mente; los cumpleaños, mi graduación, cada noche que cenaba sola con Charlie; tantas experiencias, una vida, una ausencia, se notaba la ausencia femenina, auque todo estaba muy limpio, pero a la vez opaco, las paredes seguían pintadas de aquel beige claro y los muebles acomodados en mismo lugar.
Bella – me llamo Billy – te espero para que vayamos al hospital? – pregunto.
No Billy, ve – conteste – prefiero subir las maletas y acomodar todo, no se cuando volveré – no pensaba despegarme de Charlie, hasta que estuviera bien.
Esta bien hija – me dio un beso en la mejilla – te espero haya, hasta luego Edward – hizo un ademán con la mano y salio.
Estábamos parados frente a las escaleras, a un lado de la cocina, deje bagar mi vista de nuevo por toda la estancia, era como volver a ser una adolescente y regresar a casa como todas las tardes.
Sentí los brazos de Edward rodear mi cintura y colocar su barbilla sobre mi hombro – amor, te encuentra bien? – dijo un poco preocupado.
Si, es solo que – busque las palabras para poder explicarlo – tiene mas de 5 años que no estaba aquí, se siente tan familiar todo – suspire.
Me imagino, fue tu hogar siempre – asentí – pero no te entristezcas, ahora tienes que pensar solo en tu padre – tenia toda la razón.
Lo se – gire y lo mire fijamente a los ojos – Edward, grac… - no me dejo terminar y pego sus labios a los míos.
Lo tome por el cuello y lo ataje lo mas cerca que pude, lo necesitaba demasiado, sus besos eran como el agua, después de haber caminado horas en el desierto, podían saciar la sed de mi alma; su dulce aliento en mi boca me hizo perder la razón, olvidar por un momento los problemas y solo dejarme llevar y sentir; introdujo su lengua en mi boca y me deleite con su exquisito sabor, tome sus cabellos entre mis manos y lo jale mas hacia mi, nos separamos un poco por la falta de oxigeno, pero sus manos no abandonaron mi untura.
Amor, te necesito – susurro contra mis labios.
Yo también te necesito – respondí mientras acariciaba su mejilla con mi nariz.
Bella – me miro fijamente – salgamos de aquí ante de que no me pueda contener mas y yo… - no tuvo que terminar para que supiera lo que me quería decir, sus ojos eran de un verde mas obscuros y brillaban deseosos.
Le di un suave beso en los labios y me separe de el, pero no solté su mano.
Edward tomo el equipaje y subimos las escaleras, visualice una puerta blanca y nos dirigí hacia ella, tome la perilla con mucho dificultad.
Mi habitación – susurre, mientra habría y entrábamos.
Me quede estática al percatarme, si había pensado que los demás lugares no habían cambiado, mi habitación se mantenía intacta, en mi cama seguía aquel sobrecama morado, mis libros y la computadora seguían es en mismo buró, pero ahora lleno de polvo, gire mi vista y seguí recorriendo cada centímetro, hasta el suéter café que había colgado en el perchero el día que me fui, seguía en el mismo lugar, mis ojos se llenaron de lagrimas al percatarme de todo, pobre Charlie cuanto abra sufrido por mi abandono, lo había lastimado mucho.
Edward dejo las maletas en un rincón y nos dirigió a la cama – bella, no llores por favor – sus ojos eran verde derretido.
Lo… siento – dije como pude.
No tienes que disculparte – tomo mis manos – solo que odio verte sufrir – dijo sinceramente.
Seque mis lagrimas e intente sonreír – tienes razón – conteste.
Tienes que ser fuerte amor – susurro.
Si lo estoy intentando pero, estar aquí me trae muchos recuerdos y no lo puedo evitar – confesé apenada.
Me imagino – recorrió mi habitación con la vista – esta habitación es muy distinta a las que tienes en Miami – río un poco.
Edward, tenia 18 años cuando me fui – sonreí – este es un cuarto de niña, no podía decorar el de mi casa de la misma manera – hice que sonara muy lógico.
Mmm, a mi me gusta mucho este – me miro – es tu verdadero yo – se levanto y comenzó a rosar los muebles con los dedos.
Tiene tu olor impregnado después de tantos años – susurro – y tienes razón, es de una niña, de la niña que fuiste, en cada detalle se puede notar – tomo una libreta del buró y la comenzó a hojear.
Me levante y fui hasta donde el estaba – tiene a la niña que perdí, cuando me fui de aquí – por fin lo pude aceptar.
Ella aun vive dentro de ti – contesto – aquí esta la prueba – me mostró la libreta donde yo escribía canciones cuando era adolescente. – aquí esta nuestra canción – sonrío.
Le quite la libreta de las manos y la mire, no la había llevado conmigo, por que me traía muchos recuerdos, había preferido dejarla en forks.
Edward – se la entregue y el la tomo – quiero que tu la tengas – le pedí
Bella, pero es muy valiosa yo… - lo interrumpí.
Por favor – lo mire fijamente a los ojos.
Gracias, te juro la conservare siempre – prometió.
Lo se – tome su mano – es hora de irnos.
Vamos - dijo mientras salíamos de mi habitación.
Subimos a su auto y guardo la libreta en la cajuelita, el camino fue muy silencioso, me sentía mas intranquila con cada metro que recorríamos; cuando por fin llegamos al hospital sentí mucho miedo, como nunca antes.
Bella – me llamo Edward, mientras me sostenía la puerta – estas lista? – pregunto.
Claro que no lo estaba, pero de alguna manera, debía ser fuerte – si – mentí.
Tome su mano y caminamos hacia la puerta, una hermosa mujer estaba en la recepción.
Buenas tardes, en que les puedo ayudar – dijo amablemente mientras se comía a Edward con la mirada.
Necesito información sobre Charlie Swan – dije seria y ella me miro confundida.
Es usted familiar? – pregunto.
Si, soy su hija – conteste, sus ojos estaban de par en par.
Bella, eres tu? – ahora yo estaba confundida y solo asentí. – lamento mucho lo de tu padre – dijo seria – soy yo Lauren – me recordó.
Lauren? – me sorprendió mucho verla, habíamos estudiado juntas en la secundaria, aunque yo no era su persona favorita, me tenia que hablar por que no sentábamos en la misma mesa.
Si, la misma, me alegra mucho verte – dijo y miro insistentemente a Edward.
Igual – conteste seria – me podrías informar sobre mi padre? – sonó mas grosero de lo que planee.
Oh, si – comenzó a buscar en su ordenador – tu padre esta en la habitación 19, en el segundo piso.
Gracias – le dije y tome a Edward de la mano.
Ha sido un placer – contesto y le guiño un ojo a Edward.
Respire profundamente y me recordé, mantener compostura, jale a Edward y caminamos hasta el elevador, una vez dentro lo abrace muy fuerte.
Bella… - me regaño
Lo se, pero, viste como te miraba amor – dije molesta – nunca me cayo muy bien, y ahora mucho menos – fruncí el seño.
Bella, no te tienes que preocupar por esas cosas, me lo prometiste – suspire.
Tienes razón – me separe un poco de el.
El elevador se abrió y salimos, mi corazón latía fuertemente, estaba a unos pasos de saber la verdad, de volver a ver a Charlie.
Una puerta se abrió y Billy salio.
Bella – me llamo – esta es la habitación de Charlie – me informo.
Como esta? – pregunte.
Billy agacho un poco la mirada - por que no vas a verlo – evadió mi pregunta.
Mire a Edward, tenia mucho miedo – yo… - no pude terminar.
Bella, eres una mujer fuerte, tu puedes - me animo, sonreí un poco y camine hasta la puerta.
Trague en seco cuando entre a la habitación, ahí estaba mi padre, acostado en la pequeña cama, con su cuerpo rodeado por muchos cables y aparatos, mi corazón sintió una opresión cuando me percate de los golpes y moretones por todo su cuerpo, lentamente me fui acercando a la cama y me senté en un banquito junto a esta.
Pa-pa – se me quebró la voz.
Charlie parecía estar en un profundo sueño, sus facciones eran las mismas que recordaba, ahora estaba mas arrugado y su cabello mas canoso, pero era el, mi viejo, mi única familia, mi sostén.
Las lagrimas no se detenían, y mis sollozos no cesaban, nunca había tenido una imagen tan dolorosa como esta, tome su mano entre las mías y la bese.
Escuche como la puerta se abría, pero no desvíe mi mirada.
Hola bella – dijo una voz fuerte.
Me quede fría cuando la escuche, esa voz no podía ser de nadie mas, la tenia clavada en mi memoria, mas que nada, la había anhelado durante tanto tiempo.
Gire y allí, tal como lo había pensado, estaba parado frente a mi.
Hola Jacob – fue lo único que pude contestar.