Capitulo 27:
Comencé a abrir los ojos poco a poco. Quise moverme pero estaba encerrada entre dos fuertes brazos que me sostenían de la cintura. Me di vuelta con cuidado para no despertarlo y contemplar su sueño pero aun así no me había soltado de sus brazos.
Se veía hermoso, su boca estaba entre abierta. No me había dado cuenta que su pecho estaba denudo y podía sentir sus músculos bien fornidos a mi alrededor.
Saque la mirada de su hermoso cuerpo y volví a su rostro, con mi mano temblorosa acaricie su rostro reconociendo todo, sintiéndolo mío nuevamente.
No me quería levantar pero mi estomago me pedía comida y ruidosamente gruño. Para mi sorpresa sentí una pequeña risita, le quede mirando pero todavía tenia los ojos cerrados.
- lo siento.- susurre. Me acerque a él y bese sus labios.- Buenos días.
- Buenos días.- respondió abriendo los ojos.-como has dormido?
- Muy cómoda entre tus brazos.- confesé orgullosa.- y tu?
- De maravilla, eres muy acogedora.- me beso la frente. Otra vez mi estomago gruño.- debes comer.
- No quiero- refunfuñe.-estoy bien aquí.
- Mmm...- se puso pensativo.- que te parece si desayunamos aquí?
- Buena idea.- concluí.
Bajamos y no tomamos en cuenta el desorden que había en la casa. Preparamos el desayuno y subimos a la habitación para acomodarnos y comenzar a comer.
- esto esta delicioso.- comente.
- Toma- me dio un pedazo de queso en la boca. Me puse roja cuando me lo dio así como bebe
- Esto me parece un sueño- dije cuando alce la mano y acaricie su mejilla- me encanta estar así.
- A mi también.- beso mi mano.- am…Bella? Te quería hacer unas preguntas.
- Sobre que?
- Que es eso de que trabajas?- pregunto. Me puse rígida, ahora que todo volvía a ser normal teníamos que arreglar algunos asuntos, no?
- Este…es mi pasa tiempo.- respondí tomando jugo.
- Pero ya no lo vas a necesitar.- concluyo.
- Por que nos?- pregunte extrañada- me gusta lo que hago y gano un buen sueldo.
- Bella, no lo necesitas.- repitió.- puedes tener lo que quieras.
- Aish! Eso me Arta!- reclame.- yo quiero conseguir lo que quiero pero con mi esfuerzo.
- Te entiendo pero no puedes conseguir otro?- propuso en pregunta.
- Como cual?- le ofrecí.
- Nosé, algo menos….atractivo?- dijo contrariado.
- De que me hablas? Mi trabajo no tiene nada de atractivo o algo parecido.-le aclare.
- Se supone que tu trabajo es en una tienda de deporte y campamento.- dijo y yo solo asentí.- bueno, el trabajo quizá no sea malo pero me complica que…te guste…em- se puso tartamudo.
- Que me guste que?- inquirí. Suspire.
- Que te enamores de otro.- se tenso y puso triste.
- Por que crees eso?- dije sorprendida.
- Te he dejado mucho tiempo sola y pensé que quizás tus sentimientos cambiaran.- confeso apenado.
- Edward.- le llame seria.- si yo hubiera dejado de amarte no estaría qui. No habría aceptado la propuesta de matrimonio- sostuve su mirada.-podría esperarte por muchos tiempo y aun te seguiría amando.
- Es verdad?- pegunto con inocencia.
- Claro que si- le bese.- eres mi prometido celoso.
- Mis celos son justificados.-excuso.- tu solo eres mía.
- Y tu solo Mio.- le volví a besar.
- Tengo otro tema de conversación.- dijo mirándome.- por que estabas resfriada estos días?
- Tonterías.- respondía de inmediato y para hacerlo más convencional me encogí de hombros.- nada importante.
- Pues la verdad es que me dijeron otra cosa.- aclaro.
- So ya lo sabes. Para que quieres que te cuente?- le pregunte.
- Quiero saber la versión de tus hechos.- me animo.
- OK- tome aire y hable.- quería que Jacob me enseñara a lanzarme del acantilado, se suponía que me encontraría allí con él pero no llego así que me lance.- me miraba fijamente con una expresión extraña en el rostro.- Salí ilesa cuando caí al agua pero luego las olas me sumergía y no sabia por donde iba, choque con una roca. Perdí el conocimiento y después Jacob me encontró y trajo acá. Eso es todo.
- Por que lo hiciste?- pregunto con calma. Me pareció que entre lo mas malo entre mi trabajo y mi casi cerca muerte por el salto del acantilado, era mi trabajo.
- Quise intentar algo nuevo.- conteste.
- Te imagina que hubiera pasado si Jacob se abría tardado mas?- pregunto. Baje la mirada con tristeza.- no seria capas de vivir si te perdiera.
- Soy una desconsiderada.- susurre.- te prometo que no volveré a hacerlo.
No podría soportar un mundo sin Edward y él tampoco sin mí pero un mundo en el que Edward no estuviera iba a ser vacío. No quería hacerle sufrir, preferiría yo ser infeliz que él.
Tomo mi rostro entre sus manos y me miro fijamente.
- no me debes prometer nada, se que no lo volverás hacer.- dijo y me beso con pasión.
Bajamos y fuimos a dejar los platos con comida a la cocina. Luego volvimos a la sala que estaba toda desordenada.
- esto es lo peor de todo- comente.- el día siguiente de la fiesta…ordenar.
- Yo te ayudare.- me dijo Edward.- me parece que los chicos se acostaron tarde así que creo que no saldrán de sus habitaciones.
- Ya lo creo- murmure.
Estuvimos toda la mañana ordenando la gran sala. Había mucha basura por todos lados, parecía que nunca acabaríamos de sacar todas las bolsas llenar de basura, papeles, vidrios y muchas cosas mas que barríamos.
Luego que quedara todo limpio quedamos en que los chicos colocarían los muebles a la misma manera de siempre.
- encargare comida china.- me dijo Edward mientras yo iba a buscar a los chicos que dormían.
Subí y primero fui a buscar a Emmett. Golpeé un par de veces la puerta que no se abría.
- permiso.- dije y entre.
Me causo mucha gracia lo que vi: Rosalie dormía en la cama y Emmett dormía en el suelo con la boca abierta. No sintieron que había entrado así que siguieron durmiendo. Cerré la puerta y me encamine a la habitación de Alice.
Toque la puerta y tampoco obtuve respuesta. Entre sin hacer ruido y también dormían…
…Aun que de otra manera, no de la misma que Edward y yo ya que estaban muy abrazaditos pero sin…ropa. Cerré de inmediato la puerta y fui con rapidez a la habitación de Nessie para saber si no me encontraba con algo peor. Pero por suerte ella dormía sola y Jacob en el sofá.
Baje y me encontré a Edward colocando la mesa para mas personas.
- creo que seremos los dos.- comente.
- Por que?
- Ninguno despertó.- me encogí de hombros.
- Tendré que ir yo.- acordó.
- No!- le detuve de inmediato, me quedo mirando. No quería que fuera a la habitación de Alice porque si veía como estaban allí se iba a producir un problemon.- déjalos dormir, están cansados.
- Tienes razón.- dijo.
Nos servimos comida y estuvimos en silencio. Era cómodo pero quería hablarle, decirle muchas cosas, recuperar el tiempo perdido pero ya tendríamos la oportunidad de hacerlo.
Luego de terminar de comer me fui al garaje y me apoye en el respaldo de mi auto.
Comencé a mirar el anillo de compromiso pensando en todo lo que estaba viviendo, como de la noche a la mañana mi vida habría cambiado dando un giro de 180º.
- quizás no es el momento, tal vez debamos esperar.- susurro una voz en frente de mí. Alce la vista y me encontré con sus ojos que mostraban tristeza- es muy apresurado.
- No digas eso.- me acerque mas a él.- necesito aclaras mis ideas pero estoy feliz de esto, de estar comprometida, porque te amo.- acaricie su rostro que ya se estaba recomponiendo.
- Yo también te amo- me abrazo. Le sonreí y nos besamos. El aire se me acabo y me separe de él para subir a mi auto.- a donde vas?- pregunto extrañado.
- No tienes que preguntarlo.- conteste.- tu corazón te dirá donde voy a estar. Te voy a estar esperando.- y arranque alejándome de la casa y de su vista.
Los dos sabíamos perfectamente donde estaría.
Me sentía extraña, tenia sensaciones nuevas, no malas pero era como si la llegada de Edward; su petición cambiara muchas cosas para mí, para los dos.
Estacione el auto en la senda y comencé a caminar por el bosque. Eran 8 kilómetros en los que tenia que concentrarme y no tropezar porque si Edward me encontraba algún rasguño se pondría como loco.
No tomo mucho tiempo encontrar el lugar al que iba. El día estaba nublado pero no había una brisa helada, al contrario, estaba muy tibio el aire.
El prado seguía igual que siempre, parecía que el clima no le afectaba, estaba igual de bello y mágico que siempre.
Me tendí en el pasto con la mirada hacia el cielo. Que pasaría luego de la boda? Donde viviríamos? Seria una buena esposa? Y mis estudios?
Muchas dudas, muchas dudas.
De repente de los árboles salio una brisa que me revoloteo todo el cabello dejándomelo sobre la cara. Me levante y solté una carcajada.
- te encontré.- dijo la voz mas linda del mundo. Dirigí mi vista a la dirección de donde venia la voz.
Edward estaba apoyado en un árbol mirándome con tranquilidad. Se veía tan lindo allí.
Me levante y le hice señas para que se me acercara. Camino con cautela hasta quedarse frente a mí.
- que pasa?- le pregunte acariciando su mejilla.
- Espero tu respuesta.- susurro.- se que estas confundida y lo mejor es que…
- De que hablas?- inquirí.- yo no estoy confundida. Solo tengo miedo.-confesé. Me miro extraño.
- A que le temes? No te comprendo.- dijo.
- Mi temor es no poder ser buena, Nosé si seré buena esposa, tal vez no soy suficiente.- le explique con desesperación.
- Bella, Bella- me abrazo tratando de calmarme.- yo también tengo miedo pero tu y yo estaremos juntos- tomo mi rostro en sus manos.- cariño, no hemos nacido para ser buenos en todo, ser buena esposa se aprende con el tiempo y si eres suficiente para mi, eres lo que mas amo y juntos vamos a salir adelante. Yo te ayudare y tú me ayudaras, estaremos bien.
- También tenias miedo?- le pregunte. Asintió.- de que?
- A que no accedieras a casarte conmigo.- confeso triste.
- Son tonterías lo que pensé, verdad?- pregunte bromista.
- Es normal y me gusta que seas así.- se encogió de hombros.- entonces todo sigue siendo igual?
- Nada Será igual luego de que nos casemos.- lo abrace y bese con ternura.
Nos recostamos en el pasto sin dejar de mirarnos.
- te quiero pedir un favor.- le dije jugando con su mano.
- Pide lo que quieras.- contesto.
- Cuéntame todo lo que hiciste en Brasil- pedí. Se tenso y desvío la mirada.
- Estuve en Río y luego viaje por todo el país hasta unos días- contesto como si nada.- y tu?
- Lo pase genial- comente- me hicieron masajes, baile con un chico estupendo, fuimos a carnavales y me hice este cambio de look aunque apenas se note. OH, y me enviaron un jugo que no acepte porque no conocía a la persona que me lo envío.
- Interesante.- murmuro bromista.
- Pero me paso algo muy extraño- agregue.- sentía que era perseguida y observada por alguien. Raro verdad?
- Ya lo creo.- dijo.
- Edward.- lo mire fijo.- no creas que soy tonta.
- De que me hablas?- pregunto con inocencia.
- Te lo explico yo o lo haces tu.-le propuse con malicia.
- Esta bien…me rindo- suspiro.- estuve contigo casi todo el tiempo que estuvieron en Brasil.
- Cuéntame, no te voy a interrumpir.- le anime.
- Supe por mi padre que habían viajado. Fui al aeropuerto esperándolos hasta que los encontré y los seguí y supe donde se quedaban. Recuerdas el masaje?- pregunto y yo asentí.
- Fue el mejor que haya tenido.- comente.
- Bueno, yo te lo hice y Alice me pillo cuando entro. Por suerte tú no te levantaste así que me obligo a explicarle que hacia allí- hizo una pausa.- para la fiesta…em, yo baile contigo.
- Lo sabia!- dije triunfante- por que no me lo dijiste?
- Quería asegurarme de cómo estabas, no te lo dije porque lo tenía prohibido y tampoco quería arruinar el plan. Ya sabes, Alice.- explico.- me resulto muy difícil enterarme de que volvían así que me regrese con ustedes a Forks.
- Volviste con nosotros?- pregunte sorprendida. Esa parte no lo sabia.
- Soy tan egoísta que no aguante el estar mas lejos de ti así que volví.- concluyo.- eso es todo.
- Aun no has terminado.- dije enarcando una ceja.- donde te quedaste? que hiciste en ese tiempo?- se puso nervioso ante mis preguntas.
- Temo a que te enojes.- contesto
- Debería estarlo pero quiero escucharte, saber que fue lo que hiciste.- le anime.- vamos, cuéntame.
- Llegue a casa y Alice con mamá me obligaron a quedarme.- volvió a contar.- todo este tiempo, antes de tu cumpleaños, me he quedado allí.- lo mire con sorpresa.- tenemos un escondite bajo la escalera, me hicieron una habitación con lo justo y necesario.
- O sea que has escuchado y enterado de todo lo que paso estas semanas.- afirme.
- Si- contesto.- todos sabían a excepción de tu y tu padre.
- Ya entiendo todo-comente.- el gran plan era pedirme matrimonio el día de mi cumpleaños.
- Y ha funcionado a la perfección.- concluyo con alegría.
- Todos ustedes son unos tramposos.- me quede sobre su pecho.- siempre soy la ultima en enterarme de todo.
- Ahora solo nos queda vivir nuestro fututo juntos.- me miro a los ojos.- tenemos mucho que hacer.
- Tengo una duda.- le dije.- donde viviremos cuando tu y yo estemos casados?
- Estaba pensando en ello- informo.- estaba planeando que nos fuéramos a Seattle para estudiar en la universidad.
- Enserio?- pregunte con asombro.
- Podemos comprar un departamento, elegiríamos las carreras que estudiaríamos. Podemos visitar a nuestros familiares sin problemas…- ese futuro me gustaba mucho, poder estar todo el tiempo, hasta la muerte con mi amado.
- Me gusta pero hay un inconveniente.- dije.- el dinero.
- Bella, eso no es ningún problema.- me aseguro.
- No, Edward- le frene.- no es justo que tu gaste todo, los dos debemos aportar.
- Déjame esto a mí- me rogó.- quiero darte lo mejor y además luego mi dinero pasara a ser tuyo. Tengo todo planificado, mis padres me hicieron una cuenta en el banco hace mucho tiempo y tengo mucho dinero.
- Pero…- presiono sus labios contra los míos para ya dejar de regañar
- No sacaras nada con reclamar.- murmuro en mis labios.
- Losé- respondí volviéndolo a besar.
Estuvimos acarameladitos un rato más y contándonos todo.
Me acariciaba el rostro y yo el suyo, me encantaba tenerlo cerca, abrazarlo y besarlo todo lo que yo quisiera.
- debemos preparar la boda- dijo Edward entre mis labios.
- Pero antes debemos hacer algo.- respondí con un beso.
- Cualquier cosa- dijo descendiendo hasta mi cuello.
- Seguro?- le pregunto volviéndolo a besar. No respondió.- hay que decirle a Charlie.
- Eso puede esperar.- dijo profundizando el beso. Le seguí el juego pero con dificultad ya que me encantaba que me besara me separe de él.
- Se hace tarde y quiero que se entere.- le dije.
- estaré indefenso ya que él tiene un arma- refunfuño.
- Prometo esconderla para que estés a tiempo en la boda- le asegure.
- Eso me tranquiliza- bromeo. Volvió a besarme con pasión y yo también se lo devolví de la misma manera.
|