Después de un largo rato de charla con mi familia, decidí que había mantenido a mis acompañantes mucho tiempo afuera, escondidos en un arbusto. Cuando Alice me terminó de contar sobre las constantes rabietas de Rosalie por la falta de alguien que los hiciera reír (sabía que esa era su manera de hacerme saber que incluso Rose me había extrañado) yo pude decirles tímidamente y con la cabeza gacha:
–Chicos… creo que mis ejem… acompañantes quisieran entrar un rato a dar su versión de la historia –miré a Carlisle con ojos suplicantes – ¿pueden venir?
Ellos se miraron unos a otros y luego todas las miradas se posaron en mí de una manera muy incómoda.
–Claro –se limitó a decir Carlisle.
Salí como bala de la casa y me dirigí al lugar donde se habían quedado mis acompañantes. Tras unos doscientos metros de arboleda y de matorrales con espinas me encontré con Evelyn echa un ovillo en el piso, Ian daba vuelta por todos lados y Alec estaba parado en la misma posición en la que se había quedado cuando me fui, con la mirada perdida. Vaya, tenía paciencia de sobra. Yo estaría como Evelyn, probablemente muriéndome de aburrimiento.
–Podemos ir ya…
Alzaron la vista al unísono y me sonrieron, al menos Evelyn. Yo no le agradaba mucho que digamos a Ian y Alec… había notado que no le gustaba mostrar sus sentimientos en público, prefería su privacidad. Lo tomé de la mano, y con la otra a Evelyn y salimos corriendo hacia la casa blanca.
De nuevo llegamos al umbral y en la distancia incluso pude sentir y oír la tensión dentro.
– ¿Están seguros?... –susurró Jasper –no me inspiran mucha confianza…
–Dales una oportunidad –concluyó Alice.
Entramos de la mano. Al entrar todos los rostros nos miraron de manera incómoda, de nuevo todas las miradas se fijaron en mí y luego, miradas de ira sustituyeron las incómodas. No pasé por alto que todos miraba a Alec con la frase “Si sigues vivo, es solo gracias a ella”. Luché por no poner los ojos en blanco. Nos situamos al centro de la habitación y mis acompañantes recibieron una clara (aunque muda) advertencia de no tocar nada, ni sentarse, ni mirar nada, ni respirar tan cerca de su aire. Los Cullen a veces dramatizaban todo. Aún así los amaba.
Después de un minuto de silencio bastante incómodo, me dí cuenta de que todos esperaban que yo dijera algo. Genial “Bueno aquí les presento a mi hermana a la cual acaba de conocer nuevamente después de unos… noventa o quizá cien años, junto con su acompañante de dudosa procedencia ya que ella no ha abierto el pico acerca de eso y… ¡a sí! Mi nuevo compañero (alias antiguo y sádico guardia Vulturi)”.
–Bueno… –comencé con un cierto tono de remordimiento que me sorprendió –ellos son… Evelyn, Ian y… Alec.
Por supuesto ellos notaron mi vacilación al pronunciar el último nombre.
Hasta ahora no había notado que Eve no le había quitado la mirada a Alice en todo el rato, pero no se había atrevido a decir nada.
La tomé de la mano y la arrastré a un escaso metro de Alice, ignoré la actitud posesiva de Jasper a su lado.
–Alice… ella es nuestra hermana menor, Evelyn.
Ella la miró sin poder creerlo, y se acercó más a ella. Alice parecía en trance, no me quitaba los ojos de encima, le sonreí para infundirle ánimo. Evelyn la tomó del rostro como hizo conmigo en Volterra.
–De verdad eres tú –susurró y antes de que Alice pudiera decir algo, o siquiera pensarlo la abrazó por la cintura y comenzó a sollozar, sin lágrimas claro.
Alice se limitó a abrazarla y a mirarla con ternura, era claro que no lo esperaba gracias a la constante presencia de cierto licántropo y vampiresa híbrida por la casa, ella no estaba acostumbrada a que la sorprendieran por lo que se sentía extraña, creí yo.
–Ella siempre ha estado ahí Alice, sólo que no comprendo por qué nos encontramos hasta ahora y no antes –reflexioné en voz alta.
Me uní a su abrazo.
–Las amo –susurré –jamás creí volver a verlas –sequé la ponzoña de mi ojo con mi blusa.
–Tierna escena –susurró Emmett –pero creo que necesitamos respuestas.
Le puse mala cara pero asentí a regañadientes.
–Bueno Emmett… –dije soltándome de su abrazo –pero creo que debes pedírselas a Eve, no a mí, ella está más al tanto de todo esto y de todos nosotros al parecer…
Él me miró sin comprender del todo. Eve tomó la palabra antes de que pudiera decir nada más.
–Yo creo que debo explicarles primero el encuentro entre Cynthia y yo… Ian y yo vivimos por un largo tiempo en un pequeño pueblo de España, éramos los típicos nómadas que no tienen oficio ni beneficio en el mundo, más que para cazar la escoria del mundo –hizo una pausa y se encogió de hombros –un día Jane apareció en uno de los barrios donde solíamos vagar en ese tiempo, y alegó que Aro quería juzgar algunas “prácticas sospechosas” de nuestra parte, pero jamás nos dijo en realidad lo que quería. Fuimos a sabiendas que si nos negábamos sería peor. Al llegar Aro se portaba tan… amable que me asusté, le exigí que nos dijera que quería en realidad y nos pidió que nos uniéramos a él. Nos negamos claro, y nos mantuvo unas tres semanas bajo la tutela de Jane, pero al menos nos dejaba cazar, cuando a Aro se le acabó la paciencia hizo que Cynthia fuera, provocándome dolor supo que tarde o temprano le llegarían alguna visión mía y…
–Espera ¿qué? Que Aro hizo ¿Qué? –interrumpí horrorizada.
–Ag… Metí la pata, bueno Aro ya estaba enterado de algunas cosas antes de que llegaras… y esa es otra historia…
Le lancé mirada asesina, y ella suspiró y comenzó a hablar rápidamente.
–Hay un integrante de la guardia Vulturi que ustedes no conocen –todos miraron a Alec con la pregunta en el rostro –ella tiene un poder magnífico, es capaz de “convencer” a cualquier persona de cualquier cosa que ella quiera, aunque sea un disparate. Lo sé porque pude enterarme de la historia de esa chica durante mi estancia en Volterra.
¿Qué? ¿Chica? ¿Alec lo sabía? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Yo la había visto? No lo creo. ¿Eve si? ¿Qué clase de diabólico poder era ese? ¿Convencer? ¡Qué tontería! ¿Y… qué tenía eso que ver conmigo?
Ante nuestra mirada de sorpresa, confusión y algunos de ira, ella explicó con más claridad:
–Si ella llegara por ejemplo con Cynthia, la tomara de la mano –lo hizo mientras yo ponía los ojos como platos –y le dijera algo místico como: “Ahora tú estas al tanto de que el cielo es… verde” Ella lo creería al instante, sería algo lógico y natural para ella, aunque sea una estupidez. Su poder funciona igualmente con las órdenes, nadie puede evitar obedecerla… Aún no sé porque no se limitó a hacer que ella no nos permitiera ir… –reflexionó –Aro ha querido mantenerla en secreto, por eso jamás la vemos, a veces él mismo le ordena que lo haga olvidarla, sólo cuando tu amigo Edward –lo señaló con el dedo –tiene participación.
Me miraron con la frase “Enserio le hablaste sobre él” en la frente, yo negué con la cabeza y dije con las manos arriba como si me apuntaran con una pistola:
– ¡Ey! Yo no tuve nada que ver con eso… Ella es la rara…
Me miraron aún más confundidos. Suspiré, este día sería muy, muy largo.
–Ella… bueno quizá ella quiera explicárselos. Pero primero… ¿qué tiene que ver el don de Chanel conmigo? ¿Cómo hizo ella para…?
–Bueno… Cynthia… lo que tú crees sobre tu transformación no es del todo cierto, y más que nada se debe a Chanel, aunque ni siquiera supieras de su existencia.
¿Qué? ¿Más sorpresas? Eso no tenía ni pies ni cabeza. ¿Y ella como sabía lo que nosotras sabíamos sobre nuestro pasado?
– ¿Qué? –dije con una mezcla de confusión, rabia y frustración.
–Tú no fuiste convertida por el asesino de nuestra madre –hizo un encogimiento ante el recuerdo –quien te convirtió fue en realidad… –miró a Alec y él frunció el ceño –un guardia Vulturi.
– ¡¿Qué?! ¡¿C-como?! Lo sabes…
–Chanel no puede engañarme… o al menos no puede ocultarme todo. Yo veo tu verdadero pasado, no lo que crees recordar Cynthia.
–Pero…
La confusión hacía que mis ideas revolotearan como abejas enloquecidas por toda mi cabeza. ¿Mi creador no había sido ese sádico vampiro? ¿Un guardia Vulturi? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué no lo recuerdo? ¿Quién es Chanel en realidad… un estorbo sin importancia o… alguien de verdad poderosa?
– ¿Cómo pasó todo entonces?
Ella miró a los Cullen con expresión apenada.
–Creo que estamos haciendo las cosas al revés Cynthia… debería presentarme primero, sería descortés sólo hablar y hablar así sin más…
Gruñí de pura frustración. Ella tenía razón, los Cullen se veían muy confundidos.
–Eso te lo dejo a ti, háblales de mi don, parece que no comprenden demasiado el asunto –dijo ella con una sonrisita de suficiencia.
Bufé y le puse los ojos en blanco.
–Bueno… ella tiene un don especial… ella está al tanto del pasado de la gente que la rodea… por eso sabe acerca de ustedes, porque lo vio en mi pasado, también por eso sabe todo eso acerca de Aro… su pasado incluye a Chanel… –Me sentí rara pronunciando aquel nombre extraño.
Se tomaron unos minutos para asimilarlo todo, les di su tiempo.
–Entonces… ella lo sabe todo acerca de todos… –dijo Rose preocupada.
Yo asentí y suspiré.
–Tampoco me agrada mucho la idea Rose, pero así son las cosas…
Ambas fruncimos el ceño, preocupadas por la misma razón. Nuestro pasado amoroso no era muy digno de recordar.
–Esa es la razón por la que sabe casi todo de ustedes… no sólo mi aparente incapacidad de cerrar el pico en las ocasiones menos esperadas… –susurré.
Soltaron unas risitas. ¡Como extrañaba ese sonido! Sonreí con ganas.
Todos se quedaron mirando a Alec, a la espera de que dijera algo, se presentara o simplemente… parpadeara. No se había movido desde que habíamos llegado.
–Él… –susurré cuando el silencio se hizo insoportable –nos ayudó a escapar de Volterra y… –estuve segura de que de haber sido humana, en ese momento mi rostro hubiera estado de color rojo carmesí, como los ojos de Alec –quería que habláramos de… Bueno él quiere pedirles una oportunidad de iniciar una nueva vida… unirse a este nuevo mundo y… a mí.
Observé con cuidado a Alec, sus ojos no dejaban mi rostro y albergaba una rara expresión de compasión.
–Yo –habló por fin –no voy a separarme de Cynthia, eso debe quedarles claro, que cerca o lejos de su familia jamás me alejaré de ella.
Adoptó una actitud posesiva a mis espaldas, reclamando mi cuerpo si pudiera disponer de él. Sé que debí sentirme alagada o al menos contenta por su comentario, pero sonó más a una amenaza que a un simple comentario de devoción hacia mí.
–Alec… no lo hagas –susurré con su rostro y su respiración en mi cuello, las palabras me fallaban –yo… no voy a obligarlos a nada chicos –me dirigí a ellos de nuevo –pero les digo que tampoco voy a separarme de él. Lo amo –apreté su mano, disipando la sensación vergonzosa de mi cuerpo.
Se quedaron ahí quietos como estatuas, mirando nuestras manos entrelazadas. Después de unos tres minutos dije, apenas en un susurro audible:
–No quiero dejarlos, a ustedes también los amo…, pero quizá necesitemos algo más de tiempo separados para acomodar todas las piezas del rompecabezas.
– ¡No! –exclamaron Evelyn y Alice al unísono.
–No tienes porqué irte Cynthia –comenzó Emmett dejando en claro que la invitación sólo estaba dirigida hacia mi persona.
–Emmett… él y yo ahora formamos parte de un todo, por favor… sólo denle una oportunidad, no les pido más… sólo…
Él me interrumpió soltando mi mano y susurró en mi oído:
–Te veo en el prado en una hora, les daré unos minutos a solas…
Le dediqué un leve asentimiento, y el salió como bólido de la casa. Pareciera que en cuanto se fue, apretó el botón play de la grabadora, porque los gritos y regaños bañaron la calma aparente de la habitación.
– ¡¡ ¿Qué demonios te pasa Cynthia?!! –Dijo Jasper gritando enfurecido –¡¡Es uno de ellos!!
– ¿Viste como te trató? –Arguyó Emmett – ¡¡Como si fueras de su propiedad!!
–Cynthia no se si él quiera cambiar –dijo Carlisle con voz más sosegada –a veces el amor puede confundir.
– ¡¡ÉL NO PUEDE CAMBIAR!! –Exclamó Edward cuando me proponía decirle a Carlisle lo que creía – ¿Crees que luego de tres milenios siendo un guardia Vulturi cambiará sólo por el hecho de haberte conocido? ¡¡Le pareciste bonita y ya!! Y como se dio cuenta de que eras frágil en cuanto a lo que los sentimientos se refieren… ¡¡SE APROVECHÓ!! Él no te a…
– ¡¡BASTA!! –Interrumpí –si van a juzgarnos antes de conocer toda la historia… no tiene sentido que permanezca aquí…
–Cynthia esto ya te sucedió una vez… no me digas que eres tan… ingenua como para caer de nuevo ante el primer muchacho que te habla bonito… quizá esta vez no puedas reponerte –dijo Rose en tono cortante.
Retrocedí como si me hubiera dado una bofetada en pleno rostro. Eso me dolió como un millar de navajas cortándome el cuerpo, aunque eso fuera poco probable y quizá imposible. “Idiota, no vuelvas a caer.” Eso me había dicho a resumidas cuentas.
Me sentí herida y como nunca arrepentida de haberles contado esa parte tan oscura de mí pasado.
– ¡¡Cynthia abre los ojos!! –gritó Edward con furia.
– ¡¡Edward!! –lo regañó Esme –basta…
Ellos al fin parecieron notar el dolor en mi rostro.
–Jamás… debí contarles aquello –susurré entre sollozos –jamás…
Me encaminé a la salida, con los puños cerrados de pura rabia. Bella me tomó del brazo antes de que llegara al umbral y le gruñí. Jamás me hubiera creído capaz de hacerlo. Ella retrocedió con sorpresa en los ojos.
–Nos vamos… Evelyn arréglate con ellos si es que te quieres quedar.
Salí corriendo sin esperar respuesta, hasta llegar al prado me desmoroné en el piso en llanto.
|