Todo a su tiempo (+18)

Autor: AtalCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 07/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 9
Comentarios: 15
Visitas: 58373
Capítulos: 27

Edward, un joven médico que ha dejado que sus prioridades sean lo más importante lo más importantes en su vida, dejando de lado lo más importante,... el amor.

¿Qué pasará cuando llegue la jefe de enfermería?

 


Hola amigas les dejo otra locura de mi mente,... esta es una historia que escribí hace un tiempo, la he publicado en otras partes, pero aquí la he querido colocar un poco editada, he corregido algunas cosas, sobre todo la gramática y redacción.

Espero les guste y pueda recibir comentarios y votitos,... un beso a mis lectoras que no me abandonan

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 26: "Mía, solo mía"

EPOV

Estas tres semanas habían sido la más hermosas de mi vida, no me había imaginado nunca que mi vida sería tan completa junto a Bella, ella era espléndida en todo, durante estos días en Santorini me había mostrado varias faceta de su personalidad escondida. La que más me ha sorprendido es la manera de amarme en la intimidad. Claro, durante nuestro noviazgo salió algo de lo que ella desconocía, y era lo fogosa que podía ser.

Cada vez que hacíamos el amor, ella me sorprendía con algo nuevo, era innovadora en todo lo que hacíamos, no sé donde salían aquellas cosas pero me gustaba que fuese así. Aunque cuando éramos lo más normal creo que disfrutábamos de igual manera. No me importaba en todo caso, solo importaba darle en el gusto y hacerla feliz.

Un día recorriendo las Islas, habíamos arrendado un yate solo para nosotros, las distancias entre islas no era mucha así que aproveché así de darme el lujo de manejarlo, mi esposa al ver que yo lo haría y que iríamos solos a nuestro tour me miró de forma pícara. Se me vino a la mente inmediatamente lo que se le había ocurrido en su cabecita tan lujuriosa.

Llevábamos varios kilómetros desde la orilla cuando Bella vino a mí y me tomó por detrás, mientras yo seguía en el timón de la nave, al principio me gustó ya que se sentía muy bien, sentía su calor y sus manitas acariciándome el pecho, en ese momento Bella me habló.

-¿bebé, por qué no apagas el motor, y quedémonos unos minutos anclados viendo lo maravilloso que se ve el agua?- lo dijo tan sensualmente, que supe lo que quería en realidad.

-ok, mi vida, a su orden esta su capitán- inmediatamente apagué el motor y me puse frente a ella. –¿qué tienes en mente esposa mía?

-mmm bueno,… me dieron ganas de mi esposo y de pedirle que me haga el amor en la cubierta- me dijo en forma tan sensual que hizo estremecerme en ese instante.

La tomé de la cintura y la cargué hasta llegar al sitio donde me sugirió ella, el agua se ve veía tan hermosa reflejándose el hermoso cielo celeste en él. Sin dejarla de besar la puse en el suelo donde había una manta y unos cojines que ya había puesto ella, tenía todo preparado.

La puse en el sitio y sin más, nuestro beso se puso más intenso, Bella comenzó a desabrochar la camisa que llevaba sentí sus caricias en mi pecho y abdomen, el solo contacto de sus manos en mi piel hacían que mi cuerpo reaccionara rápidamente. Al quedarme descubierto yo no tarde de sacarle su polera y el sostén de su bikini y dejar sus senos para mi deleite. Estaban tan duritos que no dudé en devorármelos con mi boca, era una cosa que me hacía volverme loco, desesperado, al sentir su sabor, ella comenzó a jadear y a decir entre cortado mi nombre. Me coloqué de lado hacía ella mientras ella estaba acostada besándome, su cintura la dobló y puso una pierna encima de mi cadera, sin decir nada ella comenzó a tocarse por detrás su vulva sin dejar mis labios.

-oh Edward… tócame…-me dijo mientras tomaba una de mis manos y la ponía encima de sus nalgas.

Yo comencé a tocarla hasta que me di cuenta que se estaba estimulando, yo ya había dejado sus labios para ir a morder y besar sus pechos. La brisa del mar egeo era sensacional, era tibio y eso hizo que estuviéramos más calientes de lo normal. En la misma posición en que estábamos le saque sus bragas dejándola solo con su faldita diminuta que andaba trayendo, comencé a tocar sus pliegues con mis dedos mientras ella tocaba mi miembro con la mano que estaba más cerca de él.

Bella bajó su pierna de mi cadera quedando a su lado y abrió las piernas para que siguiera con mi trabajo, ella tomó mi cuello con sus dos brazos y me comenzó a devorar.

-Ed…wa…rd, sigue, así, aahh- jadeando me dijo que siguiera con mis dedos en su vulva.

Yo disfrutaba cada vez que podía tocarla ahí ya que era una sensación única sentir sus jugos como salían por la excitación y cómo la hacía sentir placer con solo acariciarla en ese lugar. Escuchar como sus jadeos se hacían más fuertes y más rápidos hizo que mi erección fuese rápidamente entre su palma. Yo comencé a acompañarla en los jadeos ya que estaba más que excitado, estaba ardiendo por estar así en un lugar que no me lo había imaginado.

A medida que tocaba sus pliegues y presionaba su clítoris Bella se arqueaba, una vez más desesperadamente, puso su pierna encima de mis caderas para rozar su pelvis con la mía, gimió al sentir mi dura erección en su vientre, ella la tomó en su manito y la comenzó a pasar por toda su vagina, se separó de mi para mirarme, y dio una sonrisa de placer, mordiéndose su labio inferior, seguía en su labor, la pasaba por su clítoris hasta el límite de mi orificio, era una estimulación maravillosa.

-¿amor,…saboréame?-me dijo con desesperación y un poco de pudor.

-lo que tu quieras amor- sin más bajé a su vulva y comencé a degustar de su jugo que maravillosamente se sentía.

Su sabor me embriagaba cada vez que la probaba de esa manera, no escatimé dudar de ir con mi lengua a su entrada y comencé a introducirla mientras mi dedo pulgar jugaba con su botón que estaba durísimo de tanto placer que sentía.

Su entrada estaba más que lista para mí, antes de separarme de ella fui a succionar una vez más su clítoris y sus labios que solo era míos. Subí a su rostro y con un solo jadeo puse mi miembro en su entrada pero no la penetraba, quería escucharla, quería en ese momento que me rogara, que me pidiera que fuésemos uno. Bella solo me miraba haciendo que nuestras respiraciones se sintieran a unísono, de pronto, mi esposa me toma de los hombros y me dio vuelta y fue directamente a mi miembro y sin más se lo metió entero a su boca, haciendo gritar su nombre.

-¡Bel…la!-

Me mordió haciendo que gimiera, mi esposa había aprendido a darme placer con su boca que era una de las formas que disfrutaba mucho, comenzó a jugar con mi miembro mientras yo estaba más que listo, solo quería acabar dentro de ella, dentro de su cavidad vaginal, mientras chupaba toda mi erección se fue a mis testículos a besarlos y morderlos, con eso me enloqueció y la tomé bruscamente y la puse debajo de mí, y abrí sus piernas llevándolas a mi cintura la penetré de una, hasta lo más hondo de su cavidad, Bella gimió y una vez la comencé a bombear lo más fuerte posible con la preocupación de no hacerle daño.

-Amor, sigue así, dame más- me pidió mi hermosa esposa.

Y seguí así hasta que aumente mis movimientos a más rápidos, Bella se arqueaba, se apretaba a mí, enterraba sus pequeñas uñas en mi piel de la espalda, mientras que sentí como sus paredes comenzaron a tensarse y cerrase entre mi miembro y supe que se vendría junto conmigo, seguí penetrándola hasta que me liberé dentro de ella, mientras ella me pedía que no parara aún, que siguiera que le faltaba poco, lo hice y a los minutos que yo descargue todo mi semen en su interior ella explotó también haciendo que nuestro vaivén fuese más despacio hasta caer abrazados los dos jadeando de tanto placer que nos dábamos cuando estábamos en la intimidad.

Mi esposa era maravillosa, se le ocurría tantas cosas para que hiciéramos el amor, Grecia había despertado el espíritu de los dioses griegos hacia el amor, Bella era mi diosa del amor, no me cansaba de hacerla mía y no me cansaría jamás.

Sonaba tan lindo decir mi esposa, solo teníamos que disfrutar de las islas ya que después que llegáramos a nuestras vidas, tendríamos que volver al trabajo, bueno yo comenzaría a trabajar en el hospital y Bella seguiría como jefe de enfermería. Con solo pensar que ahora volvería a trabajar como el cirujano Cullen y no como el estudiante, me regocijaba al pensarlo y además que esta nueva etapa estaría para compartirla con mi esposa.

Después de vestirnos seguimos ese día nuestro rumbo para seguir conociendo todos los lugares que nos brindaba Santorini. Fuimos a la playa roja donde sus arenas son de ese color, fuimos otro día a bucear las aguas del Egeo, fue maravilloso y gracioso ya que Bella jamás se había puesto un traje de buceo pero aprendió inmediatamente. Creo que no nos faltó nada en visitar de todo lo que nos ofreció este maravilloso lugar. Creo que fue la mejor luna de miel junto a mi Bella. Este lugar es mágico.

Ya habían pasado rápidamente dos semanas y ya nos teníamos que ir a Atenas, ya que esa semana quería llevar a Bella a todos los lugares históricos que había soñado estar. Así que nos despedimos del gerente del hotel que se portó muy bien con nosotros y nos fuimos a la capital de Grecia. Tomamos la avioneta y al bajar nos fuimos al hotel Electra Palace que había alquilado por esa semana, era un hermoso lugar tenía una alberca en el último piso y se veía Acrópolis y en nuestra habitación también. Sabía que a mi esposa le gustaría.

Esa semana fue aún más maravillosa, Bella irradiaba alegría cada vez que estábamos en algún lugar histórico fuimos a visitamos la colina del Areópago, fuimos también al pequeño monte de Pnix. Además fuimos al Acrópolis y en ese lugar nos llevó un día entero, entramos al templo de Atenea, Puerta Beule donde estaba una estatua de Agripa; Los propileos eran donde estaban las columnas dóricas y jónicas y muros de sillares tan característicos de Grecia; el Erecteíon, El Partenón, El museo de Acrópolis, El Teatro de Dionisos entre otros. Los dos estábamos anonadados por tantas cosas hermosas, que solo habíamos visto en revistas o documentales en tv, era un sueño hecho realidad, y más me emocionaba que a Bella le brillaban sus ojos achocolatados cada vez que se quedaba viendo alguna estatua o escultura de alguien históricamente conocido.

Ya nos quedaba solo una noche en Atenas, y a pesar de que volveríamos a nuestras vidas y a nuestra casa, todo lo vivido en Grecia con mi esposa no lo podía dimensionar. Esa noche fue grandiosa, Bella me tenía una sorpresa mientras estábamos en la alberca ya se había oscurecido y me dejó solo y me dijo que bajara a la habitación en treinta minutos más. Yo como un esposo obediente lo hice y esperé ahí, me puse ansioso y no me imaginaba que era lo que me tenía preparado.

Ya era la hora y me dispuse a ir a donde mi amada esposa, subí tranquilamente, solo que la ansiedad me estaba volviendo loco, esa noche sabía que sería grandiosa. Con Bella podía esperar cualquier cosa y siempre terminábamos felices.

Llegué a la habitación y abrí silenciosamente y la habitación estaba con luz media, estaba decorada como en Grecia antigua, por lo menos ropa de cama, los candelabros con velas antiguas, de pronto sentí la voz de Bella.

-Amor desvístete y ponte lo que te dejé en la cama- me dijo sin verla, solo la escuché y no sabía dónde estaba.

La vestimenta que me había dejado era un traje de griego antiguo, con una corona de olivo, al verlo me sonreí ya que la creatividad de mi esposa, me fascinaba, sin más me desvestí en ese lugar y me puse la vestimenta, que parecía más bien de romano que griego pero le di en el gusto a mi amada, cuando ya estaba listo le indique. Bella me volvió a hablar y me indicó que me quedara ahí mismo.

De repente me di cuanta que Bella estaba frente a mi con un farol antiguo en sus manos, se reflejaba su rostro hermoso con sus cabellos tomados y una corona de olivo igual a la mía, solo que su túnica era más sexy, con un hombro descubierto, se me abrió el apetito al verla así, el reflejo de la velas vi que estaba vestida solo con eso, no se le veía alguna ropa interior puesta, y eso me excitó inmediatamente, solo imaginando que debajo de esas ropas no andaba con nada más mis deseos de mi esposa aumentaron.

Dejó la luz en la mesa y me tomó de mi cuello y me acercó a ella y besó mi rostro, mis mejillas, mi nariz, mis ojos, mi frente, hasta que llegó a mis labios, la deseaba tanto que no quería dejar mis impulsos que echara a perder lo que ella había preparado, solo me deje a su merced. Después que me besó, me miró y sin decir nada me llevó a la cama, me sentó en el borde pero antes de sentarme me levantó la túnica sin sacármela, solo la levanto a la altura de la cintura y ahí me dejó caer, yo solo le di una sonrisa, y no deje de verla, se veía tan linda, era como Helena de Troya, estaba embobado con solo verla.

Bella se sentó en mis piernas solo que puso las piernas en la cama a cada lado de mi cuerpo, me quedé paralizado, ya que esa pose nunca lo habíamos hecho, la tomé de sus nalgas para que no perdiera el equilibrio y se puso encima de mi miembro que ya estaba erecto para recibirla. Ella me lo tomó y lo acomodó en su entrada y comenzó a entrar en ella. Bella no dejaba de mirarme, comenzó a moverse en círculos haciendo que mi virilidad se hinchara y creciera más de lo que estaba. Apretaba sus nalgas cada vez que su vaivén se hacía más rápido, y me encantaba la fricción que se hacía. Mi pelvis rozaba su clítoris y cada vez lo sentía Bella daba un gemido, esa posición era muy rica, podía verla de frente, ver como sus pechos se movían en cada envestida que teníamos, y mejor aún sentir como nuestros cuerpos se fusionaban tan bien.

A pesar que aun estábamos vestidos, con nuestras túnicas. Sentíamos nuestros cuerpos sudorosos, en un cerrar de ojo le saqué la túnica por arriba a mi esposa, deseaba besar sus pechos, y sentir su sabor en mi boca. Mientras entraba y salía de me apoderé de esos montes que me tenían al borde de la locura. Bella me trastornaba, de tal manera que el deseo por ella era tan exquisito, de pronto sentí como mi esposa llegaba a su primer orgasmo, comenzó a moverse más rápido quería llegar junto con ella, y lo logramos acabamos los dos, teniendo unos espasmos en nuestras zonas más sensibles.

Quedamos los dos muy sudorosos, ella terminó de sacarme la túnica y quedar los dos completamente desnudos. Nos quedamos así por un unos minutos solo besando nuestros hombros, cuellos y labios.

-te amo esposa mía- le dije besando su clavícula.

-y yo a ti bebé- me dijo así como me gustaba, me sentía protegido por ella cada vez que me llamaba como su bebé.

Después de haber descansado en nuestros brazos, yo quería más, ahora yo tomé las riendas y la tomé de sus nalgas y nos levantamos de la cama y la llevé al centro de la cama y me puse encima de ella. La besé por todas partes, no dejé espacio en donde mis labios pasaran. Bella comenzó a jadear y gemir que quería más, sobre todo cuando llegué a la delicia de su centro, lo acaricié y empapé mis manos con sus jugos y después me los llevé a la boca para saborearla de forma más sexy, no esperé más y posé mi boca en sus pliegues y comencé a saborearla como a ella le gustaba.

Bella se arqueo tomando mi rostro y llevándola a su boca, abrió sus piernas para indicarme que quería sentirme en ella, yo inmediatamente me posesioné de ella y la penetre lentamente, de una manera tortuosa, pero eso quería, deseaba que mi esposa me lo pidiera, me encantaba eso, y lo conseguí. Bella comenzó a rogarme y sin más le concedí su petición, hice que llegáramos una vez más al olimpo.

Esa noche fue maravillosa hicimos el amor unas dos veces más hasta quedar exhaustos, nos quedamos dormidos sin soltarnos de nuestros brazos.

El despertar en sus brazos era una sensación maravillosa, verla con sus ojitos cerrados respirando en forma pausada, con una sonrisa en sus labios, una paz que emana cada vez que estaba a su lado. Esta mujer era mi todo, la amaba tanto y sabía que era y sería mía por el resto de nuestras vidas.

Al día siguiente, regresábamos a Forks, a nuestras vidas, bueno mejor dicho a nuestra nueva vida, el comienzo de una vida llena de amor y de muchos regalos que la vida nos ofrecería.

Capítulo 25: "Comenzando en el paraíso" Capítulo 27: Epílogo

 
14967012 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11050 usuarios