Bodas Por Encargo (+18)

Autor: LiiBiia
Género: + 18
Fecha Creación: 14/01/2010
Fecha Actualización: 05/12/2011
Finalizado: NO
Votos: 79
Comentarios: 277
Visitas: 115188
Capítulos: 28

Todas las mujeres sueñan con el día de su boda, todas menos Isabella Swan; después de tantas bodas un sentimiento de vacío se ha plantado en su corazón, aunque nunca se abia casado, para ella dejo de ser un sueño, se convirtió solo en un trabajo, ¿Quien es ella?... La organizadora de bodas más prestigiada de la ciudad.

 

Inspirada en cake y The Wedding Expert, pero con una trama original y diferente.

 

 

Ola, Kiero Presentarle a Todos mi nuevo Fic, ustedes han sido mas que maravillosas, han apoyado mi primer fic, como solo ustedes pueden, ustedes hicieron de "Mi angel guardian" una gran historia que aun continua... Espero tmbien su apoyo con este Fic, Pongo Todo mi Corazon en mis proyectos.

VOTOS Y COMENTARIOS... siempre son mi fundamento, su apoyo.

Los aDoro De verdad... xoxo : LiiBiiThaA!

 

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Capítulo 26: Abuela Cullen

Hola niñas, de nuevo xaki

mu pronto navidad, que emocion!

pidan sus deseos de corazon, 

aunque si quieren un edward usen un poco de imaginacion jeje

les quiero mucho y espero les guste el capitulo]

besos!




Suspire profundamente mientras despertaba, busque la suavidad de la piel de mi Edward, pero solo pude tocar la seda de las sabanas entre mis dedos.

 

Lentamente abrí los ojos y estaba en la espaciosa y elegante habitación que compartiría con Edward, no había sido un sueño haber abordado un avión a Londres para ir a buscarlo, ni lo maravillosamente amoroso y dulce que se había portado conmigo al encontrarnos.

 

Sonreí, Edward era tan maravilloso, pero no podía esperar que pasáramos demasiado tiempo juntos, pues él había venido aquí a resolver serios problemas de negocios y de ninguna manera deseaba distraerlo, pero no desaparecía de mi mente los deseos de recorrer las calles de Londres tomando su mano, que me enseñara sus lugares favoritos y me llevara a los que yo siempre había querido visitar.

 

Separe las sabanas y me di cuenta que Edward se había marchado, el tenia cosas más importantes en que pensar que el hecho de estar durmiendo aquí conmigo.

 

Vi por el enorme ventanal que el sol se había puesto, y recordaba que Edward quería que yo conociera a alguien importante para él, pero no sabía cuándo.

 

Tome el teléfono y marque el numero de mi casa, sonó varias veces hasta que mi padre por fin contesto – bueno – dijo.

 

Hola papa – salude.

 

Bella, hija, como estas – pregunto.

 

Muy bien, el vuelo estuvo bien – comente.

 

Estas con Edward? – pregunto.

 

Estoy en su casa o mejor dicho mansión – dije divertida – el ha tenido que salir a unas reuniones, pero creo que cenaremos juntos – conteste.

 

De acuerdo cariño, te sientes bien allí – pregunto.

 

Si papa, estoy feliz – dije emocionada.

 

Me alegro mucho por ti hija – dijo animado.

 

Y tu papa, te encuentras bien – dije preocupada.

 

Si hija, te he dicho que no te preocupes por mi – me pidió.

 

No puedo evitarlo – respondí.

 

Mira, para que te quedes más tranquila te diré que mi amigo Richard ha venido a quedarse conmigo a la casa, el me ayudara en lo que pueda y me llevara a las clases – sonreí.

 

Me alegra mucho papa. Agradécele de mi parte – le pedí.

 

Lo hare – dijo.

 

Tocaron la puerta de la habitación y levante la vista.

 

Adelante – indique.

 

Veo que tienes compañía, háblame después cariño y diviértete mucho – me pidió.

 

Por supuesto – acepte – te quiero – dije melancólica.

 

Yo mas mi niña – dijo mientras colgaba.

 

Colgué el teléfono y mire la puerta – adelante – indique.

 

Una empleada que no había visto antes entro con una hermosa caja – buenas tardes señorita – saludo con amabilidad.

 

Hola, bunas tardes – dije ´poniéndome de pie.

 

El señor cullen ha enviado este paquete para usted – lo dejo sobre la cama.

 

Sonreí – muchas gracias…

 

Mi nombre es Lucy – dijo con amabilidad.

 

Gracias Lucy – dije sinceramente.

 

Permiso señorita – respondió mientras se marchaba.

 

Emocionada mire la caja blanca que tenia frente a mí, tome el sobre que estaba encima y lo abrí rápidamente.

 

Mi cielo, decirte que te amo no me parece suficiente para la avalancha de emociones que despiertas en mi.

Soy inmensamente feliz de tenerte junto a mí en estos momentos.

Perdóname por irme sin despedirme, pero lucias tan cansada y dulce, que no me atreví a despertarte.

Esta noche estaremos juntos, te lo prometo.

Para mi tu eres hermosa, amo como te vistes, lo sensual que luces.

Pero en el momento que vi esto, no pude evitar imaginarte con ello, casi me perdí en ese deseo.

Espero hacerlo realidad y que lo uses mi amor, esta noche tenemos una cena en casa, pasare por ti a las 8 a nuestra habitación.

Con todo mi amor…

Tu Edward.

 

No pude evitar sonreír radiante, mi amor, era tan cariñoso, que sentía mi corazón salirse de mi pecho.

 

Abrí la caja como una niña pequeña en navidad, una tela azul turquesa asomo y solté un gritito de emoción, era un vestido, al extenderlo sobre la cama, vi que era hermoso, era de un largo perfecto.                                                                               

 

Mire el reloj de la encimera y tenía menos de de una hora para arreglarme, casi corrí hacia la puerta del fondo que suponía era el baño

 

El baño era inmenso y elegante, toda la herrería estaba bañada de oro, y un mármol brillante lo cubría todo, a la izquierda había un enorme jacuzzi en el que me imaginaba tomando un baño con Edward…

 

Concéntrate – murmure.

 

No tenía tiempo para fantasear ahora, tenía que arreglarme para Edward.

 

Me concentre en la regadera y me quite la ropa rápidamente dejándola en un compartimento junto a esta, cuando estuve desnuda abrí la regadera y deje que la tibia agua cayera sobre mi cuerpo, mis músculos lo agradecieron inmensamente, había pasado horas en un avión y después varias mas durmiendo, tenía que adaptarme al cambio de horario rápidamente.

 

Tome una toalla que encontré en un barandal, allí estaban varias cremas de afeitar y rastrillos, sonreí y los olí, era la fragancia masculina de mi Edward.

 

Salí a la habitación y saque de mi maleta mi crema corporal, la frote por todo mi cuerpo y después comencé a vestirme, estaba segura de que en el momento en que Edward y yo regresáramos a esta habitación la ropa saldría volando inmediatamente, Edward era tan apasionado y dulce.

 

Me puse un conjunto de lencería blanco y encima de este el precioso vestido, era exactamente de mi talla, me quedaba como guante.

 

Comencé a maquillarme con colores obscuros que resaltaban mi facciones y después peine mi cabello en un intento de peinado elegante, pero solo lo deje un poco formal, me puse unos tacones negros y me mire al espejo, era increíble lo que un buen maquillaje podía hacer por un rostro desvelado como el mío.

 

Tocaron a la puerta y mi corazón se acelero notablemente, estaba segura de quien se trataba, sonriente abrí la puerta.

 

Mi sueño hecho realidad estaba frente a mí con un ramo de flores y una sonrisa radiante que de pronto desapareció, me miro fijamente de arriba abajo.

 

Bella – susurro, mientras se desvanecía en el suelo.

 

Aterrada camine hasta él y me puse de cuclillas a su lado – mi amor – dije asustada.

 

Abrió un ojo y sonrió – esta preciosa, me has hecho desmallarme – murmuro.

 

Fruncí el ceño y golpee su hombro – tonto me has asustado – dije poniéndome de pie molesta.

 

Se puso de pie y no dejo de sonreír mientras me tendía las flores y rodeaba mi cintura con sus brazos pagándome contra su pecho – estas absurdamente hermosa – murmuro cerca de mis labios.

 

Lo abrace fuertemente – me asustaste – repetí.

 

Beso mi frente – discúlpame cielo, solo estaba jugando – susurro.

 

Lo mire fijamente y sonreí mientras lo besaba con dulzura – gracias por el regalo – dije recordando el hermoso vestido – y por las flores – sonreí.

 

Suspiro – nunca regalar algo me había hecho tan feliz – murmuro.

 

Sonreí recordando – y ese precioso collar que me regalaste una vez – pregunte.

 

Sus ojos brillaron – esa vez también, por cierto quedaría precioso con ese vestido – comento.

 

Fruncí el ceño – lo he dejado en América –dije apenada.

 

Acaricio mi cuello haciéndome estremecerme – no importa, tienes mucho tiempo para ponértelo – aseguro.

 

Asentí – tenemos una cena? – pregunte.

 

Sonrió – sí, pero estoy muy tentado a cancelarla y que nos acostemos temprano hoy –dijo sensualmente.

 

Mi amor – susurre mientras besaba sus labios con suavidad.

 

Lo sé- respondió – pero esta cena es muy importante para mí – comento.

 

¿Por qué? – pregunte.

 

Es una sorpresa –me beso fugazmente – bajemos y lo veras.

 

Tomados de la mano bajamos por el ascensor, al llegar me condujo hacia un amplio pasillo.

 

Quiero que conozcas a la mujer que más he querido, por supuesto igual que a ti – sonrió dulcemente.

 

Esta aquí – dije sorprendida sin saber de quién se trataba.

 

Si – abrió la puerta y me hizo pasar.

 

Era una habitación enorme rodeada de cuadros antiguos y adornos muy elegantes, en medio había un enorme comedor donde podrían comer por lo menos 50 personas.

 

Sentada en la cabecera estaba la persona que Edward me quería presentar, al vernos una sonrisa asomo por sus labios realzando su belleza.

 

Era una mujer elegante, aparentaba unos cincuenta años y su hermoso rostro estaba conservado, su ojos era de un verde profundo igual al de mi Edward, y su cabello medio canoso le daba un toque de altanería; vestía un traje sastre elegante con unos zapatos de tacón corrido.

 

Se puso de pie al tiempo que nos acercábamos y sonrió más ampliamente.

 

Bella, ella es mi abuela, la dama más hermosa de Londres, Gabriel Cullen – dijo con orgullo.

 

Sonreí animada, Edward nunca había mencionado a una abuela pero me alegraba conocerla.

 

Abuela, ella es Isabella Swan, mi bella – dijo posesivamente.

 

Es un placer – dije tendiendo mi mano nerviosa.

 

Ven aquí cielo y dale un abraso a la abuela – dijo con cariño mientras me abrasaba, no pude evitar devolverle el abraso, yo nunca había tenido una abuela, pero seguramente este era el modelo a seguir de una perfecta abuela.

 

Me alegra que estés aquí querida bella, mi Eddy me ha hablado maravillas de la mujer que tanto ama – comento.

 

Abuela, no me digas Eddy, ya soy un hombre – dijo el sonrojado.

 

Oh no, para mí siempre serás mi niño consentido – le dijo con amor.

 

De acuerdo – sonrió este.

 

Ella me miro dulcemente y yo sonreí – es un placer conocerla, no sabía que Edward tenía una abuela tan hermosa – dije amablemente.

 

Ho linda, te lo agradezco, pero nadie luce tan hermosa como tu – respondió.

 

Me sonroje – gracias – respondí.

 

Ya veo por qué Edward te ama tanto, eres sumamente hermosa-le guiño un ojo.

 

Lo sé abuela, mi bella es preciosa por dentro y por fuera – dijo mientras rodeaba mi cintura con sus brazos.

 

Ah, que lindos lucen, pero siéntense la cena se servirá pronto – nos indico.

 

Edward me ayudo a sentarme separando la silla y después hizo lo mismo con su abuela, para después sentarse a mi lado.

 

Sinceramente bella, nunca quise que Edward se casara con victoria – comento.

 

La mire con atención – y eso ¿por qué? – pregunte curiosa.

 

Veraz, al principio de su noviazgo parecía feliz, pero después todo se volvió más un arreglo social, y sabia que eso no hacia feliz a mi niño – dijo preocupada.

 

Mi abuela me conoce muy bien cielo – comento él.

 

Muchas personas seguramente no pensaran igual, yo no provengo de una familia adinerada – le conté.

 

Sonrió – te sorprendería mucho saber que yo era sirvienta en esta misma mansión hace muchísimos años – no pude disimula mi enorme sorpresa.

 

Si querida, al parecer los hombre de esta familia se sienten muy atraídos por las mujeres de clase media como nosotras – sonrió.

 

Le devolví la sonrisa – parece muy difícil de creer, usted es una dama muy elegante – dije con sinceridad.

 

Gracias bella- sonrió – pero tú también lo eres, basta con mirarte con detenimiento para notarlo – comento.

 

No me canso de decirle lo hermosa que es abuela, pero mi bella es un poco testaruda – bromeo Edward.

 

Ya te acostumbraras bella, en esta sociedad hay que tener mucho orgullo para sobrevivir, tu sabes, siempre hay gente envidiosa – frunció el ceño.

 

Me lo imagino – acepte.

 

Entonces cuando vengas a vivir a Londres, yo te daré muchos consejos – comento.

 

Me sorprendí ante su comentario, nunca me imagine que ella creería que yo vendría a vivir con Edward aquí.

 

Es muy pronto para hablar de eso – dijo Edward tomando mi mano.

 

Hijo, diriges una empresa, tienes suficiente edad para formar una familia y sé que amas a bella más que a nada – dijo dulcemente – pero no intervendré en sus decisiones, aunque me harán la mujer más feliz si vienen a vivir aquí – sonrió.

 

Trajeron la cena y nos concentramos en la deliciosa comida que sirvieron, me sentía extraña entre tantas atenciones, aunque Edward me sonreía en todo momento y su abuela también.

 

Cuéntame más de ti bella – pidió la abuela de Edward.

 

Bueno, mi padre y yo nos mudamos a los Ángeles cuando tenía quince años, antes vivíamos en Washington, pero como yo quería estudiar diseño de interiores en la universidad de california, el decidió que nos mudáramos – le conté.

 

¿Y tu madre? – pregunto ella.

 

Edward apretó mi mano cariñosamente, él entendía que era difícil para mí hablar de eso –bueno, ella murió cuando cumplí doce, ella y papa tuvieron un accidente automovilístico, un conductor ebrio embistió su auto, papa quedo en silla de ruedas y mama desgraciadamente murió– intente no entristecerme.

 

Oh, lo siento bella, no tenía idea – dijo ella seria.

 

No se preocupe, son cosas que suceden – murmure.

 

Pero bella logro su sueño y se convirtió en la organizadora de bodas mas prestigiada de la ciudad- dijo mi Edward con orgullo.

 

Lo era, antes de haberme enamorado del novio – dije en tono bromista.

 

Ambos sonrieron – la gente siempre hablara, pero no saben cuánto nos amamos – dijo tiernamente.

 

Lo sé amor – respondí.

 

Comimos un delicioso postre y seguimos conversando, me encantaba haber conocido a la abuela de mi Edward, esperaba que toda su familia me aceptara como ella lo hacía.

 

Bueno, yo estoy muy cansada, así que los dejare por hoy – dijo mientras se ponía de pie.

 

Edward fue hasta ella y la tomo del brazo – permíteme acompañarte – pidió el.

 

No cielo, estoy bien – lo beso en la mejilla.

 

De acuerdo – acepto este.

 

Nos vemos mañana bella – se despidió.

 

Hasta mañana –dije sonriendo.

 

Camino hacia el ascensor y rápidamente subió.

 

Sonreí sin poder evitarlo - tu abuela es increíble – comente.

 

El me abraso por la cintura- lo sé, la adoro y estoy feliz de que se hayan llevado tan bien – dijo con su hermoso rostro iluminado

 

Gracias por esto – dije desde el alma.

 

Negó – gracias por estar aquí – susurro cerca de mis labios.

 

Eres tan hermoso Edward, no solo fuera, tu corazón y tu mente también lo son – susurre perdida en su mirada.

 

Ninguna mujer me había llamado hermoso antes – murmuro divertido.

 

Sonreí – me imagino que empleaban otras palabras como, guapo, atractivo o sexy – fruncí el ceño.

 

Como logras adivinar – murmuro en mi oído.

 

Golpee su hombro – me estoy poniendo muy celosa – le advertí.

 

No tienes porque, tú también puedes decírmelas dentro de muy poco – me tomo en brazos y comenzó a caminar hacia el ascensor.

 

Que haces – dije con la respiración agitada.

 

Llevándote a nuestra habitación – dijo con malicia mientras entrabamos en el ascensor.

 

Lo bese con desesperación gruñendo sobre su boca, la puerta del elevador se cerró dejándonos atrapados dentro, con nuestras lenguas danzando a un ritmo sincronizado y nuestras manos buscado el roce tan anhelado.

 

Edward me dejo sobre el suelo y le sonreí con malicia, mientras el elevador subía, apreté un botón rojo, que lo detuvo de inmediato.

 

Sus ojos brillaron de deseo y me atrajo hacia su pecho – que haces niña traviesa – susurro contra mis labios.

 

Una pequeña fantasía – murmure.

 

Mmm, me encanta que seas tan imaginativa – mordió mi labio inferior.

 

Tú me provocas amor – susurre antes de besarlo de nuevo.

 

Nuestros labios se perdieron en un beso lleno de pasión y necesidad, enrede mis manos en su cabello atrayéndolo más cerca de mí, amaba el sabor de su boca, la sintonía con la que sus manos me acariciaban al compas de sus besos.

 

Metió sus manos debajo de mi vestido y comenzó a acariciar mis piernas haciéndome estremecerme, sus manos subían más y más hasta tocar la sensible piel de mis muslos.

 

Edward – gemí contra su boca.

 

Tome el saco que traía puesto y lo quite rápidamente de su cuerpo, esa camisa se adhería a sus músculos haciéndolo extremadamente sexi, fui abriendo los botones lentamente mientras el bajaba mis bragas con una agilidad suprema.

 

Nos miramos fijamente con las miradas llenas de deseo, volvió a besarme de una manera persuasiva y apasionada, mientras sus dedos bajaba los tirantes de mi vestido y entraban por el hasta tocar mis sensibles pecho.

 

Arquee la espalda y el hundió sus labios en mi cuello, mordiendo y chupando mi piel, haciéndome retorcerme entre sus brazos, baje mi mano y pude sentir su marcada erección que rogaba por salir de la tela de sus pantalones, la acaricie un poco y Edward soltó un gruñido casi animal.

 

Te estás volviendo muy traviesa – susurro con voz ronca.

 

Quiero serlo, solo contigo – respondí atrapada en el deseo.

 

Solo, conmigo – dijo casi en un gruñido.

 

Lo ayude a abrir el botón de su pantalón y baje en cierre con impaciencia, Edward me atrapo entre sus brazos mientras yo enredaba mis piernas en su cintura, nuestros labios y caderas se rosaban si cesar, sentía una llamarada recorrerme de arriba abajo y las corrientes eléctricas invadir mi vientre.

 

Te necesito – dije sin aliento.

 

Yo más – murmuro mientras bajaba su bóxer y subía mí vestido hasta mi cintura, nuestras pieles se rosaron y gemimos audiblemente, Edward me acomodo y entro suavemente en mí.

 

Enterré mis dedos en su cabello mientras gemía contra sus labios, cuando estuvo completamente dentro de mi beso mi cuello con necesidad y comenzó a moverse dentro de mí.

 

Bella, eres mi perdición mi amor – gruñía contra mi piel

 

Y tu mi delirio Edward cullen- respondí entre gemidos.

 

Casi con rudeza descubrió mi pecho y lo saco del sostén, sus labios me probaron como si fuera agua en tiempo de sequia, como si estuviera muerto de sed y pudiera saciarla con mi piel.

 

Sus embates no disminuían y yo sentía que volaba en una nube llena de sensaciones increíbles, porque el hombre que más amaba en este mundo poseía la pasión suficiente para volverme loca y atarme a su cuerpo para siempre.

 

Edward, eres maravilloso, así mi amor, mas –le suplicaba mientras cerraba los ojos.

 

¿Así mi cielo? -dijo divertido mientras aumentaba su ritmo.

 

Si, así-dije como pude.

 

Te gusta mi princesa, disfrutas cuando te hago el amor – dijo el tonto engreído.

 

Siii… como nada en este mundo – dije excitada.

 

Mmm, ni siquiera los m&ms – gruño contra mi oído.

 

Me hubiese reído si hubiese podido, pero estaba atrapada en un camino sin retorno – te amo… - sentí mi cuerpo temblar y estremecerse en fuertes convulsiones.

 

Bella… te amo – gruño mientras se estremecía contra mí y me acompañaba al maravilloso clímax.

 

Edward se recargo contra la pared del elevador aun conmigo encima, enterré mi rostro en su cuello mientras intentaba recuperar un poco la respiración, sus dedos jugaban con mi cabello y sus labios rosaban suavemente mi hombro derecho.

 

Te amo bella –murmuro dulcemente.

 

Yo más – dije sin miedo.

 

Esto ha sido… dios, no tengo palabras para describirlo – dijo entre suspiros.

 

Lo sé, solo espero que no hayan cámaras en este elevador – dije en broma.

 

Mmm, las hay, tal vez ya matamos de excitación a alguien-respondió.

 

Lo mire fijamente y sonreía – tonto – golpee su hombro.

 

Sonrió – nunca permitiría que nadie más te viera así – recorrió mi cuerpo medio desnudo con la mirada – eres mía y solo yo quiero contemplarte – dijo de manera posesiva.

 

Lo bese con suavidad mientras me abrasaba mas contra el-será mejor llegar a la habitación, siento que no puedo ni caminar-dije con sinceridad.

 

Mmm, te dejo exhausta – dijo el engreído.

 

Más que eso, me dejas muerta-admití.

 

Me beso nuevamente mientras me bajaba suavemente, acomodamos nuestras ropas y desactivamos el botón rojo, Edward me atrajo a sus brazos en todo momento, cuando llegamos a la habitación nos cambiamos de ropa y nos metimos en la suave y enorme cama.

 

Esta cama es enorme – comente.

 

Un total desperdicio, porque vamos a dormir muy juntitos – me atrajo a su suave pecho.

 

Excelente idea –concorde.

 

Beso mi frente con suavidad – te imagine tantas veces en esta cama- murmuro.

 

Si?, y… haciendo que cullen?-dije sensualmente.

 

Mmm, veamos… haciendo lo que hicimos en el elevador – dijo divertido.

 

Entonces esta cama tendrá otro uso aparte de dormir – dije contra sus labios.

 

Si, con mi chica traviesa aquí, buscaremos ese uso – prometió.

 

Bese su pecho suavemente- seguramente tienes que trabajar mañana, así que mejor vamos a dormir – sugerí.

 

Si trabajare, pero temprano, porque usted y yo vamos a ir de paseo – me apretó contra su cuerpo.

 

Lo mire con los ojos brillantes de emoción – de verdad-dije emocionada.

 

Sí, quiero mostrarte mi ciudad –dijo contento.

 

Sonreí y lo bese – te amo mi amor –dije con sinceridad.

 

Yo mas mi cielo-respondió mientras cerraba sus ojos y caía profundamente dormido, yo solo pude observarlo maravillada, hasta que mis ojos cobraron factura y caí profundamente dormida.

Capítulo 25: Perdido sin ti! ed.pov Capítulo 27: Perdidos!

 
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