Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149981
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

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Capítulo 25: Problemas solucionados

HOLA A TODOS

DISCULPEN LA DEMORA PARA ACTUALIZAR, PERO COMO RECOMPENSA LES DEJO UN CAP MUY EXTENSO EN EL QUE PASA DE TODO

BESOS FIO

 

Cuando Edward y nuestra hija por fin salieron de la piscina Jasper se puso manos a la obra con la barbacoa. Lydia corrió hacia mi, que estaba sentada en el borde de la piscina con Alice.

-                     Mami porque esa señora –dijo señalando a Rose- esta sola. –asi era,  Emmett estaba con Jas y Edward que se les acababa de unir, Esme y Carlisle estaban en un sillón hablando con las cabezas muy juntas, Al, yo y ahora Lydia al lado de la piscina, pero ella estaba sola en una silla al lado de la mesa.

-                     Rosalie! –la llame, los chicos y Alice me quedaron viendo como una cara como su hubiera enloquecido.

-                     Ven Rose. –intervino Alice porque seguía sin moverse. Se paro de forma dubitativa y camino hasta quedar a nuestro lado.

-                     Rosalie ella es mi hija Lydia –la presente-. Amor ella es Rosalie, éramos muy amigas cuando íbamos al instituto. –resalte un poco el éramos pero fue de forma involuntaria.

-                     Es un gusto pequeña. –la saludo muy tiernamente.

-                     Yo no soy pequeña, ya casi cumplo los siete. –observo mi hija.

-                     O lo siento. –se disculpo divertida.

-                     Hablando del cumpleaños, que tienes planeado? –pregunto Alice.

-                     En realidad no lo se, no sabia se el ambiente estaría como para celebrarlo. –confesé.

-                     Sueñas si crees que no celebrare el cumpleaños de mi única sobrina. –dijo Alice ofendida. En ese instante me fije que mi hija seguía con todos los flotadores que el exagerado de su padre le había puesto.

-                     Ven cariño, saquémoste todo eso –dije y me dispuse a seguir hablando con Alice, pero note lo incomoda que se veía Rosalie y me dio lastima, otro detalle que no me paso inadvertido fue la frecuencia con la que veía a mi hermano-. Tu que opinas? Crees que sea buena idea festejarlo? –me miro incrédula.

-                     Esto… si… cuando es? –no pudo pensar con mucha claridad.

-                     El próximo sábado. –respondimos Alice y yo a la vez e intercambiamos una sonrisa.

-                     Conoces a alguien mas en los ángeles o será algo intimo? –pregunto.

-                     En realidad no estoy muy segura si Edward quiera invitar a alguien. –confesé.

-                     Podría ser aquí, una barbacoa, un pastel y la familia. –propuso Alice.

-                     Esta es la casa de tus padres Al y dudo mucho que ellos estén de acuerdo. –dije algo apenada.

-                     Probablemente en este momento están discutiendo como enmendar todas las barbaridades que te dijeron. –me aseguro Rosalie dedicándome una tímida sonrisa.

-                     Con una “lo siento” da y sobra. –le asegure imitando su sonrisa.

-                     Podríamos poner globos. –propuso Alice como si yo ya hubiera aceptado.

-                     Guirnaldas. –secundo Rosalie.

-                     Luces. –Alice.

-                     Un inflable para la piscina. –Rosalie.

-                     Una piñata. –Alice.

-                     Un payaso. –Rosalie.

-                     Se dan cuenta que se trata de una sola niña, cierto? –pregunte incrédula, pero me ignoraron por completo. Tome a mi hija de la mano y me fui a ver que hacían los chicos.

-                     Sucede algo cariño? –me pregunto Edward mientras pasaba un brazo por detrás de mi cintura.

-                     Nada es solo que las chicas han enloquecido por lo que preferí alejarme. –explique sin poder evitar rodar los ojos.

-                     Ahora que hizo? –pregunto Jas, claramente culpaba a Alice.

-                     Están hablando sobre el cumpleaños de Lydia, planean exagerar todo lo que puedan en la fiesta. –le explique. Vague con la vista por el bonito fondo hasta que vi a los padres de Edward, Esme parecía tan apenada que me dio lastima, Edward siguió el trayecto de mi mirada, verlos asi le afecto mucho.

-                     Tranquila, todo esta bien. –me consoló el a mi.

-                     Donde podemos hablar mas tranquilos? –le pregunte.

-                     Ven, sígueme. –dijo tomándome de la mano, yo levante a Lydia, también tenia que hablar con ella. Nos llevo hasta lo que supuse era el living.

-                     Porque estas tan callada princesa? –era raro el ella, pero yo sabia bien que era por sus abuelos.

-                     Por nada. –dijo pero había heredado mis habilidades para mentir.

-                     Tengo que pedirte algo. –le informe.

-                     Que es? –pregunto ansiosa.

-                     Recuerdas cuando te pedi que le dieras una oportunidad a tia Alice de conocerse y hacerse amigas? –le pregunte.

-                     Si, ahora nos queremos mucho. –me aseguro con una sonrisa de felicidad en su rostro.

-                     Quiero que les des la misma oportunidad a tus abuelos, los padres de tu papa, es algo muy importante para mi y estoy segura que para el también. –Edward mi miraba incrédulo.

-                     Pero esos señores no me quieren –dijo mi hija, se veía muy dolida-. No has visto que se quedan solos y no hablan con nadie. –observo.

-                     Si lo vi, pero se que es porque están arrepentidos y tienen miedo. –le explique.

-                     Miedo de que? –pregunto escéptica.

-                     De que tu no los aceptes y quieras. –a fin de cuenta la primer impresión que mi hija les dio no fue la mejor.

-                     Tu quieres que yo me acerque a ellos papa? –pregunto buscando la opinión de Edward.

-                     Eso me complacería mucho. –le aseguro.

-                     Esta bien. –dijo no del todo segura.

-                     Gracias. –me susurro Edward al oído y luego deposito un beso en la comisura de mis labios. Regresamos donde los demás, Lydia iba tomada de la mano de su padre por lo que fue con el donde sus tios, yo regrese con las chicas.

-                     Sucede algo? –pregunto Al preocupada una vez estuve a su lado.

-                     No, nada. Como van con los preparativos? –les pregunte tratando de cambiar de tema, pero en ese momento escuchamos la voz de Edward.

-                     Carlisle no puedo creer que hayas dejado a estos dos solos encargándose de la comida –dijo con voz divertida-. Tendremos que pedir comida princesa. –le dijo a Lydia.

-                     Oye que mi Jas es el mejor en la cocina. –dijo Alice, me sorprendió lo rápido que siguió la broma.

-                     Ya no me defiendas amor por favor. –pidió Jasper haciéndose el avergonzado, mi hija y yo no pudimos aguantar la risa frente a su mala interpretación.

-                     Nadie hace mejores barbacoas que tio Em. –aseguro mi hija.

-                     Esa es mi enana. –dijo mi hermano, la levanto en brazos y empezó a darle vueltas en el aire.

-                     Se va a caer. –dijo Rosalie preocupada.

-                     No, le hace eso desde que nació. –le asegure. Antes a mi también me asustaba pero se que mi hija esta segura con su tio.

-                     Vamos Carlisle no piensas venir a supervisar a tu yerno. –insistió Edward aun a modo de broma.

-                     Si vienes veras que todo esta perfecto. –dijo Jas muy seguro de si mismo. Carlisle se veía algo sorprendido, pero de todas formas se paro y fue donde nuestros chefs.

-                     Mmm… no se Jas, creo que has perdido el toque. –dijo siguiendo la broma, pero la sonrisa en su rostro era apenas una mueca.

-                     Tenias que haberlo hecho tu tio Em. –dijo mi hija muy segura, que en ese momento se encontraba sentada en los hombros de su tio.

-                     Con que la has comprado? –pregunto Jasper incrédulo.

-                     Con años de comidas deliciosas. –aseguro mi hermano, cuyo ego llegaba al cielo en ese momento.

-                     Princesa recuerdas las hamburguesas de tu cumpleaños numero cinco? –le pregunte a mi hija, ella rio de inmediato y Emmett me miro con ojos entrecerrados.

-                     Si, el tio las quemo todas y tuvimos que pedir pizza. –todos se rieron, menos Emmett claro.

-                     El partido que estaban trasmitiendo era muy importante. –se defendió mi hermano, pero lo único que logro es que todos rieran mas.

-                     De eso no hay duda, el repartidor tardo por lo mismo, por lo que yo quede sola con quince niños hambrientos.

-                     Recordatorio: si Emmett quiere encargarse de la barbacoa desconectar todos los televisores. –dijo Alice entre risas y todos asentimos.

-                     Muy graciosa duende. –dijo Em que empezaba a enojarse.

-                     De todas formas reconozco que sus asados son los mejores. –dije defendiendo un poco a mi hermano.

-                     Te cambias de bando, eres una traidora. Para ti no hay comida. –me acuso Jas haciéndose el dolido.

-                     Yo sabia que mi hermana no podía ser tan ingrata. –dijo Emmett claramente orgulloso.

-                     Bájame tio, quiero ir con mi papa. –pidió mi hija, Edward no necesito nada mas para tomarla de los hombros de mi hermano.

-                     Quieres ir a nadar de nuevo antes de comer. –le ofreció a nuestra hija.

-                     No, después. –dijo ella muy segura.

-                     Cuanto falta para que este lista la comida Jas? –pregunto Alice.

-                     Quince minutos, si quieres puedes ir preparando la mesa. –Alice lo miro incrédula.

-                     Vamos, yo te ayudo. –dije cinchándola de una mano.

-                     Esto tengo que verlo. –dijo Rosalie y se paro con nosotras. Fuimos a la cocina las tres juntas, Alice me indico donde se encontraban los platos, cubiertos, vasos, servilletas, etcétera, llevamos todo a la mesa que se encontraba afuera, al puso el mantel y entre Rosalie y yo el resto, se notaba que esto de vivir sin sus padres era muy nuevo para Alice, en ese momento me dio mucha lástima por Jasper. Cuando terminamos de preparar todo Jasper dijo que ya podíamos pasar a la mesa, espere a que Edward se sentara con mi hija para sentarme al lado de ella, dejando a Lydia entre los dos como la noche pasada, Emmett se sentó a mi lado, Esme y Carlisle ocuparon las cabeceras y Jasper, Alice y Rosalie al frente nuestro. Comenzamos a comer en silencia.

-                     Sabían que el sábado es el cumpleaños de Lydia? –soltó Alice a de repente a sus padres.

-                     No… este… enserio? –tartamudeo Esme.

-                     Si, el sábado cumple siete añitos mi princesa. –confirmo Edward, mirando a nuestra hija con todo su amor y depositando un beso en su frente.

-                     Que planean hacer para festejarlo? –pregunto Carlisle sin poder evitar la sonrisa tonta que se le dibujo en el rostro al comprobar lo mucho que su hijo ama a nuestra hija.

-                     En realidad creo que Rosalie y Alice han decidido hacerse cargo de todo. –confesé y vi como las dos intercambiaban una sonrisa de satisfacción.

-                     Podría ayudar? –pregunto Esme tímidamente.

-                     Por mi no hay problema, aunque creo que tendrás que hablarlo con ellas. –le explique dedicándole una tímida sonrisa.

-                     Claro que si. –respondieron a la vez.

-                     Vayan sabiendo que tienes que consultar lo que planeen conmigo, estoy segura que van a exagerar. –les advertí, las dos pusieron cara de inocentes.

-                     Nosotras nunca exageramos, todo lo que hacemos es perfecto. –se defendió Alice pero yo ya vi las fotos de la boda y para mi fue totalmente exagerado.

-                     De todas formas quiero estar al tanto. –no tenia sentido discutir.

-                     Me gustan los globos violetas. –comento mi hija como quien no quiere la cosa. No pude aguantar la risa por su comentario, los demás me siguieron.

-                     Todos los globos serán violetas princesa. –prometió Alice.

-                     Las piñatas te gustan? –pregunto Rosalie tímidamente.

-                     Si, con la cara de minnie. –le aclaro.

-                     Que te parece poner un inflable en la piscina? –preguntaron las dos a la vez, no cabían en si de la felicidad.

-                     Que les parece si mejor dejan de preguntar y asi todo será sorpresa? -quería hacer que se callaran de una vez.

-                     Ah! –gritaron las dos- Es una genial idea! –porque tuve que sacar el tema? Porque tuve que hablarlo delante de Rosalie? Ella es igual a Alice.

-                     Cuanto tiempo se quedaran? –pregunto Carlisle.

-                     No lo sabemos, trataremos de ocuparnos de los negocios a distancia, pero cuando nuestra presencia en parís sea necesaria tendremos que regresar –Edward se disgusto mucho al escuchar mi respuesta por lo que agregue-, aunque no creo que sea necesario antes de dos meses. –una sonrisa se dibujo en su rostro al escuchar eso.

-                     En ese caso tendré que llamar al hospital para prolongar mis vacaciones. –dijo de modo pensativo.

-                     No es necesario que te molestes de esa forma, podemos visitarlos en Forks. –los dos me miraron incrédulos.

-                     En serio harías eso? –pregunto Esme sorprendida.

-                     Claro, porque no iba a hacerlo? –no entendía a que se debía tanta sorpresa, ellos son los padres del hombre al que amo y los abuelos de mi hija, porque se sorprendían de que me ofreciera a visitarlos? Yo sabia que mi hija los terminaría queriendo y mucho, a pesar de que parecía que a ellos les costaba soltarse con ella, eso retrasaría un poco las cosas. Esme se paro de su lugar, camino hasta pararse a mi lado y me dio un fuerte abrazo, quede de piedra, no podía creerlo.

-                     Gracias. –me dijo al oído, cuando se separo de mi pude ver a los demás y estaban todos igual de sorprendidos que yo.

-                     De nada. –dije en un susurro. Lydia apretó mi mano para llamarme la atención, en su rostro se veía la misma intriga que en el mio, negué con mi cabeza, yo tampoco entendía nada. Hace un rato me trataba de zorra y ahora me abraza? Tal vez es bipolar como su hijo, pensé.

El almuerzo continuo un poco tenso luego de la demostración de afecto de Esme. Después de cinco minutos Alice comenzó a hablar de su trabajo, de lo hermosa que le había quedado decorada mi casa y de no se que otras cosas porque hablaba demasiado rápido para poder seguirla.

Después de comer Lydia quiso ir a nadar, pero ella sabe bien que hay que esperar dos horas para nadar después de comer y siendo su padre y abuelo médicos no tenía como zafarse. Seguimos de sobremesa hasta alrededor de las cuatro de la tarde cuando Lydia por fin pudo entrar a la piscina, Jasper le ofreció un short de baño a Emmett, Alice y Rosalie también se cambiaron para entrar a la piscina, me ofrecieron un traje de baño a mi pero me puse firme en que no quería nadar, que me quedaría al borde de la piscina viéndolos a ellos. Todos entraron a la piscina, le explique a Edward que nuestra hija sabia nadar perfectamente, que no era necesario ponerle tantos flotadores, que con uno solo era mas que suficiente, comenzaron a jugar con una pelota inflable, realmente se veía que se estaban divirtiendo mucho.

Después de unos quince minutos se me acercaron Carlisle y Esme.

-                     Podemos hablar contigo Bella? –me pidió muy amablemente Carlisle.

-                     Claro, que necesitan? –pregunte algo intrigada.

-                     Podría ser en un lugar un poco mas privado? –pregunto Esme tímidamente. Me pare y los seguí dentro de la casa, sentí todas las miradas clavadas en mi pero no me gire.

-                     Veras Bella queremos disculparnos por nuestro comportamiento de esta mañana. –me explico Carlisle.

-                     Muchas gracias, acepto sus disculpa. Entiendo que dudaran de mi, cualquiera en su lugar lo habría hecho. –Esme se acerco a mi y me tomo de las manos.

-                     Desde que naciste te considere una hija mas, cuando comenzaste a salir con Edward me sentí muy feliz, siempre te vi como la mujer indicada para el, luego tuvieron que mudarse y debo reconocer que me moleste mucho contigo por lo lastimado que quedo mi hijo, pero cuando regresaste y vi la forma en la que el te trato no lo pude creer, nunca creí ser capaz de sentirme tan decepcionada de un hijo mio, nunca lo creí capaz de tratar asi a una mujer, y mucho menos a ti, en ese momento supe que el te había perdido para siempre. Por ser testigo de esa desagradable escena es que como madre entiendo que al no decir nada a Edward de la existencia de su hija, lo único que hacías era pensar en el bien estar de tu hija, cosa que me hace sentir muy orgullosa de ti, pero como abuela me siento muy dolida, hubiera dado cualquier cosa por poder haberla conocido desde su primer dia de vida, por poder haber escuchado una de sus primeras palabras, verla aprender a caminar, estar ahí cuando soplaba las velitas en sus cumpleaños, esos son momentos únicos en la vida de un niño, momentos que nos hemos perdido y que son imposibles de recuperar. Por otro lado pude ver que como madre has hecho un gran trabajo, cosa que me hace sentir orgullosa de ti, también es obvio que Edward ya te ha perdonado, además de que mantiene un vinculo muy importante con su hija, cosa que me demuestra que aun conservas tu gran corazón y que tu hija lo ha heredado de ti. Ahora te pido disculpas y te ruego que de ahora en adelante me dejes formar parte de la vida de Lydia. –dijo Esme, su discurso me conmovió mucho.

-                     Como ya dije antes, estas mas que disculpada, y respecto a formar parte de su vida, Edward y yo ya hablamos con nuestra hija, ahora solo falta que ustedes den el siguiente paso, ella esta dispuesta a darles una oportunidad de que se ganen su corazón, al igual que lo hizo con Alice, Jasper y Edward antes. –le asegure.

-                     Tengo una pregunta que hacerte, ero si te parece muy desubicada de mi parte no tienes porque responder. –dijo Esme otra vez avergonzada.

-                     Adelante. –la anime a seguir.

-                     Que es lo que hay entre tu y Edward ahora? –bueno esa era difícil, ni yo lo sabia.

-                     Cuando estábamos en parís descubrimos que los dos seguíamos sintiendo algo muy fuerte por el otro, pero es complicado ya que el vive aquí y yo haya, asi que por ahora se podría decir que lo nuestro no tiene titulo. –le explique algo triste.

-                     Ustedes se aman mi niña, se ve en sus ojos cuanto se miran uno al otro, no deje pasar esta oportunidad. –dijo Esme con ojos llorosos.

-                     Estoy de acuerdo, no lo echen a perder otra vez. –dijo Carlisle.

-                     Lo se, pero no permitiré que la carrera de Edward se vea afectada por mi culpa y no puedo decepcionar a mis padres. –confesé muy apenada.

-                     Tus padres se retiraron muy jóvenes y te han cargado con muchas responsabilidades, eso no esta bien, no te dejaron vivir tu vida. –dijo Esme muy triste.

-                     Se los debo, ellos estuvieron conmigo todo el embarazo. –dije muy avergonzada.

-                     Que dices niña, por lo que nos contaste tus padres no apoyaron tu embarazo, al menos no tu madre. –dijo Carlisle claramente ofendido.

-                     Son mis padres, de todas formas les debo mucho, y Renee quiso tomarse tiempo para viajar y descansa, yo estaba recién recibida, asi que me pareció buena idea, solo que me mude a parís para tener un poco de paz. –les explique.

-                     Los hijos no nos deben nada a los padres, todo lo que hacemos es por amor. –dijo Esme quien hacia rato estaba llorando.

-                     No lo se Esme, tal vez tengas razón, pero tampoco me puedo empezar de cero, debo confesar que no sabría como hacer eso. –yo empecé a trabajar como la presidenta de una empresa nunca tuve que pasar por los puestos intermedios.

-                     Porque no pones una sucursal aquí, Emmett se podría encargar en parís y tu aquí. –ofreció, pero eso tampoco era muy viable ya teníamos a todos los empleados, las instalaciones, los proveedores, los inversionistas, sin contar que los impuestos en parís son mucho mas bajos.

-                     Tendré que pensarlo, tal vez hable con Charlie al respecto, capaz que el puede cortar su retiro por un par de años, yo podría empezar un negocio nuevo aquí, tengo ahorros como para hacer algo asi, además podría pedir ayuda a Alice y Jas. –pense en voz alta.

-                     Todos te ayudaríamos, eso no lo dudes. –me aseguro Carlisle.

-                     Podrían dejarme hablar a solas con Bella. –dijo la voz de Edward detrás de mi.

-                     Claro. –dijeron Esme y Carlisle a la vez, por su voz era obvio que estaba molesto. Me di vuelta para encararlo.

-                     Que sucede? –pregunte con mi voz mas inocente.

-                     Sucede que estoy muy enfadado contigo. –eso me sorprendió, yo no hice nada para que se enfadara.

-                     Porque estas enfadado? –pregunte algo confundida.

-                     Por todo lo que acabo de escuchar. Es que acosa no quieres estar conmigo pero no eres lo suficientemente valiente para decírmelo a la cara? Porque no puedo creer que sean ciertas todas esas babosadas que has dicho sobre tus padres. –no paraba de caminar de un lado a otro.

-                     Que dices Edward, es obvio que si quiero estar contigo, mi mayos deseo es que tu, nuestra hija y yo seamos la familia que siempre debimos haber sido. –como podía haber llegado a una conclusión tan estúpida?

-                     Seguro, por eso es que te inventas todas esas estúpidas excusas al hablar con mis padres, o es que acaso no eres capas de hacer sacrificios por nosotros, por los tres? –me pregunto, o mas bien grito.

-                     Claro que lo soy, pero yo me comprometí con mis padres, además no pensaras que me voy a venir aquí y vivir como ama de casa, todos los días esperando que tu llegues de trabajar y Lydia de la escuela. –dije incrédula.

-                     Que problema hay con eso, no es necesario que tu trabajes, yo puedo hacerme cargo de ustedes, como corresponde. –dijo ofendido.

-                     Como corresponde? Eso si que no, si tu trabajas yo trabajo, no soy ninguna mantenida Edward Cullen. –ahora la ofendida era yo.

-                     Porque tienes que verlo de esa forma? Casi todas las mujeres preferirían quedarse en casa cuidando a sus hijos. –me estaba llamando mala madre?

-                     Me estas llamando mala madre?! Acaso crees que yo no cuido a mi hija?! Como te atreves a sugerir algo asi?! –esto era el colmo, como se atrevía.

-                     No quise decir eso, lo estas sacando de contexto. Es solo que me altero escucharte tan insegura, se supone que me amas bella, demuéstralo, múdense conmigo, empecemos de una vez a vivir nuestro futuro, habla con Charlie dile que renuncias, pon algo aquí o asóciate con Alice, has lo que sea pero que sea en los ángeles, a mi lado. Las necesito y no puedo esperar cinco años hasta que mi clínica tenga la solvencia como para expandirse a Europa, los necesito ahora, estoy solo Bella. –las lagrimas bañaban su rostro, casi me parte el alma verlo asi. Había dicho cinco años?

-                     Esta bien, hoy mismo hablare con mi padre. –fue todo lo que fui capaz de responder, sus palabras me dejaron aturdida.

-                     No tienes que hacerlo por sentirte obligada, solo hazlo si realmente lo deseas. –había mal interpretado lo inexpresivo de mi voz.

-                     Lo hare. –le asegure, me senté en el sofá que tenia mas cerca. El se acerco rápidamente a mi.

-                     Te encuentras bien? Estas pálida. –sostuvo mi muñeca para tomarme el pulso.

-                     Estoy bien. –le asegure.

-                     Pues no lo parece asi que si no quieres que te suba al auto y te lleve al hospital en este momento dime que tienes. –dijo con su voz autoritaria.

-                     Es que me has dejado un poco aturdida, nunca me dijiste de forma tan directa que me, bueno nos, necesitaras con tanta urgencia. –confesé mirando el piso ya que me sentí cohibida. Puso un dedo en mi mentón y levanto mi rostro.

-                     Porque no te lo dije pensaste que no lo hacía? –dijo con su voz llena de ternura. Cuando yo decía que este hombrees bipolar era por algo.

-                     Bueno en realidad pensé que encontrarías con quien pasar el tiempo mientras Lydia y yo estábamos lejos. –confesé aun mas avergonzada.

-                     Como puedes decir eso, desde que me encontré a Emmett en Forks y supe que tu no estabas bien no fui capaz de estar cerca de otra mujer, tu eres mi mujer, la única a quien he amado, amo y amare, como pudiste pensar eso? –en realidad la pregunta era retorica pero de todas formas respondí.

-                     No creo ser mujer suficiente para ti. –me tense esperando el grito, pero en su lugar recibí un abrazo.

-                     Eres tan ilusa a veces, tu eres la única mujer con la cual puedo ser feliz y la única a la que me interesa hacer feliz, eso nos hace perfectos el uno para el otro. –me aseguro, yo no pude mas que devolverle el abrazo con todas mis fuerzas. Se separo un poco de mi, me miro a los ojos, en ellos se veía todo el amor que sentía por mi, esa mirada e lleno el alma y no pude aguantarme y devore sus labios en un beso cargado de amor, pasión, lujuria y felicidad, Edward deslizo sus manos por mi cadera.

-                     Estamos en casa de tus padres y toda la familia esta reunida, incluyendo nuestra hija. –le recordé. El se separo de mi a regañadientes.

-                     Te dejare de besar en este momento si me prometes tres cosas. –dijo y una sonrisa picara se dibujo en su rostro.

-                     Dime que tres cosas y veré que puedo hacer. –le ofrecí.

-                     Primero: que hoy mismo se irán para mi apartamento, segundo: llamaras a tu padre cuanto antes y tercero: mañana mismo empezaras a investigar que tipo de negocio podrías abrir en los ángeles. –no podía pedirme que prometiera que le daría un beso o cualquier otra cosa sencilla de cumplir.

-                     La segunda y tercera dalas por hecho, pero me da un poco de pena dejar a Emmett solo en nuestro piso, apenas hemos llegado ayer. –dije triste por mi hermano.

-                     Emmett esta acostumbrado a vivir solo y además algo me dice que si están esta noche ahí solo lo incomodarían, por lo que escuche saldrá con Rosalie y por como se miran esos dos me parece que lo que menos harán esta noche es dormir. –me puse colorada por hablar sobre la intimidad de mi hermano, pero yo también había notado su intercambio de miradas.

-                     En serio? –pregunte cohibida y alegre.

-                     Si, desde que entraron a la piscina no paran de lanzarse miraditas cómplices, acaban de acordar que iran a una discoteca esta noche junto con Jas y Al que no entendieron las indirectas. –me rei de su comentario.

-                     Alice debe haber entendido perfectamente, solo que quiere ser testigo de todo. –los dos nos reímos.

-                     Regresemos con los demás Srta. Swan, debemos cansar mucho a nuestra hija porque hoy no te me escapas. –me advirtió con su sonrisa picara. Se paro, estaba arrodillado a mi lado, me ofreció su mano para ayudarme a que yo me parase, fuimos al patio y vi con mis propias ojos lo que Edward me dijo hace apenas unos segundos, Emmett hablaba con Rosalie, sus cabezas estaban muy pegadas, mientras que Lydia estaba con Alice, Jasper, Esme y Carlisle, me alegre por ellos al fin se soltaban con su nieta. Con Edward íbamos abrazados, Lydia nos vio y corrió a nosotros.

-                     Los papas de tai Al me contaron que conocen a los abuelos, también me contaron de ustedes cuando eran pequeños y me di cuenta que quiero un hermanito. –me atragante con mi saliva, Edward tubo que golpearme la espalda para poder volver a respirar, Alice y Jasper se partían de la risa, Carlisle y Esme disimulaban un poco.

-                     Mi amor los hermanos no son algo que se compre en el súper. –dije después de unos segundos.

-                     Lo se, pero como me hicieron a mi pueden hacer otro. –dijo como si hablara de comprar un caramelo. Edward me miraba divertido en lugar de ayudarme.

-                     Deja de reírte y ayúdame. –le dije con mirada acecina.

-                     Yo también quiero escuchar tu respuesta. –en ese momento la risa de Al y Jas fue tan sonora que llamo la atención de Em y Rosalie quienes se acercaron a nosotros.

-                     Que es tan gracioso? –pregunto mi hermano a Alice.

-                     Lydia acaba de pedir un hermanito. –le explico ella, la reacción de Emmett fue muy similar a la mia, solo que luego de recuperarse soltó una carcajada, Rosalie también reía solo que de forma mas disimulada.

-                     Recuerdas que ya hablamos de cómo se hacen los bebes –Lydia asintió-. Bueno, en ese caso recuerdas que se necesita que dos personas se quieran, como tu papa y yo nos queremos, pero a veces también se necesita de otras cosas, como tiempo. –no sabia ni lo que decía.

-                     Por favor, si vas apurado con quince minutos basta. –dijo Emmett haciéndome enrojecer aun mas y causando mas risas.

-                     Nosotros podemos esperar quince minutos aquí mientras tu y mi papa hacen a mi hermanito. –propuso mi hija. Si pensé que esto no podía ser peor ese comentario me demostró lo equivocada que estaba. Mire a mi hermano deseando que me salieran cuchillos por los ojos.

-                     Si lo piensas bien eso no es mala idea. –susurro Edward a mi oído con voz sensual. Le dedique otra mirada asesina, dio un paso atrás y levanto las manos en un gesto de inocencia.

-                     No es tan fácil amor, tu tio dijo eso porque no sabe nada. Tener un hijo es una responsabilidad muy grande, tener dos lo es aun mas, por eso creo que lo mejor seria que nos tomemos las cosas con calma y esperemos a acostumbrarnos a los ángeles antes de hablar de hermanitos. Pero mientras tanto podrías pedirle a tus tios que te den primos, los primos son como los hermanos solo que no tienes que compartirlos con tus papas. –le ofrecí dando el tema de los hermanos por zanjado y mirando con malicia a Alice y Emmett.

-                     Me das un primo tia? –le pidió a Alice- Y tu una prima –le ordeno mas que pedir a Emmett-, podrías hacerla con ella, es muy linda. –propuso señalando a Rosalie que por primer vez en mi vida la vi colorada.

-                     Algún dia. –dijo Alice, ilusa si pensó que con eso se iba a salvar.

-                     Mañana? –pregunto mi hija con sus ojitos brillantes por la emoción.

-                     No princesa, dentro de un par de años. –dijo Alice.

-                     Porque tanto tiempo? –pregunto mi hija sin entender.

-                     Si Alice, porque tanto tiempo? –le repetí la pregunta, ella me miro con cara de enfado, sabia que esto tendría una venganza pero ahora lo disfrutaría.

-                     Porque tener hijos es mucha responsabilidad. –dijo repitiendo mi frase.

-                     Pero tu aun no tienes ninguno asi que entre tu y tio Jas pueden encargarse de uno, o es que tu y el tio no se quieren lo suficiente como para tener hijos? –la conclusión de Lydia nos dejo a todos sorprendidos y a Alice muy mal parada.

-                     Si nos queremos, mucho, pero es que apenas nos hemos casado, hay cosas que queremos hacer antes de tener hijos. –por la mueca que hizo Jasper me di cuenta que el no estaba del todo de acuerdo con esa afirmación.

-                     Mis papas aun no se casan y yo ya voy a cumplir siete años. –dijo Lydia contradiciendo a Alice.

-                     Pero lo de tus papas es diferente. –no entendía porque tana renuencia a tener hijos, hacia unos ocho años que ella y Jasper mantenían una relación, porque no quería hijos, es algo normal en un matrimonio y mas teniendo en cuenta que a los dos les encantan los niños.

-                     Y ustedes tio Em? –se ve que la discusión con Alice la aburrió.

-                     Enana no te parece que es algo mal educado de tu parte pedirle un primo a una persona que apenas conoces? –pregunto mi hermano tratando de escapar por la tangente.

-                     Puede ser, pero parece llevarse muy bien contigo y a ti te conozco hace mucho. –se justifico mi hija.

-                     Y que paso con la parte de que hay que quererse para hacer bebes? –le dijo Emmett dándose por vencedor.

-                     Ah no la quieres. –afirmo mi hija, Emmett se había matado solito.

-                     Ella no me quiere a mi. –respondió rápidamente al ver la mirada que le dedico Rosalie.

-                     Como que no quieres a mi tio? –pregunto Lydia a Rosalie incrédula- El es genial, es divertido, gracioso, atractivo, a veces inteligente y siempre esta cuando lo necesitas. –explico las que a su criterio eran las características de su tio.

-                     Tendré que empezar a salir con esta niña mas seguido. –dijo Emmett a modo de broma pero esa bromita no le gusto mucho a Rosalie.

-                     Solo tienes que hacerla creer que eres responsable y te servirá de mucha ayuda en los negocios. –sugerí tratando de tirarle un cable.

-                     Buena idea. –dijo haciéndose el pensativo.

-                     Creo que es hora de irnos. –me dijo Edward al oído, yo lo mire y asentí.

-                     Bueno princesa es hora de irnos. –le informe a Lydia.

-                     Tan pronto? –pregunto Alice haciendo un puchero.

-                     Emmett te molesta si hablamos un segundito a sola? –pregunte a mi hermano.

-                     Claro. –caminamos hasta estar a unos cinco metros del resto.

-                     Oye te enojas si hoy Lydia y yo nos quedamos en el departamento de Edward? –pregunte avergonzada.

-                     No hay problemas, ya me lo esperaba, además yo saldré con Rose, Al y Jas. –me comento. No me paso desapercibido que Rosalie ya volvía a ser Rose para el.

-                     Bueno, en ese caso nosotros ya nos vamos, sabes como regresar? –cuando vinimos note que el camino era algo complicado.

-                     No pero les pediré a Alice y Jasper que me guíen, tu ve tranquila que tu hermano favorito no se perderá. –me aseguro riendo.

-                     Emmett eres mi único hermano. –le recordé.

-                     Por eso soy el favorito. –dijo y se encamino de regreso donde estaban los demás, note que ya se estaban despidiendo.

-                     Todo en orden? –pregunto Edward.

-                     Si. –le asegure con una gran sonrisa.

-                     Bella ha sido un placer verte de nuevo, y nos sentimos muy felices de conocer a nuestra nieta y de comprobar lo bien que la has criado, nunca podremos agradecértelo lo suficiente. –me dijo Carlisle.

-                     Muchas gracias Carlisle, para mi también ha sido todo un placer.

-                     Bella recuerda que siempre serás una hija mas para mi, al igual que Emmett. Prométeme que nos visitaran pronto. –me pidió Esme refiriéndose a mi hija y a mi.

-                     Lo prometo Esme y muchas gracias por todo. –me empezaba a sentir muy avergonzada.

-                     No tienes nada que agradecer. –dijo Esme.

-                     Bellita nos vemos mañana para empezar con los planes del cumpleaños. –dijo Alice mientras me daba un fuerte abrazo.

-                     Hasta mañana. –dije no muy convencida.

-                     Nos vemos pronto Bells. –se despidió Jasper.

-                     Hasta pronto Jas. –le dije mientras le daba un cálido abrazo.

-                     No vemos Bella. –se despidió Rosalie.

-                     No estarás mañana para comenzar con lo del cumpleaños? –le pregunte amablemente, su rostro se ilumino.

-                     Claro que si. –dijo muy contenta.

-                     En ese caso luego hablamos de donde y a que hora. –die dirigiéndome a ella y Alice.

-                     Déjalo en mis manos. –eso no me sorprendió.

-                     Adiós hermano, luego hablamos. –me despedí de Em.

-                     Bueno nosotros ya nos hemos despedido –me informo Edward-, asi que ya podemos irnos. –nos encaminamos los tres a su auto, Lydia iba muy contenta tomada de la mano de su padre, una vez dentro del auto le informe.

-                     Amor hoy nos quedaremos en casa de tu padre. –se le ensancho la sonrisa.

-                     Estupendo! –dijo muy contenta. Edward puso el auto en marcha y nos fuimos los tres juntos a buscar ropa para Lydia y para mi a nuestro piso y luego al departamento de Edward.

Capítulo 24: Nervios, parte 1 Capítulo 26: Preparativos

 
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