School Days

Autor: josycullen
Género: Romance
Fecha Creación: 21/07/2010
Fecha Actualización: 31/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 39
Visitas: 53311
Capítulos: 24

Isabella Swan es una chica popular, una divina. Ella, junto con sus tres amigas, tienen a la escuela bajo su poder. Chicas malas, orgullosas, odiosas y zorras. Edward Cullen y su familia acaban de mudarse y han entrado al Internado Twilight. Muchas sorpresas. Dicen que las apariencias engañan, ¿sera cierto? Edward tendrà que descubrir a la verdadera Isabella Swan, ¿lo lograra, o conseguira algo màs?


Declaimer: La historia no me pertene le pertenece a Bittersweet Melancholy y yo con su permiso la publico en esta pagina los personajes le pertenecen a stephanye meyer..... Completa

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Capítulo 24:

Epílogo


Bella POV

Año Nuevo. El primer día de un año lleno de aventuras por vivir y sentimientos que expresar.

Aquella mañana, después de algunos besos entrecortados sobre mi cama, Edward y yo nos preparamos para la nueva aventura: una celebración en casa de sus padres. Carlisle y Esme me recibieron con los brazos abiertos aquella mañana, Emmett, Rosalie, Jasper y Alice, me abrazaron como si tuvieran miedo de perderme. Y yo sabía, que habían estado cerca de hacerlo…

Nadie mencionó el episodio acontecido tres semanas atrás, y yo me decidí a olvidarlo por el bien de todos. Edward me presentó como su novia y todos estaban seguros que tarde o temprano iba a ocurrir. No pude evitar ponerme roja y desviar la mirada muchas veces.

Había hecho varias compras antes del "intento de suicidio" y me encantó el poder entregarle a cada quien un pequeño presente. No estaba en mis planes que esto ya fuera en "familia", pero las cosas salieron así.

Después de eso, el resto de los días, solo fueron para Edward y para mí. Juntos todo el tiempo y sin desperdiciar ni un solo segundo.


Las vacaciones llegaron a su fin demasiado pronto, considerando que estuve despierta menos de una semana, y tuvimos que regresar a clases. Las divinas me observaron las primeras horas de aquél primer día, convencidas que yo había conseguido cumplir la apuesta. No aseguré nada.

-¡Bella!- llamó Jessica desde la mesa que usualmente ocupábamos las divinas. Los atletas y las porristas estaban consagrados a su alrededor, como si nuestro grupo fuera el sol y los demás simples planetas.

-¿Qué tienes planeado?- preguntó Edward, quien sostenía mi mano, al verme sonreír. No respondí, pero besé sus labios y prácticamente lo arrastre a la mesa de mis "amigas". Emmett y Jasper, junto con Rosalie y Alice, estaban sentados en una mesa enseguida de la suya.

-¡Lau, Jess, Ang!- canté cuando las vi frente a frente. Las tres alzaron su rostro de la mesa y me miraron divertidas, al tiempo que sometían a Edward a un severo escrutinio. –Ve con los demás, Edward.- besé su mejilla y lo empujé levemente hacia la mesa de su familia.

-Buena esa, Bella.- dijo Jess con su chillona voz. Le sonreí al tiempo que me sentaba.

-¿Qué le pasa a Bella?- escuché que le preguntaba Emmett a Edward. Me giré hacia ellos y sonreí al tiempo que les guiñaba un ojo. El rostro de Edward se puso rojo, pues cuando lo hacía, llevaba un significado especial.

-Cuarto semestre, Isabella…- ronroneó Lauren desde su lugar frente al mío. Sus ojos azules estudiaron a profundidad mi rostro. -¿Si o no?- preguntó ante mi sonrisa socarrona y el sonido de mi soda al ser abierta.

-Secreto.- canté con voz alegre. –Yo lo sé, Edward lo sabe, pero ustedes no…- deslicé mi dedo por la parte superior de mí lata de refresco, mientras Jessica (sentada a mi lado) se ponía el cabello tras la oreja.

-Escucha, Isabella.- los dedos de Lauren me sujetaron la barbilla. –Eres la nueva reina, así que compórtate como tal.- pronunció entre dientes, descontenta ante ello.

Y era cierto. El día que me atreví a golpear a la abeja reina, marqué el siguiente paso. Isabella Swan dejó de ser la segunda al mando, convirtiéndose en la jefa de las divinas. Capitana definitiva de porristas y la número uno del internado hasta la graduación.

Sonreí victoriosa.

-Es verdad, Mallory.- pronuncié despacio, asimilando la idea. –Ahora yo soy la abeja y tú, la segunda.- me fulminó con la mirada. -¿No es fantástico?- pregunté entre risas. Escuchaba a los Cullen y los Hale murmurar, era algo que ellos no sabían.

Me puse de pie con una elegancia despampanante que no sabía que tenía. Los ojos de las tres se clavaron en mí. Les sonreí maliciosamente y caminé alrededor de la mesa, deteniéndome atrás de cada una para decirles algunas palabras "dulces". El rostro de Lau cambió de color cuando me detuve frente a ella y se puso de pie por instinto.

-Vale ya, Bella.- movió su cabellera rubia y pestañeó coquetamente, pues todos nos miraban. Negué con la cabeza.

-No más ordenes, Lauren Mallory.- canté con voz fría. –No más reglas, no más de ustedes…- su mano se alzó, dispuesta a golpearme y recuperar su lugar, pero la detuve en el acto. Me miró furiosa y apartó mi mano violentamente. Sonrió con malicia e hizo el intento de irse. Ángela la detuvo por el brazo y la obligó a girarse hacia mí.

-Esto se acabó.- en la cafetería reinó el silencio. Me senté sobre la mesa de las divinas y aplaudí dos veces, pronto todos giraron sus rostros para observarme. Sonreí casualmente y luego miré a mis tres compañeras.

-¿Qué crees que haces?- chilló Jessica con su aguda voz, mientras se aferraba al brazo de Lauren.

-Lo qué siempre he deseado hacer.- susurré. -¡SD!– el rostro de Lauren se puso pálido, Jess maldijo en voz baja y Ang sonrió. – De ahora en adelante…- me encontraba de pie sobre la mesa, con todos mirándome fijamente. -…libero al Internado Twilight del poder que ejercen las "Divinas" sobre él. No más chicas materiales en nuestros pasillos. Prohibidas las generaciones futuras…-

-¡No puedes hacerlo!- chilló Lauren con indignación.

-Puedo, y lo hago.- la desafié. –Las normas dicen que la abeja reina puede romper al grupo en caso de ser necesario, y créeme Lau, es necesario.-

-Piensa en el futuro, Bella.- murmuró. –Los privilegios que aún necesitamos, el baile de graduación, tus hijas a nuestra edad…-

-No, Mallory. No, Stanley. No más chicas plásticas, no más zorras o perras. No más nosotras…-

No hubo nada que hacer. Las "Divinas" se separaron oficialmente y Lauren y Jessica no pudieron hacer nada, salvo retirarse con la frente en alto y sus miradas coquetas. No funcionó.


A partir de ese día, Lauren y Jessica dejaron de hablarme. Ángela fue la única agradecida con ello, pues pudo seguir siendo aquella niña dulce y tímida que solía ser antes que la arrastrara al mundo material. Y yo, bueno, yo no me quejo del resultado.

Mike cortó a Jess a los dos días de la separación, alegando que regresaba a California con sus padres. Jessica quedó devastada, buscó consuelo en varios chicos, pero solo jugaron con ella. Tal como la misma Jess lo había hecho en sus tiempos de popularidad. Regresó a Forks un mes y medio después de la ruptura.

Lauren fue la más dramática. Una mañana nos avisaron que había sido transferida al Internado New Moon en Miami. Tyler se marchó ese mismo día para encontrarla. No volvimos a saber nada de ellos dos, a excepción del nuevo "reinado" de Lauren en aquél internado de "Divas". Imitaciones de las "Divinas" de Twilight.

Ángela y Ben siguen juntos, y creo que son una pareja adorable. No me extrañaría que terminaran casándose. Son perfectos el uno para el otro.

Las "Divinas" pasadas dejaron de interferir en mi vida. Todas tomaron caminos a sus universidades y no se dejaron ver de nuevo. Los amigos de Jacob se mudaron a diferentes ciudades, dejándolo solo. Jacob y su familia enfrentaron una demanda de Swan Corp. por levantamientos falsos, fraude y claro está, por jugar conmigo. Ahora han quedado en la ruina y sin amigos.

Sam y Emily se casaron hace seis meses, y ahora Emily tiene cuatro meses de embarazo. ¿No es fantástico? Edward y yo seremos sus padrinos. Y a qué no adivinan quién atrapó el ramo…Si, su servidora lo tuvo entre sus manos. Es algo extraño, sobretodo porque Edward se sonrojó cuando lo vio. ¿Sospechoso, no?


El tiempo si que vuela. ¿Quién diría que ya es la noche del baile de graduación? Y aún siento como si hubiera sido ayer el día que Edward entró en mi vida para enseñarme que todo tiene color. Los años más maravillosos que he vivido y que jamás se borraran de mi memoria.

Luciendo un vestido azul celeste y del brazo de mi novio, crucé las puertas de aquél elegante casino. Nuestros amigos –o "familia", mejor dicho- nos esperaban junto a la mesa de ponches.

-¡Bella, estas hermosa!- cantó Alice al verme. Jasper y Alice siguen juntos, y cada día se ve crecer al amor.

-Ella siempre se ve bien, Alice.- se aventuró a comentar Rosalie. Alice le sacó la lengua a modo infantil y ambas nos reímos. Emmett y Rosalie son perfectos el uno para el otro, aunque a veces me pregunto cómo se soportan. Son algo…distintos…

La música comenzó a sonar. Lenta, romántica, perfecta…

Los dedos de Edward se entrelazaron con los míos al tiempo que me conducía a la pista de baile. Su cuerpo junto al mío, mi brazo por su cuello y el suyo por mi cintura. Tan suave y cálido. Nuestros pies comenzaron a moverse al mismo compás. Y pronto nuestros labios estaban juntos, acariciando los del contrario.

A veces me entraba curiosidad por saber por qué razón Edward me resultaba tan irresistible. No importaba las veces que me besara o que me hiciera el amor, siempre necesitaba más de él…

Mis mejillas seguían tiñéndose de carmín al sentirlo cerca, al sentir sus dedos sobre mi piel. Como si fuera la primera vez.

La canción terminó antes que me diera cuenta. Y otras pasaron, pero no supe ni cuáles eran. Estaba demasiado perdida en un par de luminosas esmeraldas verdes como para saberlo.

Salimos del concurrido salón, llegando al hermoso jardín –adornado con luces blancas y una fuente en el centro- y tomamos asiento en una banca de piedra. Busqué sus labios con anhelo, como si llevara años sin ellos. Me devolvió el beso con la misma intensidad, y sentí su mano en la espalda, temblé levemente. Sus roces me causaban escalofríos.

-Te amo.- susurró contra mis labios, al romper el beso. Marcó un camino por mi cuello, mientras me aferraba a su pecho y suspiraba.

-Edward.- tomé su rostro entre mis manos y lo obligué a mirarme. –Te amo, mucho…- sonrió antes de besarme de nuevo. Enredé mis dedos entre sus cabellos y profundicé aquél contacto.

-Quédate conmigo.- susurró con sus ojos puestos sobre los míos.

-Siempre.- suspiré apoyando mi frente contra la suya.

Se apartó un poco y colocó algo entre mis manos. Lo miré con sorpresa y me sonrió. Una pequeña cajita de terciopelo negra, y en su interior brillaba una sortija…de compromiso. Tragué saliva nerviosamente.

-¿Quieres ser mi esposa?- preguntó acariciando mi mejilla.

-Lo quiero.- susurré tras unos minutos de silencio. –Quiero estar contigo…- me lancé a sus brazos. No soportaría una vida sin él. Y esta era la forma de sellar nuestro amor. Porque la sortija que portaba en mi dedo simbolizaba una entrega total. Porque yo era suya y él era mío. Y nada iba a cambiar eso.


Desde el momento en que los Cullen y los Hale pisaron Twilight, sabía que las cosas iban a ser distintas. Cuando me enteré de la apuesta, sabía que algo iba a ocurrir. Cuando me retaron a besarlo, entendí un poco más de lo que se avecinaba. Cuando jugué con él, comprendí lo que más deseaba. Y con cada paso que di, me acerqué mas a él.

Porque el destino ya estaba escrito, y nuestro destino era estar juntos.

Y con aquella sortija brillando bajo la luz de la luna, mientras las cristalinas gotas de agua rodeaban la fuente. Sentí sus labios sobre los míos una vez más, confirmando lo que mi corazón ya tenía claro. Que él me amaba tanto como yo le amaba.

Recuerdos imborrables y planes futuros. Sueños hechos realidad y otros por cumplir. Pesadillas y dulces sueños. Peleas y reconciliaciones. Errores y aciertos. Muchas cosas nos pasaron durante esos meses, y aún faltan muchas más por venir. Pero sé que de ahora en adelante las cosas serán para bien, serán mejores. Y todo porque Edward está a mi lado.


Emmett, Jasper, Rosalie y Alice salieron para hacernos compañía. Los seis nos sentamos sobre el pasto, abrazados de nuestras parejas, contemplando las estrellas que alumbraban el cielo.

Entre risas y comentarios burlescos, felicitaciones y quejas, esperanza, cariño y amor, terminamos nuestros días de preparatoria. Listos para entrar a la mejor universidad de Estados Unidos y seguir siendo los mejores amigos.

Por fin se habían terminado los…

School Days.

 

Chicas este es el fin de la historia gracias por todas las que me apoyaron para seguir subiendo  la historia... Y me disculpo por haber subido dos veces el capitulo 19 y bueno gracias por todo espero sus comentarios y espero que me sigan en mi otra historia Beauty and the Briefcase pag 18... Besos se cuidan...Sealed  

 


Capítulo 23: Capitulo 23

 
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