Aquí os dejo el siguiente capítulo de este fic!! Sé que he tardado mucho en publicarlo, pero esq no me surgía la inspiración!! jejeje!! Espero que os guste!! Dejad vuetsros comentarios y votos porfa!! Muchas gracias a todasss!! besoos!
BELLA P.O.V
Los días fueron pasando y estábamos a principios de Febrero. Robert ya estaba trabajando desde hacia un mes en su nueva película, Bel Ami, aquí en Londres, donde ambos estábamos viviendo en casa de sus padres hasta que Robert acabase de rodar. A pesar de que no estábamos solos, teníamos mucha intimidad para ambos, pues teníamos nuestro propio dormitorio para nosotros solos y ahí hacíamos el amor casi todas las noches, aunque eso si, acallando nuestros gemidos para que no nos escuchasen.
Victoria ya tenía 5 meses de embarazo, y estaba esperando una niña a la que llamarían Samantha. Michael y ella estaban muy contentos con lo de ser padres y más de una niña, que era lo que ambos deseaban.
En cuanto a Lizzy… ella seguía con los preparativos de su próxima boda, que llegaría el 5 de Mayo. Ella y yo nos habíamos echo muy amigas desde que Rob y yo vinimos a Londres, y ya habíamos ido a elegir su vestido de novia. A pesar de que a mí no me gustaba ir de compras, con Lizzy era bastante divertido.
Con respecto a mí… estaba bastante contenta de tener lo que tenía, un novio magnífico y una familia encantadora. Desde hacía unos días, me encontraba bastante cansada, demasiado para lo que hacía en mi día a día. Rob me había dicho cientos de veces que fuese a hacerme un chequeo al médico para ver lo que me pasaba, pero yo era bastante dejada para eso de ir a que me pinchasen con una aguja y me sacasen 4 tubos de sangre. Aunque no tenía escapatoria, porque Robert ya había pedido hora para esta misma tarde en la consulta del médico, a la que él me acompañaría.
A eso de las 3 de la tarde, comimos todos juntos y yo me vestí rápidamente para ir al médico, donde ya había quedado con Rob. Richard y Claire me habían deseado mucha suerte, sabían que tenía pánico a las agujas. Salí de casa en mi Porsche amarillo y me dirigí a la consulta. Cuando llegué Rob ya estaba en la puerta esperándome con una dulce sonrisa. Me bajé del coche y ambos nos dimos un cálido beso que me hizo despertar.
-Estás muy guapa – Rob me dio una vuelta sobre mí misma y me sonrió con esa dulce sonrisa torcida que me ponía a cien.
-Luego me lo demuestras – le susurré al oído y este sonrió al percatarse de lo que quería decirle.
Entramos en la consulta y me llamaron a los 5 minutos. Me hicieron todo tipo de pruebas: análisis de sangre, de orina, pruebas en los huesos, me pesaron… salí de allí más cansada de lo normal abrazada a Robert, el cual no se separó de mí en un solo momento.
Llegamos a casa y nos pusimos a ver una peli que echaban en la tele: Crepúsculo. Amaba ver a Rob cómo actuaba, e incluso eso me ponía caliente, así que sin más dilación, nos subimos al dormitorio sin que nadie se enterase y allí follamos durante el resto de tarde que quedaba.
Siguieron pasando los días hasta llegar al día de San Valentín, el día en el que las parejas se demuestran lo mucho que se aman, y ese día era el mio y el de Rob. Él me tenía preparada una sorpresa para esta misma noche, pero antes, tenía que ir a por los resultados de las pruebas que me había hecho hace 10 días. Estuve hablando con Robert por teléfono, pero le colgué rápidamente ya que llegaba tarde a la consulta del médico. Salí de casa apresurada, aunque enseguida llegué a mi destino.
Entré en el despacho del médico, que estaba sentado en su silla de escritorio revisando mis pruebas.
-Buenas tardes Doctor Will – le saludé sentándome en una de las sillas que estaban enfrente de su escritorio.
-Buenas tardes Bella – me sonrió – Ahora mismo estaba revisando tus pruebas – cerró la carpeta y las depositó encima del escritorio.
-Y… ¿qué tal están? – estaba algo nerviosa
-Pues, no hay ningún problema, está todo perfecto… el azúcar, calcio, fósforo, hidratos… menos el hierro que lo tienes un poco bajo – hizo una mueca
- Me alegro… aunque no entiendo por qué me siento tan cansada últimamente… - me puse a pensar
-Verás Bella, es que hay algo más…- me sonrió – Tu cuerpo y tus hormonas están cambiando debido a… - me puso algo nerviosa
-¿A qué? – le interrumpí y él hizo una larga pausa que me alteró aún más.
-Bella, yo no sé si esto que te voy a decir es una buena o una mala noticia para ti… pero, tengo que decírtelo… estás embarazada – en ese momento, mi cabeza se nubló, mis manos comenzaron a sudar y mis nervios hicieron aparición en mi vientre. ¿Estaba embarazada? ¿Yo, Isabella Newton, iba a ser madre? No podía creerlo… ¿desde cuando? Que yo recordase, Rob y yo siempre habíamos usado protección…
-Y… ¿de cuánto estoy Doctor Will? – yo miraba fijamente al escritorio.
-Mañana haces 7 semanas de embarazo… lo que yo me pregunto es cómo no te has dado cuenta por ti misma – se hizo el silencio
-La verdad, es que jamás me lo hubiera imaginado… - comencé a hacer cuentas… 7 semanas atrás había sido Nochebuena y recordé cuanto me amó Rob durante esa noche… y sin protección.
-Bella, ¿y el periodo? – se apoyó con sus manos sobre el escritorio
-El periodo… siempre he sido irregular con el periodo… - suspiré, aún no me creía la noticia que me acababan de contar. ¿Tan solo tenía 18 años y ya estaba esperando un bebé en mi vientre? Esto tenía que ser un sueño del cual me despertaría en una gran cama con Rob a mi lado abrazándome… pero no, esto no era un sueño, era la realidad.
Me despedí del Doctor Will y me fui a casa, aunque no sé ni cómo llegué hasta allí, ya que estaba totalmente sumida en mis pensamientos sobre mi embarazo. Yo deseaba ser madre, pero en un futuro, cuando Robert y yo tal vez estuviésemos casados y yo tuviese una carrera y un trabajo que me gustasen… pero no ahora…
Llegué a casa algo aturdida mientras Claire, Richard y Victoria me miraban algo confundidos.
-¿Qué tal las pruebas Bella? – me preguntó Claire algo impaciente
-Bi… bien… - dije tartamudeando mientras subía las escaleras y me metía en mi cuarto.
Dejé la carpeta que contenía las pruebas de mis análisis encima de la cama y me metí al baño a lavarme la cara y las manos para despejarme. De pronto, a través del espejo vi a Victoria, que estaba de pie detrás mía esperando a que le diese una respuesta a algo.
-Victoria, que susto me has dado – la dije algo sobresaltada mientras me giraba a encararla.
-Bella… ¿de cuanto estás? – ¿Se referiría a mi embarazo? ¿Cómo lo sabía?
-¿A qué te refieres? – me hice la tonta
-A tu embarazo Bella – me quedé petrificada
-¿Tú… cómo lo sabes? – estaba muy extrañada
-Bella, lo supe desde el primer momento en el que me contaste lo que te pasaba – se acercó más a mí – pero no quise decir nada por si era una falsa alarma
- Yo… no quería que esto ocurriese – desvié la mirada – No sé si estoy preparada para ser madre – negué con la cabeza al imaginarme con un bebé en mis brazos
-Bella, eres la persona más valiente que he conocido nunca – me alzó la cara para mirarme – Y serás una madre estupenda – me tendió una sonrisa
-No lo sé – suspiré – Es muy pronto para mí y… para Rob – volví a desviar la mirada
-Robert va a ser el hombre más feliz del mundo cuando se lo digas – ambas sonreímos
-Ya lo soy – esa voz venía desde la puerta del baño donde nos encontrábamos Victoria y yo, esa voz era de Robert, que entró y me abrazó con una enorme sonrisa en sus labios – Soy la persona más feliz del mundo – me dio un cálido beso en los labios que hizo que me olvidase de todos mis problemas
-Bueno… os dejo solos – apenas nos dimos cuenta de cuando Victoria se largó
-Cariño, vamos a ser padres – me dijo mi novio con una enorme sonrisa en la cara
-Sí… - le abracé aún más fuerte – aunque no sabía cómo te lo ibas a tomar
-Es el mejor regalo que me puedes hacer – me dio varios besos en mi frente – Ahora debes arreglarte para ir a cenar – me dio otro beso que me dejó sin habla, el cual tuve que cortar, si no, acabaríamos en la cama
Ambos nos duchamos y nos arreglamos, nos despedimos de la familia y nos fuimos al coche para ir a nuestro destino. Rob y yo estuvimos hablando de mi embarazo durante el trayecto, y pensamos en que la prensa sería la última en enterarse, antes había que decírselo a los amigos, incluida Kristen.
Llegamos a nuestro destino y Rob me cogió de la mano mientras entrábamos en aquel precioso restaurante. Estaba iluminado únicamente por la tenue luz de las velas que desprendían un agradable aroma a vainilla, mi preferida. La camarera nos llevó hasta un reservado para nosotros solos muy cálido y romántico.
Estuvimos toda la cena hablando del embarazo y de lo mucho que nos queríamos el uno al otro. Le dije a Rob que mañana cumpliría 7 semanas de embarazo y este se puso a hacer cuentas para saber cuando me quedé embarazada.
Después de llegar a casa, me dispuse a quitarme el vestido que me había puesto para ir a cenar cuando unos cálidos y fuertes brazos me agarraron de la cintura por atrás proporcionándome numerosas caricias, y unos labios que me besaron desde el lóbulo de mi oreja hasta el principio de mis pechos que me hicieron perder la cordura
-Te amo – me dijo Rob entre jadeos y suspiros mientras me quitaba el vestido y me besaba la piel que iba quedando libre.
-Y yo a ti – me agarré a su cuello y le besé con lujuria y deseo.
Me tumbó sobre la cama y ambos nos fuimos desnudando poco a poco mientras nos tocábamos y acariciábamos. Yo le di la vuelta a Rob quedándome encima de él totalmente desnuda. Su miembro estaba más que erecto y tenía una pinta deliciosa, así que me incliné y me lo metí en la boca chupándolo y succionándolo mientras Rob intentaba no gemir muy alto para no despertar a sus padres. Seguí comiéndome el pene de mi Robert hasta que este me avisó de que estaba cerca del orgasmo y yo le invité a que se corriera en dentro de mi boca saboreando el jugo que este soltó.
Por suerte, un coche se depositó en frente de la casa con la música a todo volumen y Rob me cogió con sus manos hasta depositar mi vagina encima de su erecto pene y yo me hundía en él.
-Hay que aprovechar – me dijo Rob entre gemidos refiriéndose a que debido a la fuerte música que se oía, nuestros gemidos pasarían desapercibidos.
Cabalgué encima de él sin dejar de mirarnos con cara de placer y deseo. Seguimos susurrando y gritando nuestros nombre hasta llegar al clímax total. Me dejé hacer encima de él mientras este me acariciaba y me besaba la frente, los labios, el cuello… Robert me cogió y me acurrucó con él sin dejar de besarme y acariciarme.
-Descansa mi amor – me dijo antes de que ambos cayéramos en un profundo sueño.
FOTOS
Look de Bella en la noche de San Valentín.
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