(Pov Emmett)
Desperté algo soñoliento, mi cuerpo estaba caliente. Paula se enredaba como hiedra a mi.
Respiré hondo y acaricié su pelo, era jodidamente perfecta.
Durante mi tiempo con ella no había pensado en otra cosa que no fuese sexo con ella, comer con ella, comer de ella... todo relacionado con ella me parecía fascinante.
La puerta de su habitación sonó, no quería que la despertasen. La tumbé a mi lado desaciendo su abrazo y me levanté de la cama.
Abrí la puerta y el mayordomo me dio un par de cartas que había en el buzón.
Las abrí una por una, nada importante. Hasta que llegué a una carta escrita a mano.
Al abrirla comencé a leer.
“Se que no quieres verme y por eso te estoy escribiendo esta carta. Estoy bastante preocupada por lo que hayas echo con mi hija... ya que también es la tuya.
No quería habértelo dicho de esta manera quería decírtelo con más tiempo pero Paula es tu hija. Las fechas coinciden. Tu y yo tuvimos nuestro último encuentro en Marzo y el cumpleaños de Paula es en esa fecha.
Espero que me perdones por no haberte dicho esto antes... lo que yo no quería era hacerte responsable de una hija siendo tu apenas un adolescente.
Podemos quedar en mi casa hoy mismo si tu lo dispones, sabes mi número y mi correo electrónico.
Te quiere. Rosalie.”
¿Era eso cierto... ella era mi hija.? No podía ser cierto. Me senté en el borde de la cama observándola completamente desnuda frente a mi mientras dormía.
-Paula...- dije en un susurro-.
Ella abrió sus ojos lentamente y los fijó en mi.
-Tengo que contarte algo...-.
-¿Que?-.
-Tu madre me ha mandado una carta diciendo... esto- no podía decirlo así que le pasé la carta-.
Cuando terminó de leer sus ojos se inundaron de lágrimas.
-¿Es esto verdad?-.
-No lo se-.
-Dios...- dijo levantándose de la cama-.
-Yo... lo siento mucho- dije y en realidad no sabía porque me disculpaba-.
-¿El que sientes?-.
-No se si eres mi hija, estás angustiada por mi culpa-.
-Tenemos que resolver esto...- dijo ella-.
-¿Como?-.
-No lo se...-.
-Una prueba de paternidad-.
-Si...-.
-¿Vas a ir a verla?-.
-No... dios-.
-Mientras esto se resuelve yo... me voy-.
-¿donde?-.
-No se donde-.
-Te pagaré un hotel-.
-No quiero que me pagues nada-.
-Por favor Paula- dije dándole mi tarjeta de crédito-.
-Gracias...- tomó la tarjeta y se vistió rapidamente-.
Esto no podía ser verdad... no podía serlo.
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