Juegos Del Destino (+18)

Autor: Bella_Paula.Swan
Género: Romance
Fecha Creación: 12/11/2012
Fecha Actualización: 26/11/2012
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 16
Visitas: 56151
Capítulos: 34

Dos personas que se amaban separadas por los perjuicios sociales y dos pequeñas que crecerían sin el cariño de uno de sus padres, pero por juegos del destino diecisiete años después Isabella Marie Swan y Vanessa Dwyer se encontrarían justamente en Jacksonville el lugar donde todo comenzó…

 

HOLA bueno este fic ojala les guste y me dejen un voto o comentario, ya lo habia subido pero por Cosas del destino me toco eliminarlo pero aqui voy otra vez ojala les guste a mi personalmente me gusto mucho...no me pertenece, pertenece a Tany Cullen yo solo le cambie unas cositas.

Pasen por mi otro fic Lazos de amor

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Capítulo 24: LO QUE PASA EN LAS VEGAS

BELLA POV

Sentir los labios de Edward sobre los míos fue como volver a la vida, como si estuviera perdida en el desierto y sus labios fueran un manantial de agua fresca, había soñado tantas veces con volver a sentir sus besos, sus caricias, su cercanía y ahora esos sueños se volvían realidad. Nos separamos cuando la falta de oxigeno se hizo presente, ambos jadeábamos en busca de aire pues nos habíamos quedado sin aliento a causa de la intensidad de nuestro beso, a pesar de que la habitación era sólo iluminada por la escasa luz de la lámpara, que estaba sobre la mesita de noche, podía ver sus ojos oscurecidos por el deseo lo cual me provocó un cosquilleo en el vientre.

-Bella yo...-lo callé poniendo mi dedo índice en sus labios, no quería que arruinara el momento con sus palabras.

-No digas nada Edward, por favor.-le pedí en un susurro.

Él hizo lo que le pedí, no dijo nada sólo volvió a unir nuestros labios en un beso apasionado. Sus brazos se ciñeron en mi cintura pegándome más a su cuerpo y solté un gemido, que murió en sus labios, al sentir su erección presionar en mi vientre, nuestras lenguas se encontraron en una deliciosa y excitante danza explorando hasta el más recóndito lugar de nuestras bocas, pero por desgracia somos humanos y la necesidad de respirar nos hizo separar de nuevo, pero esta vez los labios de Edward bajaron a mi cuello donde dejó húmedos besos a su antojo y yo no pude hacer más que echar mi cabeza hacia atrás dándole un mayor acceso.

Sus manos bajaron lentamente hasta mi trasero impulsándome para que enrollara mis piernas en su cintura, lo que provocó que mi vestido se subiera prácticamente hasta mis caderas. Nuestros labios se volvieron a unir y mis manos subieron hasta su cabello enredando mis dedos en sus suaves hebras cobrizas, sin dejar de besarnos Edward caminó hasta la cama, donde me recostó con delicadeza. Rompió nuestro beso y sin dejar de mirarme a los ojos una de sus manos fue hasta el cierre de mi vestido y lo bajó, lentamente deslizó el vestido fuera de mi cuerpo, rozando con sus dedos la piel que iba quedando expuesta.

Edward recorrió mi cuerpo, que ahora era sólo cubierto por un juego de lencería de encaje color rojo, con su mirada y soltó un bajo gruñido, nota mental agradecer a mi hermana y a mis amigas por haberme obligado a comprar este tipo de ropa interior.

-No tienes una idea de lo que provocas en mí, Bella Swan.-me dijo con voz ronca atacando de nuevo mi cuello.

Con un ágil movimiento desabrochó mi sujetador y se deshizo de la prenda dejando mis pechos expuestos ante él, sus labios abandonaron mi cuello bajando hasta tomar uno de mis pezones y comenzó a jugar con él mientras con su mano acariciaba mi otro pecho. Mis gemidos a cada segundo que pasaba se volvían más y más altos, su mano abandonó mi pecho y bajó acariciando mi abdomen hasta colarse bajo mis bragas, logrando arrancarme un grito de placer cuando acarició mi clítoris. Sus caricias en mi intimidad comenzaron lentas y después se volvieron más rápidas, mis manos se aferraron al edredón de la cama con fuerza cuando comencé a sentir la proximidad de mi orgasmo, pero Edward de pronto se detuvo.

-Edward no te...-mi protesta fue acallada por sus labios.

Me besó hasta dejarme sin aliento, y después bajó dejando un camino de besos húmedos hasta encontrarse con la cinta de mis bragas, de las cuales se deshizo en un abrir y cerrar de ojos. Separó con suavidad mis piernas y al sentir sus labios en mi intimidad creí morir, sin embargo cuando dos de sus dedos se adentraron en mí morí, literalmente, de placer. El trabajo de sus dedos y sus labios en conjunto era malditamente maravilloso, tanto que no tarde demasiado en explotar y mi cuerpo entero vibró por la intensidad de mi orgasmo.

-Me encanta tu sabor.-susurró antes de besarme dejándome probar mi sabor en sus labios.

-Edward... quiero sentirte... dentro de mí.-le dije jadeando en busca de aire y él me sonrió de lado.

Besó suavemente mis labios y se levantó de la cama, fue hasta entonces que me di cuenta de que aún estaba completamente vestido. Con movimientos lentos y extremadamente sensuales se comenzó a desvestir, mi excitación aumentó a tal grado que estuve a punto de correrme tan sólo con verlo quitarse la ropa, Edward volvió a la cama y se posicionó entre mis piernas rozando su miembro con mi sexo y los dos gemimos ante el contacto.

-Edward hazlo.-le urgí completamente desesperada por sentirlo.

Sin dejar de vernos a los ojos, Edward entró en mí de un sólo embiste y ambos gemimos alto. Sus embestidas comenzaron lentas pero pronto nuestros cuerpos demandaron por más, obligándolo a aumentar el ritmo de sus embistes, nuestros gemidos y jadeos inundaban la habitación, espero que las paredes sean lo suficientemente gruesas, de lo contrario, los ocupantes de la habitación contigua terminarían quejándose por nuestra sinfonía de gemidos. Estaba cerca, muy cerca del clímax y no creía aguantar mucho más, y mi cuerpo entero se retorció de placer cuando sentí los indicios de mi orgasmo.

-No tienes una idea... de cuantas veces soñé... con sentir tu cuerpo retorcerse de placer... bajo el mío.-me dijo entre jadeos aumentando más el ritmo de sus embistes.

-¡Dios! Edward no voy a aguantar mucho más.-medio grité clavando mis uñas en su espalda.

Bastaron un par de embestidas más para que ambos llegáramos al mismo tiempo gritando el nombre del otro. Edward se desplomó sobre mí exhausto, y yo acariciaba su cabello húmedo por el sudor, mientras recuperábamos el aliento. Unos minutos después nuestras posiciones fueron invertidas, apoyé mis manos en su pecho y en mis manos apoyé mi barbilla, de tal manera que nos mirábamos cara a cara, estuvimos sumergidos en silencio por un largo momento, tal vez las palabras sobraban o tal vez ninguno de los dos sabía que decir, Edward acarició mi mejilla y me regaló una de sus sonrisas torcidas que me aceleraban el corazón.

-¿Qué va a pasar con nosotros ahora?-me aventuré a preguntar y me estrechó más fuerte entre sus brazos.

-Pues, no estoy dispuesto a perderte otra vez. Así que Isabella Swan si quieres escapar de mí otra vez, no te la voy a poner nada fácil.-solté una risita y escondí mi cara en el hueco de su cuello.

-No tenía planeado escapar esta vez.-le dije y un bostezo involuntario abandonó mis labios.

-Descansa amor, mañana podemos charlar todo lo que quieras.-besó el tope de mi cabeza y me deje llevar a los brazos de Morfeo, en los brazos del amor de mi vida.

Me estiré en la cama, mis ojos se abrieron y me incorporé de golpe al no sentir a Edward junto a mí, y de no ser que me encontraba completamente desnuda, juraría que todo lo que había pasado la noche anterior había sido sólo uno más de mis sueño. Salí de la cama y enrollé una sabana en mi cuerpo, caminé hasta el baño y llamé un par de veces, esperando que él estuviera allí dentro.

-¿Edward? ¿Estás allí amor?-al no obtener respuesta abrí la puerta sólo para encontrarme con que no había nadie dentro-. ¿Dónde te metiste Edward?

Regresé a la cama y me senté en el borde, mi cabeza era todo un lío y se comenzaron a formar cientos de teorías. ¿Esta era una forma de vengarse? Hacerme el amor y después desaparecer, no, de seguro Rosalie o Alice le llamaron y por eso tuvo que irse, y como yo estaba dormida no quiso despertarme, sí eso fue lo que pasó, de seguro después vendrá a buscarme.

Me duché y me vestí con una falda de jean y un top azul claro, sequé mi cabello y lo recogí en una coleta desordenada, dejando unos mechones sueltos. Me calcé unas bailarinas y salí de la habitación, bajé hasta el restaurante del hotel y me encaminé hasta la mesa donde estaban mi hermana y mis amigos.

-Buenos días hermanita, se te pegaron las sabanas hoy.-me senté ignorando el comentario de mi hermana.

-¿Qué te pasa Bella?-me preguntó Garrett que estaba sentado a mi derecha.

-Nada, es sólo que no dormí muy bien anoche.-respondí tratando de sonreír.

-Ya nos contaras como te fue en la cena con Edward, estoy segura de que algo pasó que no te dejo dormir.-me dijo María en susurros, sólo ella e Irina sabían que Edward estaba aquí, que lo había visto y que habíamos quedado para cenar.

Desayunamos tranquilamente y después salimos todos juntos a hacer un poco de turismo, aunque gracias a Emmett pero sobre todo a Irina, estuvimos a punto de conocer hasta la cárcel de Las Vegas. Resulta que Emmett se quedó embobado viendo a una chica que, para ser sincera, estaba vestida de una manera muy... sugerente, el acompañante de la chica le reclamó a Emm y súper Irina entró al rescate diciendo, y citó textualmente sus palabras: "La culpa la tiene esta zorra por andar vestida de esa forma, si fuera una mujer decente no saldría así a la calle, es una exhibicionista". Obvio después de eso ella se ofendió y armó tal escándalo que la policía no tardo mucho en llegar al lugar, un oficial muy amablemente le pidió a Irina que dejara de ofender a la "señorita" lo cual enfureció más a nuestra amiga, y de no ser que Garrett la sujeto por la cintura, se abalanza contra el oficial y lo agarra a golpes.

Afortunadamente y después de cientos de disculpas por nuestra parte, el oficial nos dejó marchar, con la advertencia de que no hubiese una próxima vez o de lo contrario terminaríamos todos tras las rejas. Regresamos al hotel ya entrada la tarde, pregunté en recepción si alguien me había buscado o llamado pero nada, desanimada subí a mi habitación y me quedé allí por el resto de la tarde y por la noche no salí ni a cenar.

Los siguientes dos días me la pasé encerrada en mi habitación, no tenía ánimo para salir. A los chicos les dije que algo me había caído mal y no estaba muy bien de salud, a pesar de que era pésima mintiendo me creyeron ya que mi aspecto hacia más creíble mi mentira, pero la verdad era que si estaba así era por culpa de Edward y su desaparición después de aquella noche. Hoy era nuestra última noche en Las Vegas, gracias a Dios, y las chicas habían hecho planes sólo para nosotras pero yo me negué, una negativa que no estaban dispuestas a aceptar.

-Vamos Bells, es nuestra última noche en Las Vegas.-me dijo por milésima vez Nessie.

-No tengo ánimo para salir.-susurré abrazando más fuerte la almohada que tenía entre mis brazos.

-¿Qué fue lo que pasó con él?-me preguntó María remarcando la palabra él.

-¿Quién es él?-ahora quien preguntó fue una confundida Ángela.

-El día que María, Irina y yo nos perdimos nos encontramos con Alice, Rosalie y... Edward.-comencé a contarles y me incorporé sentándome en la cama-. Fueron ellos quienes nos ayudaron a regresar al hotel, le dije a Edward que necesitaba hablar con él y me invitó a cenar.

-Ahora entiendo porque has estado así.-me dijo Nessie sentándose a mi lado y apoyé mi cabeza en su hombro.

-Fuimos a cenar y cuando saqué a colación el tema de lo que pasó hace años, me dijo que eso ya era pasado y que podríamos tratar de ser amigos. Me enfadé con él y me regresé aquí al hotel, no podía creer que él quisiera que fuéramos amigos yo no podía ser sólo su amiga, lloré hasta que alguien llamó a la puerta y cuando abrí me encontré con Edward frente a mí.-en este punto del relato yo ya estaba llorando y Nessie frotaba suavemente mi espalda para que me calmara-. Ambos nos reprochamos cosas, después me abrazó para consolarme, ya que yo no dejaba de llorar, de pronto él me besó y una cosa llevo a la otra y...

-¿Y? ¿Pasaron la noche juntos?-preguntó Irina curiosa y yo asentí.

-¡Ahh! Eso quiere decir que ya se arreglaron ¿cierto?, y si es así deberías estar feliz no toda acongojada.-me dijo Ángela y yo lloré aún más fuerte.

-Él... desapareció se fue... sin de... decirme siquiera ad... adiós.-dije entre hipos y sollozos.

Las chicas maldijeron por lo bajo, me consolaron y trataron de que me tranquilizara, después de muchas lágrimas y lamentos de mi parte, Nessie se levantó de la cama.

-Escúchame bien Isabella, te vas a levantar de esa cama y vas a ducharte en este mismo instante, porque te vienes con nosotras. No vas a seguir lamentándote por ese idiota.-me dijo, o mejor dicho, me ordenó Nessie.

Entre las cuatro, literalmente, me arrastraron hasta el baño y me metieron bajo la ducha con todo y ropa, así que no me quedo de otra más que ducharme. Salí del baño con una toalla enrollada en mi cuerpo y sobre mi cama me encontré con la ropa que las chicas y mi hermana habían elegido para mí y una nota que decía: "En media hora pasaremos por ti, y más te vale estar lista porque de lo contrario te vienes con nosotras así estés desnuda ¿ok?" Suspiré resignada y me cambié, habían elegido para mí unos jeans tubo color blanco, una blusa tipo halter color violeta y unos zapatos negros de tacón alto, que lo más seguro me causarían algún problema esta noche. Mi cabello lo dejé suelto y completamente lacio, a penas y me maquillé un poco y ya estaba lista.

Las chicas llegaron por mí y decidí olvidarme de Edward y pasarlo bien, fuera del hotel nos estaba esperando una limusina de color blanco y las cinco nos montamos. María descorchó una botella de champan y nos dio una copa a cada una, en cuestión de minutos, entre risas y bromas, la botella ya estaba vacía, llegamos un club y entramos. Fuimos hasta una mesa y un mesero no tardó mucho en venir a atendernos, pedimos una ronda de margaritas, a la cual le siguió otra y otra.

No estábamos ebrias, sólo estábamos muy alegres, bailamos varias canciones entre nosotras al centro de la pista de baile ganándonos más de una mirada lujuriosa de algún tipo que habíamos rechazado esta noche. Ya pasaba de media noche cuando salimos del club, íbamos apoyándonos las unas en las otras para no caernos y nos reinamos hasta por el volar de una mosca, una vez dentro de la limusina Irina descorchó otra botella de champan la cual no nos duró mucho. En la entrada del hotel nos encontramos con los chicos, que al igual que nosotras estaban muy alegres, Ángela y Nessie en cuanto vieron a sus respectivas parejas se lanzaron sobre ellos y se fundieron en un apasionado beso.

-¡Chicas este loco me acaba de pedir que me case con él ahora mismo y... acepté!-chilló Ángela colgada al cuello de Alec.

Todos nos montamos de vuelta en la limusina y fuimos en busca de una capilla donde se casaran ese par.

Mi cabeza punzaba horriblemente, abrí los ojos y la luz del sol me cegó, parpadeé un par de veces hasta que me acostumbre a la luz, sólo para encontrarme con que no estaba en mi habitación, desesperaba me descubrí y un suspiro de alivio salió de mis labios al comprobar que al menos no estaba desnuda, pero si estaba acompañada por... ¿Garrett? Algo en mi mano izquierda llamó mi atención y... ¡Dios que hice!...

Capítulo 23: LAS VEGAS Capítulo 25: SE QUEDA EN LAS VEGAS

 
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