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Al traspasar la puerta de la gran casa de cristal, Alice inmediatamente me volteo a ver con una mirada fulminante. Esto era malo, y si fuera necesario, usaría de nuevo mi don para hacerla olvidar esto.
- ¿Qué sucede? –apreté instintivamente la mano de Jacob, y trague saliva.
- Mira, Renesmee –esto ya se volvía grande, me había llamado por mi verdadero nombre-, está bien, te pase lo de tus regalos, y por la criatura gentil que soy, lo pospuse para que los abrieras hoy. Pero –parecía que sus ojos pudiesen salir lágrimas de enojo, ¿Qué había hecho ahora? Voltee a ver a mi papá, y éste parecía que contenía una gran risa, tanto que se puso la mano en la boca…esto no sería bueno-, ¿ESOS PANTS? –mi posición tiesa se relajo completamente, y escuche como una leve risa de Emmett y Edward salía.
- ¿Qué tienen mis pants de malo? –dije algo ofendida por ese comentario, como si hubiera cometido un asesinato o algo parecido.
- Pues, técnicamente cometiste uno grande –dijo Edward.
- Veté a cambiar, Nessie.
- ¡Me gustan estos pants, Alice!
- Ya decía yo, que aunque te gustara la buena ropa e ir de compras conmigo, tenías que heredar la terquedad de tu madre ante el apego a la ropa…vieja –la última palabra la dijo como con un poco de asco, ¿Esto era un chiste, cierto?
- No lo creo –respondió de nuevo a mi pregunta interna mi papá.
- ¡Dime de la parte que me estoy perdiendo de la conversación, Nessie! –se quejó Jake.
- Que no puedo creer que por esto Alice lance chispas por los ojos –trate de comprimir una risa cuando hablaba, y Jacob a comparación no la logro contener, y exploto en carcajadas.
- Ahora mismo me entregas esos…feos pants, por favor –seguía Alice ofendida.
- No. Me gustan, no me los pondré si quieres en tu presencia, pero no los tirare. Solo me los eh puesto 3 veces…-mi voz desapareció en un susurro al ver como su rostro reflejaba bastante horror.
- ¿3? ¿Repetiste…eso? –lentamente me fui alejando de las escaleras para echar a correr-. Entonces…te los tendré que quitar –y corrió para atraparme, cuando al mismo tiempo yo me solté de la mano de Jacob, y ya me encontraba en la cocina.
- ¡No! ¡Me gustan! –todo mundo rompió a risas cuando vieron la torpe discusión que ocasionaba mi tormento a que esta ropa se fuera de mi lado.
- No voy a decirlo de nuevo, o me das esos pants por las buenas, ó tendrá que ser por las malas –hablaba entre dientes.
- No te los daré –dije con una sonrisa.
- Veo que ya decidiste –y nuevamente se lanzó hacía a mí, con tal agilidad que casi me logra atrapar
Crucé toda la sala, y volví al lugar donde principalmente estaba con Jacob. Me subí a su espalda como cuando era pequeña, y me trepaba a su lomo. Y este dio una sonrisa al haber recordado el mismo momento.
- ¿Así que acaba de aparecer tu perro guardián? –inquirió irónicamente.
- Más bien un gran lobo dispuesto a defenderme si así fuera necesario –le corregí regresándole la misma sonrisa que ella había dado.
- Y así será, mi pequeña traviesa –contesto Jake, y le di un beso en la mejilla. Vi como Edward daba un pequeño gruñido de disgusto.
- Pero, da la casualidad que yo tampoco estoy sola –me retó Alice, que volteo a ver a Jasper.
¡Oh, no! Esto no sería nada bueno, ya sé perfectamente lo que va a hacer. No me quedare a sentir esa oleada de culpa que me mandara Jasper.
- “¡Corre, Jake!” –le transmití mis pensamientos, y antes de que pudiera terminar de pensar su nombre, éste salió disparado de la casa a tal velocidad que me tuve que aferrar fuertemente a su pecho.
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