Un Amor En 1920

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 12/08/2010
Fecha Actualización: 12/09/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 43
Visitas: 46626
Capítulos: 27

En la epoca de 1920 las mujeres eran obligadas a casarse, aunque no existiese el amor. ¿Como sera la vida de Bella una adolecente de alta sociedad , cuando se enamore de un campesino hijo de su nana, Edward Cullen? ¿Que hara su padre para separarlos?

Hola chicas aca les traigo una nueva historia otra q me encanto y la queria compartir con ustedes, la autora es LOkiicita Cullen. Esperoq les guste y la voten y comenten.

Terminada

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 22: -"Renee"-

Edward se encontraba sumamente abatido mientras veía como la impulsora de su vida, la razón de su ser se desvanecía en sus brazos, abatido al ver como la luz de sus ojos se desvanecía junto con todos los sueños, ilusiones y esperanzas pero mayor aún era las razones que la llevaron ante tal decisión -¿Por qué?- Era lo que se repetía una y otra vez, pero sabia que por el momento aquella respuesta no podía ser contestada y aún más, solo estaba perdiendo tiempo valioso para salvar a su ángel, Edward miro al cielo al comprender su raciocinio –Si ella es un ángel, pero ella es una ángel terrenal, así que aún no merece que te la lleves- dijo al cielo implorando por una oportunidad, rogando por si vida y cambiando incluso la de él por la de ella si fuera necesario –por favor- imploro con lagrimas en los ojos. Edward bajo corriendo las escaleras de dos en dos y al llegar a la habitación donde se celebraba lo que para él representaba su funeral personal, corrió en busca de Charles quien lo miraba extrañado de verlo tan descompuesto, tan lúgubre pero sobre todo el pánico.

-Señor venga conmigo por favor ¡pero ya!- le dijo Edward en un fatal intento de sonar calmado, Charles corrió detrás de él y juntos llegaron hasta la habitación de Bella. Charles al llegar a la habitación de ella y verla ahí yacida sumamente pálida y claramente con la vida pendiendo en un hilo.

-¿Qué a sucedido aquí?- pregunto pálido y aterrado al recordar una escena similar ocurrida hace tantos años atrás.

-Señor con todo respeto pero creo que eso es tema para después, ahora hay que llevar Bella al hospital- le dijo Edward quien estaba al lado de ella tomándole el pulso para comprobar que aún seguía con él –¡Ahora!- grito enérgico y ante tal énfasis Charles reacciono corriendo a la planta baja para pedir a su cochero que tuviese el auto listo en un minuto, así todo dispuesto Edward tomo en brazos a Bella y bajo lo más rápido posible con ella para llevarla al auto que a los pocos minutos, debido a la gran velocidad que le permitía el vehiculo, llegaron al hospital.

Edward con sumo cuidado cargo de ella hasta la camilla que esperaba por ella en la entrada principal de emergencias, fue cuando llegaron los doctores y todos corrieron adentrándose al hospital, todos claro esta excepto Edward, quien solo presenciaba como se llevaban a su razón de existir.

Pero -¿Qué podía hacer?- se preguntaba, en su debate interno –Charles mira resulta que tu hija es el amor de mi vida y necesito saber como esta- dijo en voz alta a nadie en particular – ¿Suegro me dejaría verla?- volvió a preguntar, pero cada pregunta que se formulaba tanto interna como externamente cada una sonaba más aberrante que la anterior.

-Te prometo que lo único que quiero es llegar a mi casa y descansar- escucho que un medico que le decía al compañero de al lado –Sacarme esta bata que me recuerda lo pesado del día- le decía y fue cuando Edward pensó en la posibilidad

-¿Crees que funcione?- pregunto bajito mirando al cielo –Por una vez en la vida échame una mano por favor- imploro y se encamino detrás de aquellos doctores que llegaron pronto a los estacionamientos, cada uno a su respectivo auto, el que escucho hablar se saco su bata y su estetoscopio y los dejo en el asiento del copiloto y se encamino al auto de su amigo unos metros más allá para despedirse, Edward aprovecho esos segundos para abrir la puerta suavemente y sacar los objetos –solo lo tomare prestado, prometo devolvérselo a…- leyó el membrete de la placa que estaba enganchada en el bolsillo superior de la bata –Al Dr. Jenks del área de obstetricia- y salio pitando del lugar, cuando ya estaba lo suficientemente lejos se coloco la bata y el estetoscopio sobre sus hombros, se peino un poco y entro al hospital. Era todo tan extraño para él, partiendo primero por que el guardia del hospital lo saludo casi con una venia, luego están los pacientes que se veían de un estrato social elevado lo miraban como quien mira un Dios o a la realeza, pero no perdió más tiempo en ello y fue directo hasta la recepción, leyó el nombre de la recepcionista para no parecer perdido "Jessica Stanley" rezaba su membrete.

-Buenas tardes Jessica- le dijo con voz seductora y confiada, la pobre muchacha quedo hipnotizada con la belleza y encanto de Edward que ni se percato del hecho de que nunca lo había visto por esos lados.

-Buenas tardes Dr. ¿en que puedo servirle?- le pregunto seductoramente y Edward sonrío al percatarse que había funcionado lo que pensó que seria una mera estupidez.

-Me podría decir acerca la paciente Isabella Swan, acaba de ser internada de urgencia- le pregunto despreocupadamente, la recepcionista levanto el auricular del teléfono y tecleo un par de anexos para preguntar por aquella paciente, pero jamás dejo de ver los hermosos verdes de aquel Dr. Que no dejaba de sonreírle picadamente, tras unos breves minutos en que la chica hablaba con uno que otro doctor acerca de Bella, finalmente colgó para mirarlo fijamente.

-Sabe, en un rato más salgo ¿quizás podríamos…?- iba a invitarlo a salir, pero Edward ya estaba comenzándose a impacientar por no saber nada acerca de su amada.

-Jessica en otro momento, ¿podrías decirme acerca de la paciente?- le pregunto algo exasperado.

-La chica llego con una sobredosis de alguna especie de calmantes musculares, acaba de ser desintoxicada por lo que se encuentra en recuperación- le informo.

-¿Qué habitación es esa?- pregunto Edward un poco más ansioso.

-Dr. Solo pueden entrar los doctores a cargo del caso, no creo que pueda…- nuevamente Edward no dejo terminarla.

-Verás ella es la pareja de mi hermano menor, me pidió que la viera para saber como esta ¿por favor podrías ayudarme?- le pregunto él, mientras acompañaba a su seductora voz con su mirada y sonrisa hechizante.

-Podrían despedirme por ello- le dijo tímidamente, Edward no dejaba de mirarla y batir sus pestañas a manera de seducción y aunque el creía que eso era absurdo e irrisorio, funciono –Esta bien, mire esta en el tercer piso, al llegar estará cuidando el lugar un señor llamado Henry, desde aquí le avisare que lo puede dejar pasar, solo serán unos minutos por favor- le dijo con una enorme sonrisa, Edward se inclino por encima del mostrador y le beso la mejilla a manera de agradecimiento, la chica con este simple gesto quedo en las nubes por varios minutos, esos mismos minutos en los que Edward corría escaleras arriba, lo suficientemente ansioso como para no esperar el elevador. El guardia simplemente al verlo supo que era él el doctor que debía dejar pasar por petición de su amiga, le informo que era la puerta al final del pasillo. Edward asintió en agradecimiento y paso por su lado muy calmado hasta que se perdió tras las puertas y en ese instante corrió hasta la última habitación, abrió la puerta lentamente temiendo con lo que podría encontrarse. Ahí ante sus ojos más pálida de lo normal, con sombras bajo sus ojos y conectada a varias maquinas, algunas que llegaban a sus venas con agujas y una larga manguera sobre su rostro que le entregaba oxigeno, respiró pesadamente.

-Amor ¿Cómo es que estas en esta situación?- le pregunto dulcemente tomando su mano libre y se la llevo a los labios para besarla -¿Qué puede ser tan grave para que quieras acabar con tu vida? Yo prometo no interferir más en ella- se acerco para besar su frente y en esa misma posición le dijo –prometo dejarte en paz, yo seré feliz mientras tu lo seas y si tu felicidad esta junto a tu novio que así sea- se separo unos centímetros para acariciar su rostro cuando vio que de su mejilla una solitaria y pequeña lagrima brillaba mientras se deslizaba mejilla abajo. Edward se aparto asustado -¿Amor me escuchas?- le pregunto entre feliz de pensar que ella podía oírlo pero a la vez se sentía mal de saber que ella lloraba, desecho ambas ideas y pensó en la posibilidad de que simplemente fuera una reacción de su inerte cuerpo –Despierta amor, te extraño, extraño la luz de tus ojos, el brillo de tu sonrisa, tu risa melodiosa, por favor quédate conmigo o al menos aquí…- Edward sostenía la mano de Bella y reposaba su frente sobre su pecho cuando escucho voces proveniente desde el exterior, se tensó al percibir que los pasos se dirigían precisamente a esa habitación –Te amo- le dijo antes de besar sus labios y esconderse en el pequeño closet que estaba detrás de la puerta de entrada.

-Señor le dije que no podía…- escuchó decir al guardia del pasillo, comprobando que aquel doctor aún estuviese ahí, pero al percatarse que la habitación estaba vacía simplemente se callo –Los dejo señores, el doctor encargado debe estar por llegar- y acto seguido se escuchó la puerta cerrarse.

-Charles ¿como es que ella esta en esta situación? No logro comprender- Edward escucho aquella inconfundible voz, de aquel hombre que sin conocer se había convertido en su peor rival, aquel que tenia la osadía de llamar a su Bella "mi prometida" pero lamentablemente y en contra de todas sus fuerzas así era, así precisamente era por decisión de su mismo ángel.

-Alec se lo mismo que tú, Edward la encontró en su habitación y al parecer él sabe lo mismo que nosotros- le contesto.

-¿Y que diablos hacia ese tal Edward en la habitación de Isabella?- le pregunto con una nota marcada de reproche, pero aquella pregunta quedo en el aire cuando solo se escucho un leve susurro proveniente de los labios de Bella, su padre y Alec se acercaron rápidamente a ella, mientras a Edward el corazón le saltaba de alegría de saber que su amada estaba reaccionando.

-Amor aquí estoy- le dijo su padre.

-Aquí estamos- remarco Alec molesto.

-Si, si- dijo su padre suficientemente bajo para que quedara solo para él -Isabella, cariño ¿me oyes?- le pregunto su padre.

-N…no…me…dej…Edw…-dijo débilmente Bella, ninguno de los dos hombres que estaban junto a ella comprendieron que era lo que quería decir, por el contrario el joven escondido tras aquellas puertas que se convirtieron en su mejor aliado entendió perfectamente el "No me dejes Edward" e inevitablemente la alegría le baño el cuerpo entregándole nuevas fuerzas, nuevas esperanzas y ganas de luchar.

-Estaré siempre a tu lado amor, cada vez que lo necesites- susurro bajito.

Al rato llego el medico de cabecera de la familia Swan, quien se encontraba a cargo del caso de Bella.

-Charles amigo mío ¿Cómo es posible que tu hija haya llegado con tal grado de sobredosis en su cuerpo?- le pregunto el doctor –Realmente llegaron a tiempo, si hubiesen llegado minutos después otra historia seria- le contó.

-Ni yo me lo explico, pero en estos momentos me preocupa su salud ¿Cómo esta? Y dime la verdad por muy dura que sea- le pregunto Charles.

-No sabría decirte amigo, ella esta bien físicamente, por mi le daría el alta mañana mismo para que descanse en su casa, es solo que es como si ella no quisiese despertar, su cuerpo esta débil desganado y sin fuerzas.

-¿Ella estará bien para fin de mes?- pregunto exaltado Alec, Edward estaba tan concentrado en las palabras del doctor acerca de la salud de Bella que había olvidado por completo a aquel fastidioso chico.

-Esperemos, desde ahora será solo decisión de ella- le respondió el doctor -¿Algo importante?- le pregunto curioso y Edward podía imaginar la sonrisa picara en su rostro.

-Claro, a fin de mes Isabella y yo contraeremos nupcias- le dijo orgulloso Alec, a Edward el corazón se le encogió y sintió el crujido de su ya maltratado músculo.

-OH pues felicitaciones muchacho, Isabella es una excelente jovencita, realmente te haz ganado el premio mayor- le dijo el doctor.

Finalmente Charles y Alec salieron de la habitación, Edward espero unos minutos y salio de su escondite, se acerco a ella beso su mano y suavemente sus labios –Juntos eternamente- le susurro en su boca y el holter conectado al corazón de Bella emitió un breve pitido. Edward sonrío y salio en contra su voluntad de la habitación, era peligroso seguir ahí, no debía seguir tentando a la suerte, se daba por pagado los breves momentos que estuvo con ella, saber que ella lo recordaba y saber que se recuperaría era suficiente por el momento.

Edward salio rápidamente por el pasillo, el guardia lo me miro con confusión pero él no espero a que la hiciera evidente en voz alta y se limitó a salir de ahí, tomó el elevador para llegar a la primera planta, cruzo el pasillo y cuando iba a doblar por el último para llegar a la puerta de salida escuchó una voz insistente llamar, no le prestó atención pues no conocía a quien llamaban, se sobresalte cuando sintió que alguien aprisionada su brazo.

-Dr. Jenks llevaba rato llamándolo- le dijo la recepcionista que lo había ayudado a colarse a la habitación de Bella.

-¿Ah?- Edward la miraba con cara de no entender.

-Dr. Se que es su hora de salida, de hecho sus colegas pensaron que se había ido pero cuando les comunique que aún andaba por el hospital me pidieron que los fuera a ver a la sala de maternidad, al parecer lo necesita urgente- le soltó Jessica, Edward la miro con horror al imaginarse él entrando a una sala de parto o algo por el estilo, simplemente se limito a asentir y dejarse guiar por Jessica hasta elevador.

Cuando el elevador se detuvo cuatro pisos más arriba pudo salir de su ensimismamiento y salio del elevador antes de tener que llegar a alguna habitación donde se supone debería de llegar el verdadero Dr. Jenks, fue hasta uno de los baños para pacientes más cercanos y se saco la bata y el estetoscopio, lo dejo sobre la taza del inodoro y salio de ahí, con mucha destreza pudo llegar al primer piso sin ser descubierto por algún guardia, doctor, enfermera o alguien que reconociera que no era parte del personal, sin contar que no parecía alguna especie de paciente o familiar de ellos ya que todos en el lugar tenían esa apariencia arrogante, por suerte y agradeciendo la ayuda divina, Jessica estaba ocupada con una señora que se veía bastante alterada, lo que la mantenía con la atención puesta cien por ciento en ella, Edward aprovecho esos recovecos para poder salir sin ser identificado como un usurpador.

(BPOV)

Empezamos a morir desde el mismo momento en que nacemos, y sin embargo, nos empeñamos en imaginarnos eternos, en creernos inmortales, en cubrir incesantemente nuestros ojos ante el intenso brillo de la guadaña.

Una imagen vino a mi mente, la última imagen registrada…Edward y sentí mis ojos humedecerse con el recuerdo.

-No me dejes Edward- pedí al aire, como si con manifestarlo en voz alta, esto pudiese ser real.

Que ironías de la vida, la gente lucha por vivir, encontrar un sentido valioso para hacerlo día a día… y aquí me encuentro yo, intentando acabar con el regalo que se me dio al nacer, escapando de algún modo al dolor que se me ve nuevamente forzado a sufrir, evitando ver en aquellos ojos que tanto adoro el sufrimiento que le ocasiono «Él sufrirá más si te marchas, si te dejas vencer» escuche una voz.

-¿Quién esta ahí?- pregunte asustada.

«Ve con él Bella, lucha por tu propia felicidad» y fue cuando vi a mi madre, tan esplendida como la recordaba de antaño.

-¿Madre?- me acerque para abrazarla, pero ella retrocedió el doble de los míos.

«Aún no es tu turno, nunca haz sido una cobarde pequeña» me dijo con una sonrisa maternal, aquella sonrisa que tantas noches extrañe desde su partida.

-No se que hacer madre, te e extrañado tanto, ¿puedo irme contigo?- le pregunte esperanzada.

«Bella cariño, no te preocupes por mi, yo estoy bien, estoy cuidándote cada día, velando por tu felicidad y esa felicidad esta esperándote en casa» la imagen de mi madre cada vez se hacia menos nítida.

-No me dejes madre- le pedí con lagrimas en los ojos, ella me miraba con tristeza pero a la vez sus ojos brillaban con orgullo.

-Juntos Eternamente- escuche decir a una voz tan familiar y calida que me erizo la piel, mire a mi madre que me sonreía feliz, verdaderamente feliz.

«Ve hija, tu momento llegara pero ese no es ahora, ve y lucha en contra la adversidad, no repitas la historia» y así con sus palabras incrustadas en mi cabeza, en mi corazón y mi alma, mientras su imagen cada vez se desvanecía aún más –Te amo madre- le dije.

«Te amo hija, perdóname por no haber sido fuerte como tú» fue cuando comencé a sentir el peso de mi cuerpo, mi cuerpo adolorido y pesado, ¿por qué mi madre se disculpaba? Escuche unas voces claramente, eran muy diferentes a la que había escuchado momentos antes y eso me entristeció, el cuerpo lo tenia agarrotado por lo que no intente moverme para no sentir más dolor.

-¿Esto es lo que estas esperando? Charles- ¿Esme? ¿Desde cuando Esme le hablaba con tanta confianza a mi padre?

-No se de que hablas Esme- le dijo cortante, estaba ¿nervioso?

-Sabes de que hablo, Isabella es tan importante para mí como mis hijos y me duele verla así y tú sabes por que precisamente, ¿que acaso quieres que la historia se repita nuevamente?- Esme estaba molesta, nunca la había escuchado hablar así, su tono era duro y de cierta manera atemorizante, pero lo que más me llamo la atención era ¿de que hablaban? ¿Qué historia se repetiría?

-¡Cállate Esme!- le gruño mi padre –Esta prohibido hablar de eso en esta casa, el día que te contrate juraste no decírselo a nadie- le espeto mi padre.

-Se lo que prometo Charles y pienso cumplirlo, pero no por ti ni por mi palabra, sino por Bella, ella no es culpable de los errores de los padres, además se que si intentara hablar con ella tu me apartarías de su vida y eso no podría soportarlo- y su voz estaba sumamente triste –Aunque podríamos decir que en este caso si no haces algo, la historia será la misma, estuvo a punto de ser la misma- le dijo asustada

-¿Qué quieres que haga?- le pregunto mi padre molesto –Fue decisión de Isabella casarse con Alec Vulturi- conocía a mi padre y ese tono de voz lo usaba cuando quería sonar inocente –Yo no la obligue a nada- le dijo.

-No se que haya sucedido pero conozco a Bella y tuvieron que ser razones de peso para que haya decidido tomar esa absurda decisión- le critico Esme.

-¿Por qué hablas con tanta convicción de los hechos, Esme? ¿Es que acaso sabes algo más que yo no?- le pregunto mi padre, la tensión aumentaba cada vez más y sentía esa necesidad de despertar para proteger a Esme de la furia que se avecinaba de mi padre, pero necesitaba saber más –Se que Isabella no quiso casarse con Jacob Black por que al parecer gusta de otro hombre, no alcance a saber quien era ¿quizás tu lo sabes?- ¡hay Dios! Que no le diga nada Esme, por favor.

-Si fuera así ¿que? ¿Piensas mandar a matarlo como a Phil?- ¡¿QUÉ? ¿Mi padre mando a matar a un hombre? Imposible, Esme tiene que estar hablando de enojada que esta.

-Él se lo merecía- no puede ser, mi padre no lo esta negando –Eso le paso por meterse con una mujer casada, con mi mujer- ¿mamá tenia un amante? No esto no puede ser, quería llorar, quería correr, quería irme de ahí, quería volver a ese lugar de paz donde no había dolor.

-¿Y cuales fueron las consecuencias de ello?- le pregunto Esme.

-Renée debió de pensar en Isabella, fue una egoísta en pensar solo en ella y en ese muerto de hambre- le escupió prácticamente las palabras.

-¡Ella lo amaba Charles!, eso es lo que te cegó a cometer tales errores, ella amaba a Phil y tu jamás pudiste superarlo, sabias que ella no era feliz aquí y que solo vivía por su hija pero cuando le arrebataste su verdadero amor, ella no pudo resistirlo- la voz de Esme se quebró, pero yo estaba confundida ¿Cómo que no resistió? ¿Por ese motivo se acrecentó la enfermedad?

-Renée era muy débil de mente, si se suicido fue por sus propios remordimientos yo no tuve nada que ver- suficiente ¿mi madre se suicido por amor? no imposible, ella jamás me hubiese hecho algo así, no me hubiese dejado por ese motivo «no repitas la historia» «Te Amo hija, perdóname por no haber sido fuerte como tú » fue cuando recordé las palabras de mi madre.

-¿Cómo puedes decir algo así Charles, tu la orillaste a eso, ella no era feliz, tu sabes lo amiga que fuimos y sabia cada detalle de su vida, ella amaba a Bella pero no era feliz, era desdichada- Esme sonaba afectada realmente, sabia que tenia una buena relación con mi madre, pero ¿catalogarla como amigas?

-Tu eres igual que ella, meterte con un muerto de hambre- ¿Por qué insultas a Carlisle? Me sentía contrariada, sentía rabia, pena, alegría por saber que mi madre al fin era feliz, pena por que me dejo, eran muchas emociones y necesitaba sacarlas a flote, tenia que volver a la realidad.

-Y pague el precio por ello, pero jamás me e arrepentido aunque me haya costado alejarme de mi padre- OK ahora si que estaba perdida. Comencé a removerme para volver a la realidad, la realidad que enfrentare como mi madre debió de hacerlo, la realidad que yo enfrentare con su ayuda -¡NO REPETITE LA HISTORIA MADRE!- me grite internamente.

-¿Bella cariño?- escuche la voz de Esme, mientras sentía que me tomaba de la mano, abrí los ojos lentamente ya que la luz que se filtraba de entre las cortinas me impedía abrirlos con naturalidad.

-Hija ¿estas bien?- pregunto mi padre, quien se encontraba sosteniendo mi mano del otro lado opuesto a Esme, cuando lo vi a los ojos un sentimiento de odio broto desde el centro de mi pecho como jamás creí poder hacerlo, el aborrecimiento fue instantáneo y con brusquedad solté su mano, él me miro contrariado y segundos después miro a Esme con miedo en los ojos, por aquella mirada sabia que estaba pensando en la posibilidad de que haya escuchado toda la conversación.

-Iré por el Dr. Para que te revise hija- me comunico incorporándose, me iba a besar la frente pero esquive mi rostro mirando fijamente a Esme, quien no dejaba de mirarme con ternura, cuando me padre salio de la habitación aclare mi garganta para poder hablar con Esme.

-¿Qué sucede pequeña? Jamás te había visto esa mirada- me pregunto Esme, tenia que controlarme, no quería hacerla sentir mal, más que mal ella había hecho todo eso por mi, había soportado la vida aquí para permanecer a mi lado y eso se lo agradecería eternamente.

-Entiendo tus razones por que no me lo dijiste, pero esa promesa ahora es invalida pues al final lo supe por los labios de mi padre, ahora solo quiero saber la verdad completa- le dije calmadamente, pero sabia que las lagrimas finalmente cederían en un llanto desgarrador, la verdad al fin ante mis ojos y las emociones estaban a flor de piel.

-Lo imagine- dijo agachando su cabeza –Primero que todo debes entender que tu eras la luz de sus ojos, ella realmente te ama Bella eso jamás lo dudes- tomo nuevamente mi mano y tras darme un fuerte apretón en señal de apoyo.

-Yo conocía a tu madre desde la infancia, siempre fuimos muy amigas e íbamos juntas a todos lados, nuestros padres eran los mejore amigos- ¿mi abuelo dejaba que mi madre se relacionara con gente humilde? Tenia que preguntar.

-¿pero como? ¿Ella…tu?- Esme entendió mis dudas.

-Bella, yo así como tu también pude tener un titulo jerárquico, mi padre era Conde lo que me concedía a mi el rango de Condesa, pero lo deje cuando me enamore de Carlisle, deje todas aquellas comodidades por él- ¡asombro! Eso fue lo único que sentía, en sus ojos había pena al recordar aquello –Mi padre no soporto mi decisión pero al menos la acepto y me dejo vivir con ella, solo que él se olvido de mi, como si jamás e hubiese tenido- y una pequeña lagrima broto de sus ojos.

-¿Pero y Carlisle?- pregunte sin entender, iba a sentarme en la cama cuando un fuerte dolor en la cabeza me hizo tambalear.

-Quédate recostada cariño, sino no hay más historia- me dijo dulcemente, pero sus ojos seguían con esa pena –Carlisle no quería que dejara mi vida por él, pero no podía hacer nada, esa era mi decisión y tenia que respetarla- suspiro –Creo que hasta el día de hoy se siente culpable, como si por él yo me hubiese tenido que ver obligada a escoger, pero te aseguro que eso jamás sucedió, en el momento en que lo vi supe que él seria el padre de mis hijos- y esa sonrisa que tanto me gustaba en ella iluminó su rostro. El recuerdo de sus hijos fue lo que me hizo volver a la historia.

-¿Qué es de tu padre?- pregunte sin pensar, pero me arrepentí cuando vi como se estremecía –Disculpa no quise…

-No cariño o te preocupes. No lo e visto desde que me fui de la casa, creí haberlo visto el día que me case con Carlisle pero dudo que el haya querido verme en esa situación con él, hubo un rumor que se fue a Europa y que las guerrillas que tanto le apasionaban acabaron con su vida- y una pequeña lagrima salio de sus ojos, decidí cambiar de tema.

-¿Qué paso con mi madre?- pregunte finalmente, inspirando hondo para retener las lágrimas.

-Cuando naciste ella estaba sumamente feliz, eras la luz de sus ojos. Pero tu padre cambio, algo lo hizo estar diferente, tu madre creía que con la gente que comenzó a relacionarse estaban influyendo en él, nunca supo de quienes se trataba pero sabia que se debía a ello, luego tu padre consiguió el cargo de jefe de policía y como la espuma su reputación subió, lo que a tu madre le asustaba ya que veía en él algo diferente al tener tal poder.

-Pero Esme, mi madre también era Condesa ¿mi padre se beneficiaba de ello?- esa duda salto a mi cabeza de la nada.

-Claro que si, y mucho, ya que el poder recae más en el hombre que la mujer, tu madre intento renunciar a ese poder, pero tu padre se lo impidió ya que con ello renunciaba a la herencia de tus abuelos- con mi madre éramos tan parecidas en ciertos aspectos.

-¿Quién es Phil?- pregunte aquello que más temía

-Tu padre decidió enviar a tu madre a la casa del campo, y fue en ese lugar donde conoció a Phil, fue cuando nuevamente pudimos reunirnos después de tantos años que estuvimos separadas. Ella quedo hipnotizada de Phil, fue algo mutua y bueno ambos empezaron a tener una relación, tu madre se sentía muy a gusto con él porque él le entregaba todo aquello que tu padre una vez le dio, aquello que inexplicablemente dejo de entregarle. El resto ya lo sabes y no veo necesario tener que repetirlo, detalles desconozco- y se lo agradecí, era verdad ya sabia suficiente, suficiente tenia con que mi padre no lo haya negado.

-¿Dónde esta Edward?- pronunciar su nombre fue una descarga extraña en mi cuerpo.

-Esperándote- dijo con una enorme sonrisa –Él jamás a dejado de amarte pequeña, no te preocupes, no se cuales fueron tus razones para dejarlo, pero él estará bien, solo dale…- no la deje terminar.

-No Esme, no me alejare de él, ahora más que nunca luchare, aunque tenga que arrodillarme para que me perdona- le dije con un sonrisa –Lo haré por él, por mi madre y sobre todo por mi, por que lo amo más que a mi vida.

Y le conté lo sucedido que gatillo a que aceptara aquel compromiso, mientras en mi mente me repetia una y otra vez que estariamos juntos nuevamente, aunque me costara la vida, lucharia como lo hizo Esme.

Continuara...

Hola aca les dejo un nuevo capitulo aca se aclaron un par de cosas no aman a Edward. AVISO: faltan 3 capitulos para q esta historia termine.

les recomiendo MI FLOR DEL DESIERTO esta en la pagina 7 esta completa

Capítulo 21: -"Sacrificio"- Capítulo 23: -"Para Siempre...Por Toda La Eternidad"-

 
14958192 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11041 usuarios