Siento que alguien estira de mi, cuando abro los ojos veo a Carlisle, me está abrazando, como si de un peluche se tratase, acaricio su pelo y beso su mejilla, me gusta mucho dormir con él y no es que haya dormido cn muchas personas, más bien, no he dormido nunca con ningún hombre.

Tengo hambre, el día de no comer nada me está pasando factura así que me deshago de sus brazos y me pongo bien la bata, uso sus zapatos y abro la puerta con cuidado, bajo las escaleras muy despacio y me asomo al salón porque tengo esa sensación de que hay alguien aquí y no me equivoco, una mujer está desnuda en el sofá y Alice está de rodillas usando su lengua en su centro, me tapo la boca con las manos para no gritar y me voy corriendo escaleras arriba, abro la puerta de par en par de la habitación y Carlisle está despierto.

-¿Donde has ido?-.

-Yo... he bajado por algo de comer y... hay una mujer que está... con Alice-.

-¿Como?-.

Se levante de la cama.

-Espera aquí-.

Y es una orden. Asiento y espero hasta que regrese, pasan unos quince minutos y cuando viene está blanco.

-¿Que pasa?-.

-Era mi ex esposa, quería hablar conmigo-.

Arrugo la frente y lo miro fijamente.

-Al parecer está con Alice y... querían... compañía, no esperaban que esuvieses aquí y mucho menos en mi habitación-.

-Ah...-.

-Las he echado a las dos, Alice está despedida-.

-Vuelve a la cama- susurro y me meto de nuevo en la cama-.

Al principio me mira como si le huiese dicho que el derecho es el revés y luego me hace caso, se sienta en la cama y se mete conmigo bajo las mantas, me abraza y yo hago lo mismo, besa mi hombro y cierro los ojos.

-Tu ex... es muy guapa-.

-Siento que hayas tenido que ver eso-.

-La verdad es que se me han quitado las ganas de comer durante mucho tiempo-.

-Lo siento Jane-.

-No ha sido culpa tuya- susurré-.

-Intenta dormir ¿vale?-.

-¿Ellas no volverán?-.

-No-.

-Vale...-.

Intenté dormir y no me resultó difícil, dormir con él es placentero, me gusta.

La luz de la mañana me ciega así que abro un ojo y después el otro, estoy sola en la cama.

-Arriba Jane- la voz suave de Carlisle hace que desvíe la mirada hacia la derecha y allí está, listo y preparado, son las nueve y diez de la mañana- ¿te acuerdas que teníamos un viaje?-.

Asiento despacio y me estiro bajo el edredón nórdico de pluma de oca que decora su cama, sonrío y salgo de allí. Cierro las solapas de la bata y lo miro fijamente.

-¿A que hora tenemos que coger el avión?-.

-Próximamente en unas... tres horas, pero debemos llegar para facturar-.

-Ah... si-.

-Vamos Jane, querida-.

Me voy hacia mi habitación y empaqueto todas mis cosas, estoy nerviosa, nunca he ido a Florencia y dicen que es una ciudad bonita, no tardo mucho en ponerme un pantalón negro y una camiseta de color azul clara, unas botas y mi chaqueta negra reglamentaria, me hago una coleta alta y salgo de allí con mi maleta y mis apuntes metidos en una bolsa pequeña de viaje.

-¿Lista?- él arrastra una fina maleta negra de tapa dura... mierda hasta en esta situación me parece de lo más sexy y elegante-.

-Si- susurro- ¿te llevarás... tus juguetes?-.

Me sonrojo cuando veo que no para de reirse, es divertido verle reir.

-No necesito juguetes para ser un pervertido-.

Me guiña un ojo y baja las escaleras, coge mi maleta y me ayuda a bajarla también. Al salir una limusina negra nos espera y sospecho que él se ha levantado mucho antes que yo y me muero de vergüenza al pensar que he podido decir o hacer algo mientras él me estaba mirando dormir.

-¿Has salido antes de viaje a Florencia?-.

Niego y le sonrío como una niña a la que le acaban de dar un grán premio.

Niega con la cabeza y me acerca a su cuerpo, se me corta la respiración, su aliento acaricia mi rostro y me tiemblan de nuevo las piernas.

Acerca su boca a la mía y me está besando además de verdad, con unas ganas frenéticas.

-¿Alguna vez te han metido mano en un avión?- me susurra-.

Niego muy despacio perdida por el beso que me acaba de dar.

-Eso me congratula- me deja entrar primero a la limusina y entra él conmigo después... este viaje promete-.