PROMESAS CUMPLIDAS-TERMINADA

Autor: rake
Género: Romance
Fecha Creación: 12/12/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 86
Visitas: 146213
Capítulos: 56

TERMINADA

ES UNA ESPECIE DE 2ª PARTE DE:DESEOS PROHIBIDOS

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 5 VOTOS!!!

Un pecaminosamente futuro caballero ha llegado a Londres?y Bella casi se desmaya cuando se da cuenta de que se trata de Edward Cullen,transformado en un hombre magnífico.Ha regresado para reclamar su título?y para cumplir la promesa que una vez se hicieron dos jóvenes amantes bajo la luna,una escandalosa promesa que ninguna dama decente osaría cumplir.

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Capítulo 22: Disculpas

Como se había quedado sin cenar la noche anterior,Bella estaba muerta de hambre.Tras volver de casa de su prima,se dirigió al pequeño comedor donde se servía siempre el desayuno.Un lacayo le retiró la silla para que se sentara y Bella ocupó su sitio.Le sorprendió que sus padres aún no estuvieran allí.El periódico plegado de su padrastro seguía colocado junto a su mantelillo,por lo que supo que todavía no había bajado a desayunar.Se preguntó si a su madre le habría costado tanto conciliar el sueño como a ella,en cuyo caso tampoco su padrastro habría dormido mucho.

Se quedó mirando el plato,de pronto inapetente.Leah bromeaba al sugerirle que cumpliera la promesa que le había hecho a Edward,aunque debía reconocer que la idea la fascinaba.¿Y por qué no iba a cumplirla?Cuando se fuese de Inglaterra,comenzaría una vida nueva,igual que lo había hecho antes,al marcharse de Tejas.Sin saber por qué,la perspectiva de volver a empezar le produjo una leve punzada de tristeza.Leah tenía razón.No conocía bien a Edward,al menos no al que había aparecido de pronto el día anterior.Aunque hubiera venido a buscarla,no sabía con certeza si se habría ido con él.También lady Tanya tenía razón.¿Quién sabía qué influencias habría recibido durante todos aquellos años?

Sabía que el hermano de su padrastro y sus amigos habían tenido algo que ver en la clase de hombre en que Edward se había convertido.Eso era inevitable.Después de todo, había trabajado para ellos.Pero también lo habían hecho muchísimas otras personas.Pensar que lo conocía era una ingenuidad.

Levantó la mirada al oír pasos y vio que su madre y su padrastro entraban en la sala.Ninguno de los dos parecía descansado.Ninguno de ellos se dirigió a la mesita auxiliar.Su madre se sentó a su lado,su padrastro junto a su esposa,con actitud solidaria,como siempre.En todos los años que llevaban allí,Bella no recordaba ni un solo instante en que Quileaute no hubiera apoyado a su esposa en lo relativo a la educación de sus hijas.Se preguntaba si aprobaba que su madre hubiera intervenido la correspondencia entre dos jóvenes amantes.

—Has madrugado—comentó la mujer,para deshacer la tensión generada entre ambas la noche anterior.

—Tenía que encargarme de algunos asuntos.

Su madre asintió con la cabeza,como si supiera bien qué asuntos eran aquéllos,cuando,en realidad,no podía tener ni la más remota idea.Bella ya no compartía con ella todos sus problemas,sus preocupaciones y sus planes.

—Te debo una disculpa—suspiró la mujer.—Diez años de disculpas,de hecho.Pensé que hacía lo mejor.

—Madre,estoy segura de que llegará un día en que pueda perdonarte,pero por desgracia,ese día no es hoy.

—No espero que lo sea,Bella.Si pudiera deshacer...—se interrumpió.

Quileaute le cogió la mano que tenía sobre la mesa,apretada en un puño.Lo hizo con ternura y Bella vio el afecto que sentía por ambas reflejado en sus ojos amables.Esme asintió con la cabeza,como si el conde le hubiera transmitido sus pensamientos.

—Antes de que nos fuéramos de Tejas—empezó—,vendí la granja y puse todo el dinero en un fondo que tu padrastro ha estado guardando como un halcón todos estos años.Mi intención era darte tu parte el día en que te casaras,como último regalo de tu padre.He decidido dártelo antes,para que puedas mantenerte,al menos durante un tiempo,cuando vuelvas a Tejas.Carlisle se ha ofrecido a comprarte el pasaje.Podrías marcharte dentro de una semana.

Bella sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas.Le dolía ser testigo de lo mucho que a su madre le costaba dejarla marchar.Se le encogió el corazón al ver cuánto la querían los dos,no sólo ella.El conde siempre había sido muy bueno con ella y sabía que no habían sido sus palabras furiosas las que habían hecho cambiar de opinión a su madre,sino la influencia de su padrastro.Se secó las lágrimas con la servilleta de lino,casi incapaz de encontrar palabras para expresar su gratitud.Miró a Quileaute y dijo,con voz ronca:

—No imaginas lo mucho que tu generosidad significa para mí,lo mucho que ha significado siempre.Haré buen uso del legado de mi padre,pero aunque agradezco tu oferta de pagarme el pasaje,ya he hecho otros planes...

—No es necesario que trabajes más en esa tienda—la interrumpió su madre.

—Lo sé.Tengo previsto comunicarles esta misma mañana que me voy.He llegado a un acuerdo con Edward.Él me pagará el pasaje a cambio de que le enseñe lo que necesita saber.

Esme se quedó pasmada,Quileaute no se mostró tan sorprendido y Bella se preguntó qué habrían hablado él y Edward,cuando estaban solos en la biblioteca.

—Ya veo—dijo su madre al fin—Bueno...

—Sí,bueno—replicó Bella.—En cuanto pase por la tienda,tengo previsto reunirme con Edward en el parque.Hoy cenaremos en casa de Leah.Le pediré a Edward que me venga a buscar aquí,si no tenéis ninguna objeción.

—En absoluto—respondió su padrastro,antes de que su esposa pudiera decir nada.Se puso de pie,dio una palmada y añadió:—Ahora que está todo arreglado,a desayunar,que estoy muerto de hambre.

Y se dirigió a la mesa auxiliar.

Esme se miró las manos estropeadas.

—Me alegra que no te jugaras el cuello saltando por la ventana cuando vino a buscarte anoche.Imagino que esto no se convertirá en un ritual nocturno.

—Mamá,tienes que dejar que viva mi vida y cometa mis propios errores.

—Entonces,¿admites que es un error?

—Nunca lo sabré si sigues cortándome las alas.

La mujer parecía haberse quedado sin palabras,pero Bella no quería seguir hablando del asunto.

Un intenso aroma a rosas invadió la sala.Ambas se volvieron y vieron entrar al mayordomo seguido de dos lacayos con un enorme ramo de rosas cada uno,uno blanco y el otro amarillo.

—Milady—dijo Mike con una pequeña reverencia—,han llegado estas flores con instrucciones de que se entreguen las blancas a la señora de la casa y las amarillas a la mayor de sus hijas.

Al ofrecerles los ramos a Bella y a su madre,el mayordomo les dio también un sobre a cada una.En el suyo,Bella encontró una nota que decía:«Un poquito de Tejas».Enterró la nariz en el oloroso ramo,que debía de contener al menos dos docenas de rosas y miró a su madre de reojo.

—¿Qué dice tu nota?

—«Sin rencores».

Qué tejano y qué directo.

—Por si te interesa,me dijo que sólo había escrito una o dos frases en cada carta-dijo Bella.

Su madre carraspeó y se levantó de la mesa.

—Bueno,si sus palabras eran tan sinceras como éstas,con eso le habría bastado.Voy a encargarme de que las pongan en agua.

Salió de la habitación y Bella miró al extremo de la mesa donde su padrastro se había sentado en silencio,sin empezar a comer aún,

—No lo hizo con mala intención—le dijo en voz baja.

—Lo sé.—Todavía abrazada al ramo,se levantó y se dirigió hacia él,luego se inclinó y le dio un beso en la mejilla.—Te quiero,papá.

Edward había conseguido darle un poquito de Tejas dos veces.Mientras salía del comedor,se preguntó si esos poquitos de Tejas no habrían estado siempre allí y ella no había sido capaz de verlos.

Capítulo 21: Secretos compartidos Capítulo 23: Visita inesperada

 


 


 
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