3.22 Sin control
Maldita sea, ¿por qué había tenido que aparecer Emmet en ese momento? Qué fastidio, justamente el peor vampiro que podría encontrarnos, iba a ser una tortura aguantarlo a nuestro lado. Bueno, él no era el peor… Si nos hubiera encontrado Edward, ahora mismo ya estaría muerto, o como mínimo siendo torturado. Unos dientes chirriantes hicieron que me diera la vuelta lentamente. Allí estaban todos los demás, pero había uno que captó mi atención. Edward. El me miraba con sus ojos completamente negros, con una furia contenida. Mierda, ya se había enterado de todo. Y no creo que los chistes mentales de Emmet lo ayudaran a calmarse. Por la expresión de su cara, me parece que en cuanto estuviéramos solos iba a acabar con los huesos rotos de nuevo…
-No lo dudes ni un instante… - siseó en un susurro apenas audible, que los demás no le dieron importancia.
Un desgarrador grito de Nessie hizo que me diera la vuelta y la vi caer. La agarré antes de que llegara al suelo.
-París… Ella está en París… - dijo en un susurro con su débil voz.
Algo me la arrebató de las manos al mismo tiempo que me lanzaba contra uno de los árboles. Mi visión se perdió en una neblina roja, pero podía ver perfectamente que había sido Edward el que me había golpeado.
-No se puede confiar en ti, cada vez que la dejo sola contigo le sucede algo… - me gruñó – Aléjate de mi hija Jacob, no vuelvas a acercarte a ella si le tienes aprecio a tu vida.
-Mi vida la tienes tú ahora mismo entre tus brazos. Mátame, pero no me pidas que me aleje de ella, porque por mucho que me amenaces, nunca me separaré de Nessie.
-Entonces no me va a quedar más remedio que matarte…
-Papá… Cómo puedes estar diciendo eso… - la voz de Nessie sonaba entrecortada. Ni Edward ni yo nos habíamos dado cuenta de que ella ya estaba despierta. Los demás estaban a su alrededor, preparados por si tenían que detenerlo si intentaba atacarme. Estaba tan ensimismado hablando con Edward que ni me había enterado de sus movimientos. Vi como Nessie se revolvía en los brazos de Edward hasta que consiguió que la dejara en el suelo y luego ella corrió hacia mí. Me levanté rápidamente del suelo y la abracé.
-¡No voy a dejar que lo alejes de mí, papá! – gritó. Las lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas.
-De acuerdo Renesmee, haz lo que tú quieras con Jacob. Sólo te advierto que muchos de sus secretos seguramente te harán cambiar tu opinión sobre él. Luego no vengas lloriqueando.
Esta vez fui yo el que me abalancé sobre Edward, entrando en fase a mitad de camino. Mis colmillos estaban en su cuello en menos de un segundo, pero por suerte para él, Emmet embistió contra mí apartándome. Después de eso conseguí tranquilizarme y salir de fase. Nessie me miraba mientras Bella la estaba agarrando. Sus ojos expresaban el dolor de no poder comprenderme. Me había comportado como un estúpido dejándome llevar por mis instintos.
-Jake, no se que os traéis ente manos Edward y tu, pero ya va siendo hora de que arregléis vuestras diferencias. Se lo debéis a Nessie – dijo Bella. Esta vez era Bella la que se había enfadado, y ni Edward ni yo podíamos evitar sus peticiones.
-Nessie… Hay algo que debes saber antes de que nos vayamos a cualquier otro lugar…
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