A la mañana siguiente desperté, y di una sonrisa al sentirme en brazos de Jacob. Me acariciaba el brazo de arriba hacia abajo, eso quería decir que ya estaba despierto. - Bueno días –me saludó al percatarse que ya me había despertado-. ¿Cómo dormiste? - “Muy bien contigo a mi lado” –le aseguré mentalmente. - Que bien, pues será mejor que vayas juntando fuerzas para levantarte. - “¿Por qué?” –realmente aún no quería hablar, estaba cansada. - Porque ya son las 14:00pm. Y todos están en la casa principal esperándote solo a ti. - “¿A mí? ¿Qué hice?” –de momento sentí como un signo de interrogación se formaba en mi frente. - ¿Que qué hiciste? –reprocho-. ¡Qué no! Nos escabullimos de la fiesta sin que abrieras ni uno de tus regalos de cumpleaños, y eso créeme, no le cayó nada bien a la obsesionada tu tía. - Alice –por fin hablé. Y eso no era pregunta era una afirmación. - Si, ella. Así que será mejor que te vistas, no quiero tener que hacerle nada por algún reproche que te incomode. - No harás nada –lo amenacé. - No sé, solo le sirvo a una sola princesa, y a veces eso implica tener que desobedecerla para tenerla a salvo y feliz –se levantó dándome un beso en la frente y se fue para darme espacio de arreglarme. - No te vayas –susurré. Él dio media vuelta y me dedico una tierna sonrisa. - No te preocupes, regresaré mucho antes de que hayas terminado. Sólo iré a cambiarme de ropa –asentí con la cabeza, y antes de que se diera vuelta totalmente, con una de mis manos la puse en mis labios y simule mandarle un beso que el cacho-. Gracias, lo necesitaba –me guiño el ojo y después se fue. Me quede todavía en mi cama imaginándome su rostro. No podía creer lo perfecto que era, y amaba que él fuera para mi tanto como yo de él. - ¡Te amo Jacob Black! –grité y después me eche a reír. Me paré a regañadientes hacía la regadera. Después de darme un baño rápido, solo me pase el peine una vez, y me puse lo primero que estaba a la mano. Unos pants de un rosa deslavado y una blusa de tirantes blanca, de las que son “unitalla” la cual se acoplan a cualquier cuerpo perfectamente. Noté el cielo gris, así que decidí ponerme un suéter y una sudadera encima. Salí del baño para agarrarlos, y cuando lo hice vi a Jake sentado en la esquina de mi cama con el cabello mojado –por lo que supuse que también se había dado un baño-, y con otra ropa. - Te lo dije, volví antes de que estuvieras lista. - Si, nunca dije que no te creyera. Me acerque a él, sentándome en su regazo para rodear su cuello con mis brazos y entre mis manos entrelazadas tener su cabeza. Él puso sus manos alrededor de mi cintura. Una vez así lo besé, pero no como cualquier beso de antes. Éste estaba lleno de deseo, de lujuria…No sabía porque de la nada me había entrado el sentimiento de besarlo con tanta pasión, de hecho yo había sido la que comenzó esto. Era extraño, yo era el problema de no poder tener nada con Jacob por miedo a dañarlo, ya que en esos momentos uno no piensa, y si algo llegara a pasar…Pero, ahora ya me sentía segura de mi misma como para saber que lo amaba y no le haría daño. Fui pegándome más hacía cuerpo, y sonreímos aún sin despegar nuestros labios, me peque aún más contra él, pero puse un poco más de fuerza de lo necesario, y lo tire de espaldas a mi cama, ahora yo quedaba encima de él. Cada vez creo que subía más la intensidad de ese beso, y lo delicado que era conmigo entre sus brazos. Sentía su aliento mesclado con el mío y me encantaba. - Espera, Nessie –me dijo de momento separándome de él. Podía ver en el reflejo de sus ojos la pasión que desprendían los míos al igual que en los suyos. No entendía por qué esa reacción. - “¿Qué sucede?” –No podía articular palabra alguna, mi respiración aún seguía agitada. Me acerqué para volverlo a besar, y otra vez el beso se prolongo, pero de nuevo me detuvo. - Pequeña, no creo que sea este el momento adecuado –Jacob que muy rara vez era el cuerdo de nuestra relación, tenía razón. Este no era el momento adecuado-. Sabes que te amo, y que no deseo nada más que tenerte sólo para mi, pero en estos momentos te están esperando todos únicamente a ti. - Si…-me quité de encima de él, y nos paramos al mismo tiempo. - Pero, te prometo que después con todo gusto –me susurró al oído, y me dedico una sonrisa pícara, me encantaba esa sonrisa. Y yo también le devolví una igual.
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