School Days

Autor: josycullen
Género: Romance
Fecha Creación: 21/07/2010
Fecha Actualización: 31/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 39
Visitas: 53311
Capítulos: 24

Isabella Swan es una chica popular, una divina. Ella, junto con sus tres amigas, tienen a la escuela bajo su poder. Chicas malas, orgullosas, odiosas y zorras. Edward Cullen y su familia acaban de mudarse y han entrado al Internado Twilight. Muchas sorpresas. Dicen que las apariencias engañan, ¿sera cierto? Edward tendrà que descubrir a la verdadera Isabella Swan, ¿lo lograra, o conseguira algo màs?


Declaimer: La historia no me pertene le pertenece a Bittersweet Melancholy y yo con su permiso la publico en esta pagina los personajes le pertenecen a stephanye meyer..... Completa

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Capítulo 20:

Bella POV

Nos mantuvimos en un tenso silencio hasta llegar al dormitorio. Edward evitaba mi mirada frecuentemente, pero varias veces lo pillé mirándome, cuando pensaba que no lo veía. Sabía que mi "seriedad" lo ponía nervioso, pero eso haría las cosas más divertidas y menos pesadas, por lo menos para mí.

-¿De qué quieres hablar, Bella?- se atrevió a preguntar apenas cerramos la puerta con seguro.

-¿Podemos ir a tu cuarto?- lo miré con la misma carita que Alice me había enseñado a usar. No pudo negarse. –Bien, ven aquí, no te voy a morder.- Edward estaba sentado en la silla frente a su escritorio y yo estaba en su cama. Me miró desconfiado y luego se sentó a mi lado. –Sé que soy una persona confusa…- intentó hablar pero lo hice callar con una mirada "made in Isabella Swan". -…y que a veces, casi siempre, hago cosas fuera de tono. Quiero sincerarme contigo.- sus ojos denotaban sorpresa. -¿Estás dispuesto a escucharme?- me sonrió y me perdí en el verde de sus ojos antes de iniciar.

Entre frases juguetonas y comentarios sarcásticos, terminé acorralada entre el colchón y su cuerpo antes de contar lo que deseaba. Pero era mejor de ese modo, me sentía más cómoda y protegida.

-¿Por dónde empezarás?- preguntó curioso. Le sonreí dulcemente. No sabía realmente si lo que pensaba hacer era lo correcto, pocas veces lograba ser sincera con la gente, Renée me había enseñado a ocultarme detrás de una pared en blanco…pero, ¿realmente Renée tenía razón después de todo lo que me había hecho y lo que faltaba que me hiciera? No, no la tenía.

Y si estoy dispuesta a entregarme a Edward completamente, en cuerpo y alma, es necesario que sepa a lo que se atiene. Debe conocerme realmente para aceptarme o rechazarme.

-Sabes…- suspiré rozando su brazo con los dedos. –Cuando entré a Twilight nadie me miraba dos veces. Era una niña tímida, casi nunca hablaba e intentaba ocultarme en ropa un poco más grande que mi talla.- no pude evitar reírme. –Renée se ponía furiosa cuando me veía en esas fachas en casa, nunca ha sabido que las usé en el internado.- me miraba sorprendido. –Solo había dos chicos que me miraron, Mike Newton y Jacob Black.- lo vi fruncir el ceño y me reí. –Ángela era mi única amiga, pues Jess se había convertido en una chica popular al juntarse con Lauren, cuya hermana se estaba por graduar, garantizándole el lugar de abeja reina. Jess me presentó ante Lau, quien me aceptó con ellas y me transformó por órdenes de mi madre en Isabella Swan, arrastré a Ang conmigo.-

-¿En serio?- ahora fui yo quien frunció el ceño. -¿Realmente eras tan…tu misma?- me reí tontamente. Y asentí.

-Estaba aterrada cuando pasé a ser una chica "popular". Los chicos me miraban más de lo debido, de un modo que debe ser ilegal.- giré los ojos disgustada. –Ropa nueva, maquillaje, perforaciones y luego el tatuaje a las cuántas semanas de ser una "divina". ¿Quién no estaría asustado ante tanto cambio?- era una pregunta retórica, cualquiera lo estaría. –Intenté unirme al equipo de porristas, y lo logré. Entre la primera semana de clases y mi cumpleaños 16 me forjé un lugar como reina del internado. Cuando Jacob Black, capitán del equipo de fútbol y uno de mis mejores amigos, me pidió ser su novia y acepté, me convertí en la segunda al mando.-

-¿Por tu novio?- preguntó dudoso. -¿Así fue como te convertiste en una abeja real?- no pude evitar sonreír. ¿Creía que le mentía?

-En parte, si. Mi novio, mis amigas, mi sangre y por supuesto, lo que puedes ver todos los días…- no pude evitar reírme cuando entendió eso. Sus mejillas adquirieron un ligero tono rojizo mientras miraba disimuladamente mi cuerpo bajo el suyo. –Eso nos lleva al siguiente tema: Jacob Black….-

-Eso no lo entiendo todavía…- susurró más para si mismo. -¿Qué ocurrió para que estés tan molesta con él?- notaba la tensión en el ambiente y mis manos cerradas en puños.

-Jacob Black es hijo de Billy Black, un muy buen y respetable amigo y socio de mi padre y Swan Corporation. Durante mis cortos viajes de Londres a Estados Unidos, Jacob y yo nos hicimos muy buenos amigos, casi como hermanos. A los diez años me mudé a Forks, Washington, él vive en la reserva india conocida como La Push, por lo que comenzamos a vernos a diario. Cuando entré a Twilight, él se encontraba en su último año acá.-

-Apunto de graduarse y siendo el chico más codiciado del colegio, ¿no?- preguntó con fingida indeferencia.

-Por eso es que Leah Clearwater, la segunda divina pasada, me odia. Nunca estuvo feliz porque Jacob me escogió a mí, una niñata inmadura y sin carácter, en vez de a ella.- puse los ojos en blanco. –Kassandra Mallory, Leah Clearwater, Kimberly Stanley y Bibiana Weber, las hermanas de Lau y Jess, la prima de Ang y una de mis ex mejores amigas, junto con el resto de las divinas de hoy, jugaron conmigo.- dije molesta.

-¿Ese es el trato que mencionaron en su pelea?- preguntó de nuevo, mirándome detenidamente y estudiando mis reacciones.

-Una divina virgen a los 16, casi a los diecisiete, ¿dónde se ha visto?- la voz me salió amarga. –El trabajo de Jacob Black era engatusarme y hacerme perder mi virginidad.- sentía las lágrimas agolparse en mis pestañas, rogando por salir. –Siempre he sido muy cabezota y curiosa, caí en la trampa en junio, la noche de graduación. No fue lo que esperaba…- sollocé débilmente. –No nos vimos en todo el verano, a pesar de estar a 20 minutos de distancia; yo no bajé a la Push y él no fue a Forks.- los dedos de Edward secaban mis mejillas, me miraba con dulzura, convencido de lo que me costaba hablar de eso. –Ya había cumplido su reto, las divinas insistían en que lo dejara, no quise hacerlo. Mi amiga Emily llamó un día antes de mi cumpleaños, cuando estábamos todos aquí, debes recordarlo…-asintió. –Me lo contó todo, me dijo todo lo que sabía…cartas, discos, fotos…todo venía en la pequeña caja negra que me entregaste esa noche.-

-¿Y cómo fue que le creíste a tu amiga, fue suficiente la "evidencia" para ello? Jacob parece quererte…-si amenazar a mis amigos es quererme, entonces me adora. Puse un dedo sobre sus labios para hacerlo callar.

-El muy idiota lo grabó y le dio copias a sus amigos.- sus ojos se abrieron ante el desconcierto. –Sam, el prometido de Emily y amigo de Jacob recibió una copia y me la envió. También hay otro donde él les cuenta a sus amigos como estuvo…me humilló ante sus estúpidos y enormes amigos…- chillé encolerizada. –Los tipos que vinieron para la fiesta de las divinas, esos son.- repuse con fastidio, ya no lloraba. –Estaba tan molesta después de ver los videos que tomé mi maleta y me fui al aeropuerto.- reí divertida, sabiendo que eso era estúpido en un momento como aquél.

-¿Por eso no te encontré al regresar?- me sonrió, intentando mejorar mi humor de nuevo.

-Me contuve de llorar la mayor parte del vuelo, casi al llegar fue que James Evenson me habló.- me cortó con el ceño fruncido.

-¿James, el tipo de los Vulturi?- notaba una pequeña nota de celos en su voz, me encantaba molestarlo.

-Si, me acompañó a casa. Mi padre y el suyo son socios, y mi madre maneja lo del disco de su banda.- asintió receloso. –Jacob nos abrió la puerta y me quise morir, me la pasé todo el tiempo coqueteando con James para molestar a Jacob.- solté una risita tonta, pero a Edward no le gustó la idea. –Cuando James se fue, Jacob y yo nos fuimos a dar un paseo y lo corté.- sonreí triunfante. –Fue maravilloso. Me sentí viva de nuevo.- mi humor estaba radiante de nuevo, esa era la parte de la historia que me gustaba.

-¿Qué fue mal después?- ahora era adivino, sabía que algo malo debía haber pasado.

-Tuve una estúpida fiesta en Seattle, cortesía de mi madre. Soporté a las perras "divinas" y a Jacob y sus amigos.- fruncí el ceño de nuevo. –Luego mi madre me metió con esas chicas al coche de Kass para que pudiera tomar mi avión. Te nombraron, intentando que hablara de la apuesta. Lo evadí con comentarios groseros y se molestaron…- me reí ante el recuerdo. –Dijo que no importaba cuanto lo intentara, jamás sería una divina. Le regresé el comentario de modo mordaz, asegurando que no lo sería al no comportarme como una zorra, ella negó que esa fuera la razón.- estaba sumergida en el recuerdo, mis dedos acariciaban la mejilla de Edward. Detuve mis dedos al llegar a sus labios y mis ojos se clavaron en los suyos. –Dijo que mis labios era muy bonitos y atraían a muchos, pero que mi cuerpo no es suficiente para nadie…no lo fue para Jacob. La hice callar y la abofeteé, luego regresé a casa.-

Se inclinó hacia mí y juntó nuestros labios suavemente. Nos sonreímos y suspiré. Este era el momento que estaba esperando contarle, y me iba a divertir con ello.

-Iba a demostrarle a todas que mi cuerpo era deseado.- sus ojos se abrieron en sorpresa. Su ceño se frunció ligeramente, molesto y frustrado. –Buscaría un chico y me pasaría un rato con él…- sus ojos se mostraban tristes e incrédulos. –El instinto divino, mi orgullo, me habían herido y era momento de curar la herida.- notaba su expresión inescrutable y casi reía ante ella. –Desde que entré a internado supe a quien dirigirme, y así lo hice.-

-No puedo creer que me vayas a contar eso...- repuso con tono distante. Tuve que recordarle que iba a ser completa y totalmente sincera con él.

-Busqué a la única persona que no buscaba un buen polvo conmigo. El único chico que me trataba dulcemente y no intentaba nada más. Porque necesitaba que la persona que me veía de forma más natural me deseara esa noche. Iba a demostrarme a mi misma que era deseada por él, pensaba callar a las demás, pero a la vez necesitaba que él me deseara…-

-Bella, no quiero oírlo.- escondió el rostro en su almohada, descansando su barbilla sobre mi hombro. Su mano estaba entrelazada con la mía. Estaba molesto y yo feliz por haber conseguido ese resultado.

-Podía haber escogido a cualquiera, pero le escogí a él. Porque ese chico es importante para mí.- intenté no reírme al escucharlo refunfuñar contra la almohada. Me gustaba ponerlo celoso, era tan lindo.

-Bella…- suplicó, lo ignoré.

-Pero no fue como yo esperaba.- levantó la cabeza y buscó mis ojos, intentando calmar cualquier ataque de llanto de nuevo. Incluso yo sentí mi voz quebrarse ante aquel comentario.

-¿El sexo no fue bueno?- preguntó cortante e incluso en plan sarcástico. Realmente estaba molesto.

-No, no fue eso.- alegué. Me miró con los ojos oscurecidos por la furia. –Ni siquiera hubo sexo…-dije entre risas, su expresión se hizo más profunda, no me creía. –Recuerdo que me acusaste de ser una cualquiera y te fuiste…- su expresión pasó a una de desconcierto en un segundo. –Me rechazaste, así que no probé nada, solo lo estúpida que soy.- me reí, pero él no se movió. Tuve que acariciar su mejilla para traerlo a la realidad de vuelta.

-¿Yo?- preguntó confuso. Asentí con una sonrisita tonta y avergonzada. Me sonrió, esa sonrisa torcida que me encantaba, y como respuesta se me cortó la respiración. -¿Por eso estabas tan molesta conmigo?-

-Nunca estuve molesta contigo, lo estaba conmigo misma por perderte de ese modo…-antes que pudiera seguir sentí sus labios sobre los míos. No me opuse a ello.

-¿Por qué han discutido ayer, y dónde estuviste anoche? No recuerdo que quisieras probar nada conmigo…- dijo pasados unos minutos.

-Rose y Alice me molestaron, así que me fui con las divinas. Lau me recordó lo de la apuesta, dijo que ella lo hubiera conseguido en un día, Jess en dos y Ang a más tardar en una semana; y que yo llevaba un semestre sin resultado alguno. Me molesté, alegué que no eres un idiota y no hubieras caído por ninguna de ellas, entonces Jess me propuso apostar y las mandé a ensayar. El coraje no se fue, así que salí por agua.-

-Gracias por defenderme.- dijo entre risas. –Ahí es cuando salgo y termino de amargarte el día, ¿no?-

-No. Es cierto que fui grosera, pero estaba realmente molesta. Me separé de tus brazos porque tú eras el culpable de todo, y lamento haber pensado eso.-

-¿Yo soy el culpable?- preguntó confuso. -¿Por qué?-

-Pensé que todo estaría bien si te hubieras acostado conmigo.- me miró molesto. –Pero es mentira. Jamás lo hubiera dicho o pensado, Bella no lo hubiera hecho, pero Isabella si. El instinto salió. Es como si fuéramos dos personas distintas en un solo cuerpo. Y divagué sobre ello un rato, llegando a la conclusión de que soy una farsa, lo que me molestó más todavía. Entré y puse a las chicas a trabajar. Luego Lauren me acusó de abusar de ellas y Ang se puso de su lado, asegurando que me comportaba como "una sucia perra". Comenzamos a discutir y usamos varias de las frases de mi ruptura con Jacob, al parecer intentaban que lo recordara y aprendiera a respetarlas. No lo hice.-

Me miró, atando cabos. Continué.

-Antes que pudiera evitarlo, mi mano ya estaba en el rostro de Lauren.- ambos nos reímos suavemente. –De ahí me fui a la biblioteca, hasta las siete. Me quedé bajo la lluvia hasta las once y luego me fui al dormitorio de Lau y Jess.-

-¿Por qué?- saltó de repente asustado.

-Era la "noche divina". Hicimos las pases, cosas de chicas y todo marchó bien. A eso de las cuatro me fui a ensayar al gimnasio, por eso Lau no me atacó hoy.- me reí. –Sabía que llevabas horas ahí, incluso Lau te vio al entrar.- se sonrojó furiosamente y gimió. No pude evitar que un bostezo escapara de mis labios.

Edward POV

Era tan impresionante que hubiera decidido ser sincera conmigo y contarme todo de modo tan simple. Pero había algo más que quería saber. Cerró los ojos suavemente y su respiración se tranquilizó. Sabía que estaba cansada y que pronto se iba a dormir. Debía actuar rápido.

-¿Puedo preguntar otra cosa?- mi voz sonaba ansiosa, pero Bella ya casi no estaba presente.

-Mmm.- fue toda su respuesta.

-¿Qué sientes por mí, Bella?- me quedé esperando una respuesta, pero no la obtuve. Morfeo la había reclamado antes que me escuchara, había perdido mi oportunidad. La estreché más fuerte contra mi pecho y besé su frente. –Porque yo realmente te amo.- no sé si lo escuchó o lo imaginé, pero una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Después de eso, yo también me quedé dormido.

Capítulo 19: capitulo 19 Capítulo 21: Capitulo 21

 
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