Mi cuerpo tiembla levemente pero cesa, el torso de Carlisle está sobre el mío y sus manos apoyadas a ambos lados de mi rostro sobre la superficie de cuero, escucho mi respiración y mi corazón martillea en mis oidos, escucho su respiración jocosa y me besa, cierro los ojos y me dejo llevar por su boca. Me toma en brazos porque yo sola no puedo moverme y me lleva fuera de la sala de la pica, cierro mis ojos y lo abrazo por el cuello. Cuando vuelvo a abrir los ojos estoy en su habitación, la reconozco claramente.
Escucho el rudio del agua y veo la bañera, se está llenando, me mete en el agua caliente y respiro hondo, lleno mis pulmones de aire, me encuentro demasiado bien, le miro fijamente y él está desnudo y me mira fijamente, acaricia mi cabello.
-¿Quieres intimidad?-.
Asiento levemente, él asiente y se levanta de mi lado, me quedo sumergida en el agua caliente durante unos minutos hasta que reuno fuerzas y me levanto de ahí. Me envuelvo en una toalla y cuando salgo él ya está en boxers y tumbado en su cama revisando unas hojas llenas de números y cálculos.
-Hola de nuevo- me sonríe como un adolescente, está duchado y huele a su loción corporal-.
-Hola- susurro y le devuelvo la sonrisa- ¿puedo dormir contigo?-.
Tres simples palabras que salen de mi boca sin que tenga ninguna opción de intentar que no lo hagan, mierda, no tenía que haberle dicho eso. Seguramente se enfadará.
-Bueno...-.
No parece muy convencido, se echa en una esquina de la cama y me da espacio, me subo a la enorme cama y me meto entre las mantas, solo está encendida la luz de su mesilla, acaricia mi cabello y vuelve a sus cálculos.
-Eres cálida Jane- susurra dejando los papeles sobre la mesilla, me mira fijamente y me mira a través de sus gafas de pasta negras muy ejecutivas-.
Quita sus gafas y las deja sobre sus papeles, se mete bajo las mantas y se tumba a mi lado, me mira fijamente y yo hago lo mismo, podría pasarme así horas y horas, este hombre es demasiado.
Es como esas casas bonitas donde pone “peligro” impreso en legras grandes pero aún así quieres entrar, me siento de igual manera.
Avanza su brazo a mi cadera, no me he dado cuenta pero me he acostado con la bata, desliza sus dedos por mi pierna y aparta la tela de la bata, me sigue mirando a los ojos.
-¿Has estudiado hoy?-.
Asiento.
-Jane vendrá a traernos la cena, a la cama-.
-No quiero-.
De nuevo mi boca inquieta salta antes que mi cabeza. Arruga la frente y me mira severamente.
-¿Porque?-.
-Este momento... esto... es íntimo, de los dos, no quiero que Alice lo vea-.
Asiente despacio y vuelve a arrugar la frente.
-¿íntimo como novios?-.
-No- de nuevo ese dolor en el pecho me recorre- no como novios, eso nunca-.
La idea parece tranquilizarle y asiente, me acerca a su cuerpo, me acurruco en su pecho y lo beso.
-Me gustas Jane-.
Me quedo sin respiración.
-Me gustas y por eso quiero que sigamos siendo amigos por mucho tiempo-.
“Amigos... ha dicho amigos, así que conformate con esto”-.
-Yo también quiero que sigamos siendo amigos por mucho tiempo-.
-Mañana tengo que viajar a Florencia, si quieres podemos ir...-.
-Me encantaría ir- sonrío y le miro fijamente-.
-Pero estudiarás allí-.
-Si... lo haré-.
-Bien, pues mañana nos vamos-.
Me abraza fuerte y me besa en el cuello, cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño.
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