Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 150016
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

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Capítulo 20: Planes

Ya habían pasado tres meses desde la partida de Edward, los primeros días fueron horribles, me sentía devastada pero me mostraba fuerte por mi hija, quien la paso muy mal. A pesar de que hablábamos todos los días y la mayora mas de una vez al dia, no era lo mismo. Edward me conto que Alice, que regreso de su luna de miel dos semanas después que el, había re decorado una de sus habitaciones de huéspedes y la había convertido en una para Lydia, mi princesa al enterarse de esto se ilusiono mucho, fue muy importante para ella saber que tenia un lugar en la casa de su padre, yo trate de explicarle que tenia un lugar mucho mas grande en el corazón de su padre y que eso es lo que realmente importa, eso la hizo aun mas feliz. También me dijo que había hablado con Carlisle y Esme de Lydia y que ambos quisieron partir rumbo a parís de inmediato pero que el, para mi tranquilidad, los había persuadido de que no era lo mejor y que vendrían la próxima vez que el lo hiciera cosa que no parecía pasar pronto, no quería negarles a su nieta pero no me sentía capaz de seguir enfrentando estos reencuentros sola.

-                     Señorita Bella la llaman en la línea dos. –me aviso Heidi, esa era la línea que usaba con mi familia.

-                     Hola. –salude probablemente a mi hermano, aunque el me llamaría al celular.

-                     Cuanto extraño esa hermosa voz. –dijo una voz aterciopelada al otro lado del tubo.

-                     Edward? Amor? –pregunte esperanzada.

-                     Debo de preocuparme de que otros te llamen hermosa? –pregunto tratando de parecer relajado pero se notaba la nota de tensión.

-                     No tonto, es solo que estaba pensando en ti y justo me llamas. –dije muy feliz de escuchar su voz. Siempre era igual, me embargaba la felicidad al escucharlo pero luego cuando la llamada terminaba lo extrañaba el doble.

-                     Que casualidad yo también pensaba en ti y de que forma. –dijo de forma picara. Se me escapo una risita.

-                     Como te extraño lindo. –dije soltando un suspiro.

-                     Yo también hermosa, pero te llamo porque tengo una mala noticia. –me asusto un poco.

-                     Que sucede? Le paso algo a algún miembro de tu familia? –pregunte ansiosa.

-                     No cariño, todos están bien. Es solo que no podre estar en el cumpleaños de Lydia, la clínica acaba de inaugurarse y no puedo dejar a Ben solo en este momento. –dijo muy apenado.

-                     No te preocupes amor, te entendemos perfectamente. –le asegure.

-                     Es que me hacia tanta ilusión estar ahí, es el primer cumpleaños que podre estar con ella y me lo perderé por culpa de trabajo. –me dio tanta tristeza escucharlo.

-                     Tienes muchos cumpleaños por delante. –trate de consolarlo.

-                     No es lo mismo Bella, ella me pido que este ahí con ella y yo le falle, soy un pésimo padre. –cada vez se oía mas afligido.

-                     Deja de decir eso, sabes que me molesta. Tu no eres mal padre, solo que si no nos esforzamos ahora será imposible garantizar un buen futuro a nuestra hija. –dije algo enfadada.

-                     Adiós Bella. –y colgó la llamada como si nada.

Entiendo que se sienta mal, yo nunca me perdí un cumpleaños de mi hija, obviamente, pero me sentiría mas que miserable si pudiese verla en un dia tan especial. Aunque si Mahoma no va a la montaña…

-                     Emmett necesito verte cuanto antes. –llame a mi hermano por teléfono.

-                     Pasa algo Bells? –pregunto asustado.

-                     Nada de lo que debas preocuparte, pero es urgente. –agregue para que se diera prisa.

-                     Esta bien, voy para ahí, estas en la oficina?

-                     Si, aquí te espero. –dije y colgué, para llamar a Heidi.

-                     Señorita Bella, que necesita? –pregunto de forma servicial.

-                     Podrías por favor pedir comida para Emmett y para mi? –le pregunte de forma educada.

-                     Claro, algo en particular?

-                     No, lo que a ti te parezca estará bien. –le asegure. Quince minutos después llego Emmett, en ese tiempo termine de planearlo todo.

-                     Bella, que sucede? –pregunto Em sobresaltado.

-                     Ven siéntate, no demoran en traernos la comida –se sentó junto a mi en el sofá de mi oficina-. Veras me voy de viaje y no estaré en parís en dia de cumpleaños de Lydia. –le solté. Me miro perplejo.

-                     Que es tan importante como para que te pierdas el cumpleaños de tu hija? –pregunto molesto.

-                     Perderme el cumpleaños de mi hija? No, ella se va conmigo. –como había llegado a una conclusión tan estúpida?

-                     Para que me llamaste entonces? –pregunto confundido.

-                     Me gustaría que me acompañes, al menos el dia del cumpleaños de Lydia. –en realidad quería que me acompañe desde el principio ya que parte de mi plan hacer que el y Rosalie tengan un acercamiento y terminen de decidir su situación.

-                     A donde iras?

-                     A los ángeles. –faje la vista al confesar mi, nuestro, destino.

-                     Esta bien, cuando quieres partir? –mi boca se abrió como la de los dibujos animados, pensé que estaría horas tratando de convencerlo. Tocaron a la puerta  y entro Heidi con nuestra comida, una vez se marche seguimos con nuestra charla.

-                     Cuanto antes, solo tengo que arreglar unos pequeños asuntos en el colegio de Lydia y adelantar la firma de un contrato. –le explique.

-                     En ese caso debo prepararme también. Estas segura que Lydia estará de acuerdo en no festejar su cumpleaños? –pregunto.

-                     Si, ella extraña demasiado a su padre y el no podrá venir, tiene muchos compromisos con la nueva clínica. –le explique.

-                     En ese caso en cuanto terminemos de almorzar me ire a preparar las cosas para el viaje. –y asi lo hizo, en cuando quede sola saque mi teléfono del bolsillo y me dispuse a llamar a Alice.

-                     Hola. –atendió casi de inmediato.

-                     Hola Alice, soy Bella, como estas? –la salude.

-                     Amiga, muy bien y tu? Justo e encuentro con mi hermano en este momento. –al menos no dijo mi nombre. Alice sabía todo lo que sucedía entre Edward y yo.

-                     Bien Alice, pero que tu hermano no se entere que hablas conmigo. Podrías alejarte de el por favor. –le perdí.

-                     Claro, dame un minuto –me quede esperando en la línea-. Se han peleado a algo?

-                     En realidad hable con el hace poco mas de una hora y ciertamente no me trato nada bien, sin contar que me colgó el teléfono. –aun estaba algo molesta por eso.

-                     Esta muy mal por lo del cumpleaños de Lydia, aunque eso no justifica que se comporte de esa forma contigo. –dijo de forma pensativa.

-                     Yo pienso igual, pero no te preocupes que recibirá su merecido –y lo haría, necesitaba una lección-. En realidad te llamo porque necesito un favor. –confesé.

-                     Lo que quieras. –me aseguro.

-                     Veras yo entiendo perfectamente como se siente tu hermano, o al menos lo imagino, es por eso que decidí ir yo a verlo con Lydia ya que el no puede venir, pero no se donde vive ni conozco la ciudad por lo que necesitare tu ayuda. –le explique.

-                     Eso es grandioso! –grito, tuve que alejar el teléfono para que no me dejara sorda.

-                     Tranquila aun no te cuento todo. –necesitaba que se calmara porque Edward debía de estar cerca.

-                     Hay mas? –pregunto ansiosa.

-                     Si pero cálmate sino tu hermano te escuchara y arruinaras la sorpresa. –le rogué.

-                     Esta bien, me callo, pero cuéntame. –pidió desesperada.

-                     Quiero que te encargue de que vayan Carlisle, Esme y Rosalie, pero sin que sepan para que los llamas, si ellos saben Edward se terminara enterando y no es la idea. –se quedo callada un par de segundos.

-                     Lo de mis padres lo entiendo, pero Rosalie para que?

-                     Emmett ira conmigo y esos dos se deben una buena conversación, que yo no le caiga bien a ella no quiere decir que no pueda hacer feliz a mi hermano. –ella puede pensar lo que quiera de mi pero lo que a mi me importaba era la felicidad de mi hermano.

-                     Estas equivocada con respecto a ella, se comporto de esa forma solo por bronca, nunca sintió nada de lo que dijo y estuvo mucho tiempo enojada con Edward por lo que te hizo, es mas al principio hasta lo culpaba por su ruptura con Emmett. –trato de defenderla.

-                     En serio eso a mi no me importa, ya paso, me tiene sin cuidado lo que ella piense o deje de pensar de mi, yo me preocupo por mi hermano no por ella. –trate de dejarle claro.

-                     Ustedes eran amigas además de cuñadas, no le darás una segunda oportunidad a esa amistad? –se escuchaba la decepción en su voz.

-                     Eso se vera con el tiempo, yo ahora no quiero que nadie mas me lastime y en su momento su desconfianza y rechazo me lastimo mucho, no me esperaba eso de una amiga. Pero ya basto de ese tema, necesito que me consigas un lugar donde quedarme con Emmett y Lydia, de lo posible que este cerca de donde ustedes viven. –le pedí.

-                     No te quedaras en casa de Edward? –pregunto incrédula.

-                     No me ire a instalar en una casa ajena sin ser invitada, además Emmett no se querrá quedar en su casa, asi que por lo menos al principio me quedare con mi hermano. –le explique.

-                     Cuanto se quedaran? –ya estaba en su estado calculador.

-                     No lo se, todo lo que me sea posible. –no sabia cuanto tiempo podría encargarme de los negocios a distancia.

-                     Bien me pondré manos a la obra hoy mismo. –me aseguro.

-                     En ese caso ahora mismo mando a que te hagan un giro y nos mantenemos en contacto. –tenia que tenerla al tanto de cómo irían sucediendo los acontecimientos.

-                     Tienes idea de cuando vendrás?

-                     De ser posible el sábado a primera hora, pasare a hablar con la directora de Lydia ahora cuando la recoja. –ya estábamos a fin de año escolar solo quedaban dos semanas de clases, no seria problema que se ausente en adelante.

-                     Pero hoy es miércoles. –observo Alice alterada.

-                     Si lo se. –dije sin entender su sobre salto.

-                     Como esperas que tenga todo listo para el sábado? –ya me la imaginaba con su cara de desquiciada y caminando en todas las direcciones.

-                     Lo único que tienes que tener listo para el sábado es donde quedarnos y si no pudiste rentar nada no hay problema, compra o igual nos quedamos en un hotel las primeras noches y listo. –no entiendo porque se enloquecía con tan poco.

-                     Claro la señorita lo soluciona todo muy fácilmente. –dijo histérica.

-                     No pensé que fueras a tener problema, pero no te preocupes dime en que parte de la ciudad viven y yo le pido a Heidi que se ponga en contacto con una inmobiliaria y asunto resuelto. –era solo mirar un par de fotos y pedir que el apartamento o casa sea amueblado, no le veía la dificultad.

-                     Ni se te ocurra hacer algo así porque dejaras de ser mi amiga en ese instante. –amenazo.

-                     Esta bien, pero no es mi intención darte trabajo, yo solo pensé que siendo decoradora tal vez sabias de algún lugar como el que necesito que este a la venta o para alquilar. –me explique.

-                     No te preocupes ya mismo me pongo manos a la obra. –no llegue a decir nada mas ya que me corto la llamada, aparentemente era algo de familia.

Llame a Heidi y le explique mis planes, le pedí que adelantara mi reunión del lunes y la del miércoles para el viernes y que lo demás lo haría a distancia a través de mi portátil.

Fui a recoger a Lydia, pero antes entre a hablar con la directora del instituto quien, al igual que yo, no vio inconveniente en que se ausentara de sus clases en adelante. Por lo que ahora solo restaba hablar con mi princesa, cosa que no haría hasta el ultimo momento, de lo contrario de seguro ella correría a llamar a Edward para decírselo.

Llegamos a la casa, Edward no demoraría en llamar ya que nos retrasamos un poco mas de lo normal.

-                     Cielo quieres merendar o te has llenado con ese enorme helado? –pregunte mientras la ayudaba a cambiarse su uniforme.

-                     Solo comeré una fruta mami, además Ed ya esta por llamar. –fuimos juntas a la cocina y fue ahí donde nos encontrábamos cuando el teléfono sonó, fui a ver el captor y definitivamente se trataba de Edward, descolgué el tubo para que no se cortara y llame a mi princesa.

-                     Cielo es tu padre, ven a atender. –dije un levantando un poco la voz ya que ella se había quedado en la cocina.

-                     Voy mami. –se escucharon sus pasitos corriendo.

-                     Estaré haciendo la cena. –dije y me fui de regreso a la cocina, no si antes depositar un beso en su frente.

Me concentre en la cena, no pensaba hablar con Edward, esa seria su lección, no hablaría con el hasta mi llegada a los ángeles, luego de casi cuarenta y cinco minuto apareció Lydia en la cocina con el teléfono en la mano.

-                     Mami mi padre quiere hablar contigo. –me aviso.

-                     Dile que no puedo cielo, estoy ocupada. –en realidad estaba haciendo una ensalada.

-                     Bueno, le digo. –y se volvió a ir con el teléfono en la oreja.

Regreso luego de otros quince minutos, estos meses la cuenta de teléfono de Edward se debe haber ido a las nubes.

-                     Como esta tu padre princesa? –le pregunte, aunque su cara lo decía todo.

-                     No podrá venir a verme por mi cumpleaños, tiene que trabajar. –dijo muy triste.

-                     No estés triste mi amor, te prometo que todo se solucionara. –la consolé abrazándola fuertemente.

-                     No quiero hacer la fiesta mami, no quiero que hayan globos, ni torta, ni nada. –me hacia tan mal verla asi.

-                     Pero cielo, eso no esta bien. –trate de hacerla entrar en razón.

-                     No importa, no quiero. –dijo segura, por un lado me era bastante conveniente ya que no estaríamos en su cumpleaños.

-                     Bueno, lo hablaremos luego, ve a lavarte las manos que ya esta la cena. –se fue sin decir nada, en ese momento sentí mi teléfono vibrar en el bolsillo trasero de mi pantalón, mire el identificador y se trataba de Edward, presione el botón rojo y puse el teléfono en silencio, sin vibrador para ya no enterarme, porque conociéndolo volvería a llamar hasta el cansancio.

La cena fue silenciosa, Lydia seguía muy afligida por la noticia que le dio su padre. Fregamos juntas y luego la acompañe a su cama estuvimos jugando por poco tiempo ya que no se sentía de humor por lo que nos quedamos leyendo.

-                     Mañana iremos de compras después del jardín. –le informe, debíamos comprar ropa para el verano.

-                     Que tenemos que comprar? –pregunto sabedora de que las saludas de compra no eran lo mio.

-                     Ropa para el verano. –le explique.

-                     Bueno. –respondió como si nada.

Terminamos de leer su cuento favorito y luego quedo dormida, fui al living a ordenar y limpiar un poco, fui a acostarme, muy cansada, tome mi teléfono y tenia 39 llamadas perdidas de y 23 mensajes de voz, escuche el primero.

“Bella por favor perdóname, no debí hablarte mal, contéstame necesito escucharte”, me rompió el corazón pero si hablaba con el no me aguantaría y terminaría por contarle todos mis planes. Escuche el resto de los mensajes y básicamente todos decían lo mismo pera cada uno era mas tierno que el anterior. Di vueltas en la cama hasta el cansancio hasta que en algún momento me quede dormida.

Me desperté temprano, hoy prometía ser un dia largo. Prepare el desayuno para Lydia y para mi, la desperté, desayunamos, la ayude a bañarse y vestirse y luego nos fuimos.

En cuanto llegue a la oficina me puse manos a la obra, tenía mucho que hacer, hoy haría una reunión extraordinaria con los encargados de los distintos departamentos para comunicarles mi prolongada ausencia y como funcionarían las cosas mientras tanto. Más tarde almorzaría con Tanya, ella tenía un sólido conocimiento de mi trabajo y le pediría que se hiciera cargo de algunas cosas, probablemente Emmett hiciera lo mismo. Los compromisos se desarrollaron según lo planeado, a las tres de la tarde me encontraba camino a recoger a Lydia para luego dirigirnos al centro comercial, mi princesa amaba ir de compras asi que esta tarde se podría distraer un poco de la falta de su padre. Por mi parte había decidido esperar hasta mañana para decirle lo del viaje, estaba segura de que la noticia le encantaría.

Llegamos al centro comercial y fuimos directo a la tienda de niños en la que acostumbraba comprar la ropa de mi hija, luego fuimos a una de trajes de baño, una de calzados, de ropa femenina y por ultimo de ropa interior. Fuimos al auto a dejar las bolsas, en realidad este ya era nuestro cuarto viaje al auto a dejar bolsas.

-                     Creo que nunca habíamos comprado tanto. –observo mi hija sorprendida.

-                     Parece que no entra una bolsa más. –coincidí.

-                     Para que compramos tanto? –pregunto.

-                     Porque si llevamos mucho no tendremos que venir en un buen tiempo –mentí-. Quieres comer algo?

-                     Podemos comer hamburguesa? –pregunto ilusionada.

-                     Claro cielo, después de este dia nos lo merecemos –mire la hora y ya era tarde-. Ten, llama a tu padre. –dije extendiéndole el teléfono. Marque por ella y se lo llevo a la oreja.

-                     Hola Ed, no soy mami –se ve que Edward pensó que seria yo quien lo llamaba-. No pasa nada, estamos de compras y demoramos mucho… Ropa para el verano… Si, mami esta muy bien… Me divertí mucho y me porte muy bien. –para ese momento nos encontrábamos en el ascensor, deje de prestar atención a la conversación ya que este era su momento padre e hija. Nos dirigimos a McDonald, íbamos tomadas de la mano, gracias al bullicio de gente no se escuchaba nada de lo que hablaban. Pedí una cajita feliz para ella y una hamburguesa con papas para mi, nos sentamos en una mesa alejada y comimos en silencio, al menos por mi parte.

-                     Mami Ed quiere hablar contigo. –me informo mi hija.

-                     Dile que no puedo cielo, estoy comiendo. –Lydia asintió, transmitió mi mensaje y continúo hablando por unos minutos mas.

-                     Toma mami. –dijo tendiéndome el teléfono.

-                     Gracias princesa. Quieres comer un helado? –ella también había terminado de comer mientras hablaba.

-                     Claro! –respondió muy alegre.

-                     Bueno pero lo iras comiendo en el auto porque ya es algo tarde. –dije al mirar mi reloj.

-                     Claro mami, si es que entramos en el auto. –dijo bromeando.

-                     No seas mala, tampoco es para tanto. –hice un puchero, las dos nos partimos e risa.

Fuimos a la heladería y luego directo al estacionamiento, el viaje lo hicimos entre risas con el radio prendido y siguiendo las canciones que conocíamos. Al llegar Lydia estaba liquidada por lo que se fue directo a la cama, yo ordene un poco la cama y también me acosté a dormir.

A la mañana siguiente me desperté con el sonido de llamada de mi teléfono, “Edward” pensé, pero me lleve una gran sorpresa al ver que se trataba de Emmett.

-                     Hola Em, pasa algo? –pregunte algo asustada.

-                     No es nada hermanita, solo que tenia algo que consultarte pero no imagine que te encontraría durmiendo. –dijo disculpándose.

-                     De que se trata Em? –pregunte enderezándome en la cama.

-                     Ayer por la noche hable con mama y note que no le has dicho nada del viaje. –me explico.

-                     Y tu se lo dijiste? –pregunte aterrada.

-                     No quería preguntarte al respecto primero, y ahora que te escucho quiero que me digas porque no se lo dirás. –fui muy poco disimulada.

-                     Ya la conoces Em, ira a complicarlo todo, empezara con sus indirectas y querrá que todos hagamos las cosas a su manera, no tengo ganas de soportar eso, cuando sea el momento lo hablare con Charlie y veré que piensa al respecto. –con mi padre era mas fácil tratar, Renee siempre se comporto de forma impulsiva y quería que todo se haga a su modo, en cambio Charlie era una persona que sabia escuchar y comprender a los demás y sus decisiones.

-                     Lo que tu decidas estará bien. –me aseguro.

-                     Como vas con los preparativos? Crees poder viajar este sábado? –pregunte cambiando de tema.

-                     Si, ya lo solucione todo, hoy por la tarde hare unas compras y esta noche termino las maletas. –se escuchaba ansioso.

-                     Perfecto, en ese caso ahora me pongo en contacto con el piloto –le asegure-. Te parece bien si salimos por la mañana? –pregunte, aunque ya lo tenía todo basta planeado.

-                     Claro Bells, a que hora te paso a buscar? –pregunto.

-                     A las 8 y despegamos a las 9? –tal vez era un poco temprano.

-                     Perfecto, hablamos luego ya me tengo que ir. –se despidió.

-                     Adiós Em. –y colgué.

Cuando terminamos de hablar ya era hora de levantarme asi que me di una ducha y prepare el desayuno para ambas, desperté a Lydia, desayunamos, se baño y vistió y luego nos fuimos como todos los días. Hoy al llegar le diría de nuestro viaje, sin contar que tendría que hacer las maletas, aun no había ni empezado.

El dia paso rápido, tuve dos reuniones, una de ellas con el baboso de James, almorcé con Tanya para ultimar detalles, hable con Alice para confirmar el horario de nuestra llegada, que según el piloto seria alrededor de las doce del medio dia, hora los ángeles, ella me hablo de lo desesperado que se sentía Edward porque yo no atendía sus llamada y también me dijo que ya estaba todo arreglado para que sus padres y Rosalie estuvieran en los ángeles el domingo. Después de hablar con ella fui a recoger a Lydia, haría que ella misma llame a su padre asi luego podría contarle lo del viaje.

En cuanto llegamos a casa marque el numero de Edward y le die el teléfono a Lydia, mientras tanto me encargue de buscar nuestras maletas e ir preparando mi ropa sobre mi cama. Luego de una hora, cuando ya tenia casi toda mi ropa organizada, regreso Lydia, sin el teléfono, me sorprendió que Edward no tratara de hablar conmigo.

-                     Que haces mami? –pregunto mi hija sorprendida al verme.

-                     Las maletas. –respondí como si nada.

-                     A los ángeles. –me quedo mirando con boca abierta.

-                     En serio? –pregunto incrédula.

-                     Si cielo, si tu padre no puede venir para tu cumpleaños nosotras iremos a verlo a el. –le explique, ella corrió a mis brazos y me apretó con todas sus fuerzas.

-                     Gracias mami, ire a llamarlo para darle la buena noticia. –dijo pero no la deje apartarse de mi.

-                     No puedes decírselo amor, es una sorpresa para el. –le explique.

-                     Esta bien mami. –no estaba muy segura pero de todas formas acepto. El resto de la tarde no pasamos haciendo sus maletas, por lo general eran las que llevaban mas tiempo y yo podía terminar las mias una ves Lydia se durmiera.

Mañana seria un dia largo, sin contar que estaría al lado del hombre que amo.

 

 

 

 

Edward Pov.

 

Mi teléfono sonó, era el numero de Bella.

-                      Hola. –atendí ansioso.

-                     Hola Ed. –me saludo mi hija muy feliz. Aun no me decía papa pero con tanta distancia entre nosotros ganarme su confianza de me asia cada vez mas difícil.

-                     Princesa! Como estas? Como esta tu mami? Te estas portando bien? –lo bombardee a preguntas.

-                     Estamos muy bien las dos, me porto, bien, como siempre. –aseguro lo ultimo con la voz mas inocente que le fue posible usar.

-                     Imagino que si. –dije entre risas. Seguimos hablando cerca de una hora, como todos los días. Esta vez no pedí para hablar con Bella ya que sabia que se inventaría alguna de sus excusas, fui un completo idiota al hablarle mal, pero en su momento me saco de quicio, yo diciéndole que no veria a mi hija en su cumpleaños y ella trataba de consolarme diciendo q habían mas cumpleaños por delante, como si yo no lo supiera, pero yo quería estar en todos y cada uno de sus cumpleaños. Termine de hablar con mi hija, me sentí tan triste, me hacia una falta enorme, ella y su mama obviamente. Desde que regrese de parís no tenia ojos para ninguna mujer, aparte de que me prometí que de ahora en adelante haría las cosas bien y seria solo de mi Bella, físicamente hablando ya que mi corazón siempre le permaneció a ella.

Llame a Alice para ver si me ayudaba a distraerme.

-                     Edward estoy muy ocupada, hablamos mañana en la cena en mi casa, no puedes faltar, quedo claro? –dijo con tono amenazador.

-                     Si Al, pero… -me corto.

-                     Adiós estoy ocupada, hasta mañana. –y colgó. En ese momento llamaron a la puerta, cosa rara porque para llegar a mi puerta primero debían pasar por el portero. Abrí y me encontré con la pesada de Victoria, desde mi regreso no había dejado de molestarme.

-                     Mi amor, estas en casa. –dijo la muy atrevida tirándose a mis brazos.

-                     Cuantas veces tengo que decirte que no soy tu amor. –dije mientras me la sacaba de en sima.

-                     Por favor no te resistas, ambos sabemos que me amas. –todos los días era lo mismo, me tenia cansado.

-                     Yo no te amo, tu no me interesas, solo tuvimos sexo un par de veces. Grábatelo! Mi corazón es de otra, amo a otra! –y luego le cerré la puerta en la cara.

Este tiempo sin Bella se me estaba haciendo eterno, sentía que me faltaba una parte muy importante de mi, pero ya había decidido irme a parís en la primera oportunidad.

Capítulo 19: Despedida Capítulo 21: Extrañandote I

 
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