EDWARD POV
Cuando llegamos al aeropuerto nos estaban recibiendo mis padres y a su lado una señora que se parecía mucho a Bella, por lo que supuse que tendría que ser su madre. Después de que Bella nos presentara nos encaminamos a casa, pero primero debíamos dejar a Bella y a su madre. Cuando llegamos a su casa, baje las maletas y me despedí de ella prometiéndole que el a noche iría a verla.
Cuando llegamos a casa casi no cabía en mi, ya tenía ganas de que fuera de noche para ir a ver a Bella, no habían pasado ni quince minutos y ya estaba extrañando el calor de su piel. Pero bueno también tenía que pasar algo de tiempo con mi padres, hacia tanto que no los veía.
-Hijo, no te has alimentado bien, mira que flaco estas.- me decía mi madre, mientras yo sonreía.
-Son ideas tuyas mamá, me he alimentado bien.- le dije mientras sonreía.
-Bueno y que tal el viaje, se divirtieron.- nos preguntó mi padre.
-Si mucho, no es así Edward.- me dijo Emmett.
-Si la pasamos genial, hay que repetir.- les dije mientras iba hacia mi habitación.
Llegué con las maletas y las puse en un lado, la verdad que no tenía muchos deseos de desempacar. Me tiré en mi cama a descansar un poco del viaje y en eso entró mi padre.
-Bueno, ahora que estamos solos te puedo preguntar algo.- me dijo mientras se sentaba en la cama.
-Si papá lo que sea.- le dije mientras me sentaba.
-Fuiste a la cabaña.- me dijo mientras yo sonreía.
-Si fui, y todo estaba como mismo lo habíamos dejado.- le dije mientras sonreía.
-Y sé que es ridículo preguntarte, pero supongo que llevaste a Bella.- me dijo mientras yo recordaba lo momentos pasados allí.
-Si papá, estuvimos una semana en la cabaña, digamos que le tomamos prestadas unas cosas de la casa a Alice.- le dije mientras ambos reíamos.
-Así se habrá puesto cuando vio que faltaban cosas.-me dijo mientras continuábamos riéndonos.
-Si por eso tuvimos que ir de compras, y sabes como es ella, que se va embullando y al final termina comprando todo menos lo que tiene que comprar.-le dije y los dos nos reímos.
-Que bueno que la hayan pasado bien.- me dijo mi padre.
En eso entró mi madre y se sentó a mi otro lado.
-Estuve hablando con tu hermana, al parecer lo de ella y Jasper va en serio.-me dijo sonriendo.
-Si esos dos son un caramelo, no se despegan para nada.- le dije mientras ella sonreía.
-Bueno, hablemos de ti entonces, lo tuyo y lo de Bella por lo que veo va en serio también.- me dijo mi madre y que yo podía decirle.
-Si mamá, la quiero tanto como ella a mi.- le dije mientras ella me daba un beso en la frente.
-Nos alegra por ti hijo.-dijo mi padre de lo más orgulloso.
-Es bueno que hallas encontrado a alguien que te haga feliz.-me dijo mi madre.
-Bueno será mejor que lo dejemos descansar.- dijo mi padre mientras ambos se levantaban para salir de mi habitación.
Y allí me quedé sentado en mi cama, la verdad era que con Bella me sentía muy feliz. Ella era mi otra mitad, aquella que me complementaba, con su humor extraño, y sus ideas retorcidas. Luego de estar pensando un rato me acosté y me quedé dormido, cuando me levanté me di una ducha y bajé a cenar. La cena fue rápida ya que estaba loco por ver a Bella.
Llegue a su casa y como suponía que iba a ser tuve que respetar el horario impuesto por su madre. Cuando llegó la hora de irme Bella me acompañó hasta el auto. Y allí le di un beso bastante apasionado.
-Te veo mañana.- me dijo mientras la abrazaba.
-Te veo luego.- le dije mientras me montaba en el auto.
-Que piensas hacer Cullen.- me dijo ella mientras yo sonreía.
-No cierres la ventana.- le dije mientras pisaba a fondo el acelerador y el auto salía chillando gomas.
Y esa noche regresé más tarde cuando todos dormían, el carro lo dejé parqueado unas cuadras atrás. La ventana que daba a la habitación de Bella tenía un gran árbol afuera. Así que con mis mejores aptitudes de alpinismo, lo escalé y me colé por la ventana. Tal parecía esto una escena de Romeo y Julieta.
Bella aún me estaba esperando despierta, cuando entré ella me besó, me abrazó y después sin hacer ruido nos acomodamos en su cama y dormimos toda la noche.
Al otro día me levanté muy temprano y salí, no quería que ningún vecino me viera. Pero antes de marcharme le dejé una nota.
Está amaneciendo...qué paz refleja tu cara cuando duermes. Ya es casi la hora de empezar un nuevo día y la verdad... reconozco que no me gusta nada madrugar. Pero debo marchar antes que me descubran. Te prometo regresar a verte más tarde.
Te amo. Tuyo por siempre y para siempre…
Edward Cullen
Después de eso salí de allí, recogí mi auto y me dirigí a casa, por suerte nadie me sintió llegar. Guardé el auto y me dirigí hacia mi habitación, pero cuando iba a mitad de escaleras, Alice me detuvo.
-Edward, podemos hablar un momento.- me dijo mientras yo me giraba a verla.
-De que quieres hablar Alice.- le dije ya que no tenía muchos ánimos de hablar con Alice.
-Es que se me a ocurrido una gran idea.- me dijo ella dando salticos.
-Suéltala Alice, no tengo todo el día.- le dije parándome frente a ella.
-Bueno pues, me preguntaba si te gustaría hacer el viaje hacia la universidad por la carretera.- me dijo ella muy emocionada.
-Si Alice lo que sea, pero díselo a los demás.- le dije mientras seguía subiendo las escaleras.
-Ya los demás lo saben, solo tienes que decírselo a Bella.- me dijo ella mientras yo me giraba a verla.
-Parece que yo soy el último en enterarme de las cosas.- le dije fingiendo un poco de enfado.
-Bueno si no te hubieras pasado la noche en casa de Bella, tal ves te hubieras enterado antes.- me dijo ella muy bajito.
-Enano ni se te ocurra de…
-No te preocupes hermano, tu secreto está bien guardado conmigo, yo soy una tumba.- me dijo mientras bajaba hacia la cocina.
Yo seguí hacía mi habitación y una vez llegue allí me tumbé en la cama. No es que no hubiera dormido, sino que me había acostado muy tarde y me había levantado muy temprano.
El resto de los días pasó entre los preparativos del viaje y las visitas diurnas y nocturnas a casa de Bella. Cuando le conté lo del viaje ella se emocionó mucho, me dijo que nunca había hecho un viaje por carretera. Así que decidí que si este iba a ser su primer viaje iba a ser memorable. Con Alice nos pusimos de acuerdo en que íbamos a ir todos en el volvo, que era el más grande. Y en las noches pararíamos y dormiríamos en unas tiendas de campaña que íbamos a llevar, y al otro día seguiríamos camino. Así solo nos demoraríamos dos noches con tres días en llegar…bueno eso si no nos perdíamos.
Ya hoy nos íbamos, era viernes y según los cálculos de Alice, para el domingo en la mañana deberíamos estar llegando a Denali. Así tendríamos tiempo de acomodar nuestras cosas en el dormitorio que nos asignaran. Eso era si a mi querida hermana no le daba por comprar un apartamento. Me levanté bien temprano para asegurarme de que todo estuviera listo. Una vez que había guardado las tiendas de campaña, las mantas, las lámparas y todo lo necesario subí hacia mi habitación a cambiarme.
Estaba ansioso por ver a Bella, hacía un día que no la veía porque Alice se la llevó de compras para preparar su equipaje. Lo que quería decir que no dejó que Bella escogiera nada, todo lo hizo ella. Mientras que yo me quedé con Emmett terminando de arreglar las cosas del viaje. Entre esas cosas tuvimos que hacerle una revisión completa al volvo, ya que no queríamos quedarnos rotos. Para cuando terminamos ya era muy tarde y estaba demasiado cansado. Así que le pasé un mensaje a Bella y me acosté a dormir.
Pero hoy por fin podría verla, y besarla, extrañaba tanto sus besos cálidos, sus brazos abrazándome. Cuando bajé todos estaban esperando, nos despedimos de nuestros padres subimos las maletas, mi guitarra y nos montamos en el volvo. Cuando llegamos a casa de Bella ella ya nos esperaba en la entrada. Bajé del auto y saludé a Renne mientras tomaba la maleta de Bella y la llevaba al auto. Bella se despidió de su madre y se montó en el auto a mi lado.
-Chicos si les molesta tápense los ojos.- les dije mientras besaba a Bella y ella enredaba sus manos en mi cabello.
-Edward si no se separan llamó a Renne y le digo donde duermes todas las noches.- nos dijo Emmett mientras nosotros nos separábamos sonriendo.
-Bueno será mejor que nos vallamos.- dije mientras ponía en marcha el auto.
Salimos y tomamos la autopista, el camino nos la pasamos cantando y por supuesto no podían faltar las bromas de Emmett. Íbamos pasando por una estación de servicio y nos detuvimos para revisar el combustible e ir al baño. Parquee el volvo y todos bajamos. Los chicos fueron hacia un súper que había allí mientras yo recargaba el tanque de combustible. Bella se encontraba a mi lado y entonces aproveché y tiré de ella mientras le robaba un beso.
-Y eso porque fue.- me dijo ella mientras sonreía.
-Porque te extrañé mucho.- le dije mientras le daba otro beso.
Al poco rato llegaron los chicos, por supuesto Alice había hecho unas compras las cuales traía Jasper. Y Emmett…bueno el venía comiendo. En una mano traía un cubo de alitas de pollo mientras que con la otra venía comiéndoselas. Nos montamos en el auto y seguimos camino.
-De verdad no quieren, están riquísimas.- nos decía el mientras se atragantaba con las alitas de pollo.
-Emm, no sigas comiendo que te van a hacer daño.- le decía Rose.
-Que va a mi nada me hace daño.- dijo el mientras continuaba devorando el cubo de pollo.
Dos horas más tarde nos encontrábamos parados a un lado de la autopista, ya que Emmett se comenzó a sentir mal le entraron ganas de vomitar. Allí estuvimos parados como una hora, mientras Alice le daba algo para los vómitos y él se reponía.
Retomamos camino pero esta vez Bella iba conduciendo y yo iba a su lado, así que aproveché y de un bolso de mano que traía saque unas sodas que aún estaban frías y unos sándwiches. Le brindé a los chicos y le di una a Bella…bueno a todos excepto a Emmett, creo que el no comería nada en lo que quedaba de tarde, solo se tomó una gaseosa y eso porque servía para el estómago.
Cuando empezó a atardecer comenzamos a buscar un lugar para pasar la noche. Paramos el auto en un lugar que parecía especial, bajamos las cosas, le puse la alarma y fuimos a acomodarnos. Armamos las tiendas, habíamos traído tres y en el centro recolectamos unos palitos e hicimos una fogata. La noche cayó lentamente mientras los seis nos encontrábamos alrededor de la fogata. Cenamos unas latas de carne que habíamos traído entre otras cosas.
Cuando fue bien tarde decidimos acostarnos. Pero siempre tenía que salir Emmett con sus comentarios inoportunos.
-Chicos no es por nada, pero por favor no hagan ruido, quiero dormir.-nos dijo a mi y a Bella.
-Emmett si quieres dormir tapate los oídos, o mejor si haces lo mismo que nosotros tal ves no nos oigas.- le dijo Bella mientras iba hacia la tienda de nosotros.
Todos se echaron a reír y nos fuimos a dormir, dentro de la tienda había un saco de dormir y una manta. Me acosté mientras Bella se recostaba a mi pecho.
-Que tal estas pasando el viaje.- le pregunté mientras ella me miraba sonriendo.
-La verdad que hasta ahora genial.- me dijo ella mientras me atraía para besarme.
-Pero quieres pasarla mejor.- le dije riéndome.
-Que estas pensando hacer.- me dijo ella mientras se sentaba.
-Sabes a que le tiene miedo Emmett.- le dije mientras buscaba en la mochila.
-A que.- me dijo ella expectante.
-Pues a los lagartos.- le dije mientras sacaba un frasco con un lagarto.
-Que piensas hacer.-me dijo ella mientras yo abría lentamente la tienda.
-Tu solo observa.- le dije mientras salía de la tienda.
Fui hacia la tienda de Emmett, la cual estaba más alejada. Cuando llegué allí levanté un poco una esquina y metí el lagarto. Ahora solo había que esperar que llegara donde estaba Emmett. Regresé con Bella y ella me miraba sonriendo.
-Pobre Emmett, va a pasar un susto de muerte.- me dijo Bella mientras yo entraba en la tienda.
-Tu solo escucha.- le dije mientras pegábamos la cara a la tienda.
Al cabo de 5 minutos se comenzaron a oír unos gritos, y como era de esperarse salimos a ver que era. Afuera ya estaba Alice y Jasper preguntándose también que sucedía. En eso salió Emmett de la tienda dando brincos y tratando de quitarse algo que estaba dentro de la camiseta. Pero al parecer no se dio cuenta de cómo salió porque traía unos bóxers blancos con corazones rojos. Emmett seguía dando vueltas con Rosalie detrás.
-Rose quítamelo, quítamelo.- le decía mientras Rose no podía evitar reírse también.
-Pero que tienes Emm.- le decía ella.
-No lo sé parece un dinosaurio.- le decía mientras se quitaba la camiseta y salía corriendo.
Allí nos quedamos todos riendo mientras Emmett corría dios sabe para donde, la verdad que aún no entendía su reacción, solo era una simple lagartijita. Hasta Rosalie se quedó allí riéndose ante la situación. Cuando Rosalie revisó la camiseta vio la lagartija, la verdad era pequeña, no llegaba ni a 10 centímetros.
-Quien se iba a imaginar que con el cuerpo y el tamaño que tiene, le iba a tener miedo a una lagartija.- decía ella mientras nosotros reíamos más.
Al cabo de 10 minutos apreció Emmett, venía serio.
-Emmett que sucedió, porque tanto alboroto.- le dijo Alice y este la miró muy serio.
-Saben no tiene gracia, ustedes también le tienen miedo a algunos animales.- decía el mientras recogía la camiseta y se la ponía.
-Pero Emmett mira si es pequeña.- le decía Rosalie mientras se la enseñaba.
-Aleja ese bicho de mi, es más si quieres dormir en la tienda te aconsejo que lo votes.- le dijo mientras le huía a Rosalie.
-Esta bien amor.- dijo ella.
-Que bueno pensé que no la ibas a votar.- dijo Emmett y miró a Rosalie.
-No estoy hablando contigo Emmett, estoy hablando con la lagartija.- le dijo esta mientras se alejaba de el
Todos nos echamos a reír, la verdad que Emmett estaba que echaba chispas, todo porque Rosalie había escogido a la lagartija antes que a él. Cuando llegó a una piedra la soltó.
-Solo espero que no se te ocurra entrar de nuevo a la tienda de nosotros.- le dijo ella mientras iba hacia donde estaba Emmett.
-Espero que te laves las manos.- le dijo mientras la señalaba.
-Pues no me voy a lavar nada, así que si no quieres que te toca, pues bien.- le dijo ella mientras se dirigía a la tienda.
-Pero amor entiéndeme, es que me da asco.- le decía Emmett mientras Rosalie se giraba.
-Asco, yo te doy asco.- esto se estaba poniendo bueno.
-No tu no, la lagartija.- le dijo Emmett.
-Pues te voy a decir algo, y que te quede claro, si no quieres que te toque simplemente porque toqué una simple lagartija, entonces ni se te ocurra acercarte a mi cuando tengas las manos embarradas de aceite.- le decía ella.
-Pero eso es diferente, a ti te gusta embarrarte de aceite conmigo.- le decía Emmett mientras trataba de acercarse a ella.
-Pues a partir de ahora no.- le dijo Rosalie mientras entraba a la tienda.
-Pero Rose… le decía Emmett mientras entraba detrás de ella.
Luego de que entraran a la tienda nos quedamos allí los cuatro riéndonos a más no poder. Era increíble lo infantil que se portaba Emmett a veces, parecía un niño chiquito. Después de reírnos suficiente por la escena que montó Emmet, entramos a la tienda. Bella se acurrucó nuevamente en mi pecho mientras yo la abrazaba.
-Buenas noches amor.- le dije mientras besaba su frente.
-Buenas noches.- me decía ella en un susurro.
-Te amo.- le dije mientras me acomodaba.
-Yo más.- me dijo mientras ella se apretaba a mi.
Esa noche dormimos tranquilamente, Emmett no se sintió más. Ya que en la madrugada desperté por unos sonidos muy extraños, y tomé una linterna para ver que era, no fuera un oso. Me moví tratando de no despertar a Bella y abrí lentamente la tienda. Alumbre hacia a fuera pero no veía nada, los sonidos venían desde la tienda de Emmett. Bueno en si era un oso, lo que no uno agresivo. Por suerte se arregló con Rosalie, porque sino como lo íbamos a soportar el resto del viaje. Cuando regresé con Bella ella abrió los ojos ligeramente.
-Que sucede.- me dijo mientras la acomodaba nuevamente.
-Nada un oso con Rosalie en la tienda.- le dije mientras ella sonreía y se acomoda contra mi pecho.
-Sabía que esos dos no estaban mucho tiempo peleados.- dijo ella mientras bostezaba y se quedaba dormida
Después de eso no recuerdo más nada, me dormí profundamente sintiendo el olor y el calor del cuerpo de Bella contra el mío.
por favor voten y dejen sus comentarios
|