Capítulo 3: La boda

¡Malditos tragos! ¡Maldita noche! ¡Jodido Club! ¡Jodido Cullen! ¡Maldita vida! ¡Maldito mundo!

-¡VIOLADOR!- grité mientras agarraba no sé qué y se lo aventaba por la cabeza a Cullen, pero lamentablemente el muy desgraciado lo esquivó.

-¡Joder mujer, tranquilízate! ¡La cabeza me estalla y tus gritos no ayudan!- levantó sus manos como para protegerse de mi siguiente ataque, esta vez creo que fue un reloj de la mesa de noche.

-¡QUE ME TRANQULICE, ABUSASTE DE MI!- grité histérica, y lo peor de todo es que ni siquiera me acuerdo un pedacito de lo que pasó anoche.

-¿Yo abusar de ti?- comenzó a sonar un celular, ¡maldición el puto sonido me martilla la cabeza!- Que yo sepa tú eras ayer la que rogaba “fóllame Cullen” “más rápido Eddie” “me matas Edward” ¿quieres que siga?- vi absolutamente todo rojo y pude sentir como mis mejillas se calentaban de tanta ira y ahí fue donde  todo mi autocontrol y capacidad de racionar se fueron a la mierda.

Agarré el aparato de dónde provenía el molesto ruido y sin pensarlo dos veces se lo lancé con todas mis fuerzas pero ¡demonios era más rápido que yo!, por lo que el aparato se estrelló contra la pared. Cuando vi volar una batería, recién me di cuenta que era un celular… ¿esperen es el mío?

-¡Maldita sea Swan, destrozaste mi bebé!- se arrodilló y bueno recogió lo que quedaba de su celular último modelo.

-Te lo tienes merecido, ahora escúchame bien, esto nunca pasó y quiero pedirte por favor QUE TE ALEJES DE MI- Dios mío te lo ruego, que con esto se aleje de mí, por favor por favorcito.

-¿Estás segura?- dijo mientras se levantaba y dejaba lo que quedaba de su celular en la mesa de noche y se acercaba peligrosamente a mí- Mira que yo no tengo ningún problema en recordarte lo bien que la pasamos anoche…- conformé avanzó me acorraló contra la puerta de la habitación y acercándose un poco más susurró en mi oído- Gatita

Me estremecí de pies a cabeza por cómo me llamo, pero esta vez sería fuerte, quiero decir el se aprovechó de mí, debería seguir insultándolo, practicar un poco de karate con él y darle un golpe donde más le duela, pero ¡Por la santa mierda! Este hombre me pone a mil, simple y llanamente me pone.

Así que  guardé todas mis macabras ideas y tras levantar rápidamente  mi mano le pegué una fuerte cachetada en su adorable mejilla, aproveché el momento y me escabullí de su encierro, busqué rápidamente mi ropa y tras sujetar bien la sábana me dispuse a salir de la habitación.

-Te veo en la boda preciosa- dijo con tono seductor.

Suspiré frustrada

-Aléjate de mí- contesté aún de espaldas.

-Oblígame- dijo en tono retador.

Sacudí la cabeza y salí de habitación. Que idiota era, él es Edward Cullen, nunca se alejará de mí hasta que obtenga lo que quiere, pero tendrá que aguantarse, porque yo no le daré el gusto tan fácilmente. Ya pasó una vez en el pasado, y él se rindió, así que supongo que se volverá a pasar, si es que la tentación no me gana y termino en la boca del león.

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El taxi me dejó frente a la casa de Alice, vi vagamente que mi Jeep estaba estacionado afuera de su casa, y la última vez que lo vi fue cuando salimos ayer a almorzar y luego vinimos para acá.

Quizá alguno de sus choferes lo trajo.

Mientras me dirigía hasta la puerta para quizá enfrentarme al interrogatorio más grande de toda la historia, otro taxi se estacionaba frente a la casa de Alice y de este bajó una muy sonriente  Rosalie que al verme se asustó y borró todo tipo de sonrisa que irradiaba en su rostro.

¡No puedo creerlo!

-¿Rose?

-¡No, el gato con botas!, claro que soy yo boba- reí ante su ocurrencia.

-Lo siento es que es muy raro verte llegar a estas horas.

-Lo sé y estoy segura que Alice me someterá al “Sillón rojo de la verdad” (1)- nuevamente reí – Y tu ¿Por qué llegas a estas horas um?- mi risa desapareció totalmente.

-Eh bueno… yo… yo…

-No puedo creerlo, Isabella Swan nerviosa, vamos chica confiésate ante mí, seré una tumba- hizo gestos con sus manos cerrando sus labios, poniéndoles candado, cerrando con llave y tirándolas por algún lado.

Rose y yo al igual que Alice y la zorra de Tanya hemos sido amigas desde muy pequeñas, siempre conspirando entre nosotras, haciendo travesuras, cubriéndonos las espaldas, nos hacíamos llamar “Las cuatro mosqueteras”. Y por más que desee ocultarle lo que pasó, no podía hacerlo.

-MeacosteconEdwardCullen- dije muy rápido.

-¿Qué Edward Cullen que?, vamos Belli habla bien.

Tomé todo el aire posible del planeta y tras meditarlo por cinco segundos me atreví a decirle:

-Me-acosté-con-Edward-Cullen- sus ojos se abrieron como platos casi saliendo de sus órbitas y su boca calló literalmente hasta el suelo.

-¿QUÉ TÚ QUÉ?- gritó

¡MI madre!, sabía de no debía contarle.

-Shh Rose baja la voz- supliqué

-¿Estás loca o que Bella? ¿Acaso los cachos que te puso tu marido te han afectado la cabeza?

-Auch Rose, eso me ha dolido- fingí

-Pero serás boba, ¡Dios es Edward Cullen!, el Edward Cullen que te acosaba en secundaria, el que te rogaba por una cita, el que era y es un playboy total, el que te hacía explotar y lanzar la cantidad de lisuras que se te vengan a la mente, el que quería meterse en tus bragas como sea y fíjate que lo ha logrado.

Me sonrojé terriblemente al recordar todo lo que ocurrió en mi adolescencia, sep, quizá haya obviado uno que otro detalle. Por ejemplo que sí me moría por él, y quien no lo haría tenía una mirada que te decía “ven y disfruta de los placeres de la vida” y una sonrisa que te mojaba las bragas al instante. Lo odio por ser tan irresistible y porque le encanta sacarme de quicio, creo que se volvió su hobbie cuando yo no le hacía caso.

-Lo sé Rose, se quién es Edward Cullen y créeme que no volverá a pasar.

-Si claro y yo soy Peter Pan, pero bueno lidiaremos con él después, ahora, ¿qué le diremos a Alice?

¡Mierda, Alice!                     

Miré con cara suplicante a Rose, quería que esto solo se quedara entre nosotras hasta que lo tenga todo controlado.

-Demonios, odio cuando haces esos ojitos, de acuerdo esto es lo que haremos…

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Rose abrió la puerta de la casa y entramos sigilosamente rogando por todo los cielos que Alice no esté despierta. Atravesamos la casa en puntitas y cuando finalmente llegamos al inicio de las escaleras y cuando nos creímos victoriosas, un ligero “EJEM” nos indicó todo lo contrario. Volteamos en cámara lenta y ahí en medio de la sala estaba parada Alice con los brazos cruzados.

¡Santa mierda!

-¿Se puede saber de dónde llegan a estas horas?- preguntó.

Mire a Rose y suplique que el “plan” sigua en pie.

-Bueno … ¡ayer me acosté con un tipazo!- chilló emocionada.

Abrí mis ojos como platos, este definitivamente no era lo acordado, necesito pensar en una buena excusa ¡YA!

-¡Wow! Rose yo creía que habías dejado la cacería- dijo Alice en tono divertido mientras ambas reían.

Fulminé con la mirada a Rose y ella solo me guiñó el ojo.

-Y tu Bells ¿Dónde pasaste la noche?

-Yo… yo… me pasé un poco de copas y…

-¡Madre mía! No me digas que alguien se aprovechó de ti- gritó.

-¿Qué? No para nada es solo que…

-Ella terminó muy mal y vino conmigo a casa y como estaba demasiado inconsciente no puedo oír el alboroto que hicimos con Emmett- dijo Rose.

Estaba impresionada y aliviada a la vez, vaya sorpresa me había dado.

-Así que la presa se llama Emmett – dijo Alice divertida.

-Así es amiga mía y creo que nos volveremos a ver por ahí- dijo Rose algo pícara.

-Mucha información para mí- dije mientras me desplomaba en el sillón.

-Bells lo que tú necesitas es una buena follada, porque lo que escribes en todos tus gloriosos libros no creo que te pase en la vida real- dijo Alice.

Si te contara amiga mía…

Solo sonreí ante el comentario de Alice.

-Bueno ya que está sanas y salvas iré a dormir un poco más, nos vemos más tarde- se despidió de ambas con un beso en la mejilla y subió las escaleras. Cuando escuchamos la puerta cerrarse ambas soltamos un fuerte suspiro.

-Estas consiente que tarde o temprano se dará cuenta ¿cierto?- dijo Rose.

-Lo sé

-Y que te torturará por no habérselo dicho ¿cierto?

-Lo sé

-Y que se pondrá a saltar en un pie cuando se entere que tú y su hermano se acostaron.

-Lo s.. ¿espera que?

-Es bastante obvio amiga mía, Alice siempre dijo que tú eras la perfecta para Edward- miré a Rose como si le hubiera salido un tercer ojo. ¿Yo? ¿Perfecta para Edward?

Una fuerte y sonora carcajada se me escapó debido al ilógico comentario de mi amiga.

-Rose-risa-por favor-risa-eso es ridículo- dije casi casi ahogándome de tanta risa.

-Es bastante obvio porque ustedes siempre eran como perros y gatos, como el fuego y el agua, osea para nada compatibles.

Al mencionar “gatos” un pequeño recuerdo vino a mi mente, mejor dicho fue un flash.

Flash back

 Tumbé a Edward contra la cama y empecé a gatear hasta llegar al inicio de sus pantalones para luego ronronear y pasar lentamente la punta de mi nariz contra su abultaba entre pierna.

-Oh pequeña gruñona, ¿acaso tienes complejo de gatita?

-Miau miau, gatita tiene hambre- dije haciendo un pucherito.

-Entonces no esperes más gatita- dijo guiñándome un ojo.

Muy ansiosa desabroché como pude sus pantalones, para luego bajar sus boxers y dejar libre su notable erección. Cuando saltó frente a mí me relamí los labios ante el “manjar” que tenía para degustar y sin pensarlo dos veces chupé con ansias la puntita.

-Be-lla-gimió.

Animada por su gemido me atreví a pasar mi juguetona lengua por toda su longitud, provocando que gimiera más fuerte. No aguanté más y lo introduje completamente en mi boca empecé a succionar con fuerza y a masajearlo con mis manos de arriba abajo, esto se sentía genial.

-Vamos gatita más fuerte… más- siseó

Fin del flash

Rose me sacó de mi torturador recuerdo zarandeándome ligeramente.

-Bells… Bellaaa- dijo mientras agitaba una de sus manos frente a mí.

-Sigo aquí- dije con un susurro.

-Puff como que estas un poquito ida ¿no crees cariño?, no me digas que Cullen ha dejado huella.

-No, para nada, es solo que me duele horrible la cabeza.

-Sip me imagino a mí también me está estallando la cabeza, juro nunca más volver a tomar- dijo frustrada.

-Y yo…

-Voy a acostarme un rato, hasta más tarde Bells- me dio en beso en la mejilla y subió dejándome completamente torturada por el pequeño “flash” si este era un pequeño fragmento de lo que pasó anoche, no me quiero ni imaginar lo demás.

12:10 am             

-¡¿Dónde demonios está?!- gritó Alice- Juro que lo castraré sino llega de cinco minutos.

Edward llevaba diez minutos de retraso y era quien debía llevar a Alice al altar, por si no les conté sus padres fallecieron hace poco más de tres años y bueno Edward sacó completamente solo la empresa adelante, mientras Alice con el apoyo de Jasper y el mío logró seguir con su exitoso trabajo de diseñadora.

-Tranquila Alice seguro no tarda- traté de tranquilizarla.

-¡¿Y Tanya?

-Tampoco llega- informó Rose.

Mi cerebro comenzó a funcionar a mil, ellos eran los únicos que faltaban, hasta Jacob estaba acá, lo cual descarta la posibilidad que Tanya esté con Él. Pero Edward no estaba… y si ellos dos… Pero que estoy pensando, porque tendría que preocuparme por esos dos, si quieren pueden enrollarse todo lo que quieran, pero no creo capaz a Edward de acostarse con ella después de haberse acostado conmigo… ¿o sí?

Escuchamos un auto estacionarse frente a la casa, me acerqué a la ventana y de un flamante volvo plateado bajaban Edward y Tanya muy sonrientes.

¡Que los parta un rayo!

-Llegaron- anuncié.

-Gracias al cielo, mataré al idiota e mi hermano, seguro que ha llegado con una de sus zorras- dijo Alice mientras salía de la habitación seguida por Rose.

Sonreí ante su comentario.

¡Y que zorra!

Me miré por última vez en el espejo, lucía radiante, nunca me había visto así, mis ojos prácticamente brillaban y tenía un aspecto de maravilla, lo cual no veía desde que me convirtieron en venado y mi vida se fue a la mierda. Quizá Alice tenía razón y necesitaba una buena follada.

Una última miradita y salí de la habitación encontrándome al borde de las escaleras con Edward y Tanya subiendo. Tanya sostenía el brazo de Edward y viceversa luciendo radiantes.

¡Que alguien me agarre porque ahorita me lanzo a dejar sin extensiones a esa zorra!

Alice y Rose se mostraron sorprendidas y confundidas ante la llegada de ambos… juntos.

-No es lo que piensan- dijo Edward, JA como si pudiera leer mentes.

-Mi carro se malogró poco antes de llegar acá y Edward como todo un caballero me ofreció traerme- afirmó Tanya.

Ya… ¿y es necesario el contacto físico entre ambos?

-Oh bueno, como siempre mi hermano todo un caballero- Alice no pudo evitar el sarcasmo en su voz- ahora trae tu culo acá y bajemos que estoy bastante retrasada por tu culpa- Edward se sonrojó ante el reproche de su hermana.

Edward se ha sonrojado Awww se le tan tierno…. Idiota.

Se separó de Tanya y sostuvo el brazo de su hermana.

¡Por fin rompieron contacto físico!

Tanya se colocó frente a ellos con una canasta de flores. Rose y yo nos colocamos detrás de ellos y sostuvimos el velo dela novia y tras escuchar la marcha nupcial  empezamos a descender lentamente por las escaleras.

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-Alice Cullen, acepta a Jasper Whitlock como su legítimo esposo, para marlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe.

-Acepto- contestó una radiante Alice.

-Jasper Whitlock, acepta a Alice Cullen como su legítima esposa, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe.

-Por supuesto que si

-Entonces por el poder que se me ha otorgado los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

Jasper jaló a Alice y tras agarrarla firmemente por la cintura se fundieron en un apasionado beso. Todo el mundo estalló en aplausos y las parejitas del lugar también se fundieron en apasionados besos, hasta mamá y papá. Desde la primera banca Jacob me lanzó un beso volado al cual sonreí y se lo devolví  y nada más al voltear atrás de la parejita recién casada estaba Edward guiñándome un ojo y lanzándome un sonoro beso volado.

¡Será idiota!

Le mostré mi adorable y hermoso dedo medio y él solo soltó una risita.

¡Maldito!

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La recepción era espectacular cada mesa, cada adorno, cada rosa, hasta los mozos lucían impecables, creo que Alice además de ser diseñadora debería ser diseñadora de interiores, así como Esme su madre que en paz descanse, era una mujer maravillosa cuanto me hubiera gustado que ella organizara mi boda, pero para eso tenía a su talentosa hija que definitivamente heredó sus dones  artísticos. Por otro lado Edward había heredado la pasión por los negocios de su padre Carlisle, lástima que no hubiera visto lo talentoso que era su hijo.

Jasper y Alice bailaron un hermoso vals como decía la tradición, luego pusieron música un poco más movida y Jacob me sacó a bailar.

Ojalá no me pise….

-Auch!- me quejé.

-Lo siento bebé- dijo Jacob, mientras intentaba recuperar el “ritmo”.

Es la quinta vez que me pisa el puto pie, necesitaré una venda después de este ridículo baile.

Tras darme una vuelta choqué contra un duro y fuerte pecho…adivino… Edward. Levanté lentamente mis ojos y ahí estaba, BINGO.

-Bella, me harías el honor de concederme este baile- dijo Edward mientras se separaba y me tendía la mano.

Con el rabillo del ojo pude ver que Jacob le guiñaba un ojo a Edward y hacía una seña con su mano, rió y luego se escabulló entre la gente. Algo hizo “Click” en mi cabeza y una fugaz idea atravesó mi extraño cerebrito, la cual fue desechada cuando Edward me pegó a él, agarró mi cintura y se colocó demasiado cerca, podía sentir su aliento y cada fibra de mi ser comenzaron a despertar.

-Hola gatita- susurró.

Bufé ante su manera de llamarme.

-No me digas así- dije mientras me recostaba en su hombro, lo sé, mátenme, estoy cayendo en la tentación, pero me sentía cansada, los tacos me matan y las pisadas de Jacob, puf mis pie iban a explotar.

-Mmmm y prefieres que te llame bebé- dijo burlón.

Me estremecí.

En sus labios suena demasiado sexy.

Lentamente me separé de su hombro y rosé mi mejilla con la suya hasta quedar a solo centímetros de sus labios, me sentía perdida en esos carnosos y rojos labios quería besarlo, demonios quería hacerlo, quería morderlos, succionarlos.

Mierda, la carne el débil.

Pero no, me prometí no volver a caer y no lo haría, tendría que sufrir un poquito más, no volveré a caer. Tras separarme rápidamente de Él me escabullí entre la multitud y me dirigí hacia el baño, el único refugio contra esa “bestia” malvada que estaba a mi asecho.

Entré y cerré rápidamente la puerta, me miré al espejo y mi cara estaba completamente roja, lo que producía ese engreído en mí. Suspiré y abrí el grifo para refrescarme un poco y ahí volvió el fugaz pensamiento que tuve. Jacob era prácticamente mejor amigo de Edward y viceversa, hoy lo demostró porque es un poco posesivo y aceptó sin rechinar que bailara con Edward.

Quizá, solo quizá Edward sea el indicado para poner en marcha mi diabólico plan, quiero decir, son mejores amigos, se llevan de maravilla y sobre todo Jacob le tenía mucha confianza, era consiente que si me metía con Edward y Jacob se enteraba acabaría con una gran amistad, pero la cosa es que Jacob se lo merece y yo ya me había metido con Edward.

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-Vamos chicas todas la solteras, Alice lanzará el ramo- dijo Tanya.

Juro que quería ir corriendo a ver si atrapaba ese ramo y me podría casar por segunda vez, pero Jacob me haría una escenita y me convenía que ambos estemos felices y contentos.

-¿Están todas?- preguntó Alice,  a lo cual todas asintieron- Bien entonces a la cuenta de uno… dos… TRES- lanzó el ramo, y vaya fuerza que tenía mi amiga, porque el ramo fue a parar derechito a mis manos, y eso que me encontraba bien lejos.

Todas voltearon a verme sorprendidas y Alice tenía una sonrisa de oreja a oreja, Jacob tenía una cara de susto y Edward, bueno Edward tenía su sexy e irresistible cara de siempre.

-La suerte es la suerte Bellita- gritó Alice para luego meterse en el auto y finalmente partir con Jasper a su luna de miel.

Luego que los recién casados se fueron Rose se me acercó junto con Tanya y me sacaron a bailar, bueno creo que podía aguantar una que otra canción más.

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¡Jodidos tacos! Juro nunca más en mi vida volver a ponérmelos, no sentía mis pies y tras bailar unas diez canciones más estaba segura que no caminaré dentro de una semana.

Cansada adolorida y frustrada me dirige hacia Jacob, quien hablaba muy animadamente con Edward.

-Jacke, amor podemos ir a casa, estoy muerta- dije mientras lo abrazaba.

Toma Cullen

-Claro bebé ahora nos vamos pero antes te tengo que informar algo.

-¿Qué cosa cariño?- dije mientras me sujetaba más a él y besaba su cuello, Edward nos miraba divertido, como si no le importara.

-Verás estaré fuera por tres meses- dijo apenado.

¡¡¡Wiiii se va se va se vaaa!!!

-¿Me dejarás sola cariño?- dije haciendo un pucherito.

-Ammm no exactamente, Edward se quedará en casa durante ese tiempo.

Abrí mis ojos como platos ¿Qué el que?, esto debe ser una broma, tres meses a solas ¿con él?, no sobreviviré.

Voltee a ver a Edward y rogaba que todo esto no sea verdad, que Jacob se irá y no me quedaré solita en mi casita disfrutando del silencio, pero NO, el muy muy descarado de Edward estaba sonriéndome de oreja a oreja.

¡No-me-jodas!

Hello

¿Qué tal chicas?

Aquí les traigo el tercer capítulo, este es algo raro y la mayor parte aburrido xd, pero el final me gustó, ¿se imaginan? Ambos en una casa… a solas… no sé piénsenlo xd