Por fin iba a cumplir por lo que había venido hasta aquí, iba a ir a buscar a la nueva híbrida. Caminé hasta encontrar el orfanato en el que la habían metido las monjas al enterarse que era un niña huérfana. Cuando llamé a la puerta del orfanato me respondió una voz femenina un poco grave.
-Hola soy el hermano de una niña que habéis recibido hace poco.
Entonces una monja me abrió la puerta y me invitó a entrar, y me llevó hasta su despacho.
-Dígame joven, ¿qué edad tienes?-Me preguntó.
-Con esa edad no puedes hacerte cargo de tu hermana.-me contestó.
-Ya lo sé, me la llevaré a vivir con mis tíos al igual que yo, tengo aquí su autorización para hacerse tutores legales de mi hermana, al igual que ya son mis tutores legales.-La cara de la monja cambió por completo y sonrío.
-Si es así, todo está en orden.-Dijo mirando el papel que la acababa de entregar.-Pero dígame joven, ¿cómo es que sus tíos ya eran sus tutores antes de que murieran sus padres?-Me preguntó.
-Bueno es que yo estaba viviendo en Londres porque estoy estudiando allí y mis tíos viven allí también, ni siquiera sabía de la existencia de mi hermana, hasta que salí de la universidad para hacerles una visita a mis tíos, y me lo contaron todo.
-Ah, así que usted es un joven responsable y estudioso.-Me dijo esbozándome de nuevo una sonrisa.-Pero tal como usted ha conocido la noticia de la existencia de su hermana supongo que no sabrá que aspecto tiene, ¿verdad?.-Me dijo a la vez que me miraba fijamente.
-Es cierto no sé que aspecto tiene, pero si sé como se llama.-La contesté, sabía como se llamaba gracias a que Demetri había hecho una pequeña visita al ayuntamiento en cuanto mi amo Aro me encomendó la misión, y había obtenido esa información para mí.-Se llama Laura Campos.-Repuse
-Sí, pues aclarado todo el papeleo acompáñeme y le mostraré donde está su hermana y se la podrá llevar.
De nuevo la monja me condujo por el orfanato primero pasamos por un patio en el que había unos nueve niños jugando al pilla-pilla, después de pasar por el patio, me llevo a un pasillo y entramos por la última puerta que estaba a la derecha, dentro de la habitación que era muy luminosa en ella se encontraba un sofá, cuadros y cinco cunas en una de ella se encontraba ella, la híbrida.
Rápidamente saqué de mi mochila una manta, para que cuando la monja me pusiera a la híbrida en mis brazos no notara el frío que yo desprendía. Me puso a la híbrida en encima de mis brazos cubiertos por la manta, la híbrida estaba profundamente dormida pero aún así su rostro iluminaba toda la habitación, era preciosa, su rostro era igual de precioso y de perfecto que el de un ángel. No podía creerlo pero en el momento en el que la cogí sentí mucho amor y a la vez mucho odio hacia ella. El odio que sentía era porque me recordaba muchísimo a Nessie, por el hecho de ser una híbrida y eso a su vez era muy egoísta por mi parte.
Salí del orfanato, después de agradecer a la monja por su hospitalidad y por su gran labor. Me dirigí rápidamente hacia el aeropuerto no quería pasar ni un día más en Seattle, así evitaría encontrarme de nuevo por accidente o por casualidad con Nessie, y también me libraría ya de la híbrida, se la entregaría a mi amo Aro y este me recompensaría por haber cumplido con éxito mi misión.
En el avión hice lo mismo que cuando me dirigía hasta Seattle, leí mi libro sobre el arte y la arquitectura griega por quinta vez y escuché un poco de música.
Las dos azafatas del avión se me quedaban mirando extrañadas por que viajaba con una bebé. Me ofrecieron un biberón de leche caliente para la híbrida, y lo acepté. Cuidadosamente se lo di se lo bebió entero. Mientras la híbrida bebía lentamente del biberón me fijé en sus ojos que me miraban fijamente, eran verdes.
En cuanto aterrizó el avión me bajé de él lentamente porque llevaba a la híbrida en mis brazos, salí del aeropuerto y conduje mi BMW M6 negro hasta mi casa, el palacio de los Vulturis.
Entré en el palacio, me fui directamente hasta donde se encontraban mis amos, y cuando me vieron entrar con la híbrida me miraron sorprendidos y asombrados a la vez.
-Querido Alec, veo que has cumplido con éxito la misión que te encomendé, y lo has hecho muy rápido.-Me dijo mi amo Aro.
-Yo diría que lo ha hecho en un tiempo muy apropiado para la situación.-Repuso mi amo Cayo.
-Alec me alegra ver que has cumplido con tu cometido perfectamente.-Me dijo mi amo Marco esbozándome una sonrisa que muy gustoso yo le devolví.
-Querido Alec, sabes que tengo por costumbre recompensarte a ti y a tus hermanos cuando cumplís con éxito las misiones más importantes que os encomiendo.-Me dijo mi amo Aro sonriéndome.
-¿Qué recompensa le darás?-Preguntó mi amo Marco.
-Quizás alguna humana para que se divierta con ella y después se la coma.-Repuso mi amo Cayo.
-No hermanos eso se quedaría corto, comparado con la misión que Alec ha cumplido. Le recompensaré con algo que jamás habríais pensado vosotros ni el mismísimo Alec.-Contestó mi amo Aro dejándonos realmente sorprendidos a mis amos Cayo y Marco y a mí.
-¿Qué será?-Dijo realmente divertido mi amo Cayo.
-Alec, hijo mío, te recompensaré haciéndote cargo de la híbrida hasta que complete su proceso de crecimiento.-Respondió mi amo Aro dejándome absorto en mis pensamientos.
Genial, ahora tendría que cuidar de la híbrida hasta sus 8 años, para que completara su proceso de crecimiento. Tendría que aguantar a la persona que más odiaba en el mundo, la odiaba con mayor intensidad que con la que odié a Jacob tiempo atrás.
- A parte de ser tu recompensa será otra gran misión que tendrás que cumplir.-Repuso mi amo Aro, distrayéndome de mis pensamientos y trayéndome de vuelta a la realidad.
-Claro amo.-Contesté fingiendo una gran sonrisa en muestra de mi gran recompensa.
-Puedes irte Alec, deberás traerme a la híbrida dentro de ocho años. Pero tú puedes estar en el palacio siempre, esta es tu casa.-Me dijo con una gran sonrisa en muestra de triunfo.
Y realmente había triunfado y yo había perdido, desde ahora tendría que cuidar de una híbrida, a la que odio desde lo más profundo de mis ser.
|