BPOV
Ya estaba terminando mis estudios y faltaba una semana para mi graduación y sería enfermera, amaba mi profesión, ya que desde niña soñé con ayudar a los médicos y a los pacientes darles un mejor confort.
Además estaba ansiosa por terminar este ciclo ya que después de esto tendría trabajo inmediatamente gracias a mi padre. Él me había conseguido una entrevista con el director del Hospital de Fork, él era amigo de él y dejando de lado, él me quería allí porque tenía buena referencias de la Universidad y de los centros donde estuve haciendo las prácticas.
Estaría con mi padre, con él no teníamos mucho acercamiento, ya que yo siempre estuve con mi madre, pero hablábamos seguido, hace tiempo que no iba a Fork, así que de alguna manera no sabía si había cambiado mucho, supongo que no, ya que es un pueblo donde no surge mucho, pero es un pueblo con gente muy agradable.
Recuerdo cuando era pequeña y me pasaba las vacaciones con mi padre, íbamos a la Push dónde vivía Jacob, él era mi único amigo de ese pueblo, pero que después perdimos el contacto, lo único que supe que estaba terminando sus estudios de medicina y que se estaba especializando en Pediatría. Eso me hacía feliz por él ya que tengo buenos recuerdos de él y de nuestra amistad.
Ahora era diferente, llegaría a trabajar, estaba tan emocionada, no sabía que me esperaría. En la universidad no tuve cabeza para nada más que mis estudios, tenía conocidos, pero amistades no, quería volver y reencontrarme con mí pasado de infancia. Quizás encontraría el amor. No había querido asumirlo, pero sentía un vacío en mi corazón y sabía que faltaba eso de los sentimientos por alguien, más allá de amistad. Tenía la esperanza que en algún momento llegaría y sabría inmediatamente si era el correcto o no.
Pasaron los días y llegó el día de mi graduación, estaba conmigo mi madre Reneé y Phil su marido. Mi padre por su trabajo no pudo ir, ya que como Jefe de la policía no podía darse ese lujo. Pero no me importó ya que sabía que él estaba orgullosísimo de mí y que en una semana más estaría con él. Fue una ceremonia hermosa, llena de emociones ya que fui graduada con honores por mis calificaciones y mi desempeño.
Preparé todo en la semana, empaqué todo lo que necesitaría en mi nuevo hogar y tomé todo y llegue al aeropuerto para embarcarme a mi lugar de trabajo. Tomé le vuelo a Fork, llegaría como las seis de la tarde y estaría mi padre. Estaba ansiosa de verle, eran tantos años que no le veía. Al bajar del avión y caminar por el pasillo de salida, le vi parado un poco impaciente también, le levanté la mano para que supiera que le había visto. Ahí estaba mi padre, con más canas en su cabello pero con la misma mirada de siempre, al verle me lancé a sus brazos con desesperación, me corrieron las lágrimas por estar así con mi padre y me di cuanta que lo extrañaba demasiado.
-¡Papá! Cuanto te extrañé, le dije llorando.
-Bells, yo también, estoy tan orgulloso de ti, no sabes lo feliz que me haces de que estés conmigo ahora. Me dijo sollozando también.
-Charlie ahora estaremos juntos por un buen tiempo, le dije.
-sí eso será hasta que encuentres novio, me miró y me guiñó el ojo.
-papá no digas eso, vine a trabajar y a estar contigo, le dije.
-Quien sabe Bells, en Fork encuentras a tu media naranja, me dijo con una sonrisa sarcástica.
Charlie sonó como si sabía algo, o como si estaba planeando algo. Caminamos a la patrulla de mi padre y nos fuimos a Fork. Charlie me miraba con devoción.
-Hija no puedo creer que ya eres toda una profesional de la salud y que estés a punto de trabajar con mi mejor amigo. Me dijo con entusiasmo.
-Papá, estoy nerviosa por la entrevista, no sé si estaré bien, no sé si todas las expectativas que se han hecho de mi pueda lograrlo, le dije con preocupación.
-Hija no digas eso nunca más, tú eres inteligente y sabrás demostrar que todo lo que eres capaz de ser y hacer. Me dijo con un tono autoritario.
-lo sé papá, pero es que me da miedo, tengo un presentimiento de algo y no sé que es, le dije.
-bueno quizás es porque todo esto en nuevo para ti, pero sé que sabrás enfrentar todo, como un Swan sabe hacerlo, ok, me dijo dándome animo.
Pasaron los minutos y ya estacamos en la casa de papá, llegué a mi antigua habitación, estaba igual a como la deje hace años, solo que un nuevo color en las paredes, una nueva cama, un nuevo escritorio. Me di cuenta que Charlie había comprado muebles nuevos solo para que me sintiera mejor.
-¡Gracias papá¡ le grité desde mi dormitorio a donde estaba él.
-¿Por qué? Me gritó.
-¡Por los muebles! ¡Están lindos! ¡Sobre todo la cama! Le dije.
-Que bueno que te gustaron hija, la cama la escogió Jacob, me dijo abriendo los ojos, ¿te acuerdas de él?
-¿Jacob? Dije con tono de asombro, claro que me acuerdo de él, fue mi mejor amigo cada verano que la pasaba contigo, ¿cómo está él? Y ¿Cómo es eso que él escogió mi cama?
-Bueno, él está bien y está terminando su residencia de medicina en el hospital y en un mes más hace su examen y le dan la licencia de medico pediatra. Él me ayudo a escoger tu cama un día que andaba por los muebles y me lo encontré en la tienda, así que de alguna manera él la escogió. Me dijo explicando todo.
-¿o sea que lo veré en el hospital?, me alegro que sus sueños también se hayan realizado, debe estar emocionado por ello y su familia, dije con alegría.
-Sí hija conocerás mucha gente valiosa y respetable, me dijo guiñándome el ojo.
Sabía que Charlie se tramaba algo pero no sabía todavía nada de que se trataba. Empecé a desempacar y acomodar mis cosas, aun faltaban que me trajeran mis cajas de libros así que durante la semana los tendría conmigo. Ya era miércoles y mañana jueves tendría la entrevista con el Director del hospital, estaba nerviosa pero también ansiosa, quería salir de eso y sentirme libre en mi trabajo si es que lo conseguía. Con solo saber que en el hospital estaría Jacob me sentía más ansiosa, quería verle y conversar como lo hacíamos cuando niños.
Esa noche dormí placenteramente aunque me costó dormirme, pero lo logré desperté temprano me di un baño y me vestí para desayunar con Charlie, él me llevaría al hospital de paso a su trabajo.
Llegamos temprano y Charlie me llevó a la oficina del Director, él ya estaba en su oficina y nos dejó entrar.
-Así que tu eres la famosa Bella, me dijo Carlisle.
-me sonreí ruborizándome y le dije, -sí soy yo.
-es un placer por fin conocerte, me tendió la mano y me dio un abrazo de lo más amable.
-el mío también, le dije.
-bueno te dejo con mi mejor amigo, así que me voy tranquilo Bella. Me dijo mi padre, despidiéndose.
-no te preocupes Charlie, queda en buenas manos, dijo Carlisle.
-bueno Bella, directo al grano, he recibido muy buena referencia tuyas desde la universidad donde estudiaste, se de tus calificaciones tanto en lo teórico como en las practicas que tuviste durante le proceso y saliste con honores, así que eso un buen punto parta comenzar y para estar seguro de que debes estar entre nosotros. Me dijo con alegría en su rostro.
-Me halaga mucho escuchar eso de usted, espero no defraudarlo, le dije con timidez.
-No pienses eso Bella, creo que aquí realizaras un buen trabajo, esta de más recordarte que puedes contar conmigo en todo. Me dijo con una sonrisa en sus labios.
Carlisle era de la edad de mi padre quizás mas joven, pero que con solo mirarle reflejaba, respeto, amabilidad y sinceridad.
-Bella acompáñame a conocer las dependencias del hospital para que se te haga mas familiar, ok.
Nos levantamos y salimos de la oficina, yo le seguía y estaba atenta a todo lo me indicaba y mostraba, llevábamos varios minutos en eso cuando en medio de un montón de funcionarios que me saludaban y daban la bienvenida, vi enfrente de mi unos hermosos ojos color verde turquesas que me miraban con asombro y admiración, me sonrojé inmediatamente al verme reflejada en ellos, y reaccioné cuando de repente esos ojos ya nos estaban allí, se habían ido, ¿dónde? No sé. Desaparecieron en un dos por tres. Carlisle se dio cuenta de mi reacción y sonrió. Siguió mostrándome lo que quedaba y al final volvimos a la oficina para arreglar lo del contrato y darme el turno de trabajo y mis obligaciones.
-Bella, vi que en el pasillo viste a un chico alto de cabellos cobrizo de ojos verdes turquesa, ¿recuerdas?, me dijo preguntado.
-Sí, parece, le dije como no dándome a entender que sabía de que estaba ablando.
-Bueno, él es mi hijo Edward, hoy terminó su residencia y en un mes más da su examen para su licencia médica. Él estará con nosotros en un tiempo más. Me dijo con orgullo en sus palabras.
-Y ¿cuál es su especialidad? Pregunté, para desviar un poco el sentido de sus palabras.
-Cirugía plástica, me dijo. Él será un buen cirujano, es muy detallista y muy humano, le encanta su trabajo y su área.
-se nota que estas orgulloso de él, no es para menos, deben estar todos orgullos, sobre todo su novia, lo dije cómo para salir de la curiosidad, no se porque lo dije, solo salió.
-Carlisle rió, si estamos todos orgulloso de él, es un buen hijo, un buen muchacho y un buen médico, y no tiene novia, si es eso que quieres saber, me dijo con una sonrisa de complicidad.
Inmediatamente me sonrojé sin decir una sola palabra, solo que con eso dije todo. Era divino, su estatura, su rostro, sus cabellos, y sus ojos, no hallaba la hora de conocerlo y de saber más de él. Si estaba haciendo la residencia entonces Jacob debía conocerle, ahí tendría otra excusa para verle.
-bueno Bella ya firmaste tu contrato y ya estas lista, eres parte del plantel del hospital. Me dijo Carlisle abrazándome, Espero que mañana nos acompañes a cenar a la casa para que conozcas mi familia y así conozcas a más gente.
-¡sería genial! Gracias, claro que estaremos ahí con Charlie. Le dije saliendo de la oficina.
Al salir me quedé paralizada al ver a esos ojos cautivadores de hace un rato, sin decir nada solo mirándolo fijamente escuché a Carlisle.
-¡Edward! Que bueno que estas aquí, te presento a Isabella el nuevo jefe de enfermería, dijo. Me levanté y le vi sonrojarse, al pobre se le habían caído todos sus libros al verme.
-Es un gusto señorita, soy Edward Cullen, me tendió la mano para saludarme muy cortésmente.
-¡Bella! Le dije. –me gusta Bella es más lindo, le sonreí y sentí como mis mejillas ardían.
-¡Ok! Bella es un placer, bienvenida. Ya más repuesto me dijo con una sonrisa sin quitarme la mirada.
-Tu padre me dijo que estabas terminando tu residencia y que solo te queda tu examen final, le dije para enfriar un poco la situación.
-¡Sí! Hoy terminé hace una hora así que ahora solo a estudiar y prepararme para el examen que es en cuatro semanas más, me dijo con más soltura.
-Me alegro, ¿espero que después de graduarte estés con nosotros en el hospital? Le dije con cierta ansiedad en mis palabras.
-Bueno eso dependerá si el director del hospital me contrata, se rió mirando a su padre que estaba con una sonrisa en sus labios y sus ojos me miraban con alegría.
-Bueno eso se verá después que se gradúe Doctor cullen, primero es lo primero, lo miró su padre y le guiñó el ojo.
-¡Claro! Primero es lo primero, dijimos en conjunto con Edward mirándonos sin pestañar. Nos reímos todos y me despedí.
-bueno, fue un placer Edward, espero verte pronto por estos lados, le di la mano y un beso en la mejilla, no se donde salio ese impulso, solo se dio.
En ese momento, solo quise salir e irme a mi casa. Tenía mucha vergüenza de lo que había hecho pero era que salio del corazón, solo quería que llegara le día del sábado para volverle a ver y estar sumergida en sus hermosos ojos verdes.
Cuando estaba por salir del hospital, sentí mi nombre gritar, era mi amigo Jacob Black, venía corriendo a mi encuentro, y me abrazo tan fuerte que le yo le retribuí de la misma manera, estaba feliz de verle, no había cambiado mucho, seguía con esa sonrisa hermosa y esos ojos medios achinados, solo que estaba muy musculoso, con sus cabellos cortos, se veía tan lindo con su delantal de pediatría llenos de dibujos infantiles.
-¡Jacob! Que alegría encontrarte aquí, le dije eufórica.
-Bella, no sabes lo feliz que estoy al saber que vendrías y que estarías trabajando aquí. Me dijo feliz.
-Amigo tenemos tantas cosas que hablar, de verdad, aunque después no supimos mucho de los dos, siempre seguiste siendo mi mejor amigo, le dije.
-También tu Bella, aunque yo siempre supe de ti, Charlie me tenía informado. Me dijo son una sonrisa en su rostro.
-Porque no vas el domingo a la casa y salimos y conversamos, ¿que te parece? Le dije.
-¡claro! Buena idea, te veo el domingo, yo te voy a buscar, me dijo.
Nos despedimos con un abrazo fuerte por el reencuentro con mi amigo y me fui feliz a mi casa.
Había sido una mañana llena de emociones, primero mi nuevo trabajo, me encontré con mi mejor amigo y lo más importante conocí al ser más hermoso en todo la vida. Fue una mañana esplendida.
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