Lo que significas para mi

Autor: Ainely
Género: Romance
Fecha Creación: 20/02/2012
Fecha Actualización: 20/02/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 4
Visitas: 9820
Capítulos: 7

¿Que pasa cuando en el pasado optaste por huir, aunque fuese contra tu voluntad? ¿Y si los fantasmas del pasado vuelven más fuertes que nunca cuando habias pensado que todo se había solucionado?

 

Hola chicas os dejo la secuela de Destino, espero que os guste.

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Capítulo 3: Tres años sin ti

Edward POV

Aún consigo recordar aquella tarde, hace tres años, cuando volvía de recoger a mi pequeña del colegio, dispuesto a convencer a Seth y a hacerle ver que nosotros lo queríamos y no le haríamos daño. Pero cuando entramos en la casa y empezamos a buscarlos por cada uno de los rincones de esta no los encontramos, cuando abrí el armario y lo encontré vacío el corazón se me quebró en mil pedacitos. Ellos se habían ido sin despedirse, ni siquiera nos avisaron de que posiblemente se fueran.

FLASHBACK

-Papi, donde está mi mami, y mi hermanito? – preguntó Sophie entrando en mi habitación y sentándose a mi lado en la cama. En ese momento era incapaz de articular una sola palabra, por lo que me limité a estrecharla fuertemente entre mis brazos.

-Porque lloras? Les ha pasado algo malo, es que en mi habitación ya no están las cositas de Seth – dijo. Al escuchar esas palabras comprendí que definitivamente había perdido a la única persona que me podía hacer completamente feliz. Había perdido al amor de mi vida. Hasta que mi pequeña no me hizo aquella pregunta no me di cuenta que las lágrimas resbalaban por mis mejillas como si de una cascada se tratase.

Al cabo de una hora en la que estuve pensando y asimilando todo lo que sucedía recostado en mi cama, conseguí sacar fuerzas de donde creía que no tenía y me dirigí al salón en busca de alguna carta o de algún tipo de despedida por parte de mi amor. Una vez en el salón empecé a buscar desesperado, hasta que encima de la mesa principal me di cuenta que había una cinta y una cámara de video, que al salir de casa no había dejado allí. Rápidamente cogí la cinta y la puse en el video, en cuanto cliqué el botón de play, la dulce imagen de mi amada apareció en la gran pantalla plana. Pero antes de empezar a ver la grabación, preferí esperar a que mi princesa estuviese dormida, ya que sabía que a ella le ponía muy triste que llorase delante de ella, además que debería ser cuidadoso a la hora de explicarle que Bella y Seth se habían ido y nos habían dejado a los dos solos. Debería ser muy cuidadoso porque Sophie veía a Bella como su madre y la pérdida de ella le resultaría muy dolorosa.

-Papi, a que no sabes lo que he hecho hoy en el cole? – dijo mi niña mientras entraba corriendo en el salón y yo rápidamente apagaba el televisor para que no viese la imagen de Bella.

La hora de acostar a Sophie llegó y con ello un sinfín de preguntas acerca del paradero de Bella y Seth. Preguntas a las que yo todavía no le podía responder, porque ni yo mismo sabía donde se encontraban. Si lo hubiera sabido habría salido disparado de casa en su busca, pero ese no era el caso. Después de casi media hora intentando que Sophie se relajara y se durmiese, apagué la luz de su lamparita y me dirigí al salón cerrando la puerta de la sala detrás de mí. Velozmente encendí el televisor y decidido le di al botón para que empezase la grabación. En ella se encontraba una Bella muy triste y llorando empezaba a explicarme.

-Hola mi amor. Supongo que cuando veas este video ya te habrás dado cuenta que nos hemos marchado. Lo siento mucho mi amor, pero no podía hacer nada más. Siempre te dije que para mí lo eras todo, aunque también siempre te deje claro que sobre todas las cosas del universo se encontraba mi pequeño Seth. Él es el verdadero motivo de nuestra partida. Mi pequeño es demasiado pequeñito para vivir todo lo que ha vivido y esta situación lo superaba, por lo tanto después de escucharle toda la noche como me lloraba y me rogaba que nos fuésemos, con el corazón encogido he decidido hacerle caso. – hizo una pequeña pausa y se limpió las grandes lágrimas que corrían por su rostro, al igual que el mío que en estos momentos se encontraba desencajado por el dolor y repleto de lágrimas. – Mi amor, lo siento, no sé que haré en esta vida sin tu compañía ni tu amor, pero sobretodo sin el amor de mi pequeñita Sophie, aunque sé que ella sufrirá bastante es pequeña y al final conseguirá olvidarme y volver a ser la niña feliz de siempre. No os quiero, os amo con todo mi corazón. Por eso espero que comprendáis mi partida y porque lo hago, y en estos momentos lo que más anhelo que algún día me perdonéis. Os amo – y con esas palabras se acabó la grabación.

Definitivamente se habían ido y lo peor de todo es que no sabía a dónde, pero lo que también me dolía mucho es saber que ella se había ido en contra de su voluntad. En cierta parte la entendía, porque si mi pequeña hubiese pasado lo mismo que Seth, posiblemente hubiese actuado de una manera similar. Pero eso no quitaba que el inmenso agujero negro que se encontraba en mi pecho casi no me dejaba respirar del dolor. Había algo que tenía muy claro, la amaba como jamás llegaría amar a nadie más. Pero ahora lo más difícil sería decírselo a Sophie sin llorar ni romperme delante de ella. En este momento debía ser el fuerte de los dos, pero interiormente me encontraba como si se hubiesen llevado mi alma.

Al día siguiente decidí que Sophie no iría al colegio y que sacaría el valor suficiente para decírselo. Después de darle mil y una vueltas al caos que se había vuelto mi vida en unas pocas horas conseguí dormirme a las dos de la madrugada.

Unos besitos en la cara me despertaron y al abrir los ojos me tope con dos pequeñitas esmeraldas que me observaban fijamente. Odiaba tener que darle la noticia pero debería hacerlo antes que ella sacase sus propias conclusiones.

-Buenos días mi amor – le dije besando su sonrosada mejilla.

-Hola papi, que no ha venido mami a dormir? – inquirió.

-De eso te quería hablar mi vida. - empecé – mami se ha ido porque tu hermanito Seth estaba enfermito y se ha tenido que ir con él a cuidarlo-

-Pero vendrá dentro de poquito? – dijo frunciendo su ceño

-No mi amor, ellos ya no pueden venir, porque como está enfermo no podrán venir a vernos nunca más. Pero ellos nos quieren mucho. – sus ojos se empezaron a aguar.

-Pero me llamará para hablar conmigo? – dijo mientras leves lágrimas se deslizaban por sus mejillas – yo quiero mucho a mi mami, y ella me prometió que siempre estaría conmigo y siempre me querría- dijo rompiendo a llorar y abrazándose a mi cuello.

-No mi amor, ella no llamará- Pero no te preocupes ella te quiere mucho y aunque ahora estemos nosotros solitos estaremos muy bien – intenté animarla pero ni yo mismo me creía esas palabras. Ella me soltó y salió corriendo hacia su cuarto donde se encerró y no me dejó entrar en todo el día.

FIN FLASHBACK

Desde aquel día las cosas habían sido muy distintas. Yo me dedicaba exclusivamente a mi trabajo y a mi hija. Me había vuelto en una persona dura y poco social a la que no le gustaba relacionarse con nadie que no fuese de mi familia o del trabajo, vivía en mi propio mundo y era ajeno a todo aquello que sucedía a mí alrededor. Sophie había llevado muy mal la perdida de Bella y de Seth y no lo acababa de aceptar. Por su parte las cosas también habían cambiado mucho, pasó de ser una niña alegre y muy abierta a la gente a ser una niña que no hablaba con nadie. Era como si de repente se hubiese vuelto auténticamente muda, ni siquiera a mí me hablaba. Nunca sonreía. Pero lo peor de todo es que no aceptaba que nadie se acercase a su alrededor, eso era un privilegio que únicamente yo tenía. A pesar de estar siempre abrazada a mí, no permitía que nadie se acercase ni a mi familia se lo permitía.

Y todo esto había sucedido desde que Bella decidió irse. Aunque no la culpase del todo en ciertos momentos no podía evitar pensar que todo esto era por su culpa, pero minutos más tarde siempre me arrepentía de pensar aquello y volvía a amarla en silencio.

Todos los lugares de este pueblo me recordaban a ella y a mi pequeña le sucedía lo mismo. La multitud de psicólogos a los que la llevaba siempre me decían que no sabían que tenía mi hija pero este último al que habíamos asistido, me había comunicado una posible solución. Según él la solución sería llevarla a algún sitio totalmente opuesto a Forks y vivir allí durante un tiempo para ver como se adaptaba y se relacionaba y sobretodo nos había aconsejado que fuésemos toda la familia la que nos mudásemos y aunque a ella le resultase difícil debería ingresar en una escuela, ya que no era bueno que se encontrase tan alejada de los niños de su edad.

Por ese motivo junto con mi familia empecé a buscar algún lugar donde tuviese una sucursal de mi empresa para irnos a vivir. Habiamos decidido que

iríamos a Miami, pero una tarde en la que los hombres estábamos mirando casas, las mujeres de la familia entraron chillando que sabían el sitio perfecto para vivir. Así que por ese motivo ahora nos encontrábamos en Florida. Realmente eras un lugar precioso, este lugar me trajo recuerdos de Bella ya que ella siempre soñó con vivir en algún lugar soleado. ¿El lugar donde estaría viviendo ahora sería soleado y con playa? Me pregunté pero era una incógnita que jamás podría llegar a resolver.

De todo lo que íbamos a hacer lo más complicado sería conseguir que Sophie fuese a una escuela. Antes de comentarle a ella nada, la matriculamos en una de las mejores escuelas del estado, era de pago y en esta escuela, los niños eran los hijos de la gente más importante y adinerada de toda la ciudad.

Cuando le comunicamos a Sophie que debería ir a la escuela al principio se enfado mucho pero después de unos días en los que ni me miraba al final vino a mí me dio un abrazo y con ello entendí que aceptaba lo de la escuela aunque no fuese de su total agrado.

Las clases ya habían comenzado pero decidí que hasta que todos los niños no se hubiesen relajado por el reencuentro con sus amiguitos no la llevaría, prefería esperar a que las clases empezasen en su totalidad para que ella empezase a asistir.

-Edward! – chilló Alice entrando en mi despacho.

-Hola Alice – le dije seriamente, al igual que mi hija no lo había superado aún y me resultaba completamente difícil el simple gesto de sonreír. – A que debo el gusto de tu visita? – inquirí.

-Pues vengo a comunicarte que el otro día mama y yo fuimos a la escuela de Sophie y según mamá allí estaba una persona- empezó a decir.

-Alice, tengo faena, me da igual quien estuviese allí – la corté.

-Ni siquiera te importa saber que o era una chica muy parecida a Bella o era Bella? – me cuestionó.

-Que! – exclamé sorprendido y levantándome de mi sitio de golpe para empezar a dar vueltas por el despacho como un león enjaulado.

-Pues lo que oyes. Como no estaba muy convencida he estado buscando información y hablando con gente de la escuela y Isabella Swan vive en esta ciudad y lo más importante es que por lo que me han contado sus hijos estudian en la institución Roberts – dijo con una sonrisilla en su cara.

-Pero si ahí es donde estudiará Sophie – dije para mi mismo pero demasiado alto ya que Alice me escuchó.

-Siii! No te parece fascinante el destino os está volviendo a dar una oportunidad – chilló aplaudiendo.

-No hagas tanto ruido Alice. Pero una cosa, has dicho hijos – dije

-Eso es algo que deberemos preguntarle cuando la veamos, ya que no he tenido el privilegio de ver a los niños. Al único que me pareció ver fue a Seth. Está más guapo y más grande. – dijo orgullosa, a pesar de no ser de nuestra sangre y de ser el verdadero culpable de lo que sucedió, lo amábamos y volver a verlo para mí sería un regalo del cielo. – Por eso he pensado que Sophie podría ir mañana a la escuela y así encontrarnos con ella casualmente – dijo remarcando la palabra con las manos.

Y con ese plan se marchó del despacho. Había una cosa de la que estaba totalmente seguro. Recuperaría Bella, costase lo que costase y conseguiría volver a ser la familia que éramos antes, pero por lo visto con una personita más.

Capítulo 2: El pasado siempre vuelve Capítulo 4: Enfrentando los temores

 


 


 
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