La Sangre Nunca Miente (+18)

Autor: Nemesis_Keinus
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 24/10/2011
Fecha Actualización: 11/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 5
Visitas: 5963
Capítulos: 6

Las sombras siempre me acompañaron, pero cuando porfin pude ver una oportunidad de tener luz en mi vida, el responsable de darmela me traiciono, ahora debo asumir las consecuencias y existir por siempre!


Edward deja a Bella en luna nueva sin saber que con su partida un verdadero infierno se liberara en el mundo de Bella!

2011-11-02

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Capítulo 3: Feliz Cumpleaños Bella.

Capitulo II:

Feliz Cumpleaños Bella.

 

 

Bella pov:

 

Después de clases Edward y yo nos dirigimos al estacionamiento de la escuela, donde me acompaño hasta mi camioneta, pero esta vez me abrió la puerta del copiloto. Alice debía de haberse llevado su coche a casa para que él pudiera evitar que yo consiguiera escabullirme.

Esto era el colmo, porque no entendía que no deseaba festejar este día.

 

-          ¿Es mi cumpleaños y ni siquiera puedo conducir?

-          Me comporto como si no fuera tu cumpleaños, tal y como tú querías.

-          Pues si no es mi cumpleaños, no tengo que ir a tu casa esta noche...

-          Muy bien (cerró la puerta del copiloto y pasó a mi lado para abrir la puerta del conductor).

-          Feliz cumpleaños.

-          Silencio. (mascullé con poco entusiasmo. Entré por la puerta abierta, deseando que él hubiera optado por la otra posibilidad. Mientras yo conducía, Edward jugueteó con la radio sin dejar de sacudir la cabeza con abierto descontento.)

-          Tu radio se oye fatal. (Puse cara de pocos amigos. No me gustaba que empezara a criticar el coche. Estaba muy bien y además tenía personalidad.)

-          ¿Quieres un estéreo que funcione bien? Pues conduce tu propio coche. (no iba a permitir que me molestara con sus comentarios sobre mi auto, ya estaba en el tope de mi paciencia por culpa de Alice su fiesta y esos estúpidos sueños raros que producía mi subconsciente. Estaba ansiosa y preocupada, algo pasara esta noche y no sé por qué pero siento que no será nada bueno. Llegamos a la casa de Charly pero no reaccione en que pasaba hasta que Edward hablo nuevamente.)

-          Deberías estar de un humor estupendo, hoy más que nunca. (su aliento, cargado con su aroma me desconcertaban, estaba tan cerca de mi rostro. Pero debía ser fuerte y no ceder tan fácilmente.)

-          ¿Y si no quiero estar de buen humor? (mi respiración empezaba a ser errática.)

-          Pues muy mal. (fue ahí donde falle, ya que lo mire a los ojos ardiendo de pasión, sin dudas estaba más que confusa. Pero cuando me beso perdí toda noción del mundo, tal como él pretendía, sin duda, olvidé todas mis preocupaciones, y me concentré en recordar cómo se inspiraba y espiraba. Su boca se detuvo sobre la mía, fría, suave y dulce, hasta que deslicé mis brazos en torno a su cuello y me lancé a besarle con algo más que simple entusiasmo. Sentí cómo sus labios se curvaban hacia arriba cuando se apartó de mi cara y se alzó para deshacer mi abrazo. Edward había establecido con cuidado los límites exactos de nuestro contacto físico a fin de mantenerme viva. Aunque yo respetaba la necesidad de guardar una distancia segura entre mi piel y sus dientes ponzoñosos y afilados como navajas, tendía a olvidar esas trivialidades cuando me besaba.)

-          Pórtate bien, por favor. (me pidió mientras se bajaba de la camioneta y llegaba rápidamente hasta mi lado para abrirme la puerta y ayudarme a bajar. Al bajar no pude evitar robarle otro beso el cual disparo mi pulso, hasta el punto que creí que mi corazón explotaría por la presión. Delicadamente él se apartó de mi asiéndome saber que me estaba pasando de los límites impuestos por él.)

-           Crees que esto mejorará algún día?

-          ¿Alguna vez conseguiré que el corazón deje de intentar saltar fuera de mi pecho cuando me tocas? (esa pregunta me la hacía contantemente, pero no pude meditar mucho ya que el hablo con arrogancia y altanería.)

-          La verdad, espero que no. (la verdad no se me ocurrió nada mejor que rodar los ojos y empezar a caminar hacia la casa.)

-          Anda, vamos a ver cómo los Capuleto y los Montesco se destrozan unos a otros, ¿vale?

-          Tus deseos son órdenes para mí.

 

Después de entrar, acomode todo para ver la película, yo me había recargado sobre el pecho de Edward en el sofá y miraba la película, o lo intentaba ya que Edward se la paso recitándome todas las citas de romeo en el oído. En algún punto de la película, Edward dijo algo que me hiso centrarme únicamente en él. Por lo cual pause la película.

 

-          ¿Sabes?, Romeo no me cae nada bien.

-          ¿Y qué le pasa a Romeo? (no entendía que le desagradaba de romeo, era uno de mis personajes favoritos y sus palabras me desconcertaban.)

-          Bien, en primer lugar, está enamorado de esa Rosalinda, ¿no te parece que es un poco voluble? Y luego, unos pocos minutos después de su boda, mata al primo de Julieta. No es precisamente un rasgo de brillantez. Acumula un error tras otro. ¿Habría alguna otra manera más completa de destruir su felicidad? (solté un largo suspiro, esto no pintaba bien.)

-          ¿Quieres que la vea yo sola?

-          No, de todos modos, yo estaré mirándote a ti la mayor parte del rato. (dijo mientras me cubría con sus brazos.)

-          ¿Te vas a poner a llorar?

-          Probablemente.

-          Si estás pendiente de mí todo el rato.

-          Entonces no te distraeré. (pero sentí sus labios contra mi pelo y eso me distrajo bastante.)

 

Reinicie la película, pero no vi más que una pequeña parte, ya que mi atención se dirigía a cierto vampiro de pelo cobrizo, que me recitaba, los versos, cada vez con mayor dulzura. Poco antes del final Edward volvió a hablar.

 

-          He de admitir que le tengo una especie de envidia. (en esos pocos momentos de atención a la pantalla, pude ver el clímax de la película, por lo cual era un mar de lágrimas. Así que me gire y lo mire, mientras retiraba la evidencia de mi excesivo sentimentalismo. Así que dije lo primero que se me ocurrió.)

-          Ella es muy guapa. (el bufo molesto.)

-          No le envidio la chica, sino la facilidad para suicidarse. (lo dijo como si fuera un chiste, eso me descoloco.)

-          ¡Para vosotros, los humanos, es tan sencillo! Todo lo que tenéis que hacer es tragaros un pequeño vial de extractos de plantas...

-          ¿Qué? (qué demonios decía, mi pregunta sonó como un gruñido sofocado.)

-          Es algo que tuve que plantearme una vez, y sé por la experiencia de Carlisle que no es nada sencillo. Ni siquiera estoy seguro de cuántas maneras de matarse probó Carlisle al principio, cuando se dio cuenta de en qué se había convertido... (su voz era seria y sus ojos tenían una mirada sombría, pero tan pronto como apareció se fue y su voz se volvió ligera y juguetona.)

-          Y no cabe duda de que sigue con una salud excelente. (él no me decía algo estaba segura y tenía que saber que pasaba.)

-          ¿De qué estás hablando?

-          ¿Qué quieres decir con eso de que tuviste que planteártelo una vez? (el me miro y respondió.)

-          La primavera pasada, cuando tú casi... casi te mataron... (hizo una pausa para inspirar profundamente, luchando por volver al tono socarrón de antes.)

-           Claro que estaba concentrado en encontrarte con vida, pero una parte de mi mente estaba elaborando un plan de emergencia por si las cosas no salían bien. Y como te decía, no es tan fácil para mí como para un humano.

 

Los recuerdos de mi último viaje a Phoenix me embargaron y durante un segundo sentí cierto vértigo. Aún conservaba en mi memoria, con total nitidez, el sol cegador y las oleadas de calor procedentes del asfalto mientras corría a toda prisa y con ansiedad al encuentro del sádico vampiro que quería torturarme hasta la muerte. James me esperaba en la habitación de los espejos con mi madre como rehén, o eso suponía yo.

No supe hasta más tarde que todo era una treta. Lo que tampoco sabía James es que Edward se apresuraba a salvarme. Lo consiguió a tiempo, pero por muy poco. De manera inconsciente, mis dedos se deslizaron por la cicatriz en forma de media luna de mi mano, siempre a varios grados por debajo de la temperatura del resto de mi piel.

Sacudí la cabeza, como si con eso pudiera deshacerme de todos los malos recuerdos e intenté comprender lo que Edward quería decir, mientras sentía un incómodo peso en el estómago.

 

-          ¿Un plan de emergencia? (repetí.)

-          Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti (puso los ojos en blanco como si eso resultara algo evidente hasta para un niño.)

-           Aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarían..., así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturis.

 

No quería creer que hablara en serio, pero sus ojos dorados brillaban de forma inquietante, fijos en algo lejano en la distancia, como si contemplara las formas de terminar con su propia vida. De pronto, me puse furiosa. Como se atrevía a pensar en algo así. Pero un nombre me resulto familiar y no pude contenerme a preguntar, ese nombre lo escuche en mis sueño de la noche anterior y quería saber que era, después pensaría en como reprender a Edward por su insensatez.

 

-          ¿Qué es un Vulturis?

-          Son una familia, una familia muy antigua y muy poderosa de nuestra clase. Es lo más cercano que hay en nuestro mundo a la realeza, supongo. Carlisle vivió con ellos algún tiempo durante sus primeros años, en Italia, antes de venir a América.

-          ¿No recuerdas la historia?

-          Claro que me acuerdo.

 

Ahora que lo pensaba un poco, el que su nombre apareciera en mi sueño solo era un reflejo de mi inconsciente, tratando de remarcar algo importante, pero como sabia ese nombre?. Recuerdo la primera vez que fui a la casa de los Cullen, la enorme mansión blanca escondida en el bosque al lado del río, o la habitación donde Carlisle, el padre de Edward en tantos sentidos reales, tenía una pared llena de pinturas que contaban su historia personal.

El lienzo más vívido, el de colores más luminosos y también el más grande, procedía de la época que Carlisle había pasado en Italia. Naturalmente que me acordaba del sereno cuarteto de hombres, cada uno con el rostro exquisito de un serafín, pintados en la más alta de las balconadas, observando la espiral caótica de colores. Aunque la pintura se había realizado hacía siglos, Carlisle, el ángel rubio, permanecía inalterable. Y recuerdo a los otros tres, los primeros conocidos de Carlisle. Edward nunca había utilizado la palabra Vulturis para referirse al hermoso trío, dos con el pelo negro y uno con el cabello blanco como la nieve. Los llamó Aro, Cayo y Marco, los mecenas nocturnos de las artes. Pero porque su nombre apareció en ese extraño sueño, porque al escuchar su nombre sentía náuseas y desprecio, porque quería que sufrieran?  Pero antes de que las preguntas sobre esas razones y reacciones de mi cuerpo Edward me saco de mis cavilaciones con su voz.

 

-          De cualquier modo, lo mejor es no irritar a los Vulturis.

-          No a menos que desees morir, o lo que sea que nosotros hagamos. (su voz tenía un deje de aburrimiento y hasta cierto punto desesperanza. Por las posibles perspectivas. La ira en mi interior se transformó en terror. Tomé su rostro marmóreo entre mis manos y se lo apreté fuerte.)

 

-          ¡Nunca, nunca vuelvas a pensar en eso otra vez! ¡No importa lo que me ocurra, no te permito que te hagas daño a ti mismo!

-          No te volveré a poner en peligro jamás, así que eso es un punto indiscutible.

-          ¡Ponerme en peligro! ¿Pero no estábamos de acuerdo en que toda la mala suerte es cosa mía? (estaba enfadándome cada vez más y no sé porque, pero creía que eso era muy malo.)

-          ¿Cómo te atreves a pensar en esas cosas? (la idea de que Edward dejara de existir, incluso aunque yo estuviera muerta, me producía un dolor insoportable, era la peor agonía que pudiera siquiera creer que existiría.)

-          ¿Qué harías tú si las cosas sucedieran a la inversa? (con eso solo quería debilitar mis argumentos.)

-          No es lo mismo. (Él no parecía comprender la diferencia y se rió entre dientes.)

-          ¿Y qué pasa si te ocurre algo? ¿Querrías que me suicidara? (Un rastro de dolor surcó sus rasgos perfectos y pareció pensarlo.)

-          Creo que veo un poco por dónde vas... sólo un poco.

-           Pero ¿qué haría sin ti?

-          Cualquier cosa de las que hicieras antes de que yo apareciera para complicarte la vida. (con eso el suspiro y me abrazo.)

-          Tal como lo dices, suena fácil.

-          Seguro que lo es. No soy tan interesante, la verdad.

-          Eso es discutible. (pude ver en sus ojos que esto no terminaba ahí. Repentinamente, se incorporó adoptando una postura más formal, colocándome a su lado de modo que no nos tocáramos.)

 

No tarde mucho en entender la razón, ya que Charly apareció en la entrada de la casa con la patrulla, cuando entro a la casa, traía consigo unas cajas de pizza, después de cenar con Charly, actividad en la que Edward declino, pues  alegando ya haber cenado, se inició una charla que quería evitar.

-          ¿Le importaría si me llevo a Bella esta tarde? (mire a Charly guardando la esperanza de que quisiera pasar un cumpleaños familiar, solo padre e hija, de ese modo me salvaría de Alice con su fiestecita y la maldita sensación de que algo malo iba a pasar.)

-          Eso es estupendo, los Mariner juegan con los Fox esta noche, así que seguramente seré una mala compañía... Toma (genial, primero Edward, luego Charly y para empeorar me acaba de lanzar una cámara, que acaso hoy era el día de “traicionemos a bella”. Por suerte Edward la cacho antes de que tocara el suelo.)

-          Buena atrapada, Si han organizado algo divertido esta noche en casa de los Cullen, Bella, toma algunas fotos. Ya sabes cómo es tu madre, estará esperando verlas casi al mismo tiempo que las vayas haciendo.

-          Buena idea Charly, yo me asegurare de que lo haga. (tome la cámara de las manos de Edward y le tome la primera foto a él.)

-          Si él se asegurara, seguro estará en todas. (al decir esto Charly torció el gesto y prefirió cambiar el tema.)

-          Estupendo. Oye, saluda a Alice de mi parte. Lleva tiempo sin pasarse por aquí.

-          Se lo diré papá, pero ella paso por aquí hace tres días, adiós papá, te veo en la noche.

-          Con su permiso Charly. (en cuanto Charly se encamino al sofá Edward me tomo de la mano y me llevo hasta mi vieja camioneta, durante el camino a su casa nos sumergimos en una inútil discusión sobre, coches y regalos absurdos, pero una petición de Edward me descoloco.)

-          ¿Puedes hacerme un favor?

-          Depende de lo que sea. (Suspiró y su dulce rostro se puso serio.)

-          Bella, ya te había dicho que el último cumpleaños real que tuvimos nosotros fue el de Emmett en 1935. Déjanos disfrutar un poco y no te pongas demasiado difícil esta noche. Todos están muy emocionados.

-          Vale, me comportaré.

-          Probablemente debería avisarte de que...

-          Bien, hazlo.

-          Cuando digo que todos están emocionados... me refiero a todos ellos.

-          ¿Todos? Pensé que Emmett y Rosalie estaban en África. (El resto de Forks tenía la sensación de que los retoños mayores de los Cullen se habían marchado ese año a la universidad, a Dartmouth, pero yo tenía más información.)

 

-          Emmett quería estar aquí.

-          Pero... ¿y Rosalie?

-          Ya lo sé, Bella. No te preocupes, ella se comportará lo mejor posible.

 

Ok, tal vez podría culpar de mi inquietud e incertidumbre el hecho de saber que Rosalie, la otra hermana adoptiva de Edward, la cual me profesara un odio infundado este aquí, lo cual me hacía estar en este estado, pero lo acababa de saber y tenía toda la mañana sintiendo esta extraña opresión en el pecho. Por lo que a Rosalie se refería, yo era una intrusa indeseada en la vida secreta de su familia.

Me sentía terriblemente culpable por la situación. Ya me había dado cuenta de que la prolongada ausencia de Emmett y Rosalie era por mi causa, a pesar de que, sin reconocerlo abiertamente, estaba encantada de no tener que verla. A Emmett, el travieso hermano de Edward, sí que le echaba de menos. En muchos sentidos, se parecía a ese hermano mayor que yo siempre había querido tener..., sólo que era mucho, mucho más amedrentador.

-          Así que, si no me dejas regalarte el Audi, ¿no hay nada que quieras por tu cumpleaños? (y volvemos con el auto, que no lo entiende no lo deseaba. Lo único que deseaba era estar con él por siempre.)

-          Ya sabes lo que quiero. (Un profundo ceño hizo surgir arrugas en su frente de mármol. Era evidente que hubiera preferido continuar con el tema de Rosalie. Parecía que aquel día no hiciéramos nada más que discutir.)

-          Esta noche, no, Bella. Por favor.

-          Bueno, quizás Alice pueda darme lo que quiero. (Edward gruñó; era un sonido profundo y amenazante.)

-          Este no va a ser tu último cumpleaños, Bella.

-          ¡Eso no es justo! (después de esas palabras nos sumimos en un silencio incomodo, hasta llegar a su casa. Pero cuando llegamos ahí, no me esperaba tal horror, ante mis ojos, la casa había sido decorada desde el más mínimo detalle y eso que solo podía ver la fachada. Gemí con horror. Cuando planeaba mi huida maestra, Edward me detuvo recordando me ser comprensiva, pero incluso él tenía problemas para controlar su irritación, así que tuve que dejar mis planes de fuga para otra ocasión.)

-          Esto es una fiesta. Intenta ser comprensiva.

-          Seguro. (Él dio la vuelta al coche para abrirme la puerta y me ofreció su mano.)

-          Tengo una pregunta. (el me miro curioso, pero con un gran toque de cautela en sus ojos.)

-          Si revelo esta película (dije mientras jugaba con la cámara entre mis manos)

-          ¿aparecerás en las fotos?

Edward se echó a reír. Me ayudó a salir del coche, me arrastró casi por las escaleras y todavía estaba riéndose cuando me abrió la puerta.   Todos nos esperaban en el enorme salón de color blanco. Me saludaron con un «¡Feliz cumpleaños, Bella!», a coro y en voz alta, cuando atravesé la puerta. Enrojecí y clavé la mirada en el suelo. Alice, supuse que había sido ella, había cubierto cada superficie plana con velas rosadas y había docenas de jarrones de cristal llenos con cientos de rosas. Cerca del gran piano de Edward había una mesa con un mantel blanco, sobre el cual estaba el pastel rosa de cumpleaños, más rosas, una pila de platos de cristal y un pequeño montón de regalos envueltos en papel plateado.

 En definitiva esto era mil veces peor de lo que esperaba, y para empeorar todo la sensación de desesperación parecía crecer en mí, si esto seguía así Jasper lo notaria, eso era seguro, por lo que me centre en ver el rostro de Edward y tratar de gozar la fiesta por mi familia vampiro. En cuanto entramos Esme me abrazó con cuidado y su pelo suave del color del caramelo me rozó la mejilla cuando me besó en la frente. Entonces, Carlisle me pasó el brazo por los hombros.

-Siento todo esto, Bella. No hemos podido contener a Alice. (Como si hubiera un poder mortal o inmortal que pudiera parar a Alice.)

Rosalie y Emmett estaban detrás de ellos. Ella no sonreía, pero al menos no me miraba con hostilidad. El rostro de Emmett se ensanchó en una gran sonrisa. Habían pasado meses desde la última vez que los vi; había olvidado lo gloriosamente bella que era Rosalie, tanto, que casi dolía mirarla. Y Emmett siempre había sido tan... ¿grande?

-          No has cambiado en nada (soltó Emmett con un tono burlón de desaprobación.)

-          Esperaba alguna diferencia perceptible, pero aquí estás, con la cara colorada como siempre.

-          Muchísimas gracias, Emmett (le agradecí mientras enrojecía aún más. Que acaso no podía dejar de hacer eso. Y el muy descarado todavía se ríe como loco.)

-          He de salir un minuto (hizo una pausa para guiñar teatralmente un ojo a Alice.)

-          No hagas nada divertido en mi ausencia.

-          Lo intentaré.

No tuve mucho tiempo para reaccionar, antes de tener a Alice se me acercara a una velocidad inverosímil y empezara a saltar, pidiéndome abrir los regalos.

-          Es la hora de abrir los regalos (y sin más me remolco hasta la pila de regalos. Puse mi mejor cara de mártir.)

-          Alice, ya sabes que te dije que no quería nada...

-          Pero no te escuché, ahora ábrelos. (me quito la cámara y me entrego una caja plateada, la tarjeta indicaba que era de parte de Emmett, Rosalie y Jasper. Al abrirla note que era algún instrumento electrónico, con un montón de números en el nombre, pero en la caja no estaba el artilugio.)

-          Mmm... gracias. (A Rosalie se le escapó una sonrisa. Jasper se rió.)

-          Es un estéreo para tu coche, Emmett lo está instalando ahora mismo para que no puedas devolverlo. (Alice siempre iba un paso por delante de mí.)

-          Gracias, Jasper, Rosalie y gracias Emmett. (Escuché su risa explosiva desde mi coche y no pude evitar reírme también. Él lo estaba disfrutando.)

-          Abre ahora el de Edward y el mío. (no puede ser por más que se lo pedí él no me escucho. No espere nada más, me gire y lo mire con una mirada asesina, mientras apretaba los puños.)

-          Lo prometiste. (en ese momento Emmett, cruzo la puerta y se colocó rápidamente junto a sus hermanos.)

-          ¡Justo a tiempo!

-          No me he gastado un centavo. (Al ver sus ojos, tan sinceros toda mi furia se esfumo y no pude negarme. Emmett rió entre dientes con placer.)

-           Dámelo Alice.

Tomé el pequeño paquete, dirigiendo los ojos a Edward mientras deslizaba el dedo bajo el filo del papel y tiraba de la tapa.

-          ¡Maldita sea! (murmuré, cuando el papel me cortó el dedo. Lo alcé para examinar el daño. Sólo salía una gota de sangre del pequeño corte. Entonces, todo pasó muy rápido.)    

-          ¡No! (la voz de Edward, era fiera y dura).

 

No tuve tiempo de reaccionar, Jasper había saltado contra mí, con los dientes expuestos, pero en un instante sentí como una masa me golpeaba en el costado y me lanzaba lejos, lamentablemente, al momento de caer sentí un fuerte dolor en la cabeza y todo se volvió oscuridad. Pero de nuevo en esa oscuridad, me invadió esa sensación de familiaridad, al percibir en el aire un aroma, dulce con un toque de lavanda y anís, abrí los ojos, trate de ponerme de pie y ubicar donde estaba al observar a mi alrededor vi un lago claro y cristalino, en sus orillas se podía observar animales bebiendo,  cerca de él había un castillo inmenso, a sus espaldas se podía ver un bosque grande, espeso y siniestro, cuando por fin pude ponerme de pie sin perder el equilibrio empecé a andar, con dirección hacia el castillo, tal vez ahí encontraría ayuda, o por lo menos saber dónde estaba?

Cuando llevaba la mitad del camino recorrido, pude escuchar los cascos de un caballo acercarse, no tardó mucho en aparecer un jinete, sobre un caballo negro azabache, no lo distinguí bien hasta que se detuvo ante mí, al desmontar, anduvo hasta mí y se arrodillo, pude ver que era más grande que Emmett, su cuerpo era hermoso, solo llevaba una gabardina negra sin mangas, no llevaba camisa lo cual te dejaba ver lo desarrollado de su pecho y las inmensas cicatrices en él, unos pantalones rectos de cuero, con unas botas negras a juego con el pantalón, en su cinturón pude ver una espada, su cabello negro corto y arreglado, cuando alzo el rostro, tuve que dejar salir todo el aire de mis pulmones, era el hombre de mi sueño, el hombre que me sostenía mientras moría, él se puso de pie y toco mi rostro con un cariño que casi me hace llorar.

-          Mi princesa, no sabes cuánto tiempo espere para verte otra vez!

-          No sabes todo lo que sufrimos,…… tus hijos te han extrañado tanto!

-          Pero eso no importa, he venido a advertirle!

-          Tu pasado te sigue, pero yo lo alejare de ti!

-          Yo sé que has creado un nuevo destino para ti, y juro que lo protegeré! (todo eso lo dijo con una convicción y lealtad que me abrumo, en ningún momento retiro su mirada de la mía. En esa mirada él me lo decía todo. Pero yo tenía tantas dudas, que no pude detenerme en preguntar.)

-          Quién eres? Que es todo esto? Que es este lugar? Porque estoy aquí? Dímelo, no entiendo! (yo estaba confundida y molesta, necesitaba respuestas lo antes posible.)

-          Veo que sigues teniendo ese espíritu de lucha característico de tu familia, jajajajaa!

-          De que te ríes? Yo necesito respuestas y te exijo que me las des! (no sabía de donde había salido el valor para decir eso, pero mi tono salió con una autoridad que yo no sabía que poseía.)

-          Veo que tus hijos tenían razón, tu nunca sederas, no importa si nos recuerdas o no! (qué? Hijos! , esto no era posible, era la segunda vez que los mencionaba.)

-          Que hijos?, yo no tengo hijos! Solo tengo 18 años!

-          Te equivocas mi princesa, tú alma tiene 659 años más o menos, no lo recuerdo, en esos años no llevábamos un buen registro del tiempo transcurrido.

-          Además, los años de los de tu raza, son diferentes a los de los humanos!

-          Qué? de que, hablas no entiendo nada!

-          Tranquila mi princesa eso no es necesario, solo vine a darle un mensaje, lo mejor es que olvide lo demás, solo recuerde lo que le voy a decir en este momento! (cuando dijo eso, me miro directamente a los ojos y sus facciones eran muy serias, pero aun así me parecía que eran de cierto modo cálidas)

-          Que necesito saber?

-          Escucha con atención, en su raza hay ciertos detalles sobre como existen y viven, pero uno de los más importantes, es el hecho de que los miembros de la familia real no son realmente dueños de su Ibdreys, veras, una vez que un guardián se enamora, su existencia se divide en dos partes, se fragmenta por así decirlo, estos dos fragmentos son la esencia (Codriest, es como se le pronuncia en nuestra lengua pero es que no existe manera de escribir esto en español, tengo problemas con encontrar palabras que expresen las de mi lengua, disculpen.), la cual posee los reflejos de sus deseos más primitivos y antiguos, al igual que todo el conocimiento adquirido durante su existencia en el universo, es la parte más pura y brutal del guardián, y sin dudas la más letal, ya que un guardián que solo posee esta parte, solo podrá cumplir con un propósito y este es destruirlo todo sin importar quién o que se interponga en su camino, en resumen, un miembro de su familia que solo posee su esencia(Codriest)  es una máquina de guerra, un dador de muerte.

 

Claro que por esa razón existe la segunda parte de la fragmentación, la cual es el carek (N/A: es una representación de un fragmento de algo parecido a lo que consideran alma en muchas religiones, es difícil de explicar, si alguien quiere una explicación más clara se la doy en mi correo), él carek es la parte que encierra todo el control, la lealtad y raciocinio entre lo plenamente bestial y lo mortal, es la parte que determina lo justo, de lo humano y soberbio, pero lo más importante de la división es el hecho de que la esencia (Codriest) se queda en el cuerpo del guardián, mientras que el carek es incrustada en el cuerpo y el corazón del compañero, es una manera en la cual el guardián le demuestra su amor y lealtad eterna a su pareja, pero también se vuelve terriblemente vulnerable, ya que es un ser incompleto, si su pareja le traiciona o es destruida el caos reina, veras la razón de esto es que la pareja del guardián es su nexo con lo mortal, es su cadena al mundo, si esta cadena se rompe, la esencia somete el cuerpo del guardián y su poder, es en ese momento en el que el guardián es una verdadera amenaza y puede llegar a ser necesario destruir el cuerpo del guardián, para detener el caos, los poderes de los de su raza son prácticamente ilimitados.

 

Y hay que considerar que por el poder de sus abuelos nació el universo, como sea lo importante es que entienda que una vez que le entregue su carek al que será su pareja, no habrá vuelta atrás y si el muere o la traiciona lo más probable es que tengamos que destruirlos a ambos, si el muere siendo leal a usted, lo más seguro es que usted se autodestruirá o perderá el control y la destruyan los miembros de su familia, o en el peor de los casos y el cual espero nunca pase, si él le traiciona y tratamos de destruirlo usted se autodestruya por el dolor o trate de matarnos por intentar destruir al traidor, y si lo lográramos es seguro que usted crearía un apocalipsis por la rabia, en el caso que le dejáramos vivir, es factible que logre controlarse un tiempo, pero es seguro que llegara el momento en el que no pueda controlarse más y se convierta en una amenaza para todo lo que nosotros debemos proteger, llegado el caso, el único remedio seria destruirle y después al traidor, entiende, por eso es que le pido que cuide su carek y no la entregue a menos que este segura de que el estará a su lado siempre.

 

-          Me dices que al amar plenamente a alguien mi existencia se dividirá en dos y una parte estará conmigo y la otra con esa persona!

-          Si, así es! Y no solo eso, esa persona será la única con el poder de detenerle en caso de que pierda el control!

-          Como puedo saber, cuando he entregado esa parte de mi?

-          Eso es simple, cuando esa persona está cerca, una paz inmensa te llena y no puede haber nada más importante que todo lo que esa persona desea, no importa si tu deseo es matar y destruir todo a tu alrededor, porque cuando esa persona te mira tú único propósito es cumplir su deseo y zacear tu hambre de su cuerpo y su esencia (Codriest), la cual pasa a ti por su sangre y su carne.

-          Como es eso posible? Qué clase de explicación es esa?

-          En términos simples no puedes permanecer atento a nada más que a esa persona y sus deseo si está cerca y no puedes concebir permanecer lejos de su presencia por mucho!

-          En ese caso, si lo que dices es cierto yo no soy dueña de mi misma desde el momento en el que vi a Edward Cullen!

-          Si ese es el caso, solo le deseo lo mejor y espero que tenga razón mi niña!

-          No sé quién eres o porque estamos aquí, pero sé que lo que siento es lo correcto y que si esa parte de mi esta con Edward es porque le pertenece y el la cuidara bien!

-           Solo espero que lo sea mejor, pero quiero que recuerdes que no importa quién soy o porque de todo esto, al final solo es porque te quiero!

-          Si es así, yo solo puedo darte las gracias, pero quiero saber tu nombre para poder hacerlo correctamente, dime tu nombre por favor?

-          Mi nombre lo sabes, pero como no quiero forzarte a recordar, te lo diré!

-          Mi nombre es Dráco Draconis Keinus! (hasta ahora los dos nos habíamos mirado directamente a los ojos durante toda la conversación, pero ahora el ahora inclinaba la cabeza y la parte superior del cuerpo, para hacer una especie de reverencia, no sé porque pero yo también lo hice y al alzar nuestros cuerpos él me dijo una última cosa.)

-          Mi amada, veo que eres feliz, espero que nunca nos volvamos a ver, pues si lo hacemos será para despertarte. Ama y se amada, vive sin miedos y nunca entregues tu alma, si no estás segura de ser correspondida.

-          Al volver, espero que todo sea como deseas, adiós mi niña! (al decir esto me sonrío y la oscuridad reino de nuevo.)

No sé cuánto paso pero en algún momento un dolor en mi brazo me regreso a la realidad, poco a poco abrí los ojos para encontrarme frente a mí a Carlisle suturando una herida que se extendía desde mi muñeca hasta mi codo. Pero que significo todo ese sueño, todo lo que Dráco me dijo era cierto, si era así no me importaba, yo sabía que Edward me amaba, por increíble que pareciera. Cuando Carlisle se dio cuenta de que estaba despierta me preguntó:

-          ¿Cómo te encuentras, Bella?

-          Estoy bien (mi voz sonó razonablemente firme, lo cual me agradó. Pero tenía tantas dudas y miedos, por alguna razón lo ocurrido esta noche, solo me ponía mas alerta.)

-          Bella, te diste un buen golpe en la cabeza, creo que lo mejor es llevarte al hospital, además te he suturado la herida del brazo, pero me gustaría confirmar que no hay hemorragias internas, ni contusiones de las que preocuparse!

-          Tranquilo Carlisle, primero explícame que paso y donde están todos? (él me hablaba con tono profesional pero podía ver en sus ojos el miedo a causa de mi reacción al contarme lo ocurrido.)

-          Bella, hija, Jasper intento atacarte por accidente, discúlpalo él no tiene un control apropiado de sus instintos!

-          No te preocupes Carlisle, lo entiendo, pero como esta Edward? Y en serio me podrías decir donde está toda la familia?

-          Ellos están en el jardín, bella entiendo si estas asustada y……. (no lo deje terminar, me preocupaba Jasper, lo más seguro es que se sintiera terriblemente culpable y débil, sin contar las emociones que de seguro los demás le estaban transmitiendo.)

-          Como esta Jasper? Me gustaría hablar con él!

-          Bella no creo que sea buena idea! (no sé por qué pero algo en mí se alteró  ya que al negarme el poder hablar con él, me sentí ofendida y molesta.)

-          Por favor Carlisle déjame decidir eso a mí, yo creo ser lo suficientemente capas de discernir lo correcto de lo incorrecto, así que por favor, que Jasper venga para que pueda hablar con él! (no sé de donde salió eso, pero el tono de mi voz no daba espacio a replica, por lo que Carlisle me veía sumamente extrañado y confuso. Aunque siendo honestos yo también lo estaba. Al salir de su aturdimiento, el me propuso algo justo, creo?.)

-          Está bien bella, pero no ahora, creo que lo mejor es que vallamos al hospital ahora! En cuanto el calme su culpa podrán hablar si?

-          Está bien, pero creo que lo mejor es que valla a casa, necesito dormir un poco para aliviar el dolor, no me parece necesitar una visita al hospital!

-          Bella recibiste un buen golpe, creo que lo mejor es que te revisemos en un hospital!

-          No será necesario Carlisle, estoy perfectamente bien!

-          Pero bella eso no es verdad!

-          Carlisle, no cuestiono tus conocimientos en medicina, pero creo que se cuándo tengo heridas graves, me he lastimado por años, todo está bien!

-          No sederas, verdad bella!

-          No, estoy bien y si llego a necesitar algo los llamare lo juro!

-          Está bien llamare a Edward para que te lleve a tu casa!

-          Gracias Carlisle!

-          Por nada.

-          Carlisle, yo quiero disculparme por mi comportamiento hace unos minutos no sé lo que me pasa, en estos días me he sentido un poco extraña y confusa, tengo el presentimiento de que algo va a pasar muy pronto.

-          Tranquila bella si algo sucede todos nos esforzaremos por ayudar. (En sus ojos vi que era sincero.)

-          Si, sé que ustedes me ayudaran. Pero lo que pasa es que he tenido algunos inconvenientes.

-          Qué clase de inconvenientes querida? (el me miraba con curiosidad.)

-          Carlisle crees que sea posible, que un alma habite en este mundo en más de una ocasión, digo algo así como la rencarnación? (el me miro extrañado, y lo pensó un poco.)

-          En muchas culturas se nombra esa posibilidad, pero sería incapaz de confirmar o negar nada!

-          Mmmmm, Y Carlisle, que crees que son ustedes los vampiros?

-          No lo sé bella, a lo largo de todo el tiempo transcurrido después de mi conversión busque una explicación para lo que éramos realmente los vampiros!

-          Y a que conclusión llegaste?

-          No sé, con certeza que somos, pero sé que hay muchas opiniones sobre si somos seres malditos o condenados, seres sin alma.

-          Todas las culturas tienen algún punto de vista sobre el alma, la cual dice que hay seres a los que les fue arrancada esa parte de su ser, pero yo pienso que eso no es verdad, yo creo que tenemos,….. puede que tengamos alma y que no está de más cuidar de respetar ciertas normas por si acaso!

-          Es por eso que no seguiste el camino fácil, no es así?

-          Sí, creo que es una manera de tratar de mantener limpia mi conciencia y si es que de verdad tengo un alma lograr hacerme un lugar en el cielo o donde sea! Albergo la esperanza de que esta vida algún sentido, incluso para nosotros. Es una posibilidad remota, lo admito. Según dicen, estamos malditos de todas formas, pero espero, quizás estúpidamente, que alcancemos un cierto mérito por intentarlo.

-          Además es gratificante ver que mis habilidades, pueden salvar a alguien que sin ellas no lo lograría. Pues, tú eres la única que está de acuerdo conmigo.

-          ¿Los demás no lo ven igual? (pregunté sorprendida; en realidad, sólo pensaba en una persona. Carlisle nuevamente adivinó la dirección de mis pensamientos.)

-          Edward sólo comparte mi opinión hasta cierto punto. Para él, Dios y el cielo existen… al igual que el infierno. Pero no cree que haya vida tras la muerte para nosotros (Carlisle hablaba en voz muy baja. Su mirada se perdía a través de la ventana en el vacío, en la oscuridad).

-          Ya ves, él cree que hemos perdido el alma. (Pensé inmediatamente en las palabras de Edward esa misma tarde: …a menos que desees morir, o lo que sea que nosotros hagamos. Una pequeña bombilla se encendió en mi mente.)

-          Ummm, es curioso! (Sentí una punzada en mi cabeza y de golpe me llego un recuerdo de mi infancia, algo enterrado en mi mente por alguna razón, un recuerdo de cuando yo tendría unos 4 o 5 años, estaba en un jardín lleno de flores y los rayos del sol lo cubrían todo, yo estaba bajo un árbol en el regazo de alguien, pero por alguna razón no podía enfocar su rostro.)

 

Flashback

 

-          Dráco, los vampiros de verdad son como los del libro que me regalaste?

-          Jajajajaa, cuál de todos los libros, princesa, te he dado muchos, además los humanos tienen muy diferentes opiniones sobre lo que es un vampiro!

-          El de Bram Stoker, es cierto eso de que el sol los destruye, y que si les atraviesas el corazón mueren, también lo de que carecen de alma?

-          Princesa esa son muchas preguntas, no crees?

-          Nop, yo quiero saber, si no tengo el conocimiento como protegeré a nuestra familia? Tú me dijiste que el conocimiento es poder y no hay mayor sabio que el que siempre busca aprender algo nuevo!

-           Cierto, mi señora, muy cierto! Pero recuerde que eso puede llevar a la ambición y a la destrucción de la compasión!

-          Bueno veamos, hay cosas que son verdad y otras mentiras, todo depende de la raza a la que pertenece! (el me acomodo mejor en su regazo y me miro al rostro)

-          Veras los vartric o vampiros como los llaman los humanos son una especie la cual se divide en tres razas principales, estas son la krinec, la tromsia, y la inferno.

-           Los krinec o sangrantes, ellos tienen un pulso menor al humano, pueden engullir alimentos, sangran, etc., además de que pueden procrear por el método tradicional, cuando ellos encuentran a su consorte y prueban su sangre se activa su instinto y ya no pueden beber la sangre de nadie que no sea su consorte sin sentir cierto asco o malestar,  para que un humano se convierta en uno de ellos debe de ser mordido y drenado hasta que esté al borde de la muerte, cuando alcanza este punto el krinec le da su sangre al moribundo, después de esto pasan de 10 a 48 horas antes de que culmine el cambio, durante todo el proceso el humano en cambio no siente ni percibe nada.

-          Esta raza es vulnerable al sol, y pueden ser heridos, krinec significa “sangre que fluye” en nuestra lengua, lo cual quiere decir que esta raza puede sangrar y si drenas suficiente de su sangre los debilitas hasta el punto de que no pueden defenderse y son presa fácil, ellos son destruidos al atravesar su corazón con una daga de plata o quemándolos por medio del fuego o los rayos del sol, pero son muy rápidos y pueden manipular la mente de sus enemigos con mirarlos a los ojos, ya que pueden crear una alucinación en la mente de sus atacantes.

-          Ellos fueron cazados por los humanos, pues en la medida correcta su sangre puede curar herida, enfermedades y prolongar la vida en los seres vivos, una cualidad valiosa en la guerra.

-          Luego están los Tromsia o sombríos, sabes que significa su nombre, pues bien te lo diré, “diamantes sombríos” ellos tienen la piel fría e impenetrable, dura como el diamante, solo pocos materiales pueden atravesar su piel y ellos carecen de pulso evidente ya que por sus venas corre una especie de veneno o ponzoña.

-          Ellos no pueden procrear de manera normal con los de su misma raza a menos de que se les den ciertos tratamientos, claro que pueden crear híbridos, esto pasa si los machos se mesclan con las humanas, pero es muy poco usual ya que se necesita mucho autocontrol y la humana por lo general muere sin los cuidados apropiado.

-          Son bebedores de sangre y lamentablemente ellos no poseen los beneficios que los krinec, dado que su consorte no tiene sangre que darles, ellos brillan ante los rallos del sol, pero no los destruyen, mas sin embargo la mejor manera de destruirlos es desmembrarlos y quemarlos, claro que eso suele ser un problema para muchos dado que son muy rápidos y fuertes, para destruirlos nada mejor que otro vartric, jajaja, claro que un lupar también podría hacerlo sin problemas!

-          Los inferno o imperias, la traducción, es simple “Infernales o imperiales” claro estos términos fueron creados por humanos, y esas palabras surgieron de la mezcla del latín y varias lenguas romance, ellos sangran y producen un veneno paralizante, tienen un consorte y suelen cazar en grupo, los puedes destruir con fuego, pero no pueden procrear, su piel puede ser dañada solo con plata infernal y solo se crean este tipo de vampiros de la unión de un demonio mayor y una humana.

-          Por ultimo pero no menos importante, estás tú y tu familia, ustedes no son vartrics en todo el sentido de la palabra ya que ustedes son sus creadores.

-          Ustedes son  los inmortales, su nombre real es Shainet, que significa “Dios Inmortal”, sabias que por eso el apellido de tu familia es Zainet?

-          De verdad, y tu porque eres Keinus? Si tú también eres inmortal?

-          Porque yo fui creado por tu abuelo, sin embargo tú y tus ancestros nacieron de los elementos! Son los elementos! Ustedes de verdad son eternos!

-          Como sea las características que los hacen verdaderos inmortales, son la fuerza sobre humana, la sangre con la cualidad de sanar o destruir al receptor, visión mas allá de cualquier ser existente!

-          No solo con el poder de ver entre los reinos, vida y muerte, la capacidad de adoptar la forma de cualquier criatura y exhibir sus talentos esto es porque todos los seres en el universo tienen su origen en ustedes,……… control de los elementos, etc.

-           Ustedes no tienen límites en su poder, pero si en ejercerlo, ya que el que aman los controla, claro está pueden procrear y sus hijos heredan sus cualidades.   

-          Eso es increíble, entonces somos muy poderosos. (todo era muy interesante pero entonces pensé en una duda que me acosaba).

-          Dráco los vampiros tienen alma?

-          Si, los vampiros la poseen.

-          Al igual que los lycan, muchos creen que al ser convertidos en vartric o lycan pierden su alma dado su naturaleza de bebedores de sangre y comedores de carne.

-          Pero eso no es así, cierto es que el primero de las especies fue creado como castigo. Su alma fue atrapada en su cuerpo, así que sufriendo de su castigo y  corrompido por la ira y el dolor el primero empezó a crear más como el sin importar nada.

-          Pero cuando el creo más de su clase para que compartieran su dolor, tus ancestros lo consideraron injusto y tus abuelas le pidieron a mis señores que les permitieran compartir su existencia con alguien que los amara por siempre y para siempre.

-          Esto sería reciproco e irrevocable, una mirada bastaría para crear el nexo. La única manera de destruir el alma de alguien es destruir a su amor eterno, pero eso es algo que por lo general lleva a la locura y a la autodestrucción.

-          Mmmmm, entonces solo son mortales con talentos los cuales deben de cuidar no traicionar su naturaleza real!

-          Si muy lista mi señora! (cuando estaba por preguntar más un grito nos distrajo).

-          Bella, Dráco, vengan a comer! (Dráco rio y me alzo sobre sus hombros mientras se erguía y me llevaba hacia una casa enorme que se veía a lo lejos.)

-          Vamos o tu madre me convertirá en el postre, después seguiremos con tus lecciones!

-          Si a comer! (no pude evitar reír y fustigarlo como a un caballo mientras el reía como un niño.)

 

Fin del Flashback

 

Cuando reaccione, Carlisle me observaba atento, yo solo le sonreí y le pedí que me contara algo de su historia. El me conto que su padre era clérigo, y tenía una visión bastante estricta del mundo, la cual él  había empezado a cuestionar ya antes de la transformación, me comento como se cuestionaba la fe de su padre, pero que en todo su tiempo de vida él nunca se cuestionó que dios existía.

 

-          Carlisle, sabes acabo de recordar hace unos minutos algo de mi niñez, algo de cuando tenía cuatro años, es curioso, pero la persona que me cuidaba me estaba dando una cátedra muy peculiar, el me explico algunas cosas y bueno no importa, yo creo que tienes razón ustedes los vampiros tienen alma eso es innegable si no la tuvieran no podrían amar, una ser sin alma no ama! (el me miro confuso, pero luego me sonrió y asintió).

-          Me gustaría que los otros compartieran esa opinión.

-          Acaso no lo ven así?

-          No pequeña no lo ven así.

-          Por eso Edward se niega a mi conversión.

-          Trata de entenderlo bella, él lo ve como un acto de egoísmo y cobardía, él lo ve como la destrucción de tu alma.

-          Carlisle que fue lo que te hiso convertir a Edward?

-          Había sopesado durante décadas la posibilidad de crear un compañero, alguien que pudiera conocerme de verdad, más allá de lo que fingía ser, pero no podía justificarme a mí mismo el hacer a otros lo que me habían hecho a mí.

-          Pero durante la pandemia de gripe española, me encontré con Edward y su madre en el hospital de chicago, ellos estaban muriendo, ella pudo haber sobrevivido, pero por cuidar a Edward ella se sacrificó, ella cuidaba obsesivamente de su hijo y eso marco su destino.

-          Era obvio que al agonizante Edward le quedaban unas pocas horas de vida, y junto a él yacía su madre, cuyo rostro no conocía la paz ni siquiera en la muerte, al menos no del todo…

-          Sabes las palabras de su madre, de Elizabeth Masen son las responsables de que yo me decidiera, ella me hiso prometerle que yo haría todo lo posible por su hijo y no pude negarme.

-          Carlisle como era ella?

-          Pues ella, Elizabeth era realmente hermosa, Edward se le parece mucho, tenía el mismo extraño tono broncíneo de pelo y sus ojos eran del mismo color verde.

-          ¿Edward también tenía los ojos verdes?

-          Sí, pero la mirada de Elizabeth era muy profunda, era como si ella pudiera ver más allá de lo obvio, cuando me pidió salvar a Edward en sus ojos pude ver que ella sabía mi secreto, y una hora después de pedirme salvar a su hijo,.. murió.

-          Ya veo ella era una mujer fuerte! Creo que es mejor que me valla, me dio gusto hablar contigo Carlisle!

-          Tal vez es hora de que Edward se habrá a otras ideas, después hablare con el! (el me miro con una sonrisa expectante y me despidió.)

-          Bueno creo que es mejor que vayas a casa!

-          Si

 

Justo después de que dijera esas palabras Edward ya estaba entrando por la puerta con una cara culpable y afligida. Yo solo quería consolarlo, pero sabía que su terquedad y complejo de culpa no lo dejarían aceptar mis palabras. Cuando vi mi ropa, note que era un desastre, pero antes de que pudiera decir algo Alice ya había cruzado la puerta y me estaba arrastrando por la muñeca hacia su recamara. Alice me dio algo de ropa de Esme muy parecida a la mía, mientras me cambiaba Alice me pedía disculpas por lo sucedido.

 

-          Lo siento tanto bella, todo esto es mi culpa.

-          Tranquila esto pudo haber pasado en cualquier momento.

-          Pero yo te obligue a lo de la fiesta!

-          Calma nada paso solo fueron unos cortes y un golpe en la cabeza nada del otro mundo, me pudo haber pasado en casa también no te aflijas.

-          Gracias! Te quiero mucho y Jasper también lo siente. (ella titubeo un poco antes de abrasarme, pero cuando por fin lo hiso no dude en responderle y acariciar su cabello al sentir como sollozaba por lo ocurrido.)

-          Nada paso solo olvídalo y dile a Jasper que cuando se sienta mejor, quiero hablar con él!

-          Muy bien yo se lo diré!

-          Muy bien bajemos quiero ver a Edward!

-          Seguro Bella!

 

Al llegar a la planta baja, pude ver que Esme había regresado y se había puesto a limpiar con lejía la parte del suelo donde yo me había caído para eliminar el olor.

 

-          Esme, déjame que lo haga! (pude sentir que enrojecía otra vez.)

-          Ya casi he terminado (me sonrió.)

-          ¿Qué tal estás?

-          Estoy bien te lo aseguro.

-          Carlisle cose mucho más deprisa que cualquier otro doctor de los que conozco. (Ambas reímos entre dientes. Y yo sentí un leve escalofrió recorrer mi columna como una advertencia.)

-          Bueno Esme, siento todo esto adiós y espero que pasen una buena noche y se olviden de lo ocurrido. (a sabiendas que me escucharían todos aun hablando con tono normal me despedí.)

-          Adiós a todos, nos vemos pronto.

 

Sin más me acerque a Edward el cual me esperaba en la puerta, pero justo antes de poder salir, Alice grito con su clásico tono de júbilo nuevas indicaciones.

 

-          ¡No te dejes olvidados los regalos! (y con esto ella recogió los dos paquetes, uno a medio abrir, y la cámara de debajo del piano, y los empujó todos contra mi brazo bueno.)

-          Ya me darás las gracias luego, cuando los abras.

 

Esme y Carlisle se despidieron con un tranquilo «buenas noches». Advertí las miradas furtivas que dirigían a la expresión impasible de su hijo, igual que las mías.

Fue un alivio salir afuera. Me apresuré a dejar atrás los farolillos y las rosas, ahora recuerdos incómodos. Edward se adaptó a mi ritmo sin decir ni una palabra. Me abrió la puerta del copiloto y subí sin quejarme.

El camino a la casa de Charly fue silencioso, al subir note el regalo de los hermanos de Edward pero mi humor no me permitió ni apreciarlo, ya que la incomodidad en el ambiente era palpable. Al llegar a la casa el silencio me volvía loca, que demonios decir para sacarle ese concepto idiota de culpa, y peor a un cómo expresarle lo de mis extraños recuerdos reprimidos, sueños y presentimientos, bajo tanta presión. Pero entonces pensé en algo para distraerle.

 

-          ¿Te quedarás esta noche? (no paso mucho hasta que respondió.)

-          Debería irme a casa. (Lo último que quería era que se marchara para seguir regodeándose en el remordimiento.)

-          Sólo por mi cumpleaños (le presioné. Era bajo y desesperado pero no tenía más.)

-          No puedes tener las dos cosas, o quieres que la gente ignore tu cumpleaños o no lo quieres. Una cosa u otra. (Su voz sonaba severa, pero no tan seria como antes. Para mis adentros, suspiré con alivio.)

-          De acuerdo. Acabo de decidir que no quiero que ignores mi cumpleaños. Te veré arriba. (y los más rápido que pude, tome los paquetes, de obsequios, en sus ojos vi que pensaba protestar o algo, por lo que no le di tiempo y salí de ahí.)

 

Cuando entre en la casa Charly estaba en la sala recostado en un sillón, mirando el final de algún partido de básquet ball, al verme me saludo y pregunto sobre mi noche, pero fue imposible que no notara, mi cambio de vestuario.

 

-          ¿Qué le ha pasado a tu brazo? (Enrojecí y maldije en mi fuero interno.)

-          Resbalé, pero no ha sido nada.

-          Ay, Bella (suspiró él al tiempo que sacudía la cabeza.)

-          Buenas noches, papá. (y sin más corrí escaleras arriba no sin tropezar un poco.)

 

Después de terminar de abrir mis regalos con Edward, los cuales iban desde unos boletos de avión con destino a florida, por parte de Esme y Carlisle, así como un disco de interpretaciones de piano hecho por Alice y Edward, prometí que le agradecería a todos como era debido en cuanto los viera.

Pero justo antes de poder dormir del todo le pedí un último beso por mi cumpleaños al dueño de mi alma, al principio fue cauto y dulce pero después, algo pareció cambiar de pronto, sus labios se volvieron más insistentes y su mano libre se enredó en mi pelo aferrando mi cabeza firmemente contra la suya. Agarré su pelo con mis manos; estaba cruzando los límites impuestos por su cautela, sin duda, pero esta vez no me detuvo. Sentí su frío cuerpo a través de la fina colcha, y me apreté con deseo contra él. Algo intentaba asomar en los límites de mi memoria, pero se me escapaba…

-          Lo siento (dijo él, sin aliento).

-          Esto es pasarse de la raya.

-          A mí no me importa en absoluto. (sus facciones se endurecieron incluso en la oscuridad.)

-          Intenta dormir, Bella.

-          No, quiero que me beses otra vez.

-          Sobrestimas mi autocontrol.

-          ¿Qué te tienta más, mi sangre o mi cuerpo? (esa duda me carcomía desde hace tiempo.)

-          Hay un empate. (sonrió ampliamente a pesar de sí mismo y pronto se puso serio otra vez.)

-          Y ahora, ¿por qué no dejas de tentar a la suerte y te duermes?

-          Vale

 

Me acurruque en sus brazos y caí rendida en un sueño vacío, sin las pesadillas que me atormentaron por días.

Capítulo 2: Capítulo I: Sueños confusos. Capítulo 4: La Muerte de un Ángel y el Llanto de los Dioses.

 


 


 
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