Crepúsculo del Amanecer

Autor: mili
Género: Romance
Fecha Creación: 09/02/2011
Fecha Actualización: 18/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 10
Comentarios: 40
Visitas: 127625
Capítulos: 45

FIC TERMINADO

¿Puede uno darse cuenta de que nuestras decisiones tienen un por qué y una consecuencia? Siempre nos dejamos llevar por los impulsos, pero hay veces que eso lastima a quien más amamos, cuando eso pasa... que hacemos?

recomendado por LunaNuevaMeyer : 4puntos :D

Si se quieren pasar, les dejo el link de mi otro fic :D

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1766&id_capitulo=18

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Capítulo 3: El pedido

La cabaña era mucho mas bonita por dentro que por fuera, como si eso ya podia pasar, habia muchas habitaciones pero no eran enormes como la gran casa Cullen, era de epoca, no se, por una razon, me sentia muy a gusto, como si en otra vida, ya la hubiese visto.

-no es tan anticuada pero tampoco es de esta generacion, si no te gusta, vamos a un hotel, mi Bella.

-Edward, es perfecta, enserio.

-te creo, amor mio

-¿Qué hacemos ahora Edward? Quiero decir… no se…

-¿Bella?

Miraba para todos lados, queria conocer un poco mas acerca de esa casa, me intrigaba y que Edward ande con rodeos no facilitaba las cosas.

-ya, ¿quieres ver tu habitación?

-¿dormiremos separados?

-jaja

-Edward

-como quieras, preferiria que no, pero yo estaba refiriendome a la habitación de huéspedes, donde dejamos nuestro equipaje.

-ah, claro, perdon es que estoy nerviosa y mi mente no piensa bien.

-desearia leer tu mente, Bella

-no, creeme que no.

-ven aquí, señorita Swan

Se acerco a mi y me abrazo, podia sentir el perfume de mis cabellos hundiendose en su rostro mientras el mio se perdia en los latidos de mi corazon acompasados por el suyo.

-si quieres-inquirio después de soltarme tiernamente-puedes ir a dejar nuestras cosas, y yo voy a ver si estan las amas de llave.

-¿hay alguien mas en la casa? Edward, yo no quiero molestar…

-calla, esta todo bien, esta casa no la habita mas nadie salvo el matrimonio Cannavaro , ellos se encargan de cuidar todo, mantener la casa, la limpieza, el tema flores corresponde a Anna, y su esposo, Matteo, el es quien hace lo mas forzoso.

-ojala lleguemos a ser como ellos algun dia, Edward.

-seguramente que si, con la diferencia de que no envejeceremos, nada mas

-bueno, no hace falta aclarar ese detalle, pero espero que si

Se sostubo en mis hombros, detrás de mi, indicandome el camino, por el gran pasillo hasta que llegamos a la habitación mas antigua, según me dijo.

Me despidio mientras se iba en busca de Matteo, y yo observaba la pieza, era bonita, era del estilo de epoca que tanto le gustaba a Edward, parecia sacado de las novelas romanticas inglesas o francesas.

Habia un gran ventanal que comenzaba en el techo y terminaba en el piso de madera, las cortinas blancas, con decoraciones de encaje, flameaban hacia fuera donde el viento corria de una manera suave.

El ropero era bastante antiguo, pero no por eso perdia su gracia, en el centro se encontraba un espejo con un marco de metal, tenia muchos garabatos entrelazados que no dejaba de mirar.

Fui hacia él, y desde alli, pude ver detrás mio la cama donde dormia seguramente la abuela de Edward, en su tiempo de vida. Se veia comoda.

No recordaba el nombre que recibian esas cortinas que envuelven las camas antiguas, que parecen transparentes, ésta era de color marfil, amarillenta gracias a los rayos del sol, le daba un aspecto tierno.

-pertenecio a Esme, Bella, ella vivio toda su infancia aquí.

Me sobresalte, no habia escuchado cuando volvio, pero al sentir la frescura de su piel de hielo, me senti en casa otra vez.

-¿esme?-pregunte perpleja

-si, de Esme y su familia, cuando todavía ella era humana

Asenti, todavía no podia creerlo, cuando Edward nombró esta casa como de sus abuelos, pense en Elizabeth o su padre, pero ahora entendi, se referia a los Cullen.

-ahora veo de donde saco Esme el buen gusto por el estilo, y tambien que es herencia de familia-torci mis manos en torno a su cuello marmóreo

-alice tiene mucho que ver, Bella

-cierto-y mire mis vestimentas, dignas de la eleccion de Alice Cullen

-tu siempre has sido hermosa, te pongas lo que te pongas

-no es cierto, Edward. Es que tu ves la hermosura que no hay en todo

-no lo digo para que te sientas bien, sino que de verdad sos hermosa, perfecta.

-cambiando de tema, ya guarde las ropas, estan en el armario de Esme.

-pero… Bella, ¿no revisaste nada en el armario no? Por favor, dime que no es asi

-no, Edward, ¿debia hacerlo?

-no, Bella, no. Enserio no, todavía no

-Pero… ¿Por qué?

-no es nada, solo es que se me olvido algo

-meti la pata otra vez, soy una inútil, Edward

-para nada, fue mi culpa, y no hiciste nada malo, creeme

Me beso en la mejilla rapidamente y se desprendio de mis brazos llendo a toda velocidad hacia la cocina.

-¿puedo pasar?-pregunto una voz que nunca escuche

-claro, ¿Quién es?

-oh, tu debes ser Isabel… perdon Bella, como le dice el señor Cullen

-si, ¿edward le hablo de mi señora…?

-disculpe, soy Anna, la ama de llaves de esta gran casona

-pero… según Edward, ¿no son italianos ustedes?

-si, pero podemos hablar en otros idiomas, tenemos mas experiencia que algunos

Asenti, me caia bien esta señora, era muy amable, y daba confianza, asi que me anime a preguntar que paso con mi Edward.

-una pregunta… ¿sabe donde fue Edward?

-perdon Bella, mi esposo se lo llevo un ratito, necesitaba ayuda con un trabajo

-ah, esta bien Anna, gracias, pense que le habia pasado algo, porque salio volando de la habitación

-en ese caso, que estamos solas, quisiera mostrarte algo que esta guardado desde hace años, si no te importa claro

-seguro, ¿Qué es?
-espera un poco Bella, ven, ayudame a buscarlo en los cajones del ropero

Llegue a ella, que en ese momento me estaba dando las espaldas ya que se encontraba agachada buscando lo que me iba a mostrar, entre tanto, me pasaba algunas prendas que evitaban que ella encuentre su cometido.

-esto es lo que necesitaba, anda rapido, antes de que venga el señor Edward

-¿edward se molestaria si vemos esto?

-no, pero el quiere que sea una sorpresa, creo si es lo que estoy pensando por lo que viaja su mente según sus intenciones

-¿debo abrirlo?

-si tu quieres si Bella, no es algo malo, es algo que sera tuyo pronto

-ay no me asuste, Anna.

Abri la caja blanca vieja, tenia unas puntillas antiguas que la dejaban mas hermosa de lo que era. Estaba un poco apagada en sus colores por el tiempo, me intrigaba pero sentia que era desubicado abrir algo que no me correspondia.

Era un vestido de novia, no lo podia creer, era perfecto. Era tierno y sencillo a la vez, ¿Edward lo habria dejado alli?

Lo doble despacio, con cuidado de que no se arrugue. Al volverlo a la caja, encontre un papel amarillento, como una invitacion.

Quise verlo, ya estaba decidida. Me habia equivocado, no era una invitacion, era una carta dedicada a alguien sin remitente.

"No puedo creer cuantos recuerdos me trae este simple pero delicado vestido, que me regalo mi esposo para que lo use en nuestra boda.

Mi deseo seria que mi hija Esme lo use cuando sea su tiempo de contraer matrimonio con quien sea dueño de su corazon.

Ya estoy muy enferma, no se cuanto durare, por eso he decidido hacer esta nota, la dejare aquí guardada para cuando sea el momento.

Espero que algun dia, Esme me da la alegria de tener nietos, y si yo no he de encontrarme en esta tierra, me gustaria cuidarlos desde el cielo.

Con mi esposo, prometimos, y es mi deseo interno de que este vestido sea usado por alguna descendencia perteneciente a la familia Cullen.

Elena Cullen."

Esto era algo del destino. Me abrumo leer esta carta, ojala pudiera ser yo la que use ese vestido, solo para hacer sentir a Edward como el hombre mas afortunado del mundo, como me hacia sentir él a mi.

Era mejor que guarde todo. Edward llegaria pronto, y seguro que no era su intencion que encuentre todo esto. No se por que hice caso a Anna, después de todo, ella no tiene la culpa, quiere ayudar.


 

Capítulo 2: Mi refugio Capítulo 4: Me conformo con ser tu Edward

 
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