By. Yurika Cullen
*-B-pov-*
Había pasado una tarde muy agradable, luego de la librería, fuimos por un helado y nos sentamos en un parque el resto de la tarde, haciendo nada más que eso, simplemente mirando la gente pasar, hablando de trivialidades. En el viaje de venida, estuve a punto de pedirle ayuda a Edward con respecto a mis padres, pero preferí esperar, aun era muy pronto, solo llevaba un día de conocerlo y aunque sintiera una inmensa sensación de confianza y paz a su lado, tenia que esperar un poco mas y comprobar si en realidad podía confiar en él. Me alegro mucho saber que iba a tener medidas de seguridad conmigo que ni el propio Aro sabría, tal vez en un futuro y comprobando que tan confiable resultara Edward, le pediría ayuda para que me ayudara a escapar de Aro.
Íbamos camino al auto, cuando Edward me tomo de un brazo y me detuvo suavemente. Otra vez esa sensación electrizante me invadió, aunque había evitado lo mas posible no tocarlo pensando justamente en esto, al final era imposible no hacerlo. También era imposible no sentirse tan bien estando junto a él, me hacia sentir tranquila, hacia que me olvidara de la terrible situación en la que me encontraba y que sintiera que era una chica común y corriente, hablar con él era muy fácil, en la charla de la tarde, pude notar que compartíamos muchos gustos, entre ellos, música, libros y opiniones personales referente a la vida. Pero tenía que controlarme o terminaría enamorándome tontamente de mi protector.
Debía que recordarme que él estaba conmigo, porque era su trabajo. Pero también sabia que era difícil, tal vez por su forma de ser tan peculiar y amable conmigo o por el hecho de que yo no conversaba muy a menudo con la gente, especialmente con hombres, o tal vez si, pero Aro y sus guardias no contaban, Seth y Jacob a duras penas me podían dar un saludo, pero si lo pensaba bien, Jasper y Emmett se habían portado igual de amables y yo no había sentido absolutamente nada, no había sentido lo mismo que sentía con Edward.
— Bella— yo lo mire— quería proponerte algo— me dijo serio
— ¿Qué cosa?—
— Tú me dijiste que, llevabas sin conducir desde los diecisiete ¿Te gustaría conducir de regreso a casa?— lo mire con los ojos muy abiertos por la sorpresa, este hombre definitivamente era único
— ¿Estas seguro?— él me son rió y asintió. Yo no pude evitarlo y empecé a dar saltitos como una niña, me acorde inmediatamente de Alice y sus arranques de excesiva energía, la extrañaba tanto, a ella y a todos, pero ¡ahora solo podía pensar en conducir!— pero Edward, ¿y si nos chocamos? Llevo siete años sin conducir un auto, me da miedo, a demás no tengo mi licencia— dije ahora pensando en ese detalle. El solo rio y mi corazón se acelero
— No te va a pasar nada, esas cosas nunca se olvidan, además yo voy a estar contigo, no dejare que pase nada y no te preocupes por la licencia, si algo pasara, yo me encargo— increíblemente me sentí segura con él, sabía que nada pasaría
— ¡Gracias!— le dije dándole un abrazo y un beso en la mejilla por la emoción, me arrepentí en cuanto lo hice, pero ya no podía remediarlo. El solo me sonrió, me dio las llaves del auto y me abrió la puerta del piloto
— Ve despacio al comienzo, cuando te sientas mas segura acelera— me dijo cuando estábamos ambos dentro del auto. Encendí el motor y arranque suavemente, hice lo que él me dijo y cuando tome mas confianza acelere, no quise pasar de los cien kilómetros, pues aunque me moría por hacerlo por primera vez, pues ni cuando conducía mi vieja camioneta pasaba los cien, no debía abusar ahora, y prefería ir a una velocidad prudente. Cuando entramos a la zona residencia, decidimos cambiar de puestos, pues no queríamos que Aro me viera manejando y me regañara, además de prohibirnos salir en el auto de Edward
Cuando estuvimos frente al portón de mi casa, pude ver una pequeña cajita al lado de este, tenía un panel de números, una abertura que al parecer era para deslizar una tarjeta y un pequeño cuadrito rojo al lado de esta, eso definitivamente no estaba antes. El portón se abrió automáticamente y sin siquiera tocar o avisar.
— Todo esto forma parte del nuevo sistema de seguridad— me dijo Edward al verme contemplando aun la cajita— ese tablero que vez ahí, es la nueva cerradura, solo se puede abrir con una clave, una tarjeta especial o con una huella, pero solamente estarán registradas las huellas de Emmett, Jasper, la tuya y la mía, eso también va dentro de tu servicio de seguridad personalizado, Aro no puede saberlo, por eso, si en algún momento llegaras a necesitar abrirla ante alguien, la abrirás con la clave que todos tendrán o la tarjeta, solo usaras la huella cuando sea estrictamente necesario. En este momento no necesitamos nada de eso, porque Jasper esta en el monitor y nos ha visto llegar, él ha sido quien nos ha abierto— yo asentí
— ¿Puedo hacerte una pregunta?— le dije antes de cruzar la entrada principal, que era algo extensa y antes de llegar a la cochera, luego en la casa seria imposible hablar con tranquilidad. Edward me animo con una mirada— ¿No has pensado en que yo puedo contarle todo esto a Aro y decirle que le esconden información?—
— Claro que lo he pensado— me dijo tranquilo— pero se que no serias capaz de hacerlo—
— ¿Por qué? Apenas y me conoces—
— Solo lo se— no pudimos hablar mas, pues llegamos a la cochera y ahí se encontraba Jacob
Nos bajamos y entramos a la casa, eran las seis veinte dos de la tarde, faltaba poco para que Aro llegara, así que subí rápidamente, despidiéndome de Edward, pues él iría a hablar con Emmett y Jasper para ver los resultados de sistema de seguridad, nos quedamos de ver en la cena, le dije que le avisara a los chicos para que comieran conmigo. Me agradaba que Aro no hubiera dicho nada al verlos desayunando conmigo, eso significaba que podían seguirlo haciendo, si le hubiera disgustado, no habría tardado en ponernos al tanto de su enojo. Lo cual me animaba mucho, llevaba muchos años sentándome sola a la mesa.
*-E-pov-*
— Hola ¿Cómo va todo?— pregunte entrando a la habitación donde estarían los monitores de seguridad, Jasper estaba aun digitando códigos en su portátil
— Muy bien, ya casi tengo todo terminado, he instalado la mayoría de las cosas, aunque en la tarde vino un molesto guardia de Aro a vigilar nuestros movimientos—
— ¿Quién?— pregunte
— El tal James, es un hombre verdaderamente desagradable, pero muy estúpido, entre Emmet y yo, pudimos distraerlo y entretenerlo, mientras revisábamos el lugar, pusimos cámaras en todos los lugares que pediste y nos dio tiempo de inspeccionar un poco el despacho de Aro, pero esta limpio, es astuto Edward, lo que sea que lo incrimine en tantas cosas, lo tiene bien guardado—
— ¿Dónde esta Emmett?—
— Dándole un recorrido a James por los lugares donde instalamos cámaras y sensores, tiene que pasarle un informe a Aro de lo que hicimos en la tarde—
— ¿han interrogado a alguien?—
— Si, a Rosalie y Alice, cuando nos llevaron a nuestras habitaciones, pudimos muy disimuladamente hacer unas cuantas preguntas, pero encontramos poco, con lo que nos informaron, nos dieron a entender que Bella no tiene la mas mínima idea de la carrera mafiosa de Aro, pero ellos parece que no están al tanto aunque tal vez lo sospechan y me atrevería a decir que incluso están amenazados, al parecer todos tienen un gran cariño por Bella y a sido realmente difícil tratarla tan fríamente durante estos años, aun así, lo recompensan tratando de atenderla lo mejor posible, hablaron maravillas de los difuntos Swan y pestes de Aro, nada mas—
— No me parece que sea poco, me parece que es algo muy importante lo que contaron, por lo que pude ver hoy, estoy totalmente seguro que Bella no tiene idea de las andanzas de Aro, pero si crees que el personal esta amenazado eso nos ayuda en mucho, pues obviamente no quieren mucho a Aro, por el momento necesito ganarme la confianza de Bella, ella es algo clave en todo esto y se que sabe algo mas, hoy estuvo a punto de decirlo pero se acobardo, ella en serio necesita nuestra protección, después de todo lo que me conto hoy, se que estará mas que dispuesta a ayudarnos para hundir a Aro—
— Eso en verdad nos ayudaría muchísimo, pero ándate con cuidado, según lo que nos contaron Rosalie y Alice hoy, ella es una chica muy frágil, aunque también es fuerte, pero el encierro y las humillaciones de Aro han podido mas, vas a tener hacerlo todo muy meticulosamente, al parecer ella ya no confía en nadie y si empiezas a ganarte su confianza y cometes un error, será fatal—
— Estoy al tanto de eso, tendré mucho cuidado, pero ahora mas que nunca quiero acabar con Aro y ayudarla—
— Me parece estupendo, pero no te involucres más de la cuenta— me dijo Jasper mirándome fijamente
— No tienes ni que decírmelo— pero aunque se lo afirme con tanta seguridad a Jasper, internamente tengo un millón de sentimientos cruzados y dudas
Una hora mas tarde, Aro llego, inspecciono toda la casa, ensayo los sistemas de seguridad el mismo y luego me pidió el informe de mi día con Bella. Le dije simplemente y sin detalles que fuimos a la librería, por un helado y al parque. El pareció conforme y no pidió detalles.
*-B-pov-*
Los días pasaron y rápidamente habían transcurrido tres semanas, aunque no saliera todos los días, las ocasiones en las que lo hacia me la pasaba de maravilla, Edward me había llevado a muchos lugares para divertirme, habíamos ido a museos, parques de diversiones mecánicas, algunos restaurantes y demás, los días con él se me pasaban volando, me sentía realmente a gusto en su compañía y cada día confiaba mas en Edward, aun no había tenido el valor suficiente para contarle mis sospechas sobre Aro, pero sabia que era cuestión de tiempo, había buscado la ocasión adecuada pero siempre nos interrumpían o pasaba algo importante y al final no podía contárselo. Edward era en verdad como mi Ángel guardián, siempre estaba al pendiente de lo que yo quería y de lo que me hacia falta. Me dejaba conducir su auto cuando salíamos e incluso me había animado a llegar a los ciento treinta kilómetros.
Esa tarde no habíamos ido a ningún lado, pero habíamos disfrutado el día, Emmett y Jasper se habían unido a nosotros, me entretuve mucho, viendo a Jasper y a Edward jugando ajedrez, ambos realmente eran buenos, pero no alcanzaron a terminar el partido cuando Emmett mando a volar el tablero alegando que se aburría. Otro detalle que me tenia feliz, era que por lo menos, los chicos del personal ya me dedicaban sonrisas cálidas nuevamente, en algunas ocasiones, Rose y Alice me saludaban con un "hola Bella" en vez del odioso señorita, aunque eso me angustiaba, si Aro se llegaba a enterar, no dudaría en despedirlas. Pero me llenaba de emoción, al parecer la llegada de Edward y los demás había cambiado un poco el ambiente de mi estilo de vida tan espantoso. No salía demasiado pero las veces que lo hacia me eran realmente satisfactorias, daba gracias a Dios que a Aro se le hubieran cruzado ellos para el trabajo y no alguien como James, ese tipo si me daba miedo. Su mirada psicópata asustaba a cualquiera.
En la noche, Aro me mando llamar con Demetri, me puse nerviosa, pues era nuevamente muy tarde para charlar, ¿Y si despedía a Edward? ¿Y si decidía que no debía salir más o me cambiaba de protector? Que sea cualquier cosa menos eso, dije muchas veces para tratar de calmarme. Cuando entre al despacho mi corazón se acelero al ver ahí a Edward, ¿Por qué otro motivo lo llamaría también a él? ¡Demonios! había sido muy bonito mientras duro.
— Bella, querida, toma asiento— trate de relajarme para que no notara mi estado asustado
— ¿Sucede algo?— le pregunte lo mas tranquila que pude
— Si, se me ha presentado un pequeño inconveniente, así que tengo que viajar mañana a primera hora, quería avisarles, que estaré fuera tres días, pero James se quedara por si necesitan algo— Más bien debió decir para vigilarlos— espero que todo este en orden y confió en ti Edward, para la seguridad de mi sobrina y mi casa— ¿Su casa? Como odio escucharlo hablar con un tono tan posesivo ante lo que no le pertenece
— Cuenta con eso Aro, le estaremos dando el informe diario a James como acordamos para que te lo haga llegar—
— Bien, me alegro dejar todo en claro, pueden retirarse, yo aun necesito hacer unas llamas antes de irme a empacar— ambos asentimos
— Que tengas buen viaje Aro— y ojala no vuelvas, pensé
— Gracias— Edward le dio la mano y salió siguiéndome, caminamos en silencio hasta nuestras habitaciones, pero nos dedicamos una mirada de complicidad, dejando en claro que luego de que Aro se fuera, podríamos estar en paz y salir mas a menudo. Dándonos las buenas noches, nos perdimos cada uno a su habitación
El día siguiente cuando me desperté para desayunar Aro ya no estaba, respire realmente mas tranquila, aunque la presencia de James me ponía nerviosa. Preferí no salir ese día, pues estaba muy nublado y se anunciaban lluvias en la tarde, así que me la pase en el jardín leyendo hasta que comenzó a llover, hable poco con Edward pues estuvo en el cuarto de monitoreo con Jasper y Emmett, imagino que revisando el sistema.
Había tomado una decisión, esta era la oportunidad que estaba esperando para investigar a Aro, seria mejor no involucrar a Edward, si Aro nos llegaba a descubrir lo metería en grandes problemas y lo ultimo que yo quería, era que una persona como él, terminara sin trabajo por ayudarme, además no solo seria Edward, también terminarían involucrados Jasper y Emmett. Esto era un asunto mío y solo yo debía resolverlo, esperaría hasta la noche para entrar al despacho de Aro y tratar de buscar todo lo más posible, solo esperaba no cruzarme con James, si me lo llegaba a encontrar estaría perdida, pero aun así tenia que intentarlo, ya era hora de hacer algo por mi y por la memoria de mis padres, algo me dice que Aro es el responsable.
A la hora de la cena, como siempre la compartí con los chicos, era otra de las cosas que habían cambiado y de las cuales me sentía muy feliz, llevaba años comiendo sola y aunque se que cuidarme era su trabajo, su trato conmigo era verdadero y que me consideraban una amiga, una amiga, hacia muchísimo tiempo que no me emocionaba tanto al pensar en tener amigos, había perdido la esperanza de tenerlos, pensé que mi destino era estar sola y bajo el yugo de Aro, pero desde su llegada, recupere las ganas de volver a vivir, de liberarme de Aro y hacer mi propia vida, había perdido siete años de ella gracias a él, yo estaba dispuesta a perder ni uno mas.
Luego de finalizar la cena estuve hablando con Edward un rato sobre el libro que estaba leyendo, él ya lo había leído y me gustaba compartir opiniones con él, tenia una forma de pensar muy interesante y madura a pesar de estar tan joven, a las diez de la noche nos despedimos cada uno a sus habitaciones, media hora después llame a Alice para que fuera a mi habitación.
— Buenas noches Bella— me saludo con una sonrisa cuando entro a mi habitación
— Hola Alice, ¿puedo pedirte un favor?— ella me miro sorprendida
— Sabe que no tiene que preguntármelo, yo estoy bajo sus órdenes—
— Alice, esto no tiene nada que ver con tu trabajo, es un favor personal, ¿me ayudaras?— ella me sonrió
— Claro que si, sabes que a pesar de todo siempre puedes contar conmigo Bella— yo no me aguante mas y la abrace, llevaba mucho tiempo anhelándolo, ella me respondió de igual forma
— Gracias Alice—
— Y no solo soy yo, sabes perfectamente que todos piensan igual—
— Dales mis gracias cuando los veas ¿si?— ella asintió— Ahora Alice, necesito pedirte un favor, ¿podrías por favor avisarme cuando James se vaya a su habitación? Desde aquí no tengo la menor idea de cuando él se acueste y necesito saber y calcular el tiempo para que este dormido—
— ¿Te vas a escapar?— me pregunto con los ojos brillosos de alegría
— No Alice, no puedo hacer eso, al menos no por ahora, necesito investigar algo antes en el despacho de Aro, por eso necesito que James este dormido— ella asintió
— Si quieres puedo darle pastillas para dormir—
— No, sabes perfectamente que tienen el sueño muy ligero, si haces eso, va a sospechar y no quiero que le cuente algo a Aro y me quite la poca libertad que me ha dado—
— Está bien, cuando se duerma vendré a avistarte—
— Gracias de nuevo—
Alice salió de mi habitación y yo me dirigí a la ducha, estaba nerviosa, y necesitaba relajarme, me cambie por mi pijama que constaba de un short y una blusa de seda muy livianas y me recosté un segundo aunque obviamente no pude dormir nada, tampoco quería hacerlo. A las once y media de la noche la puerta de mi habitación sonó levemente así que imagine que era Alice. Abrí y en efecto era ella.
— Bella, James se acostó a dormir hace una hora, aunque no le di las pastillas de dormir, se tomo un té, se lo di bien cargado para que se relajara rápido y se durmiera pronto—
— Gracias Alice, ahora vete a tu habitación, no quiero que sospechen si alguien te llega a ver aquí—
— Está bien, mucha suerte Bella— yo asentí levemente
Espere media hora mas y salí descalza por los corredores, necesitaba evitar el mas mínimo ruido, tenia el corazón a mil, puse mi mano derecha sobre el, tratando de calmarme, aunque fue imposible, continúe caminando lentamente y mirando a todos lados para evitar encontrarme con alguien, tome un fuerte respiro cuando estuve frente a la puerta del despacho, tome el pomo, pero antes de girarlo alguien me tapo la boca y me jalo del lugar. Yo empecé a patalear por la sorpresa, tenia que se James, el imbécil me había descubierto, estaba perdida, si le contaba a Aro, no se que podía llegar a hacer. Continúe forcejeando con él, hasta que sentí sus labios en mi oreja, la descarga eléctrica que sentí, me advirtió que no era James.
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