Un Amor En 1920

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 12/08/2010
Fecha Actualización: 12/09/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 43
Visitas: 46625
Capítulos: 27

En la epoca de 1920 las mujeres eran obligadas a casarse, aunque no existiese el amor. ¿Como sera la vida de Bella una adolecente de alta sociedad , cuando se enamore de un campesino hijo de su nana, Edward Cullen? ¿Que hara su padre para separarlos?

Hola chicas aca les traigo una nueva historia otra q me encanto y la queria compartir con ustedes, la autora es LOkiicita Cullen. Esperoq les guste y la voten y comenten.

Terminada

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Capítulo 20: -"Celebracion"-

(EPOV)

Desperté por la mañana con un fuerte dolor de cabeza ya que dormí con la preocupación a flor de piel pensando en que le habría pasado a Bella, bueno si es que a eso se le puede llamar dormir ya que despertaba cada 5 minutos para ver si había algún cambio, imagine lo peor desde que su padre la había descubierto hasta que ya no me amaba, pero lo ultimo era absurdo por que en el momento en que me vio, sus ojos demostraron todo el amor que siente por mi, ese mismo amor que siento yo por ella, pero algo más tenia que haber así que salte de la cama con los primeros rayos del sol, además este seria un día bastante ajetreado para la casa así que no conseguiría muchas oportunidades de poder hablar con Bella.

Su las escaleras de dos en dos con sumo cuidado y silencio, al pasar por fuera de la habitación de su padre, pegue el oído para intentar escuchar si es que se encontraba en pie…nada, así que seguí a la siguiente habitación, la de Bella. No toque ni nada simplemente entre sigilosamente, desde la puerta vi a mi ángel dormir y entre con la emoción de saber que estaríamos juntos al fin después de que su cumpleaños pasara, nos iríamos a vivir a aquella casita que compre lleno de ilusiones y sabedor de que ambos la construiríamos en base a nuestro amor.

-Amor buenos días- le dije acercándome a ella. Bella comenzó a tallarse sus ojitos y los de ella se llenaron de ese brillo especial que tanto amo.

-Creo que después de tantas pesadillas al fin comienzo a soñar- me dijo con una gran sonrisa en su rostro, se veía aun algo adormilada y no pude evitar sonreírle, ella piensa que esta en un sueño, así que tome su rostro y comencé a acariciarlo con mis pulgares, Bella cerro sus ojos disfrutando placenteramente de mis caricias, me acerque a sus labios y los tome sin esperar su permiso, los bese como ansiaba hacerlo, demostrándole este amor irracional que creció desde que la vi en aquel prado cuando aún era una niña pequeña. Bella suspiro en mis labios y llevo sus manos a mi cabello, empujándome aún más a su rostro, como si con ello evitara que nos separáramos, sonreí ante su reacción y comenzó a devolverme el beso, estaba cargado de necesidad, pero pronto paso a algo más fiero, incesante y desesperado lo que me asusto un poco verla así, al separarme de ella para preguntarle que fue eso, ella tenia una sonrisa de paz en su rostro, los ojos cerrados y vi como de la comisura de estos se deslizaban unas lagrimas traviesas que rodearon sus mejillas.

-Bella amor ¿estas bien?- le pregunte preocupado y ella al escucharme nuevamente abrió sus ojos asustada.

-¿Edward?- pregunto ahora asustada mirando a todos lados como si comprobara donde se encontraba -¿Qué haces aquí?- no sabia si tomarlo como preocupación pero en parte mi corazón se acongojo al ver esta reacción y no una más feliz.

-Vine a verte ayer o apareciste, te espere hasta muy tarde y pensé que había pasado algo ¿sucede algo?- le pregunte preocupado, su mirada iba para todos lados y cuando me contesto seguía igual, sabia que esquivaba mi mirada y no sabia si quería saber el porqué.

-Edward no pasa nada, solo estoy preocupada de que mi padre aparezca en cualquier momento- me dijo mirando a la puerta –él me dijo que vendría temprano por la mañana por mi para los preparativos de…de…de la fiesta, como me dijo que estaría aquí no quise arriesgarme con lo de las pastillas por que se que sospecharía por no haberse despertado- su rostro se ensombreció de la nada y eso me produjo un escalofrío.

-Amor mírame- le pedí pero ella no reaccionaba –Amor mírame por favor, solo quiero que me contestes algo y me iré para que descanses si así lo deseas- ella movió su rostro en mi dirección, se notaba que estaba batallando con su interior para decidir si mirarme o no, la ayude un poco al tomar su mentón en mis manos y girarla completamente a mi -¿Me amas?- le pregunte más que nada por ver en sus ojos que era lo que sucedía, mi corazón confiaba en su respuesta, pero mi cabeza estaba deseando no conocer su respuesta, ella me miro con tristeza sin hablar, pero tras unos minuto de silencio decidió hablar.

-Como no te imaginas- me dijo mirando sus manos que descansaban en su regazo tapado aún por el cobertor –Te amo como jamás creí amar a alguien, es aun amor tan intenso que no sabría como describirlo, es algo que no tiene palabras, que solo se siente, por ti daría mi vida- dijo ahora mirándome directamente a los ojos.

-No quisiera que dieras la vida por mi amor- le dije con una enorme sonrisa en mis labios tras escuchar aquellas hermosas palabras, mi corazón bailaba de alegría pero una vocecilla molesta en mi cabeza me decía que no bajara la guardia –No podría estar en un lugar en el que tu no estés, ¿de que me sirve que vayas al cielo si no estaré junto a ti?- le pregunte triste solo por el hecho de pensar en que algo le sucediera a mi ángel –Así que no pienses en algo tan terrible amor- le pedí, tome sus manos y ambas las bese.

-La vida es así Edward- me dijo algo seria –Las personas nace, crecen y mueren, es el ciclo de la vida- comenzó a acariciar mi rostro y cerré los ojos por el placer de sus manos en mi piel –No debemos aferrarnos a las personas por que sino el sufrimiento al perderlas puede ser muy dañino, doloroso y enloquecedor- su vista se perdió en el horizonte, sin duda algo pasaba en su cabeza que la tenia tan pensativa.

-Amor ¿a que va todo esto, por que me dices estas cosas?- le pregunte preocupado.

-No pasa nada amor, es solo que he estado pensando en ello, acerca de la muerte y en como mi vida seria sin ti, simplemente se que siempre estaremos juntos, si no es aquí será en la otra vida, es cosa de que esperar a por el otro- iba a protestar, a decirle que no habláramos de esto, menos en un día como hoy que es su cumpleaños, es verdad cada una de sus palabras, acerca del ciclo de la vida y sobre todo en que siempre estaríamos juntos, pero ponerlo como tema era doloroso, pero no alcance a decir nada ya que me beso con una fuerza lastimosa, desgarradora que me hizo sentir un miedo único, esto era la confirmación de que algo andaba mal –Ahora amor, por favor vete, no quiero que estés aquí cuando lleguen todos esos odiosos invitados, son todos unos engreídos pretenciosos, lo que menos quisiera es que alguien te hiciera sentir en menos- me dijo mirándome fijamente a los ojos, en ellos había un miedo que se le hizo difícil ocultarme.

-Amor no te preocupes por mi, este es tu día y quiero estar aquí para acompañarte- le dije, cuando vi que iba a insistir le di las otras razones –Además no me puedo ir, tu padre me contrato para que tocara en tu fiesta- le dije dándole una sonrisa de triunfo, ella abrió los ojos con un pánico aterrador, su pecho comenzó a agitarse mostrando lo errático que se estaba volviendo su respiración –Amor calma ¿Qué sucede es que no me quieres aquí cerca de ti?- le pregunte con una sonrisa demostrándole el sarcasmo, pero ella no reaccionaba, seguía con esa mirada asustada.

-No lo entiendes Edward tienes que salir de aquí por favor, hazlo por mi- me suplico tomándome las manos y viéndome a los ojos, de los cuales comenzaron a salir gruesas lagrimas que al verlas me preocuparon aún más, mi corazón se agito de miedo, desde mi llegada intuí que algo malo sucedía pero al verla así supe que esto era mucho peor.

-Amor no entiendo, explícame…- necesitaba respuestas he iba a comenzar a interrogarla para que me explicara pero no pudimos ya que se escucharon pasos desde el exterior de su habitación, pasos que se dirigían a su puerta, a los pocos minutos se escucharon 2 suaves golpes y la inconfundible voz de su padre.

-Isabella hija ¿estas despierta, puedo pasar?- Bella me miro al instante y me hizo señas para que me metiera debajo de su cama, me sentía como un vil ladrón pero no haría nada para perjudicarla, con rapidez y sigilo me escabullí bajo su cama.

-Pasa papá- le dijo mi ángel a su padre quien entro apenas escucho su respuesta.

-Buenos días hija ¿preparada para el gran acontecimiento?- le pregunto el jefe Swan.

-Tan preparada como desde que hablamos padre- le dijo Bella sin ganas en su voz, me imaginaba por lo que estaba pasando mi pequeña, ella detestaba todas aquellas fiestas tan extravagantes y lujosas, sobre todo si ella debía ser el centro de atención.

-¿Qué no estas feliz?- le pregunto su padre con un tono de molestia –Sabes que esto no es cualquier cosa el hecho de que…- Bella lo interrumpió mientras se paraba de la cama.

-Padre estoy muy feliz, solo que acabo de despertar, no me pidas que me ponga a brincar a estas horas de la mañana, quisiera vestirme y luego conversaremos- le dijo rápidamente Bella –Podrías llamar a Esme para que me ayude con mi peinado y vestimenta para la súper ocasión- le dijo lo ultimo con algo de sarcasmo.

-Hija sabes que Dídima se ofreció feliz de ayudarte, no puedes hacerle un desaire de esta naturaleza menos a ella que…- ¿que le sucedía a Bella que no dejaba hablar a su padre?

-Esta bien padre no te preocupes ya entendí el mensaje- le dijo desganada –Ahora por favor deja al menos ir a darme una ducha- le pidió, no se si su padre le hizo alguna seña o que, pero a los segundos escuche como la puerta de su habitación era cerrada, espere unos minutos más y salí a la luz.

-Debes irte Edward, si realmente me amas por favor ándate, yo te buscare y nos iremos a donde quieras- me dijo enojada tomando sus cosas para dirigirse al baño.

-Aún no me das razones de peso para que me vaya y no lo haré tampoco, le di mi palabra a tu padre de que estaré aquí esta noche para darle mis servicios de músico y lo cumpliré, además aún no te e entregado mi obsequio- le sonreí levemente para intentar cambiar la extraña expresión de su rostro, pero no lo conseguí, por el contrario parecía como si más triste se sintiera.

-No es necesario Edward yo solo quiero…- me acerque a ella en dos zancadas y no la deje terminar, me robe sus labios nuevamente como había tenido que hacerlo desde ayer, pero ella esta vez no respondió como las veces anteriores, esta vez se separo de mi tras unos segundos de haber intentado besarla.

-Alguien puede entrar, como escuchaste vendrá una amiga de mi padre a ayudarme así que no nos arriesguemos más- me pidió, me parecía razonable lo que me decía pero maldita sea, la angustia de que algo sucedía no me abandonaba, me llevo de la mano hasta la puerta tras abrirla reviso a ambos lados del pasillo y me aviso que no había moros en la costa, me gire una ultima vez antes de salir, la vi directamente a los ojos.

-Recuerda que te amo y que siempre estaré contigo, entiende que nunca nadie me podrá apartar de tu vida, eso solo lo puedes hacer tu- le dije tomando sus manos y dejando un beso en cada una de ellas –Solo te pido que confíes en mi amor, todo estará bien- no sabría decir por que le dije aquello, pero tenia la corazonada de que era el momento para hacerlo, ella me vio con cara compungida y asintió, cerrando la puerta y dejándome ahí clavado en su puerta con mil preguntas sin respuesta.

Pase la mañana ayudando a mi madre con los preparativos en la cocina, ella intentaba hacer conversación y preguntar acerca de cómo iba la relación con Bella pero dándole otro nombre a ella para que nadie más del servicio que se encontraba ahí entendiera de quien hablábamos, pero me fue imposible seguirle el hilo de la conversación ya que mi mente vagaba sin rumbo fijo, tenia tantas preguntas, tantas dudas y temores que no era capaz de ordenarlos e hilarlos para poder encontrarle sentido. Cerca de las cinco de la tarde fui al salón donde se encontraba el gran piano de cola y practique algunas melodías para comprobar que estuviese afinado, el sentir el vibrar de la música, la percusión de las teclas, la hermosa melodía no pude evitar recordar aquella tarde en el conservatorio, cuando le mostré a mi amada aquella faceta que desconocía de mi vida, aquello que me relajaba y me llenaba haciéndome olvidar del mundo pero jamás de ella, estaba tan abstraído con la melodía que no fui consiente hasta que la vi escondida en la esquina entre la pared del salón y del pasillo principal. Que supe que ella estaba ahí mirándome con sus ojos indiscutiblemente llenos de amor y devoción, le di una gran sonrisa que salio del alma al verla ahí, escondida para poder mirarme, deje de tocar y me acerque a ella, pero cuando ella noto mis intensiones se irguió y se escabullo de mi, a los segundos escuche que su padre la llamaba y considere que esa fue la razón de su huida.

-¿Hija donde haz estado, te he llamado hace bastante rato ya?- escuche como su padre la regañaba.

-Solo estaba viendo los preparativos padre ¿para que me necesitas?- le dijo con voz cansada.

-Los invitados llegaran en unos cuantos minutos, pero antes de eso quisiera entregarte algo ¿podrías acompañarme al estudio?- le pidió su padre, escuche como se alejaban a la habitación que estaba al final del pasillo y de la nada pensé que este era el momento para dejarle mi regalo. Corrí a la habitación donde pase la noche y fui por mis regalos, cuando salí y llegue hasta el pie de la escalera, verifique que nadie me viera y corrí escaleras arriba hasta el cuarto de Bella, sobre su cama deje una caja en la que dentro contenía mis obsequios, los que consistían en las escrituras de la casita que adquirí para que ambos viviéramos, un libro "utopia" que se que es su favorito por las veces que lo hablamos y que ella tenia el que era de su madre pero que cuando su padre lo encontró lo envío a quemar, debo decir que me costo mucho conseguirlo, parte de ese dinero era el que tenia ahorrado para el pie de la casa pero por ella seria capaz de cualquier cosa y por último las partituras de una canción que le escribí con la intención de que cambiara esa melodía que tan triste la ponía, en el momento en que me contó supe que compondría algo solo para ella, para que tuviera una canción feliz que la represente, una canción que exprese mi profundo amor por ella y que ella lo sienta solo con las notas musicales. Salí de su habitación comprobando que nadie estaba cerca, cuando llegue al pie de la escalera escuche su voz.

-¿Qué hacías arriba Edward?- me pregunto curiosa, debo decir que ya me molestaba que me dijera Edward, esta bien que así me llame pero escucharlo de sus labios suena algo seco, bueno debe ser por temor a que alguien aparezca de la nada.

-Cuando llegues a tu habitación lo sabrás- le dije con diversión, ella por un instante me sonrío y le devolví el gesto, entendía su preocupación, su padre podría poner a cualquiera en esta situación de nervios si se le ocurría traer prácticamente a toda la alta sociedad del estado, nervios sobre todo para alguien como mi pequeña.

-¿Sigues empecinado en quedarte?- me pregunto triste.

-La verdad es que verte así me hace pensar en que te alegraría más el que me fuera- le dije triste, pensar que me quería lejos me hacia ponerme así.

-No es eso solo…- y escuchamos unos pasos venir del pasillo.

-Muchacho que haces ahí, ve a prepararte que los invitados estarán por llegar- me dijo palmeando mi hombro, luego giro su cuerpo a Bella –Hija tú ve a tu habitación y espera a que vaya por ti para que bajes- y Bella sin protestar subió las escaleras, al llegar al ultimo peldaño se giro y dijo bajito, casi como si solo moviera sus labios "te amo" mi corazón se lleno de felicidad, sentía el impulso de correr junto a ella y besarla dulcementepero en su carita había tristeza y los miedos regresaron.

Estaba en la sala cuando los invitados comenzaron a llegar y fue cuando comprendí en carne propia los temores de Bella, la casa estaba repleta de gente, de familias refinadas, de algunos condes y otros duques, de gente que compartía el mismo cargo que ella asumiría ahora con sus dieciocho años, nunca le había preguntado en que consistía lo que ella debería hacer, quizás esos son sus miedos, ya tendremos tiempo para hablar de ello. Noté la ausencia de Jacob, de seguro su padre se encargo de que no asistiera a la celebración, de seguro que con el rompimiento no quedaron en los mejores términos, lamentaba aún más ese hecho ya que Bella necesitaba un amigo de verdad en estos momentos.

Me llamo la atención un grupo de jóvenes que comenzaron a hablar de ella.

-Amigo Isabella es realmente hermosa, que suerte- ¿Qué suerte? ¿A que se refería?

-Lo se Félix- le dijo el otro tipo.

-A todo esto ¿donde esta?- le pregunto –Ya debería de estar aquí ¿no?

-Le preguntare a Charles- vaya que se tenia confianza con el padre de Bella, quizás fuera algún pariente lejano.

Todos los murmullos fueron aplacados cuando apareció aquel ángel de mis sueños, aquella mujer que, podría asegurar, a más de la mitad de los hombres de esta sala les robo el aliento, se miraba preciosa en aquel vestido largo que dejaba sus hombros al descubierto, recordar la suavidad de su piel en mis manos era volar en recuerdos. Mis ojos se cruzaron con los de ella y vi que había estado llorando, la conocía perfectamente y pensé que quizás mi regalo no le había gustado, nos quedamos mirando unos buenos segundos hasta que su padre apareció junto a ella, algo le dijo y él se alejo dejándola sola saludando a sus invitados, yo seguía en las piezas musicales, todas inspiradas en ella y aunque su padre así lo pidió, no fue necesario pues ella siempre Será mi musa inspiradora. Entre conversaciones y conversaciones con distintas personas llego cerca de mí.

-No era necesario todos aquellos regalos, no entiendo como conseguiste el libro- me dijo tímida –La partitura ¿tu la hiciste?- la fascinación que reflejaban sus ojos era hermoso, era el mejor pago para las noches que pase inventando aquella pieza, la mire directo a los ojos y asentí.

-River Flows in You es inspirada en ti, amor- le susurre, acercándome un poco más a ella ahora tocando aquella canción, ella se estremeció ante mi cercanía y una hermosa sonrisa se plasmo en su rostro tras mi confesión, me miro y en sus ojos había mucho amor pero empañados de miedo, luego cerro sus ojos disfrutando de su pieza musical, me acerque un poco más a ella –Te amo pequeña mía- sus ojos se abrieron instantáneamente y me miro como pidiéndome disculpas.

Cuando giro nuevamente su vista a los invitados desde el fondo comenzó a acercarse uno de los muchachos que hablaban de ella hace un rato atrás, Bella empalideció y su rostro se endureció.

Se escucho el sonido de unas campañillas que anunciaban hora de brindis.

-Queridos amigos- dijo su padre con una copa en la mano –Quiero agradecerles su presencia en un día tan importante como hoy, en un día como hoy nació el ser más maravilloso que haya tenido la dicha de conocer…mi hija Isabella Swan o llamarla desde ahora, la condesa Isabella Swan- Bella estaba pálida al ser el centro de atención, todas las copas se alzaron en honor a ella, Bella me miro con pánico en los ojos y susurro bajito solo para mi "perdóname", no entendía a que se refería, no entendía por que se disculpaba, de lo que si estaba seguro es que no seria nada bueno ya que la tristeza, miedo, rabia en sus ojos era muy notorio, su padre continuo.

-Y me es un orgullo anunciar ante ustedes, amigos de mi familia- se aclaro la garganta y estirando su mano hacia Bella para que lo alcanzara y con un gesto de su cabeza el muchacho tomo la mano de Bella…un momento ¿la mano? –Es un honor para mí anunciar que próximamente mi pequeña hija, ahora convertida en una mujer se casara con el pequeño Vulturi, Alec Vulturi- dijo alzando su copa a los que todos le siguieron acompañándolo en el brindis, desde la palabra boda que mi vista se nublo, no tuve la fuerza suficiente para contener las lagrimas que comenzaron a salir, teclee una nota mal y sonó horrible, parte de los invitados me miraron con desprecio pero no me importo, yo retome la melodía que cada vez se iba apagando más, sabia que esto tenia que tener una explicación lógica, esta vez no me dejaría guiar por mi impulsiva forma de actuar, se que Bella me dirá que nuevamente la están obligando a casarse y me la llevare lejos antes de que eso suceda. No lo pude evitar y toque aquella maldita canción que a mi ángel le hacia sufrir, pero no lo pude evitar, comprendía lo que me decía acerca del dolor y era eso mismo lo que estaba sufriendo yo, al escuchar lo que tocaba para ella me miro a los ojos, que estaba cristalinos luchando por contener sus lagrimas, yo la mire como suplicándole por una explicación pero perdí contacto visual cuando su "novio" tomo su rostro y la beso, mi mundo comenzaba nuevamente a caerse a pedazos y yo estaba mirando desde afuera como eso sucedía ya que no podía hacer nada para evitarlo, Bella le respondió el beso y eso fue la muerte para mi, me levante en voladas del taburete del piano y me disponía a salir de aquel infierno.

-¿Dónde crees que vas muchacho, aún no a terminado la celebración?- me dijo Charles, se veía algo enojado pero no le tenia miedo, mis peores miedos ya se habían cumplido.

-No me siento bien, con su permiso- le dije sin esperar respuesta, llegue a mi habitación y antes de cerrar la puerta vi como mi madre intento acercarse a mi, se que quería consolarme pero yo sabia muy bien que no podría ser consolado por nadie, me encerré en la habitación y habrán sido unos largos 10 minutos que mi madre intento razonar conmigo intentando que abriera la puerta. Comencé a llorar intentando buscar una explicación pero nada, devanaba mi cabeza intentando ver el error, buscar la falla pero nada, volvió a sonar la puerta, mi madre tras haber desistido vuelve a intentarlo.

-Edward abre soy Bella- escuche decir a mi ángel, ahí estaba, de seguro venia a explicarme esta horrorosa pesadilla, salte de la cama y abrí enseguida, cuando al vi mi corazón se encogió aún más, su carita estaba surcada en lagrimas con la vista sin su brillo especial. Me lance a sus brazos buscando su calor, intentando despertar y encontrarme en mi casa de la otra ciudad junto a ella. Entro a la habitación y la cerro con la llave, me miro largo rato sin decir nada, yo ni siquiera sabia como formular mis preguntas por miedo a sus respuestas, así que simplemente me lance a sus labios en un beso apasionado y sumamente necesitado, ella no se hizo esperar y me lo devolvió con toda la necesidad que ella también tenia, me sentía en las nubes sabedor de su amor, confiaba en ello pero no entendía.

-¿Qué fue todo eso de la boda amor?- me separe de ella y decidí preguntar.

-Hazme tuya Edward- fue todo lo que me dio en respuesta, sus ojos estaban bañados de lagrimas y la tristeza era mutua, no quise seguir insistiendo y volví a devorarme sus labios, nuestras manos nunca dejaron de reconocer nuestros cuerpos, se hacia tan familiar nuestras caricias pero a la vez era como un recuerdo, como algo que había sucedido ya hace mucho. No nos importo que unos metros más allá estuviese su padre o todos aquellos invitados, incluso aquel infeliz que decía que se casaría con ella, en ese momento solo importábamos los dos y aquel acto tan hermoso de nuestra unión, aquel acto impaciente que nos llevo a hacer el amor dos veces sin importarnos nada.

Estaba recostado en la cama acariciando su brazo desnudo he inspirando el dulce aroma del cabello de Bella, ella volteo a verme y volvió el miedo al ver sus ojos tristes, se incorporo y salio de la cama, sintiendo que seria la ultima vez en verla, tomo su vestido y comenzó a vestirse.

-¿Dónde vas?- le pregunte con miedo.

-Debo volver a la fiesta- me dijo algo seca sin mirarme –Mi padre comenzara a sospechar- iba a salir sin decir más pero fui más rápido y la tome de una de sus muñecas.

-Podrías al menos tener la gentileza de explicarme que fue todo aquello de la boda y luego vienes a mi cama y te vas como si aquí no pasara nada- le dije algo molesto.

-Tómalo como una despedida, anoche no pude venir así que esto es como una compensación- su tono de voz me lastimaba.

¿-Esto quiere decir que no es algo que desearas? ¿algo del momento y nada más?- le pregunte con miedo a lo que me fuese a decir.

-Tengo que dejarte en claro- me dijo mirándome ahora a los ojos –Que nadie me obliga a nada, yo decidí casarme esta vez y no puedes hacer nada ante aquello, esto quizás fue un error, pero veo que me he equivocado seguido últimamente.

-¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me lastimas de esta forma?- le pregunte con un hilo de voz, ya no me importaba si me humillaba o no, ella es todo para mi y saber que la perdía no me dejaba más que arrastrarme y si era necesario suplicar para que me aceptara -¿es que te diste cuenta lo poca cosa que soy para ti y que ese tal Alec esta a tu nivel?- una lagrima salio de mis ojos, vaya que ingenuo fue quien dijo que los hombres no lloran, puso su manos en mis hombros y me miro directamente a los ojos, sus ojos no me mentían ella si me ama pero había algo más.

-Recuerda todo lo que te he dicho- me dio un beso rápido en los labios y salio de la habitación.

¿Un corazón recién curado tras haber estado roto puede nuevamente volver a romperse?

Continuara...

Que les parecio por q Bella se quiere casar con ese tipo,  este es el ultimo capitulo de Edward el proximo es de Bella

Capítulo 19: -"Llegada"- Capítulo 21: -"Sacrificio"-

 
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