Narra Edward
Tenía que acompañar a mi hija a casa de Andrew, le pedimos que no fuera, que descansara, pero afirmó que estaba bien, y no mentía, estaba bastante bien, así que la acompañé a casa de Andrew.
- Gracias papá. Ya iré a casa.
- Vendré a buscarte, llámame.
- Bueno…
- Adiós cariño.- le di un beso en la frente.
Se fue hacía dentro de la casa que la esperaba Andrew.
Yo me di la vuelta y me dirigí hacía casa de mi familia.
Últimamente iba muy a menudo, al igual que Bella, pero no tanto, estábamos Carlisle y yo averiguando a ver el desarrollo de Alma. Cuando entré en el bosque para ir a casa, oí varios pensamientos. Eran, los lobitos.
Estaban de guardia, ¿pero a esas horas? Pero seguí sin molestarles. ¿Pero y si estaban buscando al vampiro? Seguí hacía delante.
Pero un pensamiento, el de Jacob, destacó…
Edward… hemos encontrado al vampiro, necesitamos vuestra ayuda… venid corred.
Habían encontrado al vampiro… fui hacía él, también había otro lobo, ese era el de Sam.
- Jacob, Sam. Donde está
- Edward… está ahí delante, ¿le puedes leer el pensamiento? – me preguntó Jacob.
- Si, si calláis un segundo...
Se callaron, entonces percibí sus pensamientos, estaba buscando comida. Pero no animales, humanos… la sangre de animal no le saciaba su sed. Estaba buscando a ¡Alma! No puede ser… lo pude ver, entonces reconocí quien era.
- Que hijo de puta.- dije al recordar quien era.
- ¿Qué ocurre Edward? – me preguntó Sam.
- Ese fue un compañero mío cuando yo me convertí, cuando abandoné a Carlisle que estuve un tiempo fuera, luego decidí que no estaba haciendo lo correcto y regresé.
- Pero ese es el vampiro que estamos buscando…
- Si. Además está buscando a mi hija.
- ¿Qué? Este no sale vivo. – dijo Jacob
- Espera Jacob… Edward, ¿sabes si tiene algún punto débil? – me preguntó Sam
- Lo único que se que es muy adicto a beber sangre, sea cual sea. Ahora mismo tiene mucha sed. Para poder matarlo tenéis que ayudarme.
- Di, escuchamos.
- Vale mirad, ahora voy yo, voy hablar con él, después vosotros cogerlo por detrás.
- Necesitaremos la ayuda de Bella…- dijo Jacob.
- Bella está con mi familia… podemos juntos. ¿Estamos en esto, o no?
- Si.
- Pues ya no hay nada más que decir. Cuando menee la mano izquierda, sigilosamente…
- De acuerdo.
Me fui corriendo entonces me tope con él.
- Sean.- pronuncié su nombre.
- Anda… Edward… ¿Qué te trae por aquí?
- Eso mismo me pregunto yo de ti
- Pues cazando, ya que tú te fuiste…
- Si, vivo aquí. Ah y por cierto ¿buscas algo?
- Tú… si mira, comida.
- Todavía sigues bebiéndote la sangre de los pobres humanos.
- Tú lo hacías.
- Fue un gran error.
- Pues deberías de unirte otra vez… Por aquí e encontrado una muchacha…
Me enfurecí.
- De eso quería hablarte…
- Si, tu hija ¿verdad? Huele muy bien…
Lo cogí de la camisa y lo levanté del suelo.
- No la vuelvas a tocar hijo de… mira no te mereces mis palabras…
- Merezco la sangre… de Alma.
Le pegué un puñetazo y cayó al suelo.
Aun no iba hacer el gesto. Quería manipularlo un poco, me estaba diciendo en mi propia cara lo de mi hija… a que santo sabe que es mi hija.
- Que lastima que el otro día no pudiera beber su sangre… estaba arto de tanta sangre de animales, estaba lleno, pero lo siento que sea tu hija…
- ¿Cómo sabes que es mi hija?
- Se parece un montón a ti… y sus sentimientos lo explicaban…
- Ah ya, tu asqueroso poder de los sentimientos…
- Pues va muy bien.
- Maldito, vas a morir.
Se echó a reír.
- ¿Yo? Nunca moriré…
Entonces giré la muñeca izquierda, salió Jacob y Sam, seguido de los otros lobos.
Tranquilo Edward… Este no se va hoy vivo de aquí… Dijo Jacob.
Entonces los lobos lo tumbaron a Sean en el suelo. Una vez en el suelo inmóvil, le pude arrancar la cabeza.
Asta que quedó inmóvil, sin vida.
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