(EPOV)
Es extraño como las emociones pueden llegar a superar la razón, como el corazón puede guiar tu vida en un pestañeo, así es como me sentía en estos momentos por mi ángel de salvación, aquella mujer que solo con su mirada podía calmar mis peores miedos, principalmente era que nos separaran, estaba consiente que mi corazón ya no se encontraba donde normalmente está, sino que en este momento está con ella resguardado con suma delicadeza y amor, ella jamás me volvería a defraudar, lo sucedido con Jacob había sido de fuerza mayor, actúo por miedo al no contarme de su compromiso, ese compromiso en que fue sometida por su padre en contra de su propia voluntad, pero hoy a esta hora ella debe ser una mujer libre, libre en sentido figurado por que ella es mía y ahora puedo decir que no solo emocionalmente, su corazón esta aquí conmigo, sus pensamientos y todo su amor, pero ahora había más, finalmente después de todas las barreras que había impuesto para resguardar su castidad, su virtud para después del matrimonio, aquel control que me auto exigí imponerme por todo el amor y respeto que le tengo, ella con sus sensuales intentos, aunque creyese lo contrario, consiguió derrumbar todo aquello, pero no estaba arrepentido, sino que todo lo contrario, la unión física fue como el broche de oro para sellar nuestro inmenso y puro amor, ahora aquí prácticamente babeando al recordar aquellos días que vivimos como una pareja de amantes, como una pareja fortalecida y decidida a luchar por mantenerse unida, aquí me encontraba esperando en la oficina de mi jefe la carta de recomendación que me daría para poder conseguir un trabajo en la otra ciudad, cerca de ella para que estemos juntos siempre, como fuimos destinados a estar.
-Sr. Edward pase, lo están esperando- me dijo la asistente de mi ex jefe, entre sintiéndome un poco cohibido, mi jefe el Sr. Malory había sido sumamente generoso y buena persona con mi situación, me había dado días libres cuando le conté lo de Bella.
-Edward pasa adelante, no te sientas mal- me dijo animadamente.
-Disculpe señor Malory los problemas que le he causado con mi partida, pero…- le iba a decir pero me corto.
-Edward no te preocupes te entiendo, yo también fui adolescente aunque no lo creas- me dijo riéndose – Tu lugar es allá junto con aquella chiquilla que te robo el corazón, hay que cuidar la mercancía- me dijo guiñándome un ojo.
-Gracias por toda su ayuda y comprensión Sr. Malory- le dije tendiéndole la mano.
-Nada de gracias muchacho te lo ganaste a pulso, además haz sido uno de los mejores que he tenido, tengo que reconocer que es una perdida lamentable en mi circulo de trabajadores pero como te dije, te entiendo- me dijo mientras abría uno de los cajones de su escritorio y sacaba unos documentos que espero por mi bien sea la carta de recomendación que necesito para encontrar trabajo – Bien como me lo solicitaste y no solo por eso sino por que te lo mereces, aquí esta la carta de recomendación- me dijo tendiéndomela.
-Espero que con esto pueda encontrar un trabajo aunque sea una pizca de bueno que este- le dije lamentándome de tener que dejarlo.
-Había pensando en ello, verás el marcad laboral esta algo escaso con tanta crisis y cosas por el estilo, así que me tome atribuciones que espero no te molesten pero aquí- me dijo tendiéndome una pequeña hoja – Hay dos direcciones de unos amigos que tengo en la ciudad de al lado, les di mis recomendaciones de ti directamente y ambos quedaron encantados, solo falta que te presentes personalmente y verás como te va de bien, te sugiero que vayas con los Denali, su forma de trabajar es mas similar a la mía así que se te será más fácil el acostumbrarte- me dijo, yo estaba sumamente agradecido, sentía una especie de aguja en la garganta por su amabilidad, tiempo atrás cuando me había visto triste por mi situación con Bella, me había invitado a un bar y ahí platicamos de nuestras vidas, el me comento que creció de abajo como un simple campesino y que todo lo que tiene ahora es fruto de esfuerzo para sacar adelante a su familia, así que siempre me incitaba a no rendirme y a luchar por Bella a pesar de lo que dijera la sociedad.
-No se como agradecerlo todo lo que esta haciendo Sr. Malory- le dije feliz y agradecido a más no poder.
-La única manera es siendo feliz Edward, eres un gran muchacho, eres el hijo que nunca tuve o quizás un marido para mis hijas, un digno yerno de la familia Malory, pero ya estas ocupado y asegúrate de hacer feliz a esa afortunada mujer, para ello tengo otra noticia – me dijo feliz y misterioso – Esto que tengo aquí es lo que andabas buscando- me dijo palmando unos documentos- supe por el banco lo poco que te faltaba para el enganche de la casita que esta afueras del pueblo, aunque no lo creas no era mucho pero ya lo salde, ahora solo tienes que pagar los arriendos constantemente cada mes- me dijo guardando los documentos en una carpeta y tendiéndomelos, yo a estas alturas ya no sabia que términos utilizar para demostrarle mis agradecimientos, mi felicidad y asombro eran tantos que no podía ni formular palabra – Tomare eso como muestra de felicidad- me dijo riéndose.
-Gra…gra…cias…gracias- le dije finalmente, me acerque a él y lo abracé fuertemente, a pesar de haber sido un gran jefe, fue sobre todo una gran persona, salí de su oficina aún un poco abrumado por tantas emociones, sentía ganas de llorar, de gritar, de celebrar de pura felicidad, quería correr y contarle las cosas buenas que me estaba sucediendo a mi amada, sabia que una vez que comenzáramos a luchar por nuestros sueños, nuestra vida juntos lo lograríamos.
Así de feliz fui a mi casa a empacar las pocas pertenencias que me llevaría que en realidad son las pocas con las que llegue, ya que la casa venia amueblada gracias nuevamente a mi ex jefe que así me la dispuso, estaba ansioso, lo único que quería era llegar y estar con mi amada, ver sus hechizantes ojos, sentir su embriagador aroma, vibrar con sus caricias, su delicada piel y por que no, escucharla gemir mi nombre de sus labios, de esos labios tan maravillosa y condenadamente sensuales que me llevan a la perdición en segundos.
Al bajar del tren lo primero que hice fue ir donde mi familia, extrañaba a mi dulce madre, a la loca de mi hermana, a mi padre que aunque de seguro a estas alturas se imaginaba por que estaba de vuelta y me regañaría, igual lo extrañaba, Emmett ya estaría viviendo con Rose así que pasaría a visitarlo más tarde.
-Hijo mío, que feliz me haces tenerte de vuelta- me dijo mi madre al borde de las lagrimas.
-Te extrañe- le dije besando ambas mejillas y su frente y la abrazaba fuertemente.
-¿Qué haz estado haciendo Edward?- me dijo con una sonrisa e intentando sonar de manera reprobatoria.
-¿Por qué lo dices?- le dije lleno de felicidad, sabia perfectamente que a estas alturas que la ruptura del compromiso entre Bella y Jacob era un hecho y que ella lo tenía que saber aún más.
-Estoy muy feliz por ustedes hijo- me dijo abrazándome nuevamente –Bella me contó de su viaje y que estuvo contigo, cuando hablamos se veía tan feliz hijo, se nota que te ama así como lo veo en tus ojos.
-¿Te dijo que luchará por mi?- pregunte orgulloso, aunque sabia la respuesta a aquel cuestionamiento quería simplemente escucharlo.
-Si hijo, ella luchara por ustedes- me dijo con una sonrisa no del todo feliz ya que no le llego a los ojos – Solo tienen que ser cuidadosos, sabes como es su padre y aunque él aún no sabe por quien Bella rompió con Jacob no creo que demore en descubrirlo- me dijo con algo de miedo en su voz.
-No te preocupes madre, haremos las cosas con calma y pensando fríamente- le dije con una sonrisa tranquilizándola – por cierto ¿iras ahora para allá? Muero por verla- le dije.
-Así es, pero no creo que saques anda con ir, anda en Paris con unas amigas de su padre comprando vestidos para su cumpleaños, vieras la cara que llevaba la pobre, si no la conociera diría que algo más le pasaba pero era obvio que estando con esas señoras para nada agradables intentando decidir por ella y sobre todo de compras, a Bella no le gusta todo lo que tenga que ver con comprar- me contó, recordé acerca de su cumpleaños y que ya tenia listo su regalo.
-¿Estará muchos días fuera?- le pregunte impaciente.
-Vuelve el día de su cumpleaños- me dijo, lo que me ponía algo triste, aunque faltaban solo tres días para aquello, la ansiedad por verla era mucho mayor.
-¡TU CONDENADO HERMANO DEL MISMISIMO DEMONIO!- escuche decir a mis espaldas, esa voz tan aguda era inconfundible, me gire con algo de miedo al sentir la furia de mi "dulce" hermanita.
-Hola Alice, si yo también te extrañe tanto- le dije con falso entusiasmo.
-Como es que estas de novio con Bella, pasan una semana juntos haciendo quizás que cosas…- y en ese momento sentí un leve rubor subir por mis mejillas, intente disimularlo con falso enojo.
-¡Ey! Alice lo que haga con Bella no es de tu incumbencia- le dije subiendo un poco la voz, extrañaba a la enana y no quería realmente enojarme pero no estaba preparado psicológicamente para que mi madre escuchara aquellos temas de conversación – Además no veo que tiene de grave- le dije bajando la voz y haciéndome el desentendido.
-¡¿Cómo que qué tiene de malo, Edward estas de novio con mi mejor amiga y me entero por otros?- me dijo ahora con una enorme sonrisa mientras se lazaba a mi para darme un fuerte abrazo que se lo respondí gustoso, esta pequeña sabia como preocuparme con sus enojos espontáneos pero a la vez estaba feliz de ver que estaba de mi lado.
-¿Cómo que te enteraste por otros? ¿Con quien haz hablado de esto?- le pregunte preocupado, que yo sepa la única persona que tiene conocimiento además de mi madre es Jacob y no creo que él precisamente hable de esto con Alice.
-Vamos a dar una vuelta, hay ciertas cosas que me gustaría platicarte- me dijo algo misteriosa y en el instante me preocupe, fue algo que nació e mi pecho como una mala señal. Tomamos dos caballos y fuimos al río a dar un paseo, estar con Alice y saber que podría hablar con ella libremente era relajante pero comenzaba a sentirme perturbado ya que se veía que el tema seria importante sino ¿Por qué tener que ir a conversar lejos de los odios de alguno de mis padres?
-¿Bien Alice que sucede?- le pregunte cuando ya había dejado amarrado el caballo a uno de los árboles y le ayudaba a ella con el suyo.
-Jasper fue quien me contó lo tuyo con Bella, el lo supo por que Jacob fue con el a pedirle tu dirección, Jasper no quería dárselo ya que pensaba que iría a buscar problemas a tu casa, era conciente que ya tenias suficiente con saber que se iba a casar con Bella como para ayudarlo a destrozarte más si te hacia una visita y en ese momento él le explico sus intenciones, el plan de llevarte a Bella para que se reconciliaran ya que él ama a otra mujer- me dijo de corrido mi hermana
-¿Bien y eso que tiene se serio para que me traigas acá?- le pregunte impaciente.
-Edward si tampoco es tan grave, solo quiero comentarte ciertas cosas extrañas que he visto, cuando Bella llego hablo con mamá y le contó acerca de su enfrentamiento con su padre, estaba feliz por como lo había tomado, obviamente estaba extrañada y asustada por como había sucedido todo, ella pensaba que su padre poco menos la enviaría a azotar, pero no fue así y ella se sentía algo nerviosa por ello, cuando mi madre me contó que ya estaba aquí no dude en ir dos días después a verla y bueno ella estaba…uhm…- ¿estaba que Alice? Me puse tenso ante el hecho que no terminara de hablar y me dejara con la duda.
-¡¿Estaba que Alice, por Dios?- le grite ya de lo nervioso que comenzaba a ponerme.
-Bueno ella en realidad no se veía tan feliz como me había dicho mamá, tenia los ojos hinchados como si hubiese estado llorando, me dijo que no era nada, que te extrañaba y por eso estaba así, pensé por un momento que quizás su padre había cambiado de opinión y nuevamente la estaba obligando a casarse con Jacob- sentí la cara arder de enojo, si ese fuese el caso, si a ella la estuviesen obligando nuevamente juro que seria capaz de raptármela.
-¿Alice estas segura? Si es así te prometo qué- iba a expresarme mi idea pero me cortó.
-Edward si ese fuese el caso te aseguro que ya te lo hubiese dicho, déjame terminar- me espeto – Fui a hablar con Jacob para preguntarle mis sospechas y él me aseguro que no lo estaban obligando nuevamente, él esta en otra en estos momentos, me aseguro que él al igual que Bella esta luchando por otro amor, pero me dijo que la iría a ver para saber que era lo que le sucedía, sabia que se lo diría a él pues yo soy tu hermana y quizás algo le molestaba o algo así, al día siguiente vino a verme para decirme que solo la vio de pasada ya que iba saliendo de viaje a Paris con todas esas señoras que no son de su agrado, eso es lo extraño, que salga con aquellas señoras amigas de su padre y segundo que se haya ido por una semana, Jacob le pregunto que si realmente era para comprar un vestido o había algo más.
-¿Algo más como que Alice? por favor deja de hacerte la misteriosa- le dije ya en un bramido, estaba en el colapso nervioso y Alice seguía dándoselas de chica misteriosa.
-Jacob cree que su padre la envío a otra ciudad, algo así como un convento- me dijo triste mirando al suelo – Yo en lo personal no lo creo pues su padre ha mencionado el cumpleaños de Bella por toda al ciudad, irán personas muy influyentes, políticos, duques, marqueses, en fin, lo mejor de lo mejor, solo para su cumpleaños así que yo creo que esa teoría esta descartada, quizás ¿algo que hayas hecho tu?- me dijo mirándome ahora fijamente, comencé a pensar en la posibilidad de que hubiese escuchado algo de mi que no le gustase pero eso estaba descartado, no había hecho nada malo ¿Qué podría tenerla así? Quizás simplemente al llegar aquí se había arrepentido de lo que paso aquella hermosa semana, aquella semana en la que me entregue en cuerpo y alma, donde firme la sentencia de que el amor que siento por ella es incorregible e irrevocable, insuperable incluso.
-No Alice no le he hecho nada, creo que solo nos queda esperar estos malditos días- le dije triste.
Trascurrió el primer día con una lentitud endemoniada, sin duda el tiempo estaba en mi contra poniendo a prueba mi ya escasa paciencia era como su se burlara de mí, pero tenia que mantener la calma y el temple, mantener siempre la cabeza fría para cuando ella llegase estar tranquilo y apoyarla en lo que sucediese, ella tenia que saber que contaba conmigo para lo que pasara, jamás la dejaría sola, claro al menos que ella misma me lo pidiera, pero eso jamás sucedería, sus ojos y ahora ultimo su cuerpo me lo dijeron, ese calor que emanaba con una sola caricia me decían que ella era mía y que estaba tan deseosa como yo de que jamás nos separáramos, recordé sus ojos llenos de dolor cuando me dejo hace una semana atrás, había miedo pero ella ya había hecho lo principal que era enfrentarse con su padre. Para poder pensar en otra cosa decidí ir donde los Denali por el trabajo que el Sr. Malory me había recomendado tomar en primera opción, cuando llegue fui muy bien recibido por el señor Eleazar y su esposa Carmen, quien tenia ese toque maternal que relajaba cualquier situación, era como recordar a Esme.
Eleazar muy animadamente tras haber tenido una platica profesional decidió darme el trabajo ya que estaba asombrado por el solo hecho de haber sido recomendado directamente de mi ex jefe.
-¿Eres el nuevo capataz de mi padre?- me pregunto una voz femenina cuando estaba por salir de aquella enorme casa de los Denali.
-¿Disculpe?-pregunte y me gire para ver a quien había preguntado, me encontré con una chica rubia, quizás alguien la hubiese descrito como hermosa, ya no lo se pues mis ojos a estas alturas estaban cegados por una sola belleza…Bella.
-OH Disculpa lo descortés- me dijo acercándose a mi y tendiéndome su mano –Tanya, Tanya Denali- se presento, por su apellido supe que era hija de mi nuevo jefe.
-Mucho gusto señorita- le dije correspondiendo a su saludo – Si así es su padre acaba de contratarme.
-Esas si son buenas noticias- me dijo dándome una mirada algo extraña
-Para mi al menos lo son- le dije intentando sonar desinteresado – Bien señorita- le dije para salir de ahí, tengo que decir que su intensa mirada me estaba poniendo algo nervioso, no por que me produjese alguna reacción como las de bella (eso ni pensarlo) pero no hay que enredar las cosas, mucho menos ahora que comenzaría un nuevo trabajo.
-No es necesario tanto formalismo, tú serás empleado de mi padre no de mí, está bien solo con Tanya- me dijo mientras batía sus pestañas como si le picaran los ojos.
–No quisiera sonar descortés Señorita Tanya- le dije demostrándole que no podría tomarme esas atribuciones- y mucho menos maleducado pero voy con algo de retraso- le dije alejándome de ella.
-No me haz dicho tu nombre- me dijo acercándose a centímetros de mi, impidiéndome la salida.
-¿Edward todo bien?- dijo la voz del Sr. Denali al pie de la escalera, su hija se giro al verlo y en ese momento aproveche de escapar.
-Si señor todo bien, me estaba retirando, buenas tardes- le dije y me fui de ahí, cuando viniese a rendir mis informes me aseguraría definitivamente de no toparme con su hija.
Al llegar a mi casa esa tarde estaba feliz de haber conseguido el trabajo, pero seguía con esa incertidumbre y ansiedad de no tener a Bella cerca, incluso de no verla, de no sentirla, me reía de mi mismo al verme en esa situación, había cuidado tanto de mi autocontrol para con ella y ahora después de haber flaqueado ante sus indiscutibles encantos me sentía como un adolescente e incluso algo avergonzado al descubrirme pensando en ella de aquella forma, de recordar el tenerla debajo de mi, de saber que había sido su primer hombre, de saber que cada gemido había sido solo por mi.
-¿se puede saber que te causa tanta gracia que te ríes solo?- me pregunto de pronto mi madre, reaccione ante su voz y me di cuenta que mi padre, Alice y Jasper que nos visitaba, estaban mirándome con una risa en sus rostros, sentí un leve rubor en mis mejillas.
-Nada- dije cortante.
-Creo que alguien a llegado bastante cambiado después de cierta visita ¿no creen?- dijo Alice divertida.
-Alice no te rías de tu hermano- le regaño mi madre –A todo esto Edward, Charles quiere hablar contigo- me dijo y no se que cara habré puesto pero mi madre me hizo tranquilizar al momento –No te preocupes no se veía enojado, creo que quiere ofrecerte una especie de trabajo por lo que me hizo entender, te espera mañana al medio día- me informo.
Más tarde fui a mi cuarto, que ahora era solo mío ya que Emmett como hombre casado tenia su propia casa, e intente dormir, pero se me hacia imposible, tenia los ojos de Bella incrustados en mis pensamientos, cerraba los ojos y veía cierto miedo en ellos y me asustaban, cuando conseguí dormir y se que fue así ya que desperté violentamente por una pesadilla sudando frío, donde veía a Bella que estaba siendo recluida en un convento, habrán sido las cuatro de la mañana, intente pensar en otra cosa y en el intento ya había amanecido. Me mantuve ocupado por la mañana en ayudar a mi padre en su trabajo con los caballos y cuando estaba cerca del mediodía me excuse para ir donde los Swan, al llegar mi madre me hizo pasar por la salita, me sentía extraño el estar ahí casi como un invitado, sabia que ese era un de mis mayores sueños, quizás pensar que algún día el jefe Swan me viera como a un igual.
-Buenos días Edward- me dijo el padre de Bella quien acababa de entrar al saloncito y me tendió su mano en forma de saludo, me dio una sonrisa sincera y supe que no sabia quien era yo para su hija, se veía tranquilo pero algo habían en sus ojos que incluso me preocupo hasta a mi.
-Buenos días Jefe Swan- le dije de vuelta -¿En que le puedo ser útil?
-Un hombre directo, eso me gusta en los jóvenes muchacho- me dijo mientras me ofrecía asiento – Verás no se si te haz enterado pero mi hija mañana estará de cumpleaños, bien quisiera darle una sorpresa y me gustaría que me ayudaras en ello- me dijo, no tenia idea de que me pediría pero sonaba interesante el saber que ayudaría en ello – Por tu madre me entere que tocas el piano y al parecer muy bien, bien quisiera contratarme por toda la noche para que toques piezas exclusivamente para Bella, ella saco la parte artística de su madre y tener música en vivo se que le agradara, además vienen invitados realmente importantes y quisiera causar una buena impresión, la paga Será buena así que espero que no te preocupes por ello- me dijo feliz.
-Pero claro que acepto- le dije sin vacilación, de saber que seria algo para mi Diosa no había ni siquiera que pensar en hablar de dinero, por mi lo haría gratis pero sonaría algo sospechoso.
-Perfecto, entonces, los invitados llegaran a las seis para la recepción y en la cena tendrías que seguir con tu repertorio, Bella llegara esta tarde a la ciudad espero tu confidencialidad ante aquello- me dijo, ¿hoy? Pensé que llegaba mañana, pero mejor para mi –No queríamos que se agobiara recibiendo visitas así que por eso dijimos que llegaría mañana- me dijo como si hubiese leído mis pensamientos -Y bien podrías irte para allá y hablar con ella para que le preguntes acerca de sus gustos musicales así organizarías un repertorio adecuado- me estaba pidiendo ir para verla, esto rayaba de lo genial.
-Claro- le dije –No tengo nada para el día de hoy.
-Puedes quedarte en la habitación que usa Esme, ella se ira mañana temprano así que no hay problema, yo estaré allá por si hay problemas- me dijo, bueno ya pensare en como solucionar aquel "detalle" podría intentar hacer lo mismo que la vez anterior cuando lo cedamos para poder pasear con Bella, así tendría la noche para que estuviésemos juntos.
La sonrisa que estaba en mi rostro definitivamente no la podía sacar con nada, cuando llegue a la casa por el regalo que le tenia y pos mis cosas, todos me preguntaron que me sucedía, les comunique y todos se pusieron feliz por que la vería. La ansiedad me hizo incluso correr al bus para irme a la ciudad, era soñar despierto si el jeje Swan me invitaba a irme con él, pero saber que estaría bajo el mismo techo nuevamente era lo mejor.
Cuando llegue a la casa de los Swan fui recibido por una de las cocineras, había bastante movimiento, ya que estaban limpiando la casa hasta por donde no se veía, se notaba que seria un gran acontecimiento, me fui directamente a la habitación que usaba mi madre y espere impaciente a tener a Bella en mis brazos, cerca de las seis de la tarde fui a la cocina por un bajo con agua y note que toda esa gente que estaba por la mañana limpiando ya no estaba, cuando iba de regreso a la habitación escuche como se habría la puerta principal y con ello la voz más hermosa y angelical que deseaba oír, los miedos infundados que me había dado Alice acerca de haberla encerrado en un convento se esfumaron en el ipso facto, camine rápido hasta llegar al recibidor, espere a que el chofer que llevaba su valija no estuviese cerca.
-Amor- le dije cuando corrí a su encuentro.
-¿Edward?- me dijo asombrada, sus ojitos se abrieron por la sorpresa, vi como se ponía feliz por mi presencia lo que me hizo sonreírle, no se si fue el nervio pero sentí como si un pensamiento le hubiese nublado la vista y una sombra pasara por ellos, lo deje pasar ya que recibió mi abrazo con su inconfundible calidez -¿Qué haces aquí? mi padre estar por llegar- me dijo preocupada.
-No te preocupes, estoy aquí por que él me lo pidió- le dije.
-¿Cómo que él te lo pidió? ¿Te ha dicho algo?- me dijo alarmada.
-Amor podríamos hablar de eso después, te he extrañado como no te lo imaginas y lo único que deseo es besarte- le dije, aunque mis acciones se lo demostraron ya que capture sus labios con los míos, la necesidad de ella se hizo presente, saboree sus labios, su textura, su exquisita saliva como a miel, en un comienzo estaba tensa por el miedo a ser descubiertos, pero se relajo finalmente en mis brazos.
-También te extrañe- me dijo con tristeza.
-Amor no te preocupes aquí estoy, por ti, por mi, por los dos, y nadie nos va a separar- le dije mientras nuevamente me devoraba sus labios, este beso me desconcertó un poco, estaba cargado de pasión, Bella no se estaba reprimiendo ninguna emoción y lo dejo claramente demostrado.
-Te amo- le dije en sus labios y ella me miro fijamente y se me apretó el pecho, por un momento pensé que no me diría nada.
-También te amo amor, pero puede llegar mi padre- me dijo separándose de mi, su ausencia entre mis brazos se hizo notar de inmediato, a que ese calor ya lo extrañe.
-Amor pensé que como estaría aquí esta noche podríamos hacer lo de la vez anterior, le das una de las píldora que te quedaron a tu padre para que se duerma- le dije mientras me acercaba a su oído, sentí como se estremecía con mi cercanía y sabia que lo lograría – y podríamos vernos esta noche, como un regalo anticipado por tu cumpleaños- Se separo de inmediato y me miro con desconcierto.
-¿Aún no me haz dicho que haces aquí?- me pregunto algo nerviosa.
-Tu padre me contrato para ser el músico oficial de tu cumpleaños- le dije con una enorme sonrisa.
-Edward tu no puedes estar aquí, pueden descubrirte, mi padre aún esta algo susceptible por mi rompimiento con Jacob, le dije que no lo amo y que amo a otro, no le dije de quien, no hemos vuelto a tocar el tema pero se que no lo a olvidado- me dijo mirando para cualquier lado menos a mi, tome su rostro para que me mirara fijamente, extrañaba sus orbes achocolatado y me sentí extraño al no ver ese brillo especial que tenia incluso cuando nos despedimos e la otra ciudad.
-Bella amor, no te preocupes tu padre si sospechara de mi no me hubiese ofrecido el trabajo- le dije mientras iba nuevamente por sus labios pero ella esquivo mi rostro lo que me dejo perplejo, iba a preguntarle que sucedía pero en eso la puerta principal se abrió dejándonos ver a su padre, quien al ver a su hija la abrazo efusivamente, Bella no se veía de lo más animada pero intento sonreírle.
El resto de la tarde bajo la supervisión de su padre pasamos repasando las posibles melodías para el repertorio de la celebración, básicamente se baso todo entre Debussy, Mozart y Chopin pero pidiéndome en voz baja para que no escuchara su padre que olvidara aquel tema que me había dicho -su mal tema- pensé, aquel que le recordaba sus desgracias personales, aquel que le recordaba a su madre y aquellos recuerdos que no conseguía evocar, Tristesse. Cuando su padre le hizo saber que ya era muy tarde para que estuviese en pie, considerando que era una señorita y además mañana seria un largo día, se marcho a su habitación, cuando su padre se adelanto a las escaleras decidí acercarme a ella.
-Te espero en mi cuarto cuando tu padre ya este dormido, recuerda que con solo una píldora estará completamente dormido- le recordé, antes de llevarme sus labios a los míos y besarla, me encanto su beso, fue como si con ello se le fuera la vida y sabia que esta noche seria igual de agitada como aquellas que tuvimos en mi antigua casa.
Estaba sumamente ansioso, la extrañaba, extrañaba estar con ella, la suavidad y calidez de su cuerpo era algo nuevo para mi, era una nueva necesidad igual de fuerte como sentir su respiración, el latir de su corazón, su aroma, estaba nervioso que algo hubiese sucedido ya que era ya medianoche y aún no escuchaba nada del exterior, Sali a dar una vuelta a ver si escuchaba quizás que su padre la regañase pero nada, llegue a mi cuarto caminando impaciente por si algo había sucedido, cuando dieron las tres de la madrugada supe que no llegaría.
Continuara...
hola aca estael capitulo del miercoles espero q les guste como ya les dije este y el proximo capitulo son de Edward. Q dicen ustedes q pasa con Bella?