School Days

Autor: josycullen
Género: Romance
Fecha Creación: 21/07/2010
Fecha Actualización: 31/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 39
Visitas: 53310
Capítulos: 24

Isabella Swan es una chica popular, una divina. Ella, junto con sus tres amigas, tienen a la escuela bajo su poder. Chicas malas, orgullosas, odiosas y zorras. Edward Cullen y su familia acaban de mudarse y han entrado al Internado Twilight. Muchas sorpresas. Dicen que las apariencias engañan, ¿sera cierto? Edward tendrà que descubrir a la verdadera Isabella Swan, ¿lo lograra, o conseguira algo màs?


Declaimer: La historia no me pertene le pertenece a Bittersweet Melancholy y yo con su permiso la publico en esta pagina los personajes le pertenecen a stephanye meyer..... Completa

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Capítulo 19: capitulo 19

Bella POV

No tenía deseos de volver al dormitorio y enfrentarme a mis curiosos amigos, estaba segura que no me pedirían una explicación, pero tampoco me permitiría derrumbarme ante ellos. Después de la calma viene la tormenta, y después de ésta, la desesperación reina.

Es sabido por todos –por lo menos los que se toman el tiempo para conocerme un poco más- que tengo un carácter muy fuerte y exploto con facilidad, aunque la mayor parte del tiempo logro manejarlo. Aunque siempre se puede fallar y cometes estupideces, como abusar de tus compañeras de equipo, contestarle mal a tu…chico ideal…o golpear a una de tus "mejores amigas"…

No lo sé. Fue muy repentino, el hormigueo desapareció en el momento que mi mano impactó con la mejilla de Lauren, pero ya era tarde para arrepentirse, el eco ya había llenado mi mente. ¿No es eso realmente patético? Y peor aún, ¿qué haré ahora?

¿Cómo veré a todos a la cara de nuevo, a las divinas?

Era temprano todavía, las clases normales habían terminado una hora antes, por lo que todos estaban en sus dormitorios o con sus amigos. La pintura de mi coche resplandecía en el estacionamiento, incitándome a subir en él y dejar la escuela para después, pero no era lo mejor en ese momento. ¿Por qué escapar de mis errores? Si puedo corregir un momento de debilidad, ¿para qué dejarlo tal y como está? Saqué las llaves de la maleta y abrí los seguros, arrojando la bolsa en el asiento trasero y cerrando después.

Aún con mi uniforme de animadora, y el libro "Sentido y Sensibilidad" –de Jane Austen-, me dirigí a la biblioteca, el lugar donde nadie me buscaría. Y dejé que el tic-tac del reloj siguiera sonando, y las horas pasaron. Cuando fui conciente del tiempo de nuevo, eran las siete de la tarde.

Salí a paso vacilante, sabiendo que era momento de regresar, pero no me sentía lista. Todo rastro de duda se disipó cuando una pequeña gota helada cayó en la punta de mi nariz. El cielo de Phoenix estaba cubierto por nubes grises y pequeñas gotas caían sobre el pavimento del estacionamiento. Nadie estaba fuera, y las cortinas de los dormitorios se hallaban cerradas.

Pronto comenzó a llover, y sentí que todo el dolor y la ira que había acumulado en el transcurso del día, desaparecían por vez primera. Mi espíritu se soltaba de esas pesadas cadenas de odio y enfado y volaba entre las gotas de agua. Me sentía libre y alegre, la lluvia ocasional provocaba eso cuando estaba tensa.

Mis pies se movían solos entre los charcos, la ropa estaba totalmente empapada y mi cabello se me pegaba en el rostro, pero me sentía tranquila. ¿Qué importaba todo si podía ser tan feliz en este momento? No me importó cuanto estuve bajo el agua, ni cuando ésta se volvió más helada. Era la primera lluvia del semestre, quizás la última del año, y yo iba a disfrutarla en su totalidad.

El gran reloj del colegio marcó las once de la noche en el momento que la lluvia cesó para convertirse en una llovizna de nuevo. Nuevamente me había perdido en mi burbuja, pero ahora si estaba preparada para volver. Regresé al coche y saqué mi maleta del asiento, dudé un poco ante lo que iba a hacer, pero una vez decidido nunca me echaba para atrás.

Mis pisadas mojadas anunciaban mi llegada a todo el edificio, sentía el "splash" de mis tenis contra el suelo retumbar en aquél silencio sepulcral. Levanté la mano, dispuesta a tocar la puerta, pero vacilé a último momento y me congelé un segundo. Me tranquilicé y con un suave toc-toc pedí permiso para entrar.

-¿Bella?- los azules ojos de Lauren me miraron con sorpresa y confusión.

-¿Puedo pasar?- Jessica asomó su cabeza desde la pequeña sala, y Ángela pronto cruzó el umbral de la cocina con una pequeña caja rosa en sus manos.

-Eres bienvenida.- respondió Lauren con la mirada gacha, se hizo a un lado y cerró la puerta a mi espalda.

-Lamento lo de esta mañana.- me sentía culpable, no podía seguir negándolo.- Estaba molestas y no pensé…- Ang me sonrió al tiempo que se sentaba en el suelo junto a Jess.

-Nosotras tampoco fuimos justas contigo.- habló Jessica por primera vez. –Mi movimiento realmente es un asco.- una sonrisa sincera se posó en sus labios. Con su mano izquierda palmeó un lugar en el suelo, Lauren y yo tomamos asiento con el resto.

La siguiente hora la pasamos hablando sobre nuestro comportamiento a lo largo del semestre y disculpándonos por lo ocurrido en la mañana. Todo estaba en orden. No era bueno que las divinas anduvieran peleadas, como grupo dominante en Twilight, es necesario que se mantenga junto.

-Entonces, ¿amigas?- se aventuró a preguntar Ang, mientras su curiosa mirada buscaba la mía.

-Amigas.- susurramos las cuatro a la vez, riendo un momento y luego volviendo a la película que estábamos viendo.

Habíamos acordado reunirnos ese día para tener nuestra "Noche Divina", y todo parecía señalar que era un éxito. Todo menos el hecho de que no podía dormir a las tres de la mañana…

Las tres estaban cómodamente dormidas, ya habíamos pasado lo de arreglarnos las uñas y los faciales, el maquillaje había sido retirado y mucha ropa descansaba en un lado del sofá. ¡Pero no podía dormirme! La llave del gimnasio que Lauren había conseguido ese día, para mis ensayos privados, no dejaba de brillar sobre la mesa de centro.

Tomé el short y la blusa que traía en la maleta y me dispuse a darme un baño en el cuarto de Lau y Jess, una vez hube salido cogí la llave de la mesa y me fui al gimnasio. Ese día solo iba a haber dos horas de clase, debido a una junta de maestros, ¿Qué importaba si faltaba? A demás, pondría un letrero de "No entrar" en el gimnasio y podría estar sola. Igual que siempre…

Edward POV

El despertador comenzó a sonar a eso de las cinco y media de la mañana, y por primera vez en lo que iba de la semana, me incorporé de inmediato. No había visto a Bella desde el ensayo de animadoras, y cuando me dormí ella aún no llegaba. No sabía donde estaba y la preocupación había vuelto.

Salí del cuarto abrochándome la camisa y toqué su puerta, no obtuve respuesta. Giré la perilla lentamente, esperando que ella estuviera dentro y me lanzara algo –como otras veces había sucedido, pero estaba vacío. La cama no había sido destendida, por lo que Bella no había llegado a dormir o ya se había ido.

Cogí mis libros y me dirigí a clases, dos estúpidas clases en las que Bella no apareció. ¿Por qué nadie dijo que iba a haber junta? ¡Podría haberme quedado dormido en mi cuarto! Aunque ahora debía buscar a Bella.

-Hey, Edward.- me llamó Ben Cheney, otro de mis compañeros de equipo. -¿Listo para el gran juego?- desde el cumpleaños de Bella, Ben me caía mejor. Una vez superada la etapa de celos hacia él, todo marchaba sobre ruedas.

-Si, vamos a ganar.- repuse sin entusiasmo y aún buscando la figura de Isabella Swan por los pasillos. -¿Haz visto a Bella?- no pude evitar preguntar, aunque al mirarlo me arrepentí. Sus ojos mostraban curiosidad y su sonrisa denotaba victoria.

-Es jueves y es un día antes del gran partido, debe estar en el gimnasio.- respondió de forma indiferente. Me quedé pensando un momento…las animadoras si habían estado en clases y no se había dicho nada de un ensayo. El director había prohibido el acceso al gimnasio… -Creo que lo has notado alguna vez.- comenzó de nuevo. –Bella a veces es muy torpe…- ¿qué tenía eso que ver? –Estoy seguro que la encontrarás ahí.-

-Gracias.- fue todo lo que dije antes de encaminarme al gimnasio. Aunque estaba seguro que no la iba a encontrar ahí.

Al llegar al gimnasio me detuve ante la puerta, con la mano en la manija. La música de las porristas estaba lo suficientemente alta para ser escuchada desde mi lugar, por lo que supuse que Ben estaba en lo correcto. Y si, lo estaba.

Bella se encontraba a mitad de la cancha, girando un bastón entre sus dedos. El cabello estaba sujetado con una pinza, pero algunos mechones se habían liberado de su improvisado peinado. Llevaba una blusa de tirantes blanca y un short negro corto y ajustado, y tenis. Se movía rápidamente, perfeccionando sus pasos.

Perdió el equilibrio varias veces en las horas que la estuve mirando, muchas horas…cuando recordé que estaba oculto tras las gradas eran las seis de la tarde…

Bella se encontraba sentada en el suelo, con el bastón a un lado y la respiración entrecortada. Sus mejillas estaban sonrojadas por la agitación y su cabello revuelto. Me pregunté cuántas horas llevaba ensayando. Lo más probable es que desde el amanecer, o antes. La puerta se abrió lentamente y por ella entró Lauren.

Me puse nervioso de solo pensar en sus reacciones al encontrarse solas y molestas en un lugar como ese, apartado del resto y sin nadie que las separara. Lauren se acercó a Bella y se inclinó a su lado, terminando sentada pronto y le tendió la botella de agua que llevaba. Pronto ambas estaban sonriendo y después riendo, y yo no entendía que pasaba.

Bella POV

Sabía que Edward se encontraba escondido desde hacía horas tras las gradas, pero le daría el gusto de "pasar inadvertido". Lo que no me esperaba es que Lauren apareciera por el gimnasio, aunque me imagino que para Edward la sorpresa fue mayor.

-Hola.- susurró Lauren al tiempo que se inclinaba a mi lado, en sus manos llevaba una botella de agua que me tendió al tiempo que se sentaba y cruzaba las piernas. Le dediqué una sonrisa como agradecimiento. -¿Sabías que Edward está escondido entre las gradas?- preguntó riendo, pero hablando lo suficientemente bajo para que él no escuchara.

Me reí yo también. –Si, lleva horas así.- le di un sorbo al agua y escuché los nuevos chismes del colegio. No me había perdido de mucho en dos días. –Jess debe estar furiosa.- comenté al escuchar todo sobre la cita que Mike y Jess tuvieron al salir de clases. –Ya sabía yo que Mike es un idiota.- no pudimos evitar reírnos del pobre Newton.

Lauren se fue media hora después de su llegada, no sin antes besar mi mejilla y regalarme una sonrisa alegre. Me quedé en shock un momento, incapaz de creer que no estuviera molesta. Saqué mi nuevo celular –el que Renée me mandó de Forks al saber que el mío se rompió por "accidente"- y marqué el número de Edward. Su móvil comenzó a sonar suavemente e intenté ocultar mi risa, sus manos nerviosas lo tiraron al suelo, lo que provocó un gran eco en el gimnasio vacío.

-¡Edward, sé que estás ahí!- pequeñas lágrimas, provocadas por la risa, comenzaron a agolparse en mis pestañas. Edward salió de su escondite con la mirada clavada en el suelo y las mejillas sonrojadas. ¡Tan adorable!

-Siento estarte espiando.- dijo avergonzado, le sonreí para darle ánimos.

-Me gustaría hablar contigo, Edward.- dije seria, intentando no reírme –y romper el engaño- ante su cara de desconcierto. -¿Podemos ir al dormitorio?- asintió receloso, pero se acercó a mí y me ofreció la mano para levantarme. La acepté gustosa y nos encaminamos a nuestra habitación.

Capítulo 18: Capitulo 18 Capítulo 20:

 
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