-Perdóname hija-, murmuró Charlie mientras el y Bella bailaban en la pequeña pista dispuesta en el salón de la casa de Esme y Carlisle.
-Hemos perdido demasiado tiempo uno sin el otro, no vamos a malgastarlo en disculpas cierto-, bromeó Bella pero su voz se cuarteo al final.
-¿Eres feliz Bella?-, preguntó Charlie titubeante, aun era imposible deshacerse de todos sus temores y egoísmos
-Aprendo a serlo todos los días-, le contestó ella sinceramente
-Mientras Edward este a mi lado lo intentare cada segundo de mi vida-, continuó mientras su padre sonreía
-Muchas personas desviven su vida por encontrar a una persona que las vea como el te mira, que sus ojos brillen como los tuyos lo hacen cuando tu lo ves-, contestó Charlie, Bella sonrió y lo abrazó…como desde niña había deseado hacer.
Cerca de la medianoche Alice y Rosalie acompañaron a Bella a la antigua habitación de Edward y le entregaron una pequeña maleta.
-Hora de tu noche de bodas-, cantarruneó Rosalie, Bella frunció el ceño y las miró.
-¿Voy a ir algún lado?-, preguntó
-Exactamente no lo se, Emmett no pudo sacarle mucho a tu maridito-, contestó la rubia.
-¡Anda!-, apresuró Alice encaminando el regreso a la planta baja.
Bella miró desde las escaleras a Edward, que se había quitado el moño del traje y desabrochado los primeros botones de su camisa, el saco estaba en sus manos, esperándola…suyo
-¿Me dirás a donde vamos Cullen?-, preguntó ella llegando a su lado, su familia los despidió mientras ellos salían de la casa
-No…Swan-, contestó el para pararse en seco un segundo después.
-Espera me acabo de dar cuenta que ahora también eres Cullen-, bromeó el y ella rodeó los ojos y le sacó la lengua.
-Tonto-, murmuró subiéndose al auto.
Edward no soltó prenda del lugar a donde iban, pero cuando salieron de los límites de Forks, la curiosidad de Bella la carcomía.
-¿Puedo sobornarte de alguna forma?-, murmuró ella y el sonrió negando.
-Tranquila amor…la expectación es parte de la diversión-, murmuró
Después de una media hora de camino, Edward entró a un camino de terraceria a lo lejos Bella podía visualizar una casa…una oscura silueta envuelta por los árboles.
Edward bajó y le ayudo a su esposa a dejar el auto, le colocó el saco sobre los hombros mientras ella lo miraba confusa, Edward reprimió una sonrisa y le señaló el camino…que era contrario al de la casa.
-Pero…-, Bella comenzó justo antes de que el la besara sin poder evitarlo
-Confía en mi-, murmuró contra sus labios, comenzaron a caminar hasta la parte trasera de la propiedad donde una enorme carpa los esperaba, las luces la iluminaban tenuemente y Bella alentó su paso.
-Sherezada-, le murmuró Edward al oído mientras un nudo se atoraba e la garganta de ella…era lo que ella le había contado…sus sueños de adolescente.
-Vamos Swan-, bromeó dándole un beso en la mejilla y la dirigió hacia la carpa, dentro el espacio estaba aclimatado, le quito el saco y lo dejó a un lado, Bella casi ni sintió el movimiento, estaba perdida entre los colores, había cojines, cientos de ellos, satín y terciopelo, dos granadés velos colgaban sobre sus cabezas, candelabros altos con velas encendidas.
-Edward…-, musitó sin voz, el la abrazó por detrás dejando sus manos en su vientre y besó su cuello.
-Te amo-, le murmuró al odio mientras ella cerraba los ojos, feliz…completamente feliz, su piel se erizó al sentir su lengua en el lóbulo de su oreja, Edward se movió tras ella y en un segundo le tapó los ojos…tal y como ella se lo había dicho.
Sus manos fueron hasta su vestido y comenzó a acariciar la tela.
-Me encantó tu vestido-, le susurró mientras ella abría los labios sin pronunciar palabra, lentamente lo bajó hasta su cintura permitiendo que sus pechos estuvieran libres, aun detrás de ella, Edward fue subiendo sus manos y rozó sus pezones, Bella se recargó en el soltando un gemido sin poder evitarlo, el movimiento le permitió sentir su erección contra su cadera, sus piernas se debilitaron y su ropa interior se humedeció por completo.
Edward bajó su vestido hasta que fue una masa de tela a sus pies, dejándola solo con las bragas de encaje y descubriendo un sensual ligero.
-Por dios-, gimió el y Bella sonrió a sabiendas de que prenda había causa la reacción.
-¿Te gusta?-, murmuró ella
-Si…no te imaginas lo que deseo estar dentro de ti-, susurró Edward sin poder detenerse, ella se giró lentamente en sus brazos, algo desorientada por la venda que cubría sus ojos.
-Dímelo-, murmuró ella, encontró el inicio de la camisa y comenzó a desabrocharla hasta poder acariciar su torso, Edward apretó los dientes y sus manos apretaron y acariciaron sus pezones, habló contra su boca, contra esos labios que ansiaba devorar.
-Deseo estar dentro de ti, sentir tu calor envolviéndome, tu cuerpo exprimiendo todo de mi, deseo empujar y empujar dentro hasta que olvides todo excepto a mi, a mi siendo uno contigo…tu humedad, tu piel…todo fundido a mi-, terminó Edward mientras ella jadeaba, el dejo una mano en su pecho y la otra acarició su vientre y bajó hasta su sexo, hizo a un lado sus bragas solo lo justo para poder sentirla, Bella se arqueó y abrió sus piernas.
-Mi esposa-, musitó Edward mientras sus dedos se fundían en el fuego que estallaba en el interior de Bella, ella se aferró a sus hombros ante su orgasmo, buscó sus labios, hambrienta y necesitada, la siguió acariciando perezosamente hasta el último temblor, caminó con ella en sus brazos y la hizo recostarse.
Edward se recostó a su lado y besó su pequeño vientre abultado para subir hacia sus pechos, sus pezones hinchados y necesitados, los gemidos de Bella y las respiraciones entrecortadas inundaron el lugar, Bella se retorció y se arqueó abriendo las piernas desesperada, con las manos estrujando el cabello de su esposo.
-Edward…-, gimió mientras el seguía y seguía
-Edward…quiero sentirte ahora…hazme el amor…-, las palabras salieron sin respiración y mucho mas eróticas de lo que nada antes había vivido, se quito el pantalón con frenesí…definitivamente no podría esperar mas.
Se colocó sobre de ella, manteniendo todo su peso sobre sus brazos a ambos lados de la cara de Bella, la besó y le quito la venda de los ojos para poder mirar justo el momento en que se deslizo dentro.
Bella llegó del puro contacto, sin privaciones ni limites
La fricción fue deliciosa llevando a Edward a un abismo sin retorno.
-Te amo mi vida-, murmuró Bella mientras el cerraba los ojos, recostado contra su pecho, como un niño pequeño, justo sobre su corazón.
Cerca del amanecer Bella se quedo mirando el rostro perfecto del hombre que amaba, su esposo, el padre de su hijo…el hombre que la hacia reír, la comprendía… su par.
Como si sintiera su mirada el abrió los ojos lentamente con el ceño fruncido.
-Swan...si no te amara tanto podría matarte….ni después de tu boda puedes despertarte tarde-, murmuró el mientras ella reía.
-Dos cosas Cullen…deja de llamarme Swan…y solo tengo una cosa en mente mucho mejor que dormir-, le murmuró mientras Edward la atraía para darle un beso.
-Habla Cullen-, demandó el cambiando su apellido
Bella sonrió y se movió para sentarse a horcadas sobre el, sonrió al sentir su erección…si, listo para ella…todo para ella
-¿Quién dijo algo de hablar Cullen?-, le sonrió mientras el gemía al sentir el roce.
-Cierto…nada de palabras-, murmuró Edward
***
Decidieron posponer el viaje de luna miel hasta después del nacimiento del bebe, en los siguientes cuatro meses ambos disfrutaron de mirar el crecimiento del vientre de Bella, lo esperaban completamente emocionados
Cada día había lecciones que aprender:
-Cuando un niño tendrá una abuela y dos tías con la enfermedad de compulsión por las compras tiene asegurado un guardarropa completo.
-Los nachos con chocolate son un antojo asqueroso
-Las vestidos de pre mama pueden llegar a ser muy seductores…y demasiado cómodos para un encuentro en el vestidor
-Olvídate de las noches en que podías dormir
-A los niños les gustan los cuentos de piratas… (O eso cree Edward)
-Cuando tu jefa es la futura abuela de tu bebe… ¡Insiste en darte la incapacidad tres meses antes!
-No hay cosa mas tierna que ver la cara de Jasper cuando Alice siente las pataditas del bebe...sin contar la cara de Carlisle que es un verdadero poema
Bella se levantó de la cama tratando de no despertar a Edward con casi ocho mese cumplidos le era imposible dormir toda la noche, el trataba de mantenerse tan despierto como ella, pero sinceramente eso era injusto…ya se lo cobraría cuando su bebe llorara a mitad de la madrugada.
Caminó hasta la cocina agradeciendo no tener que recorrer las escaleras cuando su pequeño Edward ya parecía pesar una tonelada…si exageraba, tal vez unos cientos kilos
Desde hacia casi un mes dormían en el pequeño cuarto que seria su estudio…cuando pudieran arreglarlo.
Comenzó a sacar todas las cosas para hacer un Pay de fresas, solo de pensarlo se le hacia agua la boca, se entretuvo haciendo la mezcla para después para a picar una a una las fresas
Edward sonrió al mirar a Bella con su atención fija en lo que sea que estuviera preparando, cuando no la encontró en la cama supo que estaría o en el saloncito o en la cocina…ahora parecía una maniaca nocturna, siempre tratando de mantenerse ocupada.
Caminó lentamente hasta ella y la abrazó juntando sus manos con las suyas, pegando su espalda contra su torso.
-¿Otro antojo?-, murmuró el divertido
Bella se sobresaltó un poco y le dio un codazo leve mientras el reía y tomaba un trozo de fresa.
-Tu mama nunca te enseño a no comer mientras cocinas-, reprendió ella girándose, el la abrazó sorteando su vientre.
-Era demasiada tentación-, siguió el acercándose para besarla, un beso lento, apasionado, húmedo y excitante, hace unas semanas que habían decidió esperar a que el bebe naciera, parte por el tonto miedo de Edward a lastimarla con el embarazo ya tan avanzado y parte por que en realidad Bella estaba cansada muy pronto…bueno nadie habló acerco de excepciones, pensó Bella, sus manos recorrieron el pecho desnudo y lentamente acarició su miembro por sobre la tela del pantalón, luego lo bajo hasta poder acariciarlo, piel contra piel
-Bella-, reprehendió Edward a modo de advertencia.
-Otro antojo-, bromeó ella volviéndolo besar.
-Amor no puedes hacerme esto-, se quejo el haciéndola reír.
-Claro que puedo…, y nuestro pacto seguirá intacto, no te preocupes, tengo tres razones…1.-Ya lo estoy haciendo, 2.- Soy tu esposa y 3.- Lo deseo…córrete para mi-, murmuró mientras Edward gemía…si había pequeñas excepciones…
El ultimo mes pasó entre periodos cortos y largos, había días que Bella solo deseaba tener a su bebe ya en sus brazos y otros que la sensación de sentirlo dentro, completamente vivo era maravillosa.
Cerca de cumplir la fecha programada para el parto fueron a la casa de los padres de Edward…un domingo familiar, futbol, hamburguesas y bromas.
-Anotación-, se burló Bella mirando a Emmett, su cuñado se cruzó de brazos malhumorado.
-El juego todavía no termina aun no puedes cobrar nada-, replicó el mientras Rosalie fruncía el ceño.
-¿Emmett que apostaste?-, pregunto su esposa enojada
-Bebe…tranquila no voy a perder-, contestó el mientras la rubia rodeaba los ojos.
-¿Qué apuesta Bella?-, preguntó de nuevo
-Si Bella gana…tu esposo se vestirá de conejo y nos dejara de llamar así-, contestó Edward sonriente
-¿Conejo?-, preguntó Jasper aguantando una risita
-Pero si yo gano Bella y Edward iran al cine…intentando superarnos-, siguió Emmett levantando las cejas mientras Alice soltaba una carcajada.
-Niños no es muy bien visto que mis hijos sean llevados a la comisaría por realizar actos indecentes-, regañó Esme
-No nos verán…-, replicó Edward haciendo que Bella se sonrojara
Un estremecimiento le recorrió la columna y después...una punzada en el vientre…
Dos anotaciones mas pusieron Emmett a la delantera y las bromas siguieron hasta que el equipo de Bella pudo empatar, cerca del final del juego, la última anotación era decisiva, el equipo de ella falló una jugada y Emmett espero expectante.
Otra anotación…otra punzada y después solo hubo una sensación, el agua recorrer su pantalón
-Perdiste-, exclamó Emmett triunfante
Edward miró a Bella y frunció el ceño al ver sus cejas levantadas.
-Será interesante ir al cine-, murmuró el
-Luego me dices-, murmuró ella y miró hacia su pantalón….
-¿Ya?-, preguntó el algo confuso pero con la emoción apunto de estallar en su interior
-De verdad quieres que te conteste Cullen-, bromeó ella antes de que otra punzada más fuerte llegara.
-Si…OK, basta de bromas, ya-, exclamó Bella con los dientes apretados
La llevaron al hospital y esperando hasta que las contracciones fueran seguidas…para tortura de la embarazada
Apretó los dientes ante la prologada sensación de dolor…Edward dio otra vuelta por la habitación al mirarla.
Ella recargó la cabeza hacia atrás mientras el la miraba.
-¿Te duele?-, murmuró
-De verdad si no te quisiera tanto te contestaría como te mereces-, siseó ella y el medio sonrió.
-Al menos no dejas de ser la misma Swan-, bromeó el acariciándole el rostro.
-Cullen…el apellido es Cullen, mi trabajo me costo sabias-, replicó ella mientras el reía
El nuevo miembro de los Cullen nació casi una hora después…mientras Edward sentía su pecho a punto de estallar…una de las enfermeras limpió a su hijo mientras su padre terminaba de atender a Bella.
Cuando se lo entregaron a su esposa…cualquier atisbo del hombre idota que fue murió….por ellos vivía y por ellos moriría
-Eres hermoso-, murmuró Bella mirando a su hijo…un trocito de ella y de Edward.
Carlisle besó a Bella en la frente y palmeó la espalda de su hijo antes de salir.
-Le avisare a tu mama-, murmuró bajito
Edward acarició el cabello de Bella y miró a su hijo, se inclinó y besó su pequeña cabecita
-Los amo-, susurró dándole un rápido beso a su esposa, ella sonrió y se relajó por completo.
-Una cosa mas antes de poder dormirme Cullen... ¡Por fin!-, murmuró ella, el se rió…por eso la ama tanto
Enarcó una ceja y espero.
-¿Qué nombre elegiste?-, preguntó Bella, Edward sonrió y se acerco a su oído.
-Jensen-, murmuro el haciendo que su esposa riera feliz.
|