Un Amor En 1920

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 12/08/2010
Fecha Actualización: 12/09/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 43
Visitas: 46626
Capítulos: 27

En la epoca de 1920 las mujeres eran obligadas a casarse, aunque no existiese el amor. ¿Como sera la vida de Bella una adolecente de alta sociedad , cuando se enamore de un campesino hijo de su nana, Edward Cullen? ¿Que hara su padre para separarlos?

Hola chicas aca les traigo una nueva historia otra q me encanto y la queria compartir con ustedes, la autora es LOkiicita Cullen. Esperoq les guste y la voten y comenten.

Terminada

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Capítulo 18: -"Primera Vez"-

Aca esta el capitulo q casi todas esperaban contiene escenas sexuales el que quiera leerlas lo hace si al final de q treminen lo hago saber para q sigan leyendo.

–No tengas miedo amor, somos uno ahora y siempre- le dije mientras llevaba mis manos al vestido y comenzaba desabotonarlo uno a uno. En sus ojos pude apreciar el pánico que se estaba apoderando de él, al igual que yo tenía miedo, pero el miedo que sentíamos era el miedo a que una vez que conociéramos en toda su extensión la palabra amor, nuestro amor, seria más adictivo y dañino si no funcionase, si lo prohibido nuevamente se interpusiera entre nosotros. Estaba aterrada, nunca había intentado ser seductora y sabe Dios qué no creo serlo, pero al ver ese verde intenso y profundo que estaban tomando sus ojos fue un incentivo para mí, de saber que no estaba tan mal y que después de todo no le estaba siendo indiferente. Comencé con el ultimo botón de abajo, subiendo lentamente, invitándolo libremente a mirar lo que en unos segundos quedaría expuesto ante él, sin pudores, la lentitud era una invitación doble, una invitación a mirar, a disfrutar y a probar cada fibra de mi cuerpo que lo reclaman a él cómo único amo y señor y por otra parte la lentitud me daría las fuerzas necesarias para continuar y a él para que libremente tome la decisión de continuar o detener el acto de la unión más maravillosa que podría existir entre dos personas que se aman como nosotros lo hacemos. Lo seguí mirando mientras llegaba al último botón de mi vestido esperando su rechazo e impedimento a que continuara.

-Espera- me dijo tomando mis manos que estaban en el ya ultimo botón, lo sabía, sabía que él haría esto, que lo impediría, baje mi rostro entre apenada y avergonzada por la manera en que me estaba comportando –No lo hagas- no sabría descifrar que había en voz entre seria y divertida, pero su tono ronco era el que hacia la diferencia de la duda –Déjame a mi amor- y cuando dijo eso no lo creía, solo eleve mi mirada a sus ojos y al tenerlo aquí frente a mi, a centímetros de distancia percibí la intensidad de su mirada, la pasión contenida en sus ojos, tomo el botón entre sus dedos y tras darme una última mirada directa a los ojos que me hizo temblar de pies a cabeza lo desabrocho, dejándome expuesta a ante él libre sin barreras, sus manos se fueron a mis hombros y desde ahí lenta y suavemente comenzó a deslizar el vestido camino abajo provocándome con el roce de sus manos, cuando se perdió en el suelo comenzó acariciar con una mano mi espalda, de arriba hacia abajo con una suavidad y una lentitud que verdaderamente me pareció enfermiza, solo ese pequeño toque y estaba produciendo estragos en mis ya revueltas hormonas, con su otra mano comenzó a acariciar mi cadera y parte de mi muslo, con sus labios comenzó a dejar suaves y húmedos besos por mis hombros, clavícula, cuello, a bajar hasta el inicio de mis pechos deteniéndose ahí, tenia que reconocer que lo único que quería era que continuara y sobre todo que quería más, mucho más.

-Edward- le dije con voz ronca, sonaba como a una suplica, lo que a él le parecía divertido.

-Amor esto es todo nuevo para ti y lo que menos quisiera es lastimarte, déjame ayudarte lo mejor que pueda a que estés lista para mi - y tras decir esto capturo mis labios en un apasionado beso, sentí sus manos temblar en mi espalda, sentí su indecisión era lo correcto o no, necesitaba que confiara en esto, en que no estaba mal, incluso darle yo esa confianza pero sobre todo necesitaba más de él, así que valientemente me separe de su beso, tome su mano y la lleve directamente a mi seno. –Tócame- fue todo lo que pude decir, sentí como su cuerpo se tensaba pero mayor aún como se encendía ante aquel toque, mi corazón estaba desbocado con tantas emociones, el agarre de su mano ahora fue mayor lo que me llevo a soltar un leve gemido que a él lo convirtieron en otra persona, me miro intensamente a los ojos y se llevo mi pezón en sus labios, acariciándolo suavemente, lamiéndolo incesantemente, no sabría como explicar la ola de pasión que cubrió todo mi cuerpo, el estremecimiento interior que sentí cuando con su lengua comenzó a jugar con el, trazando pequeños círculos a su alrededor, lleve mis manos a sus cabellos con la agonía de querer tener más de él, vi que levantaba su mirada sin separarse y se dibujaba una sonrisa exquisita en sus ojos donde disfrutaba del placer que me entregaba y la agonía en mis ojos por la demora, mordisqueo levemente una y otra vez produciendo que se me contrajesen todos los músculos lo que llevo a que de mis labios saliera su nombre en un jadeo –¡Ed…ward!- fue un detonante mayor para él llevando su mano al solitario pezón que se encontraba al lado, comenzó a masajearlo en un comienzo tierno y suave, entregándole toda la atención que no tenia hasta ese entonces, la urgencia comenzó para ambos, ya que ahora entre su mano en mi pezón y su boca en el otro las caricias aumentaban su agarre y su intensidad, instintivamente lleve mis manos al inicio de su camiseta y al percibir mi intención se separo levemente para poder deslizarla, mi cuerpo sentía la perdida que dejo al separarse pero al apreciar la bienvenida de su pecho firme y bien marcado, desnudo completamente para mi sin restricciones sentí menos la perdida, estaba maravillada con su pecho, su abdomen y sus brazos que se tensaron cuando deslice mis manos acariciándolo, sintiéndolo real y mío, lentamente baje mis manos hasta llegar a su ombligo lo que le produjo un estremecimiento ante mis caricias suaves y lentas y sin pensarlo, sin mirarlo para no aterrarme más, lleve mis manos al botón de su pantalón, lo desabroche con suma maestría y con el me lleve sin más su ropa interior y por primera vez en mi vida me permití mirar mucho más allá y comprobé que no le era indiferente, que sus caricias en mi cuerpo y las mías en las de él le estaban pasando la cuenta, no sabia como actuar o que hacer, que estaba permitido y que no, finalmente él me tomo en brazos y me llevo hasta la cama, recostándome en ella y el quedando arriba de mi por el costado, sujetándose solamente con su codo.

-Te amo –me dijo acariciando mi mejilla -te amo pequeña- dijo con voz ronca y capturo mis labios en un ardiente beso, solo con eso me sentí mareada así que me separe un poco para respirar, necesitaba de todas mis fuerzas para no verme débil y hacerlo titubear, sentí sus manos en mi pie y comenzó el tortuoso camino arriba, pasando por mi pantorrilla, muslo, trazando suaves caricias por el interior de este y desviándolo de mi pelvis pasando por mi cadera, luego por mi estomago hasta nuevamente mis pechos que los recibió excitados y endurecidos, sus suaves caricias eran la gloria y de mi pierna que estaba entrelazada con las de él sentí su miembro ya endurecido pidiendo atención, sin pensarlo más lleve mis manos a él, masajeándolo de arriba hacia abajo, la sensación era extraña, estaba temerosa de saber si estaba haciendo bien o esto era un error, pero sentirlo así me hervía más la sangre pero todos mis temores, cuestionamientos fueron aplacados cuando Edward gimió en mi oído.

-Bell…-intento decir- Bella, no es necesario- termino de decir, pero estaba disfrutando, pude verlo en su rostro mientras él se mordía el labio inferior, esta agitado lo que me alentaba aún más.

-Te amo-le dije con una sonrisa en mi rostro al ver que yo también podía provocar en él -me gusta- le dije, mientras continuaba con mi labor.

-Tengo pensado en hacer esto lento, para no causarte algún dolor, pero si continuas haciendo eso mi autocontrol se ira al carajo- me dijo con los ojos cerrados, la maldad que se apodero de mi al ver que podía flaquear su autocontrol fue mayor, me acerque a su odio y con la voz más sensual que podía tener le dije.

-¿Quién dijo que quería que esto fuese lento? ardo en deseos al igual que tu de tenerte al fin en mi- sonreí al ver que abría sus ojos llenos de asombro y pasión casi irracional, su miembro en mis manos se tenso aún más y sonreí victoriosa –Edward estoy cansada de tu absurdo autocontrol, por favor hazme el amor- le pedí con un hilo de voz, ya no era mucho lo que aguantaría, no conocía la sensación final pero intuía por como mi cuerpo se estaba comportando. Edward me posiciono completamente debajo de él y el escalofrío que me recorrió la espalda cuando sentí el roce de nuestros sexos fue totalmente placentero, temí ante la sensación bestial que comenzó a crecer en mi interior, me sentía fuera de mi, extrañada y Edward quizás lo interpreto como miedo por que estaba ahí, ubicado entre mis pernas temblorosas pero de deseo y él intento zafarse, pero no se lo permití pues lo capture abrazándolo por la cintura con mis piernas, el roce de nuestros sexos fue mayor aún y vi que lo disfruto, así que antes de que intentara salirse o cualquier otra cosa que no fuera la correcta para el momento, volví a frotarme contra él, sintiéndome en las nubes.

-Bella- jadeo nuevamente -¿Quién eres y que has hecho con mi Bella?- me dijo con sus ojos cargados de amor y pasión.

-Esta es la Bella que te desea y que no puede esperar más, Edward quiero ser tuya, mi corazón, alma y pensamientos los tienes desde hace mucho, ahora reclama mi cuerpo por favor- le dije en un jadeo, el estremecimiento que sentía en mi parte baja estaba alcanzando niveles increíbles, Edward posiciono su miembro en mi entrada, me miro directamente a los ojos, había un atisbo de miedo pero en su mayoría era pura lujuria.

-¿Estas lista?- me pregunto con esa sonrisa torcida que tanto amo, cuando sentí que se acercaba cada vez más a mi interior cerré los ojos para no demostrar mi miedo en ellos esperando el intenso dolor que por comentarios de algunas amigas poco pudorosas que hablaban de estos temas, llegaría, Edward estaba siendo sumamente suave y sutil, sentí algo en mi interior rasgarse, es verdad había dolor, pero el placer que Edward me estaba entregando fue mayor, la electricidad que recorrió mi cuerpo al sentirlo en mi hizo que quisiera más, lo mire para demostrarle que todo estaba bien y al percatarse de ello entro un poco más, lento y suave como lo estaba haciendo todo esta noche pero inexplicablemente ante mi comportamiento tan irracional, quería más, pero ya no así, mi intimidad palpitaba de deseo y reclamando más, resolví finalmente dejar de ser una niña y entregarme 100%.

-Más- le pedí en un jadeo, vi en parte asombro en sus ojos por mi comportamiento tan osado, pero se que le gusto pues volvió a sonreír, no tuve que volver a pedirlo pues volvió a introducirse algo más impaciente, sus jadeos me llenaban cada vez más el cuerpo de nuevas fuerzas, nuevas sensaciones, de una fuerza insaciable –Edward- gemí llena de placer –más…fuerte- y el embistió más fuerte aforrándose desde mis hombros empujándome hacia abajo, penetrándome una y otra vez mientras que capturaba nuevamente mi pezón con sus labios, incrementando la lujuria a lugares estratosféricos y dándome el más maravillo y primer orgasmo de mi vida, pero las arremetidas de Edward aún no cesaban e intuí que él no había llegado al paraíso como yo, de alguna manera necesitaba que él estuviese conmigo en aquel lugar, así que como pude enrede mi pierna a la de él y lo voltee para quedar arriba sin perder la unión de nuestros sexos, alzo su ceja mirándome interrogativo –Déjame a mi retribuirte lo que me has dado- y capture su labio inferior, dándole una pequeña mordida lo que hizo que me ganara un pequeño gemido, estaba sobre él con mis rodillas a cada lado y con mis manos sujetándome del respaldo de la cama, lo que le daba una vista de mis pechos y sin pensarlo se llevo uno a la boca, incitándome aún más, me levante lenta y tortuosamente de él y me deje caer con fuerza.

-¡OH Bella!- grito y escuchar mi nombre así de sus labios fue mi perdición, tome sus manos y las subí hasta su cabeza, sujetándolas fuertemente con las mías, sabia que él tenia la fuerza para deshacer el agarre pero al ver que seguía mi juego me hacia sentir la mujer más poderosa, lo mire sensual -Esto aún no acababa- le dije, seguí con ese juego un par de veces más, subiendo lentamente y bajando fuerte, moviéndome en círculos sintiendo como su miembro calzaba perfecto en mi interior, la tortura que le estaba provocando lo sacaron de su control, deshizo el agarre y llevo sus manos a mi trasero y comenzó a empujarme hacia él con mayor fuerza, sus manos estaban firmes y fuertemente aferradas a mi lo que me excitaba aún más para continuar y no querer dejarlo, el placer que prácticamente me estaba dando era aún mayor que tuve mi segundo orgasmo sobre él, él seguía empujando con fuerza gimiendo de placer, diciendo mi nombre con esa voz que te excitaba solo de oírla, así que cuando aligero su agarre supe que esta en la nirvana junto a mi, disfrutando del éxtasis, beso la punta de mi nariz –Te amo, eres increíble para ser nueva en esto- y me recostó a su lado, sin perder la unión –si me lo preguntas ahora, me siento un estúpido por haber perdido tanto tiempo- y me abrazo.

-Termino la parte fuerte-

-Te lo dije, estamos diseñados para estar así juntos, unidos, como dos engranajes que se complementan, y así estaremos eternamente- le dije, luego lo besé y en algún momento de nuestra unión silenciosa, disfrutando de lo ocurrido, nos quedamos dormidos, tras años al fin descanse como nunca, con el alma, el corazón y el cuerpo completamente rebosantes en felicidad.

Desperté con el cuerpo algo adolorido pero solo de recordar lo acontecido anoche fue suficiente para dejar todo de lado, los fuertes rayos que intentaban entrar por las cortinas indicaban que seria un hermoso día, vi el reloj sobre el velador que indicaban las 2 de la tarde, no lo podía creer habíamos dormido más del medio día, me senté en la cama y tome una camiseta de Edward abotonando solo el botón del medio, me levante para preparar el desayuno pero fue evitado por el agarre de Edward a mi brazo, quien me empujo hacia él haciéndome caer nuevamente a la cama.

-Buenos días- le dije algo avergonzada, ¿Cómo se supone que debía comportarme hoy? Recordando lo pasional que fui era algo vergonzoso.

-Lo son- me dijo al oído con voz sensual -¿Dónde vas? ¿No pensaras irte así nada más, verdad? –lo mire sin entender –Anoche despertaste la bestia domada que llevaba por dentro y comprendo que como tu primera vez debías estar exhausta así que no había problemas en dormir- me dijo ahora mirándome directamente a los ojos, esa pasión que vi anoche seguían ahí lo que me hizo temblar y llenarme nuevamente de esa de desenfreno por él ¿pero será posible? –Hoy no tendré la misma consideración- me dijo mientras me acercaba para darme uno de esos besos que te hacia perder la razón y doblegar cualquier decisión.

-Edward debemos comer algo- le dije para tortúralo un poco pero como se dice, el tiro me salio por la culata, ya comenzó a acariciar mis piernas, mis muslos y el interior de estos subiéndolos un poco más rozando mi intimidad, acaricio mi vientre debajo de la camisa

–Esta camisa se a estado perdiendo todos estos años usándola yo, en ti se ve fantástica- me dijo al oído provocando nuevos escalofríos, levanto un poco la mano y el botón cedió fácilmente dejándome desnuda ante él, al verme un gruñido salio desde su garganta y comenzó a besarme el cuello, lamiéndolo y mordisqueándolo en zonas estratégicas que me hacían temblar, intente decir algo o negarme pero se me estaba dificultando, bajo lentamente por mi pecho hasta quedar entre mis senos, me miro nuevamente con esos ojos cargados de deseo y simplemente me beso cada pecho

-Bien, vamos a comer- me dijo levantándose y dejándome ahí, excitada al máximo.

-A no señor, no me va a dejar así e irse como si nada- y lo tome del brazo volviéndolo a recostar en la cama, él me miro con una sonrisa perfecta y sus ojos que demostraban su victoria –No te contengas- le dije finalmente con la voz cargada en pasión, deseo y excitación. Lo ocurrido la noche anterior fue una pincelada de lo ocurrido todo ese día, creo que en mi vida había estado tanto tiempo acostada o para ser más explícitos simplemente en la cama, por que no precisamente estuve siempre acostada, él estar con Edward, experimentar todo esto nuevo para mi y prácticamente para él fue increíble, nuestro acoplamiento fue perfecto , ya sin pudores ni razonamientos ilógicos, solo con nuestro amor y deseo puestos ahí sin miedos ni restricciones, decir lo perfecto que Edward fue en todo momento es quedarse corto, descubrí que tenia zonas erógenas que nunca pensé tener y todas descubiertas por Edward, intente no quedarme atrás y guiada por el instinto y los impulsos logre que Edward estuviera igual de excitado y concluyera satisfactoriamente cada vez que volvíamos a hacer el amor, que a estas alturas ya no sabría cuantas fueron. Tengo que reconocerlo, la saciedad parecía no llegar, cuando íbamos por una nueva ronda nuestros estómagos se comunicaron mutuamente produciendo un gran sonido en conjunto, nos miramos y nos reímos a la vez, hasta en esos pequeños detalles nos parecíamos, vimos la hora y eran las 11 de la noche, me avergonzaba de mi comportamiento tan anomalístico pero Edward y su manera de hacerme el amor tan perfecto sacaba todo eso de mi, fuimos a la cocina por alimento, era todo perfecto ya que mientras yo preparaba la cena Edward preparaba la bandeja donde llevaríamos nuestros alimentos, si hay que decirlo, nuevamente a la cama, nuestra mejor compañía, nuestro testigo de la incansable demostración de nuestro amor. Estaba frente a la cocina esperando que terminara de cocerse el arroz con maíz que había preparado cuando sentí unos brazos fuertes aferrarse a mi cintura, me estremecí solo con sentir su piel contra la mía, me volteo para quedar frente a él y me sonrío maliciosamente –Ni se te ocurra- le dije pero no tuvo convicción ya que al sentir sus caricias bajar por mis piernas cerré los ojos disfrutando del placer y dejándome llevar, Edward me beso suavemente el cuello y el hombro, me aferre a sus cabellos ahora besándolo en los labios haciéndolo más urgente, me levanto dejándome sobre la encimera de la cocina provocando que cayeran algunos cubiertos y platos.

-Ves lo que me provocas hacer por ser tan tentadora- me dijo en mis labios, esa sonrisa malvada que tenia derretía al mas fuerte y como yo no lo era en absoluto no opuse mucha resistencia, lo acerque más a mi cuerpo aforrándome a él con mis piernas en su cadera, el rió en mis labios y nuestras caricias cada vez se hacían más urgentes, estaba perdida por él pero lo poco que me iba quedando de conciencia se percato del maloliente olor a humo que nos lleno las fosas nasales, nos separamos al instante, la llama de fuego que abrazaba la cacerola nos hizo razonar que ya no había cena, Edward apago la cocina y con un paño mojado bajo la llama, cuando estuvo todo bien me miro e instantáneamente comenzamos a carcajearnos por la situación –Si seguimos comportándonos así, lo más probable es que me quede sin casa y ambos desnutridos- me dijo abrazándome, finalmente preparamos unos sándwich y algo de fruta y nos fuimos a acostar, toda aquella excelente actividad física nos paso la cuenta y caímos rendidos en un dulce y placentero sueño.

A la mañana siguiente no podía creer como habíamos pasado el día completo, dejándonos llevar completamente de un modo físico, pero siempre explorando por lo que el corazón mandaba, exploramos tantas cosas nuevas pero cada vez que resolvíamos retomarlo encontrábamos nuevas, era incesante. Cuando abrí los ojos en para encarar un nuevo día, esos ojos que me robaban el aire estaban ahí, mirándome maravillado –Buenos días mi ángel- me dijo besando la punta de mi nariz.

-Buenos días- le dije tomando sus labios con los míos.

-Bella amor, si queremos hoy tener una vida fuera de estas cuatro paredes creo que deberíamos levantarnos ya- me dijo divertido mientras yo le fruncía el ceño, definitivamente él era adictivo

-Pero ¿y si no quisiera salir de aquí?- le dije entre avergonzada y desentendida –ya solo me quedan 3 días y Dios sabe cuando volvamos a estar así de juntos- le dije abrazándolo por la cintura ya que él estaba sentado apoyado a la cabecera de la cama y yo aún seguía recostada a su lado.

-Entonces esta será otra razón por la que lucharemos para permanecer juntos- me dijo besando mi coronilla y acariciando mis cabellos –Me encanta saber que quieres más de mi, yo no me canso de ti pero también quiero que disfrutemos otros aspectos de estar juntos, lo de estos dos últimos días a sido maravilloso y el acto tangible de nuestro amor, es imposible pensar en amarte más de lo que te amo.

Desayunamos al fin como se debe, intente alejar de mis pensamientos los pocos días que ya nos iban quedando, pero junto con ese pensamiento venia otro mucho peor, desde hoy quedaban exactamente 2 semanas para mi cumpleaños en donde mi padre anunciaría públicamente la fecha de la boda con Jake, es decir, que teníamos menos de dos semanas para aclarar el asunto con mi padre y el de Jake que ya no habría boda, Edward me miraba extrañado por mi falta de concentración en lo que estuviese diciéndome, cunado me pregunto que era lo que me sucedía decidí decirle la verdad, ya que la ultima vez que omití las cosas por su bien fue cuando nos separamos. No sabría decir como lo tomo pues su rostro no reflejaba ningún tipo de expresión –Lo resolveremos amor, y después de eso estaremos juntos y nadie nos separara- le dije con firmeza, mi padre no me obligaría a casarme con alguien por que él crea que me conviene, esta vez y por primera vez tomaría yo la decisión de mi vida.

Salimos a pasear por los alrededores disfrutando de esta nueva vida en pareja, más sólida y plena, Edward me invito a comer a un modesto restaurante, luego nos fuimos a la casa y continuamos con lo que tanto deseaba en la mañana y desde que probé su cuerpo por primera vez. Fue increíble como me sentía junto a él, la felicidad que emanábamos era al parecer contagiosa ya que estábamos paseando cuando una pareja de ancianitos nos quedaron mirando y nos dijeron que llegaríamos igual que ellos muy felices, juntos y comprendiéndonos sin perder el amor que nos unía, pero no todo podía ser felicidad, después de ese día que fuimos de paseo los siguientes 3 días pasaron con un chasquido, no me quejo pues todas las noches nos amábamos con igual o mayor intensidad que la noche anterior, pero no era suficiente, el saber que estaríamos separados por una semana y un par de días era sobrecogedor, Edward me hizo saber que tenia que quedarse al menos esta semana para volver al trabajo y hacerle saber a su jefe que renunciaría, tenia pensado en pedirle una recomendación para conseguir trabajo en la ciudad y así estar más tiempo juntos, yo por mi parte no me podía sacar el miedo de dejarlo, era como si no volviera a ser igual a como era aquí, pero sabia que esto sucedería una vez que lo tuviera tan cerca como lo tuve, el acostumbrarme estos días a él, a vivir como una pareja era lo que costaba dejar, esa ultima noche fue la mejor, Edward y yo nos amamos como nunca demostrándonos todos los sentimientos en una caricia, un roce, un beso y en la más maravillosa y placentera demostración que fue hacer el amor repetidas veces. Ya era temprano por la mañana cuando tocaron a la puerta.

-Bella ¿estas lista?- me saludo Jake con una radiante sonrisa.

-Jake gracias- fue todo lo que le dije antes de abrazarlo, de no ser por él no seria la mujer más feliz del mundo es estos momentos.

-Veo que la pasaste muy bien- me dijo con una mirada picara

-¿Me vas a decir que tu no la pasaste bien junto con Nessi?- lo único que espero es que no vea en mis ojos que tan bien la pasamos con Edward, seria bastante embarazosos y vergonzoso.

-Al parecer la pasamos igual de bien que ustedes- me dijo entre risitas.

-¿Que tal Jacob?- le pregunto esa voz maravillosa como el terciopelo a mis espaldas, instantáneamente me gire para mirarlo, contemplarlo, es que no me podía cansar de hacerlo, aprecie que su mirada estaba apagada, Edward estaba sufriendo al igual que yo por tener que alejarnos, momentáneamente. Jake nos dio espacio para despedirnos, esperándome afuera en el auto.

-¿Sabes que te amo, verdad?- le dije a Edward.

-No tanto como yo- me dijo con su carita llena de tristeza, acune su rostro entre mi manos y lo bese como nunca, con amor, con pasión e inexplicablemente con incertidumbre y miedo –Estaremos pronto juntos amor, tan pronto que no alcanzaras a extrañarme, espero que tu fiesta de cumpleaños no sea tan fantástica como tu papá espera- me dijo aún más triste, aludiendo al hecho de que esta fiesta seria también la fiesta para el anuncio de la fecha del matrimonio. Nos volvimos a besar, pero esta vez con ternura, más amor y esperanza de que nuestros labio, nuestro cuerpo y nuestro corazón se volverán a reencontrar.

Con el dolor de mi alma me subí al auto con Jake, quien tenia una sonrisa boba pegada en la cara, el viaje en si estuvo tranquilo ya que platicamos de lo que hicimos cada uno con sus respectivas parejas estos días.

-Bella tienes que conocerla es magnifica, la amo y nada ni nadie evitara que estemos juntos, estos más decidido a enfrentar a mi padre y al tuyo, me haré responsable de todo tu no te preocupes.

-No eres el único Jake, llegando a casa hablare con mi padre para cancelar la boda, es hora de que mi padre comience a aceptar mis decisiones, por primera vez tomare el control de mi vida.

-Veo por tu sonrisa que ya son hartas cosas por primera vez no- me dijo batiendo sus cejas rápidamente, no pude evitar el sonrojo que subió a mis mejillas y me limite a mirar por a ventana. Lamentablemente el viaje de vuelta a la ciudad fue más rápido de lo que quisiera, pero ya estaba decidido y no había marcha atrás, antes de bajar Jake volvió a cambiar las maletas, no sin antes haberle agradecido por su inteligencia, salimos del auto y al entrar en la casa nos encontramos con Esme que nos aviso que mi padre había llegado hace 5 minutos y que al preguntar por mi Esme le había dicho que salí de paseo con Jacob, mejor así pensé, no tendría que explicar nuestra salida sobre todo por que no habíamos preparado alguna historia en común sobre lo que habíamos hecho. No le dimos más vueltas y nos dirigimos al estudio donde estaba mi padre, al vernos entrar nos vio extrañados ya que se supone que habíamos salido a pasear y ya estábamos de vuelta.

-Padre antes de que digas cualquier cosa necesitamos decirte algo importante- le dije decidida, solo de recordar estos maravillosos días con Edward y saber que él estará ahí cuando todo esto termine, es el mejor impulsor para seguir adelante.

-Charles déjame explicarte yo, con Bella decidimos no casarnos ya que ninguno ama al otro, yo estoy enamorado de otra mujer y luchare por ella- cuando Jake le dijo esto a mi madre así sin más, sin rodeos y con la completa verdad, los ojos de mi padre se abrieron de asombro y sabia que este era el momento que tanto temí.

-Padre no pienses que Jake es el culpable, ambos nos dimos cuenta de nuestros sentimientos, yo no lo amo, mi corazón pertenece a otro y luchare por él contra todo él mundo- le dije decidida y firme.

-No puedo hacer nada si Jacob no te ama Bella, respeto que seas lo suficientemente hombre Jacob para venir a darme la cara, pero quisiera que me dejaras ahora a solas con mi hija, anda con tu padre y explícale la situación para que cancele los preparativos para la boda- no podía creer que mi padre lo haya tomado así de fácil, así como terminar los preparativos y nada más, sabia que había algo y a eso era lo que temía.

Continuara...

hola bueno espero q les alla gustado a todas este capitulo y alla sido lo esperaban y ahora q estuvieron juntos q pasara con Edward y Bella, q dicen ustedes.

Capítulo 17: -"No Tengo Miedo"- Capítulo 19: -"Llegada"-

 
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