School Days

Autor: josycullen
Género: Romance
Fecha Creación: 21/07/2010
Fecha Actualización: 31/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 39
Visitas: 53311
Capítulos: 24

Isabella Swan es una chica popular, una divina. Ella, junto con sus tres amigas, tienen a la escuela bajo su poder. Chicas malas, orgullosas, odiosas y zorras. Edward Cullen y su familia acaban de mudarse y han entrado al Internado Twilight. Muchas sorpresas. Dicen que las apariencias engañan, ¿sera cierto? Edward tendrà que descubrir a la verdadera Isabella Swan, ¿lo lograra, o conseguira algo màs?


Declaimer: La historia no me pertene le pertenece a Bittersweet Melancholy y yo con su permiso la publico en esta pagina los personajes le pertenecen a stephanye meyer..... Completa

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Capítulo 18: Capitulo 18

Edward POV

El semestre pasó volando, todavía siento como si ayer hubiera entrado a clases. Es tan maravilloso, la sensación de libertad...aunque no veré a Bella en un mes después de este fin de semana. La ventaja es que a penas en miércoles, mitad de semana...

-Edward.- me giré entre las sábanas, intentando dejar de escuchar mi nombre. –Es tarde, tonto.- su aliento dulce en el oído me causó escalofríos. Apreté más la almohada, esta última semana tenía mucha pereza de levantarme.

-Cinco minutos más.- rezongué, sabiendo que iba a perder.

-Bien.- dijo alegre.

-¿Uh?- abrí los ojos para observar a Bella, quien se encontraba sobre mí, con su rostro a escasos centímetros. Mis mejillas se tiñeron de rojo inmediatamente. -¿Q-que h-haces?- tartamudeé de repente nervioso. Se recostó sobre mí con deliberada lentitud y pasó sus brazos sobre mi desordenado cabello.

-Si tu puedes tener cinco minutos, ¿por qué yo no?- puso una carita de cachorro abandonado, la misma que Alice le había enseñado a usar contra mí.

Alice y Bella juntas eran un sismo, hacían a mi ser temblar y dejaban todo como deseaban. Pero, si eran Rosalie y Bella, no era solo un sismo...era un completo huracán –con tsunami e inundación incluidos-, pues me arrastraban a su antojo. Aunque no soy el único, lo han usado contra Emmett y Jasper también. Y cuando están las tres juntas...

-P-pero, ¿p-por que t-tu...?- se había movido un poco para mirarme a los ojos directamente, rozando sus caderas contra las mías inconscientemente. Mis hormonas andaban un poco revolucionadas, por lo que el calor en mis mejillas se hizo más pronunciado y comenzó a secárseme la garganta. Bella pareció entender lo que pasaba, pues se sonrojó furiosamente y se mordió el labio inferior nerviosa.

-Edward...- suspiró contra mis labios antes que nos besáramos, y sonó sensual... ¡Tranquilo, Edward!

Sus labios se movían armoniosamente sobre los míos. Como si las cosas debieran ser así... Delineé su labio inferior con la punta de la lengua, ella los separó obedientemente, permitiendo a nuestras lenguas jugar juntas.

Intercambié los papeles, dejándola bajo mi cuerpo. Enterró los dedos entre mis desordenados cabellos y yo la atraje hacia mí tomándola por la cintura. ¿Desde cuándo era tan difícil resistirse a ella? ¡Si algo pasaba iba a ser toda su culpa!

-Edward..- se separó un poco de mí, contemplándome con las mejillas encendidas y los ojos curiosos. –Tenemos clases...-protestó cuando mis labios bajaron por su cuello. –Anda, vamos...- nuestros labios se encontraron una vez más.

-¿Por qué tardan t...?- la voz irritada de Jasper nos alertó que no estábamos solos.

-¡Jasper!- gritamos ambos a la vez, viendo la expresión divertida en el rostro de mi primo. -¡Fuera!- volvimos a gritar, mientras él cerraba la puerta riéndose a carcajadas. Escuchamos la voz del resto preguntando que pasaba, pero Jasper no respondía.

-L-lo s-siento.- me disculpé de repente avergonzado, ¿por qué no lo estuve antes? –Bella...- intenté apartarle las manos del rostro, pensando que lloraba, pero no. Bella estaba intentando contener su risa, lo que supuse que era por vergüenza. -¿De qué te ríes?- le pregunté con fingido enfado.

-Jasper es un tonto.- dijo seria, pero en sus ojos vi la diversión. –Le dije que podría hacerte reconsiderar lo de los cinco minutos, pero nuevamente me sorprendes con tus reacciones.- rió divertida, y si no hubiera estado tan molesto me hubiera reído con ella.

-¿Otro reto?- le cuestioné levantándome de la cama y poniéndome el uniforme del equipo, ya que me había bañado en la noche. ¿Por qué siempre jugaban conmigo? Esa pregunta no abandonaba mi mente. ¿Y por qué Bella aceptaba los retos de mi "adorable" familia?

-No te enojes...- suplicó desde la cama. Negué con la cabeza varias veces. –Vamos, Eddie...- ¿Desde cuándo me llamaba Eddie? Me giré a verla y por primera vez reparé en que llevaba su traje de animadora. Al parecer las porristas tenían ensayo, el viernes tenemos el último partido del semestre.

-¿Eddie?- enarqué una ceja. Sus mejillas se tiñeron de carmín y bajó la vista a las sábanas. Me senté en la cama y le levanté el rostro con la mano, sus ojos chocolate me miraban dulcemente. –¿Qué dices en tu defensa.?-

-Que no volveré a llamarte Eddie nunca más.- respondió apartando el rostro.

-No era eso lo que deseaba escuchar.- tomé su rostro entre mis manos, dejándolo a escasos centímetros del mío. –Venga, Bella...- suspiró pesadamente. Me dedicó una mirada asesina y luego sonrió. Me quedé embobado viéndola.

-Eddie suena lindo, a demás tu puedes llamarme Bella y no parece justo que...- la besé de nuevo, pero me aparté antes de que me correspondiera. -...quiero poder ponerte un sobrenombre...- la corté de nuevo. -...a demás a mi me gusta...- me gustaba ese juego, la veía fruncir el ceño al apartarme tan rápido de ella. -...deja de hacer eso...- suplicó contra mis labios.

-¿Hacer qué?- pregunté inocentemente. -¿Esto?- lo intenté de nuevo, pero ella me empujó y se puso de pie, para luego salir del cuarto y azotar la puerta. ¡Estúpido! Me grité en mi fuero interno. Sé que Bella tiene mucho genio y luego vengo yo y la frustro. La seguí, pero no esperaba ver a todos sentados en la sala, y Bella estaba conteniendo la risa con un cojín sobre su rostro y la cabeza apoyada en el hombro de Jasper. -¿Qué demonios...?- se giraron a verme y estallaron en nuevas risas.

-Tranquilo, hermanito.- dijo Alice al recuperar el habla.

-Ganaste ambos retos, Bella.- Rosalie le sonrió maliciosamente. –Uno por lograr despertarlo y el otro por dejarlo como tonto, incluso te siguió para disculparse...- soltó una pequeña risa y luego le dio los cinco a Bella. Ella me miró con sus preciosos ojos cafés llenos de diversión y yo la fulminé con la mirada, pero pronto me encontré riendo con ellos.

-Eres terrible.- le susurré cuando íbamos rumbo al gimnasio.

-Lo sé.- respondió inocentemente. -¿Crees que ganemos este viernes?- preguntó con curiosidad, entrando después por la puerta que le abrí.

-Todo depende de la capitana de porristas.- comenté. Cuando se giró a observarme la tomé por la cintura y pegándola a mi pecho, comencé a dar vueltas. –Si es buena, el equipo estará bien...- rió divertida.

-La capitana de porristas le dará una lección al capitán de fútbol- comentó mordazmente- si no la pone en el suelo ahora.- no pude evitar reírme y bajarla con suavidad. Cuando la punta de sus tenis tocó el suelo, pasó los brazos por mi cuello y me besó, como la primer vez que lo hizo. Cuando iba a corresponderle se apartó y echó a correr con sus amigas, quienes me miraban divertidas.

-Caíste por Isabella Swan, Edward.- murmuró Emmett a mi lado.

-Creí que no te gustaba porque era una porrista.- bromeó Jasper.

No pude evitarlo, me reí encantado con Bella. Definitivamente estas habían sido las mejores semanas de mi vida.

Bella POV

-¿Qué fue eso?- preguntó con fingidos celos Alice. Me reí tontamente y la ignoré. –Isabella Marie Swan, te estoy hablando.- al escuchar su tono autoritario, y mi nombre completo, me congelé de inmediato y giré sobre mis talones al puro estilo militar para escucharla. -¿Puedes darme una explicación para que no te mate?- en sus ojos verdes brillaba la diversión, pero intentaba sonar seria, así que le seguí la corriente.

-Tu hermano tiene la culpa.- ¡Al diablo la seriedad! Me reí y Rosalie se unió, Alice lo hizo ligeramente y luego volvió a fruncir el ceño, recuperando el control sobre si misma.

-¿Él tuvo la culpa?- preguntó con una ceja enarcada. -Yo vi claramente como te ponía en el suelo y luego te prendías de él.- me sonrojé. -¿Y dices que fue él?- ambas primas se rieron.

-¿Qué quieres que diga?- le cuestioné molesta. -¿Qué me gusta, que estoy enamorada de él?- ambas se pusieron serias, esperando mi respuesta. –Pues sí, estoy enamorada de Edward, ¿felices?- ambas pegaron un cuantos grititos y se acercaron a abrazarme, pero las aparté y fui a reunirme con las divinas. -Hey, chicas.- saludé entusiasmada, sabiendo que había dejado frustradas a mi mejores amigas. -¿Listas para el ensayo?-

-Te quedan dos días, Bella.- pronunció con cuidado cada palabra Lauren, cuidando la expresión de mi rostro. La ira afloró de mi interior.

-No voy a hacerlo, Lauren.- pronuncié entre dientes, tratando de calmarme. –Desde el principio dije que no "jugaba" con vosotras.- me miraron con el ceño fruncido.

-Jessica se lo hubiera tirado al segundo día.- repuso de mala gana Lau. –Yo al primero.- estaba muy pagada de si misma. –Y Ang a lo mucho en una semana.- Ángela me miró con curiosidad, pero pude ver en su rostro una pequeña sonrisa. –Tu...- me señaló con el dedo índice. -...llevas un semestre y no avanzas nada.- se rió sarcástica.

-Ninguna de ustedes hubiera podido con ese reto.- respondí cortante. -Edward no es un idiota, no hubiera caído por ninguna.- no pude evitar una pequeña nota de celos en mi voz ante la sola idea.

-¿Quieres apostar?- me retó Jessica, sus ojos brillaron ante la idea mientras contemplaba a Edward hablando con el equipo de fútbol.

-¡No!- chillé. Sentí la mirada de todos los atletas clavada en mí. -¡Basta ya!- les ordené a todas, de inmediato las animadoras se callaron. -¡A ensayar!- mientras todas ocupaban sus posiciones me di un segundo para respirar y tranquilizarme. Si no querían que cometiera un asesinato, sería mejor que me dejaran tranquila unos minutos. Pasaron cinco minutos y seguía parada, con los dientes apretados, los dedos índice y pulgar apretando el puente de mi nariz y la otra mano cerrada en un puño. El tic-tac del reloj en el gimnasio me ponía de nervios.

-¿Qué pasa, Isabella?- preguntó Alex, otra de las porristas. Me miraba con sus oscuros ojos llenos de extrañeza.

-Nada.- respondí secamente, manteniendo mi tono de voz. -¡A calentar, niñas!- a penas di la orden todas se pusieron en marcha. Salí del gimnasio a sacar una pequeña botella de agua de una máquina, cuando esta cayó y la recogí, sentí unos brazos rodearme la cintura.

Estaba demasiado molesta para formalidades o demostraciones de cariño alguna. Y así, con el ceño fruncido y los labios apretados, me giré a mi acompañante. Los ojos verdes de Edward me contemplaban con la misma extrañeza que los de Alex. -¿Ocurre algo malo?- preguntó preocupado.

-No, todo está "divino".- respondí sarcástica. ¡Todo esto se podría haber evitado si se hubiera acostado conmigo! Me alejé de sus brazos y cuando iba a entrar al gimnasio de nuevo, me congelé ante la puerta. ¿Si se hubiera acostado conmigo? ¡Que estupidez! Si se hubiera acostado conmigo nada sería igual entre nosotros...¿En qué pensabas, idiota? Mi mente no dejaba de gritarme la última frase.

¿¡Todo esto se podría haber evitado si se hubiera acostado conmigo! Yo jamás hubiera dicho eso, ni siquiera en lo más profundo de mi cabeza. Bella Swan no lo hubiera pensado en ningún momento. Pero, Isabella Swan es otra cosa...

Bella Swan es una chica sencilla y divertida, estudiosa y entusiasta, amable y cariñosa, es la parte de mí que ama a Edward Cullen desde hace meses. Isabella Swan es la parte odiosa, la zorra que nunca ha querido salir, la muchacha de carácter fuerte que Bella bloquea, es todo lo que aparento y no puedo ser; es la parte que desea haber cumplido el reto desde el principio, es el orgullo de Bella Swan. Porque Isabella Swan y Bella Swan son una misma persona, la misma engañosa persona que no se muestra realmente ante nadie. Yo soy una farsa...

La botella de agua cayó al suelo y sentí su eco retumbar en mi cabeza, ¿qué estaba ocurriendo, por qué de repente pensaba sobre el Ying Yang?

Me adentré de nuevo al gimnasio, con Edward siguiendo mis pasos, pero no me giré a verlo. La ira se había incrementado, y quizás no cedería en algunas horas.

-¡Uno, dos, tres, venga!- grité al detenerme frente al resto. Ensayamos dos horas seguidas, sin descanso. Los del equipo deportivo se habían detenido media hora antes, por lo que ahora estaban dispersos en las gradas mirándonos. Me detuve y comencé a andar entre el resto. -¡Stanley, eso es patético!- Jess me fulminó con la mirada, pero siguió intentándolo. -¡Estás girando el bastón al revés, Vanesa!- ella se detuvo e intentó agarrar el paso de nuevo.

-¡Es suficiente, deténganse todas!- gritó Lauren, dejando caer el bastón a sus pies. Acortó la distancia que nos separaba y se paró frente a mí. Las chicas pararon sus movimientos bruscamente, algo confundidas.

-¡No he dicho que se detengan!- grité molesta. –Yo estoy a cargo, Lauren ya dejó esto.- siguieron ahora con los pompones. Sabía que estaban cansadas, pero no podríamos ensayar otro día y el viernes mostraríamos dos coreografías nuevas, una de entrada, las tradicionales durante el evento y una de salida.

La mano de Lauren me tomó con firmeza del brazo y me arrastró fuera del área de ensayos. –Tu y yo vamos a hablar, Swan.- sentí ira correr por sus palabras, la sonrisa en mi rostro se hizo más marcada. Algo bueno iba a pasar pronto...de eso no había duda...

-No le vuelvas a dar ordenes a mi equipo, Mallory.- en los ojos azules de Lauren resplandeció una pequeña llama de furia, y su agarre empeoró cuando me reí. -¡Vale ya, nenas!- todas pararon al instante. –Perfeccionen en dormitorios, el ensayo ha acabado.- asintieron y tomando sus cosas comenzaron a salir. Jessica y Ángela se quedaron, al igual que los Cullen y los Hale. Lauren los miró y luego volvió a mí. ¡Que empiece la charla, Lauren! Pensé encolerizada.

-¡Que empiece la charla, Lauren!- esta vez si lo dije en voz alta, incapaz de disimular mi fastidio.

-¿Te crees muy graciosa, verdad?- Jessica se adelantó hasta ocupar un lugar junto a Lauren, quien soltó mi brazo al ver que no iba a escapar de ellas.

No respondí, pero me fijé en los movimientos de Ang, quien siempre se ponía de mi lado. ¡Sorpresa! Se detuvo al otro lado de Lauren y sus fríos ojos buscaron los míos. El calor que siempre se notaba en ellos no estaba, esa no era mi Ángela, era su lado como divina.

-Estás actuando como una sucia perra.- las palabras escaparon de los labios de Ang en un parpadeo. No era posible que ella me hablara de ese modo. ¿Quién era ella y donde estaba Ángela Weber?

-¿Qué?-pregunté molesta. -¿Estas de broma, cierto?-apretaba los puños con fuerza, incluso sentía las uñas lastimarme las palmas de las manos. Al instante me arrepentí de haber preguntado eso, eran las palabras que Jacob había usado el día de nuestra ruptura.

-¿De qué vas, Bella?- preguntó Jessica con su tono superior. El corazón me dio un vuelco, eso también me lo había preguntado él. De seguro el idiota les contó todo a las divinas para que lo usaran en mi contra. Es eso o estoy demasiado paranoica.

-No voy de nada.-dije frunciendo el ceño. –Con un demonio, chicas.-dije desesperada. Los ojos se me llenaron de lágrimas ante el recuerdo del engaño, y la furia aumentó.

-Eso es, ¿lo recuerdas, cierto?- la pregunta mordaz era de Lauren. –Estás pensando en el día que terminaron Jake y tu, ¿no?- me mordí el labio para no responder. Sabía que ninguno de mis amigos podía escucharnos por la distancia, pero podían vernos.

-No es verdad.- negué con la cabeza y algunas lágrimas se liberaron.

-¡Estás tratando a las porristas como juguetes!- gritó Lauren con su chillona voz. Ahora si podían escucharnos. –¡Te estás desquitando con ellas! Creo que no eres una buena capitana después de todo-

-¡Cierra el pico, Lauren!- le devolví el favor y la fulminé con la mirada.

-¡Mira, Swan!- su mano aferró mi rostro, como lo hacía cuando se molestaba conmigo. -¡Escúchanos, Isabella!- sus ojos se notaban más oscuros a causa de la ira. Le aparté la mano de un manotazo.

-¡No te atrevas a tocarme!- hervía de furia, estaba a punto de matarla. Apreté las manos en puños, mientras un hormigueo me recorría las palmas, dispuestas a dejar su huella en los rostros de las otras. –¡Todas vosotras!- grité encolerizada. -¡Fuera de mi vista ahora!- se pusieron rígidas. Era raro cuando les gritaba, por eso esperaban lo peor.

No sé que vieron en mi rostro que su expresiones molestas desaparecieron. No me quedaría callada para averiguarlo. -¡Lárguense ahora!- Lauren frunció el ceño y se acercó para tocar mi mejilla empapada en llanto y con uno de sus dedos limpió la sangre en mis labios. Me había clavado los dientes con tanta fuerza para controlarme que me había lastimado. Nunca antes me había pasado, por lo que estaban preocupadas.

-Bella, tranquilízate.- susurró Ángela, con su voz dulce y preocupada. Sus ojos mostraban arrepentimiento y mucho dolor. Sacó un pequeño paño de su bolso y lo acercó a mi rostro, le aparté la mano violentamente y cuando el paño cayó al suelo lo pisé. Sus ojos se abrieron por la sorpresa.

-Bella...- la voz de Jessica se notaba mas calmada, pero no lo suficiente para mi. Cuando se acercó a liberar mi mano, la cual también goteaba sangre por la presión de las uñas, la empujé lejos de mi.

-¡Isabella!- gritó Lauren molesta de nuevo. -¡Deja de portarte como una niña caprichosa!- sentí pasos que venían hacia nosotras, mis amigos se movían hacia nosotras.

El eco fue suficiente para detener el andar de todos. Mi mano quedó alzada en el aire. Jessica y Ángela me miraban asombradas, los demás no supe, pero Lauren había agachado la mirada avergonzada. El impacto de mi mano sobre su mejilla fue suficiente para hacerla entrar en razón. Nunca la habían abofeteado, y sabía que el día que alguien lo hiciera se caería el mundo, pero no me arrepentía de molestar a "su majestad".

-Es suficiente.- dije más calmada. –La próxima vez que quieras echarme algo en cara, piénsalo mejor.- me di la vuelta y tomé mi maleta, dispuesta a irme. Sabía que no iban a dejar las cosas así, pero a dos días de acabar el semestre, no importaba. Al volver ya no me importaría ser una divina o dejar de serlo. Pero la escuché gritar:

-¡Por eso él no te tomó en serio nunca!- sentí la ira brotar de nuevo. Me giré para encararla desde la puerta.

Edward POV

Estaba sorprendido, no entendía bien que pasaba. Primero hablaban calmadamente y luego empezaron a gritar. Cuando nos acercamos Bella le dio una cachetada a Lauren y reinó el silencio. Nunca la había visto tan molesta. Le habló de nuevo a Lauren y se dio la vuelta para irse. Cuando llegó a la puerta Lauren le gritó algo que no comprendimos por completo. Pero lo que menos esperaba era su respuesta:

-Estas en un error.- dijo calmada, lo que le dio un efecto mejor. –Él no me tomó en serio porque prefiere a las zorras como ustedes y sus "amigas".- ellas entendieron a que se refería con amigas. Sus rostros se mostraron tan sorprendidos como los nuestros.

El sonido de la puerta al cerrase fue suficiente para hacernos reaccionar. Lauren tomó su bolso con brusquedad y salió con pasos rápidos del gimnasio, seguida por sus amigas. Nosotros nos miramos un momento y luego nos marchamos al dormitorio, esperando encontrar a Bella en perfectas condiciones.

Pero cuando llegamos, ella no estaba.

Capítulo 17: Capitulo 17 Capítulo 19: capitulo 19

 
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